TEGUCIGALPA.- Un análisis realizado por expertos internacionales, en el diseño de estructuras viales, determinó que la caída del puente de Costa de los Amates, en el departamento de Valle, se debió a que el cauce del río Goascorán ha crecido considerablemente durante los últimos años, hasta cambiar por completo su curso, por lo que recomiendan proceder a la construcción de una nueva obra pero con nuevas medidas que protejan ese proyecto. Luego de conocerse el estudio que realizaron técnicos del Colegio de Ingenieros Civiles de Honduras (CICH) se llegó a la conclusión que tanto la empresa constructora Sermaco como la supervisora ASP no son responsables de que el puente se haya venido abajo, sino que todo fue debido al enorme caudal que se desvió de ese río hacia el alivio, que con la llegada de la época lluviosa el volumen del mismo se vuelve cada año un peligro para toda esa zona.
Ante esta situación y como lo afirma la Comisión del Colegio de Ingenieros y lo entienden las autoridades de la zona, se requiere ahora de un estudio integral de toda la cuenca del río Goascorán, pues se ha modificado súbita y radicalmente la forma como se comporta el cauce, y será hasta contar con este estudio que el gobierno deberá tomar una decisión definitiva con el puente, lo que seguramente implicará acciones bilaterales de Honduras y El Salvador.
Al referirse a la supuesta responsabilidad de la empresa constructora y la firma supervisora, se establece que “ambas firmas tienen alrededor de 20 años de funcionar en el medio, habiendo desarrollado muchos proyectos con éxito comprobado, contando en sus nóminas con profesionales responsables, de reconocida experiencia y capacidad, por lo que este hecho fortuito obedece fundamentalmente a circunstancias imprevistas de la naturaleza y al cambio climático, que modificó de manera súbita y drástica las condiciones originales del diseño contratado”.
ANÁLISIS TÉCNICO
El dictamen también es claro al destacar que los ejecutores del Proyecto Puente Los Amates, ubicado en un brazo o alivio del río Goascorán, frente al contenido del dictamen emitido por una Comisión del CICH, en relación al colapso de este puente y a las recientes publicaciones aparecidas en los medios, formularon aclaraciones que contrastan con lo que a la fecha se ha conocido.
En primer lugar expresaron que los alcances contractuales indicaban diseñar y construir un puente de 30 metros con base en los parámetros hidráulicos similares a los de la tormenta tropical 16, sucedida a finales del 2008. Dichas condiciones fueron ampliamente superadas con la crecida del pasado 25 de junio, cuando el río Goascorán violentamente se desbordó por completo hacia este canal de alivio.
El dictamen señala que el ancho de este alivio pasó de 10 metros en el 2008, a 60 metros en el 2010; por eso se decidió aumentar la longitud del puente a 72 m, y para regular el caudal que se podría derivar del río Goascorán hacia este alivio, se propuso la construcción simultánea de un vertedero o dique en la bifurcación, que debía ser construido antes de terminarse el puente.
Esta obra de protección no pudo ser aprobada de manera oportuna, debido a razones presupuestarias y otros factores que son ajenas a la responsabilidad y control de los ejecutores, con el consiguiente perjuicio. Este brazo o alivio ya tiene más de 120 metros de ancho y ahora prácticamente es el cauce principal del río Goascorán.
El colapso se dio porque el caudal previsto en el diseño, ya con la regulación del vertedero, sería de unos 300 metros cúbicos por segundo y en la crecida del 25 de junio pasado el caudal se incrementó de golpe casi 10 veces más -mucho mayor que lo previsto y muy por encima de lo sucedido en la tormenta 16, que regulaba estos contratos- pasando la corriente dos metros por arriba del puente, provocando su colapso, pues la estructura no fue diseñada para un evento de esta magnitud.
Este acontecimiento constituye un caso fortuito, totalmente imprevisible, que no fue considerado por la Comisión del CICH. Las empresas ejecutoras formularon en su debido tiempo y en base a lo contratado los estudios hidráulicos (acordes a lo que corresponde al alivio), geotécnicos y estructurales, considerando aspectos sísmicos de la zona, así como factores de seguridad, y sobre todo el caudal regulado de diseño previsto a circular por este alivio.
Según ellos, el hecho que la Comisión CICH tenga otras consideraciones o que no haya tomado en cuenta factores claves no descalifica lo ejecutado, pues todo es técnicamente refutable.
TODO EN MANOS DE SOPTRAVI
Sin embargo, a Sermaco y ASP lamentablemente no se les concedió el derecho a la defensa para discutir previamente el dictamen. Todos los diseños del puente fueron previamente analizados y aprobados por Soptravi, como contratante, con la participación de sus especialistas.
La estructura del puente tenía un costo de casi nueve millones y medio de lempiras, y las empresas Sermaco y ASP no han recibido pago alguno por obra ejecutada en este puente, pues se trataba de una obra “llave en mano”; incluso los anticipos recibidos proporcionalmente para este puente, conforme lo que establecían los contratos suscritos, ya fueron devueltos en su totalidad y en consecuencia todos estos fondos están a plena disposición de Soptravi.