En el período que sigue a un desastre natural se necesitan a menudo consultores en entomología y lucha antivectorial o equipos de personal multidisciplinario para esta última actividad. La composición de esos equipos dependerá de la naturaleza del desastre y de las necesidades del país. En general, comprenderán un entomólogo, un especialista en lucha antivectorial otro en lucha contra roedores y un técnico de saneamiento. Si en el país existe el problema de la malaria, habrá que añadir un malariólogo. El equipo, o individualmente las personas que lo componen, deberán colaborar con los miembros de los grupos de epidemiología y con el personal existente de medicina y lucha antivectorial.
Es posible que también se necesiten personas con conocimientos teóricos y prácticos en materia de montaje, calibrado, empleo y mantenimiento de equipo de lucha contra los vectores.
Es posible que también se necesiten personas con conocimientos teóricos y prácticos en materia de montaje, calibrado, empleo y mantenimiento de equipo de lucha contra los vectores.
La Organización Panamericana de la Salud tiene una lista de expertos en esas materias, y algunos de ellos poseen experiencia como consultores con ocasión de desastres naturales. La Organización dispone asimismo de un servicio de compras acostumbrado a atender pedidos de suministros y equipo, que puede prestar ayuda a los gobiernos en situaciones de emergencia.
La Organización Panamericana de la Salud y los organismos internacionales y bilaterales de cooperación que facilitan asistencia a los países han establecido un sistema para la rápida contratación de consultores que trabajen en la labor de socorro, en cooperación con otras entidades internacionales y bilaterales de ayuda. Los países que precisen colaboración técnica de esa índole deberán puntualizar el tipo de consultores que necesitan, por ejemplo entomólogos, oficiales técnicos, técnicos de saneamiento o malariólogos, y enviar la oportuna comunicación al representante de la OPS en el país, a fin de que pueda adoptarse acción inmediata.
Los consultores deberán recibir instrucciones antes de salir para el país de destino y a la llegada a éste. La Organización Panamericana de la Salud los informará previamente sobre los siguientes aspectos:
1) Objetivos generales de la consultaría.2) Duración prevista de la consultaría.
3) Contactos, en especial nombres de los titulares de puestos de responsabilidad y, de ser posible, de los entomólogos, especialistas en lucha antivectorial; funcionarios civiles y militares de salud pública y otras posibles fuentes de asistencia en el país.
4) Condiciones ocasionadas por el desastre y su relación con posibles problemas.
5) Tipo de suministros y equipo que el consultor deberá llevar consigo, además de los enumerados en el Anexo II.
6) Lista de personas encargadas de facilitar medios logísticos tales como alimentos, vehículos de transporte, refugios y posibilidades de comunicación.
7) Perfil de país, con información sobre características geográficas, climatológicas y demográficas, condiciones políticas y socioeconómicas, historia de enfermedades transmisibles e infraestructura de salud pública.
8) Información actualizada sobre los siguientes aspectos:
a) personal de lucha antivectorial
b) equipo de lucha antivectorial
c) insecticidas y rodenticidas;
d) sistemas de transportes y comunicaciones.9) Datos para las comunicaciones necesarias, por ejemplo:
a) dirección postal y telegráfica, y número de teléfono y de telex de la oficina de la Organización Panamericana de la Salud;
b) nombre y dirección de hoteles, particularmente si la zona de residencia del consultor estará alejada de la oficina de la Organización Panamericana de la Salud;
c) representaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y de otros organismos de las Naciones Unidas y entidades internacionales o nacionales establecidas en el país.10) Información sobre requisitos en cuanto a pasaportes y visados, moneda, boletos de viaje aéreo y exceso de equipaje (acompañado) que se permite.
El consultor puede completar la información precitada enterándose de las enfermedades y vectores frecuentes en el país, y de las condiciones geográficas de éste. A tal efecto, puede recurrir a bibliotecas, diarios, informes de las Naciones Unidas relativos al país de que se trate, universidades, manuales utilizables en la zona, informes de otros consultores y personas que estén al tanto de las condiciones imperantes en el país. Los radioaficionados que tengan contactos en el país son otra fuente útil de información.
La Organización Panamericana de la Salud y diversos organismos internacionales y programas de ayuda bilateral se encargan de organizar los viajes y los contactos locales; además, informarán a sus funcionarios destacados en el país acerca de la llegada del consultor y solicitarán entrevistas con las autoridades nacionales apropiadas.
El contacto con la Organización Panamericana de la Salud antes de la salida pondrá al consultor al tanto de lo siguiente:
1) Funcionarios estatales de salud pública, agricultura, defensa y recursos naturales con los que deberá entrevistarse.2) Situación en lo que respecta a problemas ocasionados por el desastre, incluso de vectores y roedores.
3) Informes precedentes recibidos por la Organización Panamericana de la Salud o en posesión del gobierno nacional, acerca de enfermedades transmitidas por vectores y roedores.
4) Otros tipos de asistencia que facilitan las entidades y organizaciones internacionales.
5) Personas o entidades no estatales y otras fuentes posibles de información, inclusive empresas nacionales de lucha contra plagas y operarios de rociamiento aéreo.
6) Cambios que se hayan introducido en los planes del gobierno.
7) Repercusiones políticas o económicas del desastre.
8) Estado de las carreteras y disponibilidad de medios de transporte para trabajos sobre el terreno.
9) Informes de prensa sobre las condiciones ocasionadas por el desastre.
Se recomienda que el consultor establezca contacto inicial con el organismo internacional o bilateral que organizó la visita y, seguidamente, con el comité de emergencia para casos de desastre y el subcomité de lucha antivectorial si existe. Cualesquiera que sean los contactos técnicos, corresponde al consultor hacerse una idea precisa de las necesidades, localizar a su homólogo en el gobierno y mantenerse en comunicación con las autoridades competentes.
