El siguiente es un extracto de una presentación hecha a las Escuelas Annenberg de Comunicaciones durante su reunión sobre "Desastres en el Mundo y el Caudal de Información Internacional", octubre de 1986.
La gran mayoría de las personas clasifican los desastres por su efecto real o potencial para la salud humana. En realidad, lo que determina la gravedad y el interés periodístico de un desastre natural o artificial es el número de víctimas más bien que el valor monetario de los daños.
Aunque siempre abunda la información sobre el desastre propiamente dicho, no sucede lo mismo con la relativa a la secuela de efectos sanitarios que deja. Para los administradores de operaciones de emergencia este objetivo reviste la mayor importancia critica. Lamentablemente, es también el más difícil de lograr. Como resultado, la administración del socorro de emergencia en el ámbito nacional o internacional es esencialmente un ejercicio de adopción de decisiones en condiciones muy inciertas. Como base de esas decisiones, que afectan la vida de centenares de personas y cuestan millones de dólares, se emplea información errónea, contradictoria, sesgada y geográficamente incompleta.
A continuación se tratan varios asuntos relativos a la difusión de información a nivel nacional y mundial.
Autoridad y responsabilidad en cuanto al acoplo y la difusión de información
Hay una diferencia entre la responsabilidad por la asistencia en casos de desastre y la responsabilidad por la información.
Las autoridades nacionales de los países afectados están total y exclusivamente a cargo de la asistencia de socorro de sus propios ciudadanos. Sin embargo, la comunidad externa a menudo hace caso omiso de esa estructura en su excesivo afán de responder inmediatamente y entrar a formar parte de la actividad de socorro.
Las autoridades de salud del país
afectado tienen el poder legitimo para canalizar información acerca de la
situación de salud.
Foto: J. Vizcarra/OPS
Si se determina la autoridad relativa a la asistencia de socorro en principio, la responsabilidad de acopiar y difundir información estará menos definida a niveles nacional e internacional.
A nivel nacional
A nivel nacional, la responsabilidad de difundir información a menudo está centralizada por medio de canales selectos. En principio, se designa con frecuencia al sistema de defensa civil como fuente autorizada de información oficial sobre las consecuencias de los desastres, las actividades de socorro y las necesidades por atender. Sin embargo, en la práctica, las autoridades de socorro de ordinario obtienen información sobre las víctimas, los problemas de salud y las necesidades de una gran variedad de fuentes oficiales y oficiosas cuya competencia en cuestiones de salud o autoridad administrativa puede variar. Eso lleva a situaciones imposibles de manejar en las que todos los grupos extranjeros de socorro o equipos de rescate u organismos bilaterales o internacionales alegan tener "solicitudes oficiales" o "pruebas de aceptación" de la asistencia que tienen tanto afán de ofrecer.
A nivel internacional
Los múltiples canales existentes complican aún más la situación a nivel internacional. Parece que cada institución, gobierno o entidad tiene la obligación o el deber de informar a sus miembros constituyentes lo relativo a la naturaleza y la gravedad de los efectos de los desastres para el hombre, el éxito o las deficiencias observadas de las actividades de socorro y la escasez de suministros de emergencia. De lo contrario queda gravemente afectada la reputación y, en la mayoría de los casos, el financiamiento de la institución en el futuro. Sin embargo, los países deben ser sensibles a esta necesidad y establecer mecanismos para difundir en forma rápida y precisa el tipo de información que necesitan esos grupos.
Naturaleza y momento oportuno de difusión de la información necesaria
La naturaleza y el momento oportuno de difusión de la información necesaria varían según el usuario y el objetivo buscado. Se debe diferenciar entre las autoridades de socorro nacionales e internacionales y el público expuesto que emplean la información para adoptar decisiones (partiendo del principio de que necesitan saber), y el resto del público en general que desea informarse (partiendo del principio del derecho a saber). Por ahora discutiremos la información empleada para adoptar decisiones.
