LA ASISTENCIA PREHOSPITALARIA (APH) A VÍCTIMAS DE UNA EMERGENCIA QUÍMICA

Carlos Alberto Guglielmi Eid

 

Introducción | Emergencias clínicas y traumas por emergencias con productos peligrosos | El primer paso es identificar el escenario | Múltiples víctimas en emergencias clínicas - una señal de alerta | Identificación del producto y establecimiento de una zona segura | El socorro de las víctimas | Conclusión

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1. Introducción

La atención prehospitalaria es la forma más eficiente que se conoce para la atención inicial de una víctima en situación de emergencia y con riesgo de vida o sufrimiento. Ésta se brinda en el lugar de ocurrencia del accidente y la realiza por personal capacitado y equipado, que busca interrumpir el daño a la salud, estabilizar las condiciones del paciente y transportarlo de forma segura a un hospital preparado adecuadamente.

Conocido mundialmente por diversas denominaciones como sistema (o servicio) de emergencia médica, servicio de atención médica de urgencias o sistema de atención prehospitalaria, en las tres últimas décadas este procedimiento ha revolucionado el proceso inicial de socorro. Se ha creado un contingente de millares de nuevos profesionales en una actividad innovadora y una industria competente, que ofrece productos y equipos nuevos cada día, lo que permite un incremento progresivo del número de vidas salvadas.

Con esta evolución, cada uno de los países fue creando leyes para reglamentar tal actividad, con responsabilidades y objetivos claramente definidos para cada sistema y sus profesionales. Lo que antes se realizaba sólo por solidaridad y altruismo, pasó a ser una actividad con profesionales diplomados y preparados para tal fin.

En agosto de 1998, el Consejo Federal de Medicina de Brasil recién reglamentó esta área como actividad médica. Asigna al médico la responsabilidad de coordinar el sistema pero, a la vez, reconoce que el médico no egresa con la preparación suficiente y determina la necesidad de una calificación adicional para esta actividad. Asimismo, reconoce que muchos otros profesionales pueden actuar directamente en el socorro para atender a las víctimas. Para ello, deben estar capacitados y actuar siempre bajo supervisión médica, inclusive a distancia. En julio de 1999, el Ministerio de Salud edita, en los mismos términos, las normas que deben cumplir los servicios de salud de Brasil.

2. Emergencias clínicas y traumas por emergencias con productos peligrosos

Al inicio, los servicios de asistencia prehospitalaria (APH) atendían emergencias como accidentes de tránsito, emergencias clínicas y partos. Pero con la evolución del sistema, otras situaciones menos frecuentes pasaron a necesitar atención prehospitalaria más adecuada. Entre éstas se incluyen las emergencias con productos peligrosos.

Las emergencias con productos peligrosos siempre fueron atendidas por organismos específicos preparados para tal fin o por las propias empresas que manipulan estos productos. Sin embargo, el trabajo cotidiano de un servicio de emergencia pone al equipo de socorro frente a situaciones con estos productos, lo que demuestra la necesidad de una mejor preparación, tanto en los procesos de capacitación como en los equipos para su actuación.

3. El primer paso es identificar el escenario

La mayoría de los servicios recomiendan a sus profesionales que no traten de actuar en un accidente que implique productos peligrosos, a no ser que estén calificados para hacerlo y dispongan de los equipos adecuados y personal suficiente para garantizar la seguridad del escenario.

Es probable que un profesional altamente especializado en el socorro a un paro cardíaco, no sepa evaluar el riesgo de explosión de un camión tanque volcado.

Antes de ingresar al lugar donde se produjo el accidente, los profesionales calificados deben saber evaluar los peligros y tomar las debidas precauciones para eliminarlo.

