Capitalinos alerta en víspera de temporada lluviosa

07 Monday May 2012 @ 02:38 PM CST

TEGUCIGALPA.- En el 2011, la temporada lluviosa dejó 59 muertos y 181,241 hondureños afectados a nivel nacional. Este año, las autoridades unen esfuerzos para evitar la pérdida de vidas humanas, mientras la basura, las riberas de ríos y quebradas, así como los cerros continúan siendo el “hábitat” de miles de hondureños. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo en el Distrito Central más de 43,258 personas viven en extrema pobreza. Comprar una vivienda es para estos “catrachos” un sueño imposible.
La capitalina Yaneth Jacqueline Martínez mira el cielo nublado con cierta preocupación. Su casa está ubicada en un callejón del barrio La Bolsa de Comayagüela, junto a la ribera del río Guacerique.
Este barrio es solo uno de los 28 catalogados como de “riesgo extremo” por la alcaldía capitalina.
La Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) anunció que entre el 15 y el 20 de mayo comenzará oficialmente la época lluviosa en el país. Sin embargo, Yaneth, al igual que miles de capitalinos que viven en zonas vulnerables, afirma que su medida preventiva para evitar tragedias es “estar ojo al Cristo”.
La mujer, de 29 años, viste una bata blanca de baño, a pesar de que en su pequeña comunidad no hay agua. Lamentablemente, el líquido vital solo les llega cuando el río se desborda, en forma de inundación.
“Gracias a Dios, mi casa está arriba y no se me inunda tan fácil, pero aquí hay casas que siempre se las lleva el río”, cuenta Yaneth, moviendo sus finas cejas dibujadas con delineador.
En este lugar hay alrededor de 28 viviendas construidas con tablas, cartón, láminas de zinc, plástico y otros desperdicios. La pobreza, incluso, la reflejan los perros de piel rosada, desnuda de pelaje y los pollos desplumados que pían correteando por los pisos de tierra de las casas.

Doña María López se gana la vida vendiendo material reciclable, por eso no puede abandonar su casucha ubicada junto al río Guacerique.
“Varias veces me he querido ir pero el alquiler de un cuarto es demasiado caro”, expresa la joven, madre de cinco hijos, quien vive en la zona desde hace 11 años, ya que sus ganancias como trabajadora del sexo no le ajustan para rentar una habitación, cuyo precio en las cuarterías de la capital oscila entre 500 y 1,000 lempiras.
Doña María López es vecina de Yaneth, solo que no es tan “afortunada” como ella. Su casa no se le inunda; el río se la desbarata cada invierno arrastrando consigo láminas y tablas.
“Cuando llueve salimos para arriba, a la casa de los vecinos, se nos inunda toda la casa, a veces el agua nos agarra dormidos”, relata doña María, de 51 años.
Alrededor de su vivienda se observan costales repletos de botes, de latas, periódicos y piezas metálicas de aparatos viejos.
“Hace tres años perdí miles de lempiras en material reciclable, no pude sacar el papel. Todo un mes estuve albergada en la escuela”, cuenta doña María, quien ha organizado a los chiquillos de la zona para que trabajen con ella vendiendo material reciclable.
Al igual que Yaneth, doña María tampoco puede comprar una casa. Este es uno de los tantos “circuitos cerrados” del bajo mundo, donde la pobreza vigila que nadie abandone la zona de riesgo.

TEMPORADA LLUVIOSA

A pesar de la vulnerabilidad del barrio Los Profesores, los vecinos mantienen las calles llenas de basura.
Hace 10 años debían caer 40 milímetros de lluvia en un día para que la capital se inundara. Hoy, bastan 25 milímetros, lamenta el meteorólogo del Sistema de Alerta Temprana de la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO), Ernesto Salgado.
“Ese cambio de 40 milímetros a 25 se dio en un período de por lo menos 10 años. Ha ido disminuyendo el umbral para que generen deslizamientos o crecidas rápidas de quebradas o ríos”, dice Salgado.
Mientras la deforestación, construcciones y las capas asfálticas se incrementaron en la última década, el terreno que antes absorbía las aguas lluvias se redujo, pero el cauce de ríos y quebradas sigue siendo el mismo, explica el profesional.
Un estudio del Sistema de Alerta Temprana de Copeco advierte que la temporada lluviosa comenzará entre el 15 y el 20 de mayo en Tegucigalpa.
“Podemos esperar un inicio un tanto fuera de las fechas promedio de la temporada lluviosa, que sería del 15 al 20 de mayo, para la región Sur, centro y occidental”, manifiesta el meteorólogo.
“Luego podríamos esperar una actividad fuerte de lluvia a finales del mes de mayo, entre el 25, hasta el 5 ó 10 de junio”, apunta Salgado.
Después del 10 de junio las cantidades de lluvia descenderán, especialmente en la zona sur y central del país.

