Dependiendo de la localización y de la magnitud del desastre, generalmente se establece en el sitio de la catástrofe un primer nivel de atención para efectuar las labores de socorro y primeros auxilios a las víctimas. Cuando el desastre ocurre en las áreas metropolitanas, este primer nivel de atención estará a cargo del personal de las ambulancias, bomberos, policía, Cruz Roja y otro personal médico o paramédico. Si el desastre ocurre en un área rural alejada de los centros poblados, el personal de los puestos y centros de salud más próximos asumirán la responsabilidad de asistir a las víctimas en las primeras etapas de la emergencia.
Es necesario que se observen normas mínimas de organización y coordinación en el sitio del desastre, cualquiera que éste sea, a fin de evitar la confusión que ocasionaría el deterioro de la asistencia.
Las normas a observarse deberán estar orientadas a lo siguiente:
1) Establecimiento de un puesto comando que coordine las actividades de emergencia, velando por el buen uso del recurso disponible y evitando conflicto de roles.2) Rápida evaluación de la magnitud del desastre y del número de víctimas, localización y necesidades urgentes.
3) Selección del área o zona que servirá como primer nivel de clasificación (triage) e identificación (tagging) de los heridos antes de traslado a los centros de asistencia. Si la magnitud del desastre lo justifica, se deberá elegir en el sitio de la catástrofe uno o varios espacios adicionales que funcionen como segundo nivel de clasificación de heridos.
4) Administración de primeros auxilios a los heridos, tales como inmovilización, control de hemorragias, mantenimiento de las vías respiratorias y en algunos casos reemplazos del volumen sanguíneo. La administración de primeros auxilios debe observar los criterios de prioridad otorgados en el área del triage.
5) Establecimiento de las vías de comunicación con los hospitales regionales o unidades satélites, a fin de dar la "voz de alarma" para que los establecimientos hospitalarios activen y pongan en ejecución sus respectivos planes de emergencia para la atención de heridos en masa.
Una vez que los hospitales y centros asistenciales hayan tomado conocimiento de la catástrofe y activado su propio plan para situaciones de emergencia, movilizarán sus recursos para la atención in situ. Según la magnitud del desastre, trasladarán los equipos médicos o enviarán equipos de rescate y salvamento con entrenamiento en primeros auxilios.
Unidades móviles
En un desastre de magnitud que haya afectado incluso las estructuras físicas de los hospitales o sobrepasado la capacidad de atención de los hospitales disponibles, podría estar justificada, con ciertas limitaciones, la utilización de unidades móviles como un medio alterno para funcionar como hospital de referencia, hospital de tratamiento o sólo como centro de primeros auxilios.
Es de advertir que la experiencia ha demostrado la poca eficacia de este tipo de unidad debido a los costos de movilización e instalación, la poca autonomía de recursos materiales y humanos y su complejidad.
Debido a estas experiencias, se aconseja que antes de instalar una unidad móvil se considere su autosuficiencia en todo sentido. Es decir, deberá contar con personal médico, de enfermería y apoyo, e igualmente con los suministros, medicamentos, materiales de urgencia y suministros médico-quirúrgicos para la atención de lesionados; también deberá ser autosuficiente en el sentido de llevar alimentos y otros suministros al personal del mismo, con el objeto de no incidir en las necesidades precarias de la comunidad.
Por otra parte, la coordinación de las funciones de estas unidades debe ser manejada por un comando único local, que distribuya, apoye y supervise las funciones de estas unidades según el plan nacional de salud para desastres.
Los hospitales, al elaborar sus planes de emergencia para desastres deberán considerar la alternativa de continuar en funcionamiento, aun cuando el desastre haya afectado su propia estructura.
Unidad móvil para primeros auxilios
Una unidad de primeros auxilios deberá ser un centro asistencial diurno encargado de brindar a los pacientes ambulatorios los primeros auxilios y tratamiento de contusiones, laceraciones, esguinces y heridas pequeñas, así como mantener los servicios médico-asistenciales primarios que son necesarios para la población que se enferme en el área del desastre.
Unidad móvil de referencia
Será una unidad en la que el número de personal médico y paramédico puede ser limitado o reforzado con voluntarios. Será una unidad que recibirá a los pacientes que ya han sido tratados, y que sólo necesiten vigilancia médica mínima o cuidados sencillos de enfermería antes de ser reincorporados a su comunidad. Al igual que las anteriores, este tipo de unidad deberá ser autosuficiente.
Una unidad de esta clase es indispensable para poder agilizar el hospital de tratamientos; una unidad móvil de primeros auxilios instalada en el área de desastre, así como otras unidades móviles y equipos móviles vendrán a servir de reemplazo y/o refuerzo a las unidades médico-asistenciales en el área del desastre, dependiendo de la integridad física o de personal y equipo de éstas.
Unidades de rescate y salvamento
La condición fundamental para su utilización es que este personal tenga la debida capacitación en primeros auxilios, además de poseer la capacidad de organización para movilización inmediata a la zona siniestrada.
Estas unidades tendrán la misión de rescate de lesionados y prestación de primeros auxilios que permitan trasladar al centro de asistencia a las víctimas más cercanas a la zona del desastre.
Estos grupos realizan al mismo tiempo un primer triage o clasificación de lesionados, para lo cual deberán llevar consigo un sistema de tarjetas.
Si la extensión de los daños y víctimas, y el número de personas entrenadas para rescate y salvamento es escaso, sería conveniente establecer puestos de atención de lesionados en zonas periféricas al área de desastre, a fin de que éstos puedan ser trasladados a dichos puestos.
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