1. Introducción
Para la gestión de riesgos en instalaciones
o actividades peligrosas se deben considerar las medidas necesarias
a fin de prevenir la ocurrencia de accidentes mayores, lo que requiere
evaluar la frecuencia de las fallas capaces de provocar accidentes,
así como las posibles consecuencias de esos accidentes para minimizar
los impactos en las personas y en el ambiente.
El Plan de Emergencia forma
parte del Programa de Gestión de Riesgos (PGR), cuya finalidad
es minimizar los daños provocados por los accidentes. Para elaborar
un plan de emergencia adecuado, que permita enfrentar los posibles
daños causados por los accidentes en una planta industrial, primero
se debe hacer un estudio detallado de análisis de riesgos con la
finalidad de evaluar adecuadamente los tipos de accidentes, los
recursos y las acciones necesarias para minimizar los impactos.
Por lo tanto, el estudio de análisis
de riesgos es un requisito básico para elaborar un plan de emergencia.
El alcance de los daños causados por un accidente mayor es proporcional
al nivel de planificación. Por consiguiente, un plan de emergencia
debidamente elaborado e implementado, tiene más posibilidades de
evitar que un accidente se transforme en un desastre.
2. Objetivos
y características
El objetivo de un plan de
emergencia es proporcionar un conjunto de directrices e información
destinadas a la adopción de procedimientos lógicos, técnicos y administrativos
estructurados para facilitar respuestas rápidas y eficientes en
situaciones de emergencia.
En términos generales, un plan debe
tener las siguientes características:
- posibilitar la restricción de los
daños a un área determinada, previamente designada para evitar
que los impactos sobrepasen los límites de seguridad preestablecidos;
- contemplar las acciones necesarias
para evitar que situaciones (internas o externas), de las instalaciones
involucradas en el accidente, contribuyan a su agravamiento;
- ser un instrumento práctico que
facilite respuestas rápidas y eficaces en situaciones de emergencia;
y
- ser lo más sucinto posible y contemplar,
clara y objetivamente, las atribuciones y responsabilidades de
las personas involucradas.
3. Estructura
Como se mencionó anteriormente,
el estudio de análisis de riesgos es un requisito para la elaboración
del plan de emergencia ya que permitirá extraer, entre otras, la
siguiente información:
- escenarios de accidentes;
- consecuencias esperadas de cada
uno de los accidentes considerados; y
- posibles impactos y áreas afectadas.
Esa información permite planificar
la elaboración del plan de emergencia porque facilita la proyección
adecuada de las siguientes acciones:
- aislamiento;
- señalización;
- definición de puntos de encuentro
y vías de escape;
- determina la cantidad y localización
estratégica de equipos de seguridad y protección individual;
- definición de procedimientos contra
fugas e incendios.
Por lo general, un plan de emergencia
para la atención de accidentes ambientales provocados por productos
o actividades peligrosas debe seguir la siguiente estructura:
- Introducción
- Características de las instalaciones
y actividades
- Objetivo
- Área de alcance
- Estructura organizacional
- Funcionamiento
- Procedimientos de lucha contra accidentes:
- evaluación;
- aislamiento y evacuación;
- lucha contra incendios;
- control de fugas;
- reparaciones de emergencia;
- acciones para evitar el reavivamiento
de incendios (después de la emergencia).
- Anexos:
- Formulario de registro de accidentes;
- lista de acciones;
- recursos materiales;
- fichas de información sobre
sustancias químicas;
La figura 1 presenta un ejemplo de
estructura organizacional para un plan de emergencia que, obviamente,
se deberá adaptar a cada caso. Las funciones presentadas, en cambio,
son válidas para cualquier plan.
Si bien se pueden definir procedimientos
guía, es importante establecer acciones de lucha compatibles con
los posibles daños esperados para cada uno de los posibles accidentes
mencionados previamente y sus respectivos escenarios. Los resultados
de los estudios de consecuencias, obtenidos a través de modelos
de simulación, pueden proporcionar datos importantes para la definición
de acciones específicas, como el aislamiento y la evacuación de
áreas, basadas en la extensión alcanzada por las fugas u otros fenómenos
previamente estudiados.
Figura 1. Estructura de la organización
del plan de emergencia
El plan para accidentes mayores del
Sector Salud debe contener por lo menos los siguientes elementos
(que normalmente habrán sido acordados por los funcionarios responsables):
un sistema de mandos y controles, y
la disposición de un sistema de comunicaciones de emergencia;
la disponibilidad (donde sea propiado)
de una brigada de emergencia en el hospital que sería enviada a
la escena del accidente;
las medidas adecuadas para el transporte
de pacientes;
las instalaciones de descontaminación;
las medidas de nivel hospitalario:
- disposición de camas;
- área de recepción de pacientes;
- identificación y documentación de
los pacientes;
- muestras biológicas de los pacientes,
que se usan como base para el análisis de seguimiento;
- fármacos y equipo;
- prendas de protección;
- convocación del personal.
la información directa a los parientes/público
en general (o a través de los medios masivos) y relaciones con los
medios de comunicación;
el retiro de los servicios de emergencia;
el seguimiento y evaluación de los
pacientes;
el adiestramiento en el uso del Plan,
pruebas prácticas del mismo y la evaluación de resultados de las
pruebas;
las relaciones con otras personas que
participan en la respuesta de emergencia.
El cuadro 1 presenta un esquema general
de acciones basadas en los posibles impactos en diferentes escenarios
de accidentes.
4. Implementación
y mantenimiento
El éxito de una operación de atención
de accidentes mayores, depende de las acciones de respuesta previstas
y desarrolladas en el plan de emergencia. De esta manera, para lograr
los resultados esperados a través de las acciones previstas en el
plan durante la ocurrencia de situaciones de emergencia, es necesario
divulgarlo debidamente, dentro de la institución, e integrarlo a
otros planes locales y regionales, así como a otras entidades que
deberán actuar conjuntamente en la respuesta a los accidentes.
Además de la debida divulgación, la
implementación del plan está relacionada con la disponibilidad de
los recursos humanos, además de los materiales necesarios y compatibles
con la gravedad de las posibles ocurrencias que se atenderán.
El plan también debe considerar la
implementación y mantenimiento de un programa de capacitación en
diferentes niveles de dificultad, incluidos:
capacitación teórica;
capacitación individual;
ejercicios de campo;
operaciones simuladas de coordinación.
Después de la etapa de implementación,
el plan de emergencia se debe actualizar y revisar periódicamente,
con base en la experiencia adquirida a lo largo del tiempo, tanto
durante las ocurrencias reales como durante la capacitación. El
mantenimiento del plan debe contemplar las siguientes actividades:
sistema de actualización de la información;
registro de los casos atendidos;
reevaluación periódica de los procedimientos;
reemplazo y renovación de recursos.
5. Bibliografía
CETESB. Manual de orientação para
a elaboração de estudos de análise de riscos; São Paulo, 1994.