|
Hace poca más de diez años, un potente terremoto estremeció a la ciudad de México dejando tras de sí miles de muertos y heridos. la infraestructura de salud sufrió pérdidas considerables. Los pacientes y sus familias, los médicos, las enfermeras y el personal de salas de urgencia murieron cuando colapsaron los hospitales; los servicios de salud tan necesarios durante esta crisis quedaron interrumpidos. hemos visto estas tragedias también en Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá y otros países situados en zonas sísmicas. Pero no son solamente los terremotos los que han enseñado estas duras lecciones. En el Caribe son frecuentes los huracanes. En 1995, por ejemplo, los centros de salud y los hospitales del Caribe oriental quedaron seriamente dañados por el huracán Luis; en muchos casos, esos mismos establecimientos habrían sufrido las consecuencias del huracán Hugo apenas siete años antes. El sector sanitario de esos países no puede permitir que vuelvan a ocurrir esas pérdidas y, además, hoy contamos con los conocimientos técnicos para limitar las repercusiones de esos eventos sobre los establecimientos de salud. Hay razones económicas de mucho peso para poner en práctica medidas de mitigación de desastres, tanto en nuevas construcciones como en los edificios existentes. No obstante, cuando los recursos son escasos, los presupuestos que primero se recortan son los de mantenimiento; se utilizan métodos de construcción que ahorran tiempo y dinero y se toman decisiones que podrían resultar muy costosas a largo plazo. En 1990, la OPS/OMS inició un programa con miras a consolidar los esfuerzos de los países para aumentar la resistencia a los desastres en establecimientos de salud nuevos o existentes. Se elaboran pautas y proyectos piloto para analiizar la vulnerabilidad de los establecimientos de salud. La OPS por invitación del gobierno de México y con el apoyo de numerosas instituciones, convocó la Conferencia Internacional sobre Mitigación de Desastres en Instalaciones de Salud, que se celebró en el ciudad de México, en febrero de este año. Los objetivos de la conferencia fueron:
Si bien se han logrado algunos avances, todavía queda mucho por hacer. Es fundamental que los niveles de toma de decisiones estén convencidos de que reducir la vulnerabilidad del sector sanitario a los desastres naturales es parte esencial de la planificación natural. las recomendaciones emanadas de la Conferencia, presentadas en esas Actas, reflejan el compromiso que han asumido gobiernos, instituciones e individuos de trabajar en busca de la meta de reducir la pérdida de vidas, los daños materiales y los transtornos económicos causados por los desastres naturales. |
||||||||||||||||||||||||||||
![]() |