ONU cifra en 1,2 millones los damnificados por las lluvias en Centroamérica

25 Tuesday October 2011 @ 11:28 AM CST

La Oficina de Ayuda Humanitaria de la Organización Nacional de las Naciones Unidas (ONU), cifró hoy en 1,2 millones el número de personas damnificadas, de una manera u otra, por las lluvias que afectan desde hace dos semanas a Centroamérica y que han causado un centenar de muertes.

La portavoz de dicha oficina, Elizabeth Byrs, destacó que la región sigue “en estado de alerta máxima” y que su oficina está pendiente también de la evolución del huracán “Rina”, que se dirige hacia Belice y que, en función de la trayectoria, podría dirigirse hacia Cuba. El país centroamericano más afectado es El Salvador, donde Naciones Unidas lanzará este miércoles un llamamiento de urgencia para financiar las operaciones de asistencia por valor de 15,7 millones de dólares, destinadas a atender a 300.000 personas.
“El llamamiento de urgencia se presentará mañana a los países donantes y el dinero, del que ya se ha comprometido un uno por ciento, se empleará para ayudar a los damnificados desde el mes de octubre, hasta abril del año que viene”, explicó Byrs en rueda de prensa.

“El Salvador afronta ahora uno de los mayores desastres de su historia, debido a la extensión y la magnitud del impacto, así como los graves daños causados por las lluvias en zonas agrícolas y en las infraestructuras”, manifestó la portavoz de Naciones Unidas.
El objetivo prioritario es ofrecer ayuda humanitaria a los sectores más vulnerables de la población afectada, especialmente niños, mujeres y familias de zonas rurales, que están viviendo en refugios y que afrontan la destrucción total de sus medios de vida.

La Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA) ha establecido una lista de prioridades en la asistencia: refugio de emergencia a los damnificados, distribución de agua potable y de servicios sanitarios e higiénicos, suministro de alimentos de primera necesidad y facilitación de servicios médicos.
La ONU indicó que el daño sufrido por las infraestructuras dificulta la ayuda, porque muchas carreteras están bloqueadas o aisladas por las inundaciones y los corrimientos de tierra.

En el caso de El Salvador, según las cifras de la ONU, 181 de los 262 municipios del país, el 69 %, se han visto afectados por las lluvias, lo que ha convertido en refugiados a unas 56.000 personas, acogidas en un total de 638 centros de refugio temporal.
La OCHA trabaja también para emitir una petición urgente de ayuda destinada a Nicaragua -”que podría estar lista la semana que viene”, según Byrs- y para Honduras, descartándose de momento en el caso de Guatemala, porque su Gobierno no ha solicitado ayuda internacional.
Byrs, dijo desconocer las razones por las cuales no ha habido una petición de asistencia de Guatemala, el segundo país más afectado por las lluvias, con 528.000 damnificados por las inundaciones.
La OCHA informó de que en Guatemala 78.000 casas han quedado destruidas y de que el 50 % de las carreteras del país han quedado bloqueadas o necesitan de desvíos para ser transitadas.

Según datos de la Oficina para la Agricultura y la Alimentación de la ONU (FAO), el 60 % de las cosechas de cereales en Alta Verapaz e Ixcan se han perdido, con cultivos de maíz y fríjoles destruidos hasta en un 80 % en varias regiones.
En Honduras, el número de damnificados asciende a 59.000, con 12 de los 18 departamentos del país aún en situación de emergencia, siendo los más afectados los de Choluteca y Valle, donde las principales carreteras de acceso continúan bloqueadas.
En Nicaragua, los afectados son 150.000 y todavía hay unas 15.000 familias con las que no se ha podido contactar, según la OCHA, que expresó su preocupación por los altos niveles del lago Managua, que podría desbordarse, y por la escasez de agua potable en el país.

En el caso de México, 17 municipios del Estado de Tabasco han sufrido la consecuencias de las fuertes lluvias, afectando a un total de 200.000 personas, y el estado de emergencia ha sido declarado en las localidades de Jalpa y Cárdenas.
Costa Rica, también se ha visto afectada, con 1.000 damnificados en la provincia de Guanacaste, y con 20.000 hectáreas de pastos, 4.300 de caña de azúcar y 3.200 de arroz inundadas por las lluvias.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) también trabaja a contrarreloj en los esfuerzos para paliar los daños y conocer cuáles son las necesidades alimentarias de las personas que se han quedado sin sus viviendas o sin sus medios de sustento diario.
De momento, el PMA ha movilizado 2,6 millones de dólares para responder a las necesidades de urgencia en los próximos 30 días, a los que hay que sumar sendas donaciones de los Gobiernos de España, de un millón de euros, y de Luxemburgo, de 360.000 euros.

El PMA considera que la ayuda a la región tendrá que ser a largo plazo, ya que los afectados son personas económicamente vulnerables, que han perdido su sustento en una región en la que los precios de los alimentos se han encarecido en un 50% en el último año y medio.

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Centroamérica debe construir vías que resistan al cambio climático

Los países centroamericanos deben adoptar medidas de construcción en infraestructura vial que resistan el impacto de intensas lluvias asociadas al cambio climático, que en los últimos días dañaron 46 puentes y cientos de kilómetros de carretera, dijo un informe regional.

"Necesitamos la protección de los puentes que ya tenemos construidos, y aplicar normas que orienten la construcción futura, es decir (...) un blindaje de la infraestructura vial", dijo el director del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (Cepredenac), Iván Morales, a la AFP.

En una emergencia cuando ni los helicópteros se pueden levantar por el mal tiempo, los puentes y carreteras son infraestructura clave para llevar ayuda a la población damnificada, comentó el experto. Dos semanas de persistentes aguaceros dejaron en Centroamérica más de 120 muertos, cientos de miles de damnificados, grandes extensiones de cultivos, vías, escuelas, acueductos y viviendas, destruidos o dañados, según informes oficiales.

"La infraestructura (...) nos permite la conectividad con zonas dañadas, incluso para la protección de vidas se complica por la necesidad que hay de movilizar personal y alimentos", destacó Morales. Cepredenac señaló que los puentes -unos 5.500 en Centroamérica a cargo de los ministerios de Transporte- son también "prioritarios" para no detener el comercio, como sucede con Puente Arce, entre El Salvador y Guatemala, donde el desborde del río Paz destruyó por segunda vez en los últimos dos años 35 metros de la obra.

El martes, el presidente salvadoreño Mauricio Funes reconoció, en una cita de mandatarios centroamericanos en San Salvador para analizar la situación de las lluvias, que se deben cambiar los esquemas de reconstrucción. "En el pasado se reconstruía la infraestructura dañada sin tomar en cuenta una gestión integral de riesgo", advirtió. Ante los peligros del cambio climático, Cepredenac y la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA) crearon un manual de gestión de riesgo en puentes.

La construcción de un puente, según el manual, debe tener en cuenta además de aspectos técnicos, componentes "bioclimáticos" (niveles de precipitación, corrientes de agua) y geológicos en una región de alta sismicidad, la erosión y calidad del suelo. Según el informe "Economía del cambio climático", de la CEPAL, en los últimos 11 eventos hidrometeorológicos el istmo acumuló pérdidas en comunicaciones y transporte por 1.180 millones de dólares.



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