• Trabajar en pos del desarrollo de planes estratégicos factibles para el fortalecimiento de los programas de salud mental a nivel nacional. La meta a largo plazo es reducir el tamaño de las instituciones psiquiátricas existentes (‘asilos’), fortalecer la APS y la atención psiquiátrica en los hospitales generales, y fortalecer el cuidado de las personas con trastornos mentales crónicos y severos por parte de la comunidad y la familia.
• Trabajar en pos de legislación y políticas de salud mental correctas y pertinentes. La meta a largo plazo es obtener un sistema de salud pública funcional que incluya a la salud mental como un elemento esencial.