Durante los últimos veinte años han ocurrido muchos cambios en la Región. Después de muchos años de estancamiento, las economías de la mayoría de los países de la Región están mejorando nuevamente y las condiciones sociales también están evolucionando con rapidez. El crecimiento acelerado de las poblaciones urbanas está ejerciendo presión en la infraestructura en lo que respecta a la eliminación de desechos y el transporte urbano. Además, la aceleración de la extracción de recursos y de la capacidad industrial está suscitando inquietud por el deterioro ambiental y los posibles efectos conexos en la salud.
También se ha demostrado que la mayor producción y uso de productos químicos en la industria, la agricultura y otros sectores de la economía perjudican la salud de muchas personas en la Región.
Hay ventajas y desventajas relacionadas con los acontecimientos descritos en el párrafo anterior. Desde el punto de vista de las ventajas, han aumentado sustancialmente la conciencia y la inquietud por el deterioro del medio ambiente en todos los grupos, tanto en la población en general, como entre los profesionales, la industria, los funcionarios encargados de tomar decisiones y los políticos. Atendiendo a las desventajas, cabe señalar que una mayor conciencia e inquietud no conlleva forzosamente una mayor comprensión, y que las percepciones erróneas del público pueden dar lugar a que se gasten los escasos recursos de protección sanitaria en actividades que no merecen la prioridad más alta. Debe reconocerse también que el juicio general es que las instituciones, la legislación, los laboratorios y el personal adiestrado para prevenir o controlar la exposición a los productos químicos son inadecuados, contribuyendo a generar condiciones ambientales peligrosas en muchos sitios.
La posible repercusión de esta situación en la salud de la población y de los trabajadores se ha investigado durante los últimos cuatro años mediante estudios detallados en distintos ámbitos.
· Efecto en la salud de los trabajadores y otras personas de la exposición a plaguicidas.Los datos existentes acerca del número de intoxicaciones anuales por plaguicidas revelan el crecimiento de la tendencia en el último decenio. El porcentaje de muertes entre los casos de intoxicación por plaguicidas fluctuó de 1,5 a 12% (la amplia gama probablemente sea resultado de las variaciones en los plaguicidas usados, el número de aplicaciones por estación y otras variables). Se calcula que aproximadamente 70% de las personas intoxicadas por plaguicidas trabajaban en el sector agropecuario.
· Efectos de la contaminación del aire urbano sobre la salud de la población general y de determinados grupos vulnerables.
En los últimos decenios se ha deteriorado la calidad de aire en muchas zonas urbanas de la Región. También se han observado algunas mejoras, principalmente en el tránsito de automóviles. Los contaminantes en cuestión provienen de los procesos industriales y de combustión, y varios estudios indican que los efectos sobre la salud de las poblaciones locales son considerables, según se desprende del aumento en el número de visitas a los centros de tratamiento de urgencia y la prevalencia de los problemas respiratorios. Se proyecta (empleando un modelo) que la pérdida de días de trabajado por año en la Región posiblemente ascienda a 65 millones, debido a las enfermedades respiratorias asociadas con los contaminantes.
· Tipos y volúmenes de desechos peligrosos producidos por la industria y los establecimientos de salud en 21 países de la Región.
Una encuesta reciente llevada a cabo en la Región muestra que hay un número relativamente pequeño de industrias textil, curtiduría, pulpa y papel, imprenta, productos químicos básicos, fundición ferrosa y no ferrosa, y acabado de metales que generan un alto porcentaje de afluentes y desechos peligrosos contaminados. Las prácticas de eliminación final de los desechos industriales peligrosos se consideran, en general, inadecuadas. Con respecto a los desechos de los establecimientos de salud, se observó que una gran proporción de los desechos generados por estas instalaciones se manejan como desechos domésticos, exponiendo así a los trabajadores de salud y a otras personas que participan en la eliminación de estos desechos.
· Efectos sobre la salud de las personas tras la descarga de productos químicos tóxicos en las aguas superficiales.
Se vierten varios tipos de sustancias químicas en los cuerpos de agua superficial y subterránea en la Región. Por ejemplo, se descargan varios tipos de metales pesados producidos por diversas operaciones de minería, incluidos el plomo, el mercurio y el arsénico. Otras clases de sustancias químicas provienen de la escorrentía y las descargas agrícolas que contienen diversos fertilizantes, plaguicidas y herbicidas. La industria también contribuye considerablemente vertiendo productos de desecho, tales como muchas clases de solventes de sustancias orgánicas y otros materiales. Si el agua se usa como agua potable, aumentan significativamente los riesgos graves para la salud, causando, en particular, daños hepáticos, renales y reproductivos, afectando el desarrollo neonatal, y produciendo trastornos necrológicos y cáncer.
Cada uno de estos estudios ha revelado o bien consecuencias graves en la salud o, en el caso de los desechos peligrosos, una probabilidad significativamente alta de repercusiones perjudiciales a la salud.
i) Fortalecimiento de la cooperación entre organizaciones
Tal como se indica en la sección 2.3, el Programa 21 de la CNUMAD estableció las seis áreas programáticas prioritarias de la estrategia internacional para la gestión ecológicamente racional de los productos químicos tóxicos. Se reconoció que hay varias organizaciones intergubernamentales, amén de los países, que pueden desempeñar una función clave en la ejecución de estas áreas prioritarias de programa. Asimismo, se solicitó que la colaboración en la seguridad química entre el PNUMA, la OIT y la OMS en el IPCS constituyera el núcleo de una cooperación internacional más eficaz en este campo.