En la mayoría de los casos se pedirá al consultor que colabore con el gobierno en la evaluación del problema, en el estudio de medidas correctivas y en el adiestramiento de personal. La evaluación inicial puede verse dificultada por problemas de transporte y comunicación. Los mapas y gráficos preparados por el gobierno facilitarán cierta información. Sin embargo, habrá zonas de las que se sepa muy poco o nada, y en tal caso habrá que ajustarse a la penuria de datos. Si hay inventarios de suministros y equipo para lucha antivectorial, el consultor deberá examinarlos lo antes posible.
Es muy útil evaluar la información reciente sobre distribución, densidad de las poblaciones y fases de desarrollo de las especies vectores. Habrá que proporcionar al consultor medios de transporte terrestre para vigilancia y, de ser posible, el vehículo que se le asigne será de tracción delantera y trasera. Además, los datos obtenidos mediante reconocimientos aéreos pueden dar una idea general de las zonas y de los posibles métodos de ataque.
Suele ser difícil determinar las medidas correctivas adecuadas. Los efectos de un desastre podrían a veces justificar el uso de tecnología nueva para combatir rápidamente los vectores. Sin embargo, los métodos modernos no siempre son apropiados. Un país puede estar al tanto de que existen ciertos tipos de equipo, insecticidas y tecnología recientes y tratará de averiguar si deben usarse. El equipo complicado puede ser útil para mitigar a corto plazo los problemas de vectores. Sin embargo, es posible que los métodos usuales de lucha contra las larvas o los adultos en reposo resulten más eficaces y menos costosos. El equipo que se enmohece en los estantes mata pocos mosquitos.
Las recomendaciones deben ser prácticas y referirse a lo que efectivamente pueden hacer las autoridades locales en materia de lucha antivectorial, pero también pueden ayudar a los gobiernos a alcanzar objetivos a largo plazo que solo tienen una relación secundaria con los desastres naturales. Vale la pena, por consiguiente, examinar todas las recomendaciones con los representantes de organismos internacionales y del gobierno antes de formularlas.
Los informes comprenderán definiciones de los problemas posibles de vectores e indicarán las consecuencias actuales y futuras de la situación en cuanto a disponibilidad de recursos humanos y de otra índole. La evaluación constante de la situación y de los programas de adiestramiento es importante, ya que el informe debe referirse principalmente a la probabilidad de que se planteen problemas y a las consecuencias de éstos. Hay que puntualizar las actividades que deben emprenderse en distintos momentos o cuando cambie la posibilidad de enfermedades relacionadas con vectores. En el informe también deben indicarse otras formas posibles de resolver los problemas de personal o equipo.
Se expondrán los modos de aplicar y evaluar medidas correctivas y lo que conviene hacer si se declara una epidemia. No hay que olvidar la logística, es decir, planes de trabajo, zonas geográficas que requieren cobertura y medios para combatir las enfermedades potencialmente epidémicas. En el informe también se indicarán los métodos de supervisión de personal y los suministros y equipo suplementarios que se necesitan.
El informe y las recomendaciones pueden usarse como pautas, cuando éstas hagan falta, y también con fines educativos. Debe señalarse, sin embargo, que debido a la divergencia de opiniones un programa raras voces se acepta y aplica sin cambios.
Los consultores, aun reconociendo que es prerrogativa del país adoptar las decisiones finales, suelen sugerir medidas para el futuro. Facilitarán la labor de las autoridades si hacen lo siguiente:
1) Cerciorarse de que se dan instrucciones al personal y de que el informe y las recomendaciones son examinados antes de su presentación oficial.2) Informar sobre las recomendaciones a los organismos internacionales y a los representantes en los países y estudiar la posibilidad de que participen dichos organismos.
3) Cerciorarse de que el personal asignado y los administradores comprenden lo que están haciendo y por qué.
4) Exponer por carta, por teléfono o personalmente la situación y el fundamento de las recomendaciones a los técnicos de la organización internacional competente.
Con harta frecuencia, al salir del país, el consultor se olvida de éste y de sus problemas. En la era de las fotocopias instantáneas, el envío ocasional de reproducciones de informes científicos o de una carta personal es un método fácil de colmar las lagunas que encuentren las organizaciones internacionales. A menudo, ese pequeño trabajo suplementario determina el éxito o el fracaso del país en la aplicación de las recomendaciones.
Las deficiencias del adiestramiento nunca son más palpables que durante el período que sigue a los desastres naturales. Los programas de lucha antivectorial están concebidos para atender necesidades en circunstancias normales, cuando la respuesta adecuada puede ser rutinaria. Durante los desastres se precisa flexibilidad (que a menudo falta), así como también personal suplementario y adopción de medidas inmediatas. La mayor parte de las críticas se refieren más a la confusión, al malgaste y los errores tácticos, que a la falta de verdaderos progresos. Hay muy pocas soluciones a este dilema, pero un programa adecuado y visible de adiestramiento puede mitigar las críticas.
Como en la mayoría de los programas de lucha contra la malaria y los vectores se ofrecen posibilidades de adiestramiento en el trabajo y cursos anuales de perfeccionamiento, la actualización continua de los programas y los niveles de formación y eficiencia del personal contribuirán al buen éxito de cualquier campaña de vigilancia o control. Conviene pedir al consultor que mientras se encuentre en el país dé adiestramiento en el trabajo (además de los cursos ordinarios) para el personal nacional que esté en contacto con él.
![]() |
![]() |