cerrar esta libroDesastres Preparativos y Mitigación - Boletín No. 39 - Julio, 1989 (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1989, 8 p.)
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Capacitación para casos de desastre: ¿cómo se debe proporcionar y a quiénes?

La respuesta del sector salud de un país afectado por un desastre es un buen indicador de la importancia que se ha atribuido al fortalecimiento de las instituciones nacionales y a la capacitación del personal local de salud, ya que la clave de la gestión acertada de las tareas para hacer frente a los desastres no radica en la acumulación de equipo y material, sino en la formación de recursos humanos.


Los escolares y maestros reciben muy bien las enseñanzas sobre preparativos para casos de desastre. En Costa Rica, el Ministerio de Educación ha iniciado un programa eficaz dirigido a alumnos de escuela primaria. En Pinar del Río, Cuba, los niños aprenden primeros auxilios representando distintos papeles.

Fotografía: Carlos Gaggero/OPS.

Destinatarios

Teniendo en cuenta la vulnerabilidad de cada país, ¿a quiénes se debería capacitar? Tal vez podríamos encarar la pregunta desde otro ángulo: ¿Quiénes proporcionan socorros sanitarios esenciales durante un desastre o inmediatamente después del mismo? La lista es larga, ya que la respuesta del sector salud a los desastres abarca todas las disciplinas y depende, hasta cierto punto, de decisiones de otros sectores clave. En las Américas, los grupos destinatarios son varios, e incluyen los siguientes:

· Profesionales de salud de todas las disciplinas (personal y administradores de hospitales, ingenieros sanitarios, epidemiólogos, etc.). Son muy pocos los trabajadores de salud que no tienen una noción de los conceptos básicos de respuesta y preparativos para casos de desastre.

· Ciertos grupos que responden en casos de desastre, pero que no pertenecen al sector salud, desempeñan una función decisiva en situaciones de emergencia. Entre ellos, el más poderoso es los medios de comunicación. Si antes de un desastre se educa a los medios de comunicación sobre los mitos más comunes, se evitará la difusión de información errónea sobre problemas de salud después de los desastres y disminuirán las presiones para que las autoridades asignen recursos a campañas ineficaces pero que atraen mucha publicidad. Otros grupos importantes son los bomberos, la policía y

· Los ministerios de relaciones exteriores constituyen un vinculo imprescindible con el resto del mundo. Con demasiada frecuencia, los pedidos de socorro médico o de otros tipos de socorro sanitario se formulan o se reciben a nivel diplomático, y no se basan en criterios científicos o técnicos. Si los diplomáticos comprendieran mejor los problemas de salud, seria más fácil proporcionar socorro sanitario internacional eficaz.

· Las comunidades tienen la primera y la última palabra en la respuesta a las situaciones de emergencia: la primera, porque la ayuda exterior, especialmente a nivel internacional, siempre llega tarde; la última, porque a menudo las comunidades afectadas quedan libradas a su suerte una vez que la fase de emergencia aguda ha pasado. La capacitación comunitaria es esencial, pero constituye un desafío.

· Los escolares y maestros reciben muy bien las enseñanzas sencillas sobre preparativos para situaciones de emergencia sanitaria. Esta estrategia, aplicada con la cooperación de los ministerios de educación, es eficaz para influir en la opinión pública en cuanto a las situaciones de emergencia sanitaria y obtener resultados duraderos.

Estrategias

La capacitación en materia de preparativos para casos de desastre debería basarse en las siguientes directrices y estrategias:

· Capacitación de instructores: no todas las organizaciones y programas de capacitación pueden llegar hasta las bases, pero la formación de un equipo nacional de instructores con experiencia es un paso adelante. Se trata de un proceso permanente, en vista de la variedad de disciplinas que los preparativos para casos de desastre abarcan y del alcance creciente de los problemas que abordan. Además, la capacitación de instructores garantizará el efecto multiplicador de la labor didáctica.

· Los cursos, talleres, simulacros y ejercicios ayudan a formar una masa critica de profesionales de salud influyentes y capacitados para hacer frente a desastres. Sin embargo, llega un momento en que la comunidad internacional no puede continuar haciéndose cargo de esta tarea, de manera que es necesario institucionalizar a nivel nacional los preparativos para casos de desastre a fin de garantizar su supervivencia a largo plazo. Una manera de hacerlo en cada país es incluir los preparativos para casos de desastre en los programas de estudios de las facultades de medicina e ingeniería y en las escuelas de enfermería.

· Una vez establecido un mecanismo para impartir ampliamente conocimientos generales, la labor se puede centrar en el desarrollo de conocimientos en campos técnicos nuevos. Como los adelantos en el campo de los preparativos para casos de desastre son constantes, los programas y materiales de capacitación deben ser dinámicos y actualizados.

· La preparación de material didáctico y su distribución gratuita entre instituciones y personas apropiadas es indispensable para que la capacitación tenga un efecto multiplicador. Esos materiales facilitan la labor instructiva de las instituciones de enseñanza, los ministerios de salud y las organizaciones no gubernamentales.

Magnitud vs. Intensidad

De vez en cuando, las palabras magnitud e intensidad son usadas alternamente para escribir acerca de los terremotos. A pesar que los dos términos son usados para expresar la severidad del terremoto, se refireren a dos escalas diferentes.

La Escala de Richter de magnitud mide la energía de un terremoto desde su fuente. Es la escala más comúnmente usada, pero generalmente la más confundida. La magnitud de un terremoto, medida con la escala de Richter, es expresada en números ordinarios y decimales. Cada número entero indicando un grado en la escala de magnitud representa un incremento de 10 veces en la amplitud medida. Por lo tanto un terremoto de magnitud 8.3 no es el doble de fuerte que un terremoto de magnitud 4.3, sino 10,000 veces más fuerte.

La Escala Modificata de Mercalli mide la intensidad de los efectos de un terremoto en un determinado lugar, y es quizá la más fácil de entender para una persona corriente, porque está basada en observaciones reales de los efectos de un terremoto en lugares específicos. La escala contiene 12 categorías que van desde I (no se siente, excepto por unos pocos bajo circunstancias excepcionales) hasta XII (daño total-prácticamente todas las construcciones quedan bastante dañadas o destruidas). Las ondas se ven en la superficie y las líneas de vista y nivel se distorsionan. Los objetos son arrojados para arriba en el aire.

Es difícil comparar la magnitud con la intensidad porque la magnitud es una medida de la energía liberada en el foco del terremoto mientras que la intensidad está asociada con la superficie y las condiciones estructurales de un lugar específico, así como la distancia del epicentro del terremoto.

Adaptado de UNDRO News

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