En respuesta a esta solicitud, se han celebrado varias consultas con las secretarías de otras organizaciones intergubernamentales, así como con la Comisión de la Unión Europea (UE). Estas consultas se han centrado en la formulación de los conceptos para un mecanismo global formal mediante el cual otras organizaciones, aparte de las tres citadas, puedan colaborar, y en una serie de mecanismos para coordinar el trabajo internacional en ciertas áreas de programa del capítulo 19 del Programa 21. Estos organismos coordinadores no se limitarán forzosamente al trabajo de las organizaciones intergubernamentales, sino que pueden incluir a organizaciones no gubernamentales y, cuando corresponda, a instituciones nacionales.
La OMS, la OIT, el PNUMA, la FAO, la ONUDI y la OCDE han llevado a cabo extensas consultas para establecer el Programa entre Organizaciones para las Gestión Racional de las Sustancias Químicas (IOMC), un mecanismo para coordinar las actividades de las organizaciones intergubernamentales. Se ha establecido un Comité Coordinador Interinstitucional (CCI); asimismo, un Memorando de Entendimiento preliminar provee la base jurídica para la cooperación entre las seis organizaciones, entró en vigor en marzo de 1995. El CCI, integrado por un representante de cada uno de los jefes ejecutivos de las organizaciones participantes, se encargará de la vigilancia y asegurará la coordinación de las actividades que en materia de seguridad química lleven a cabo las organizaciones participantes, individualmente o en su conjunto. Además, se contempla la posibilidad de que se realicen actividades científicas y técnicas conjuntas para apoyar la gestión racional de las sustancias químicas con otras organizaciones y organismos, por ejemplo, la UE, para lo cual se concertarían convenios cooperativos específicos. Se ha convenido en que la OMS sea la organización que administre el IOMC, y el Director del Programa sobre la Seguridad de las Sustancias Químicas (PCS) ha sido invitado a actuar como jefe de la Secretaría del CCI. Además de las funciones coordinadoras, el CCI puede desempeñar una labor en la movilización de recursos. El CCI tendrá que aprobar el Programa Regional y sus actividades.
Existen mecanismos coordinadores específicos establecidos o en proceso para algunas áreas de programa o subprograma, entre otras, la armonización de la clasificación de los productos químicos, el intercambio de información sobre los productos químicos tóxicos y el riesgo que entrañan, y la evaluación de los riesgos de los productos químicos. Estos mecanismos proveen un foro regular para que todos los organismos interesados que trabajen en las áreas respectivas se consulten acerca de los planes y las actividades del programa, y para que examinen medios y arbitrios para cerciorarse de que estas actividades se respalden mutuamente.
ii) Foro intergubernamental sobre seguridad química
Como consecuencia de la recomendación de la CNUMAD, y en respuesta a la WHA 46,20, el Director General de la OMS convocó, en nombre de los jefes ejecutivos de la OIT y el PNUMA, la Conferencia Internacional sobre Seguridad Química, que se celebró a invitación del Gobierno de Suecia en Estocolmo, del 25 al 29 de abril de 1994. La Conferencia estableció un Foro Intergubernamental sobre Seguridad Química (el Foro). Considerada como su primera reunión, el Foro aprobó las prioridades para la acción relativas a la puesta en práctica de las áreas de programa del capítulo 19 del Programa 21 de la CNUMAD. El Foro es un mecanismo no institucional en cuyo marco los representantes de los gobiernos se reúnen para examinar cuestiones relativas a la evaluación y gestión del riesgo de las sustancias químicas y para proveer asesoramiento al respecto y, cuando convenga, hacer recomendaciones a los gobiernos, las organizaciones internacionales, los organismos intergubernamentales y las organizaciones no gubernamentales responsables de la seguridad química en relación con estas cuestiones. El Foro proveerá orientación en materia de políticas, en particular con respecto a la cooperación regional y subregional, establecerá estrategias de manera coordinada e integrada, promoverá la comprensión de los problemas y fomentará el apoyo político necesario para el desempeño de estas funciones.
La segunda reunión del Foro se celebrará antes del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1997, para considerar el progreso alcanzado en la ejecución del Programa 21 en su totalidad. Se prevé una tercera reunión para el año 2000. Entre reuniones, las actividades del Foro estarán dirigidas por el Grupo entre Períodos de Sesiones (ISG), compuesto de 3 l países. Su primera reunión se celebró en Brujas, Bélgica del 21 al 23 de marzo de 1995, por invitación del Gobierno belga, y la segunda en Australia, en marzo de 1996.
En aceptación del ofrecimiento del Director General de la OMS de proveer una Secretaría Interina para el Foro, se ha establecido una oficina en la Sede de la OMS. La OMS es el organismo administrativo de la Secretaría, y el Director de PCS también actúa como Secretario Ejecutivo del Foro. Se ha establecido en la OMS un Fondo Fiduciario para dar apoyo financiero a la Secretaría.
El establecimiento del Foro fue apoyado vigorosamente por la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (CDS) en su segunda reunión, que tuvo lugar en mayo de 1994. Las recomendaciones del CDS fueron apoyadas por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas en su reunión sustantiva de julio de 1994. Además, el CDS exhortó a los organismos de las Naciones Unidas y a otras organizaciones internacionales a fortalecer al IPCS compartiendo la carga del trabajo. El CDS instó a que se estrechen los vínculos entre el Foro y el IPCS fortalecido.
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