Desastres Naturales y su Impacto en la Región durante 1998
América Latina y el Caribe sufrieron, durante 1998, los embates de la naturaleza como pocas veces en su historia. El fenómeno climático El Niño azotó nuevamente a varios países, quizás con la mayor intensidad desde mediados del Siglo XVI. En setiembre, el huracán Georges castigó a varias islas caribeñas y, un mes más tarde, el huracán Mitch trajo a América Central la peor calamidad natural sufrida por algunos países este siglo. La magnitud de los desastres y las características de sus efectos evidenciaron la alta vulnerabilidad de la región frente a este tipo de evento y la relación indisoluble entre desarrollo, sustentabilidad ambiental y riesgo de daños catastróficos. Los gobiernos más afecta-dos por estos desastres pidieron a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) asesoría en la evaluación de los daños y en el diseño de propuestas para la rehabi-litación y la reconstrucción. Misiones coordinadas por la CEPAL fueron enviadas a siete países. Cada una de estas elaboró un detallado informe para el gobierno respectivo, sobre la base de una metodología desarrollada por la Comisión durante más de 25 años de experiencia de analizar los efectos socioeconómicos de las catástrofes naturales. Al inicio de los años noventa se estimaba que los desastres hidrome-teorológicos, sísmicos y vulcanológicos provocaban anualmente por lo menos US$1500 millones en pérdidas y cobraban casi 6000 vidas humanas en América Latina y el Caribe. Por esta razón los informes de la CEPAL a los gobiernos ponen especial énfasis en la necesidad de extraer lecciones de las últimas, y especialmente severas, manifestaciones. Los primeros impactos fueron causados por el fenómeno El Niño, el cual es provocado por una alternativa de episodios cálidos y fríos en el Océano Pacífico. Desde el primer trimestre de 1997, afectó a la región con inusitada violencia, causando daños que han superado, hasta la fecha, los US$7545 en la región andina. En Ecuador, el exceso de lluvias (que en el puerto de Guayaquil llegó a una precipitación acumulada annual de más de 4000 milímetros, nivel que solo se repite cada 500 años), provocó inundaciones, destrucción de cultivos, anegaciones de centros urbanos, deslizamientos, trastornos en la fauna marina y una ola de migraciones de vastas consecuencias. El 60% de la población vio alteradas sus condiciones de vida, y 286 personas murieron. Los daños se estiman en US$2870 millones y provocarán una merma de US$660 millones en la balanza de pagos y una caída de la tasa de crecimiento de 3.5% a 1.0%. El huracán Georges fue el más destructivo de diez ciclones tropicales que se formaron entre agosto y setiembre en la región atlántica-caribeña. Generó vientos de hasta 150 millas por hora, y después de pasar por las islas de Antigua y Puerto Rico, azotó a la República Dominicana. Allí causó 235 muertos, 595 heredios, 300.000 refugiados y daños estimados en US$2193 millones, continuando al día siguiente su secuela de destrucción en Haití, Cuba y el estado de Florida, EEUU. Los daños en la República Dominicana representaron el equivalente al 14% del producto interno bruto del país en 1997 y cerca de la mitad de las exportaciones realizadas en ese año. Pero la mayor concentración de destrucción fue en América Central, a causa del huracán Mitch, que golpeó a Honduras, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Costa Rica provocando la muerte de 9214 personas, hiriendo a 12845 y a un 10% de la población de esa zona que apenas empieza a recuperarse de décadas de conflictos armados. Misiones bajo la coordinación de la CEPAL analizaron la situación en todos estos países, estimándose sus efectos negativos de tipo directo e indirecto en US$6019.7 millones. Honduras fue el país más afectado. Mitch reptó por su territorio durante más de dos días, produciendo desbordes de los ríos a niveles no vistos en el presente siglo. Cobró 5657 vidas humanas, dejó 12275 heridos y afectó de manera primaria o secundaria a más de 24.2% de su población, siendo esta última cifra la más alta de cualquier desastre en la historia del país. Los daños estimados ascendieron a casi US$4000 millones, el equivalente al 80.5% del PIB, y afectaron de forma especial a la producción agrícola y al sector transporte. Los informes de la CEPAL incluyen estimaciones por sector, tanto de daños como de costos de reconstrucción. También se analizan los efectos de estos desastres sobre el medio ambiente y se otorga un valor financiero a los daños en las reservas naturales de los países. Por último, cada informe incluye una serie de proyectos por sector, diseñados para cumplir las dos etapas de rehabilitación y reconstrucción. Para mayor información sobre documentos relacionados con estos desastres naturales en América Latina, consultar a la Unidad de Distribución de Documentos de la CEPAL, publications@eclac.cl o el web www.cepal.org |