La quebrada El Sapo tiene en ruinas las calles del barrio Los Profesores de Comayagüela.
“En esas regiones es donde podríamos esperar que después de la actividad fuerte, entre finales de mayo e inicios de junio, las lluvias comiencen a descender. En el resto del país seguirían las condiciones normales”.

OBRAS DE MITIGACIÓN

Cada año, la Alcaldía de Tegucigalpa invierte unos 100 millones de lempiras en obras de mitigación para reducir los riesgos en zonas vulnerables. No obstante, este año las inversiones ascenderán a más de 500 millones de lempiras.
El subgerente del Comité de Emergencia Municipal (CODEM), Julio Quiñónez, señala que “este año será atípico porque solo con las fallas Berrinche-Reparto estamos hablando de una inversión de 258 millones de lempiras”.
“Pero sumado a eso, hay un fondo que se está gestionando a través del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que anda aproximadamente en unos 300 millones de lempiras”.
Según Quiñónez, las obras en El Berrinche y El Reparto comenzaron en enero de este año, con la instalación de un sistema de vigilancia que permite monitorear el lugar y saber si se produce algún movimiento anormal.

A muchos habitantes del barrio El Reparto no les quedó de otra que abandonar sus casas desbaratadas por las tormentas del año pasado.
“En este y el próximo año estaremos invirtiendo más de 600 millones de lempiras exclusivamente en el tema de prevención y mitigación del riesgo en la capital”.
El entrevistado explica que en la zona de los mercados se están realizando operativos de limpieza, mientras que en la parte donde inicia el embaulado de la quebrada El Sapo se hizo un pequeño muro de contención.
“Lo que se trata es evitar que cuando existe el reflujo de la quebrada, no se salga en la zona de El Chiverito y no cause problemas de inundaciones”.
Asimismo, Quiñónez agrega que las obras en la falla de El Berrinche, en su primera etapa, ya han avanzado en un 58 por ciento. A las obras de infraestructura se suman las capacitaciones y actividades programadas con los Comités de Emergencia Local en barrios y colonias, quienes desde ya están alerta para prevenir muertes por derrumbes, deslizamientos o inundaciones.

MEDIDAS PREVENTIVAS
Consciente de que la pobreza y el desempleo impiden que miles de capitalinos adquieran una vivienda en una zona segura, el jefe del Sistema de Alerta Temprana de Copeco, Juan José Reyes, explica que hay numerosas tareas sencillas que pueden contribuir a salvar vidas.

“Debemos prepararnos al extremo, hacer limpieza de cunetas, de tragantes, esto para evitar la obstrucción y permitir la libre circulación de las aguas que caen cuando llueve”, manifiesta Reyes.
También aconseja podar árboles frondosos y reforzar las láminas de zinc de los techos puesto que muchas lluvias suelen venir acompañadas de vientos fuertes.
El funcionario advierte que “ya hemos tenido tormentas eléctricas, en estos casos es mejor no utilizar celulares, alejarse de ventanales o zonas que puedan colapsar”.
Reyes indica que en la capital hay más de 35 barrios y colonias con mayor vulnerabilidad, entres estas Los Pinos, la Smith, El Carrizal, El Pantanal, La Cabaña y El Reparto, entre otras.
“Incluso puedo mencionar colonias que en algún tiempo no eran vulnerables y ahora sí lo son, producto de que alrededor de estas colonias se ha construido en desorden y tienden a volver vulnerable lo que antes no lo era”. (CF).

•Pese a los riesgos, pobladores siguen viviendo en zonas inundables
•Este año se invertirán más de 500 millones en obras de mitigación
•Cada año se vuelven vulnerables barrios que en el pasado no lo eran



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