De una forma sistemática, los equipos de socorro general, antes de atender a una víctima, deben evaluar la situación según tres etapas distintas y bien definidas:

  1. ¿Cuál es la situación? – En esta etapa se identifica qué es lo que exactamente está sucediendo y cuáles son los detalles que presenta el escenario. Es probable que un socorrista con poca experiencia centre su acción en las víctimas y descuide la evaluación adecuada del entorno como un todo.
  2. ¿Cómo puede evolucionar la situación? – En esta etapa se busca prever las posibilidades de evolución de la situación. Un análisis inadecuado en el punto anterior, puede inducir a un error fatal.
  3. ¿Qué recursos se deben organizar o solicitar? – Este análisis permite completar una primera etapa fundamental antes de iniciar el tratamiento de las víctimas.

Naturalmente, la rapidez y precisión con la que algunos profesionales realizan estos tres pasos son fruto de la capacitación, experiencia y evaluación constante de los resultados obtenidos en accidentes ocurridos en el pasado.

Para este fin, los servicios de APH deben desarrollar programas para capacitar a los profesionales en general, ya que éstos pueden ser los primeros en llegar a un área de emergencia; los programas más minuciosos y los equipos específicos se reservarán para los grupos seleccionados que actuarán como grupo especializado.

4. Múltiples víctimas en emergencias clínicas - una señal de alerta

Una constante señal de alerta para los equipos de APH en general, es la ocurrencia de más de una víctima en una emergencia no traumática en un ambiente específico. Antes de iniciar el socorro sistemático de estas víctimas, se debe evaluar el ambiente a fin de buscar factores externos, como gases, que puedan estar causando el problema. Esto requiere que el equipo de socorro esté protegido.

La temida "visión de túnel" del socorrista que sólo ve a la víctima que va a socorrer y no se preocupa del ambiente, demuestra una capacitación deficiente y poco profesionalismo. Los profesionales deben haber madurado lo suficientemente como para poder soportar emocionalmente la existencia de una o más víctimas en un ambiente al que no podrán ingresar sin estar preparados.

5. Identificación del producto y establecimiento de una zona segura

Para un socorro eficiente, es básica la identificación del producto. Ésta posibilita tener una actuación precisa en la búsqueda de las medidas médicas más convenientes para el socorro de las víctimas. Asimismo, permite establecer áreas seguras para la actuación y áreas consideradas de riesgo, donde sólo se puede actuar con la debida protección.

6. El socorro de las víctimas

Inicialmente, las víctimas se deben llevar a un lugar seguro. Los socorristas deben estar preparados contra la contaminación. La seguridad siempre deberá ser la primera regla a seguir. Pueden ser necesarias las técnicas de descontaminación de las víctimas y de los socorristas, así como el mantenimiento de las vías aéreas, antídotos específicos y los cuidados generales para los casos de lesión.

Un grave problema que todavía experimenta Brasil, es determinar el hospital adonde se debe llevar a las víctimas. La poca participación de los hospitales en los sistemas de APH ha causado grandes dificultades que retardan la atención hospitalaria y causan graves daños a los pacientes.

Si bien son pocas, algunas ciudades poseen hospitales con áreas especializadas en intoxicaciones.

En otros puntos de Brasil, la simple ausencia de servicios prehospitalarios ha puesto a las víctimas a merced de su propia suerte. Afortunadamente, estos servicios progresan y amplían su cobertura cada día.

7. Conclusión

La capacitación de los equipos de APH general, siempre constituye el punto fundamental. La calificación de los profesionales debe ser cada vez más exigente para que puedan actuar en situaciones desconocidas y aprendan paulatinamente a enfrentar lo desconocido o inusitado. No obstante, esto no descarta que estén expuestos al "peligro".

Los programas de APH en general deben tener por finalidad la calificación para la identificación de los productos peligrosos, sus efectos y los cuidados y técnicas de socorro.

Si bien existen servicios de APH especializados en productos peligrosos, todos los que actúan en esta área deben recibir información y capacitación. De esta manera, las víctimas serán atendidas correctamente y los equipos de socorro podrán actuar de forma segura.

Por último, los hospitales deben participar del sistema general de APH y en los programas específicos.

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