Información que necesitan las autoridades de socorro a nivel nacional
Los datos necesarios para adoptar decisiones sobre socorro son muy específicos y difíciles de acopiar. En una reunión de expertos convocada por la OPS y otros organismos en abril de 1984, se preparó una lista de datos considerados esenciales para la adopción de decisiones. A continuación se darán algunos ejemplos de la especificidad técnica de los indicadores propuestos:
· informes diarios sobre el número de heridos según la gravedad, el punto de la lesión, la edad, el sexo y la localización geográfica (por ejemplo, suburbios u hospital);· un inventario del personal de salud disponible por disciplina y especialidad en cada lugar así como de la cantidad de medicamentos esenciales existentes o prometidos (inclusive la forma de distribución y la potencia de cada producto farmacéutico).
El volumen, la complejidad y la especificidad de la información considerada "indispensable" por los expertos es, sin duda, incompatible con las restricciones de tiempo que existen para prestar asistencia médica de emergencia a las víctimas. El acopio de información sobre las necesidades relativas al abastecimiento de agua y a la recolección de basura admite una demora de varios días. Sin embargo, los datos sobre las víctimas y los servicios de atención médica de emergencia se convierten rápidamente en estadísticas obsoletas si no se publican a tiempo. Todavía no se puede responder a la pregunta de cuánta información oportuna es posible acopiar antes de adoptar decisiones sobre socorro o de resolver los problemas a medida que se presenten.
Información que necesitan las autoridades internacionales de socorro
Son diferentes la finalidad y el alcance de la información necesaria a nivel internacional. La sede de los organismos de socorro enfrentan decisiones sobre lo que se debe hacer y, lo que es más importante, sobre lo que no se debe hacer. Las restricciones de tiempo impuestas a los donantes internacionales son tan drásticas y autoritarias como las impuestas a los administradores locales del socorro. Los organismos externos de socorro y los países están sujetos a una fuerte presión interna para tomar medidas inmediatas y visibles, generalmente el primer día, antes de poder determinar las necesidades que hay que atender e informar al respecto. La influencia que podría ejercer un mejor sistema de evaluación técnica y de información en estas decisiones, adoptadas al más alto nivel político, mantendrá en debate a los investigadores y expertos en desastres por mucho tiempo.
Nuestro parecer, apoyado por la opinión de las autoridades de salud de las Américas, es que no se debe tomar ninguna medida sin determinar primero qué se necesita y qué se puede utilizar eficazmente. El tiempo empleado en determinar y confirmar las necesidades es una buena inversión. Puesto que la información necesaria es muy especifica, usualmente puede obtenerse solo mediante consulta directa con las autoridades de salud competentes del país afectado.
Información que necesita la población afectada o expuesta
La información destinada a este grupo debe cubrir las actividades realizadas y los servicios disponibles, alertar a la población de cualquier amenaza secundaria y contener recomendaciones claras, equilibradas v de una sólida base científica sobre la mejor línea de acción para la persona.
Muchos países suelen subestimar la capacidad que tiene su propia población para comportarse de manera racional cuando se da información objetiva. La preocupación de no alarmar a la población y de mantener el orden público es compartida por muchos países de distintos grados de desarrollo. Hay que lograr un equilibrio entre los dos extremos - ocultarle la verdad a la población expuesta y difundir, sin ningún criterio, las opiniones personales infundadas de expertos autoelegidos, que a menudo dejan confuso al público.
Conclusiones
La administración de desastres exige una corriente de información satisfactoria desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo. En la mayoría de los casos, los administradores se ven inundados de información conflictiva mezclada con datos técnicos cuidadosamente evaluados. El problema consiste a menudo en sacar la información fidedigna de un embrollo de datos.
Las principales entidades internacionales y bilaterales y las organizaciones privadas y gubernamentales deben combinar sus recursos y su personal para darle al país afectado una capacidad común de evaluación multidisciplinaria. La actual tendencia que existe en muchos países o entidades a enviar misiones a cargo de un solo funcionario o misiones de indagación lleva a duplicación e ineficiencia. La combinación de esfuerzos ayudará a las autoridades nacionales a acopiar datos y no debe afectar la naturaleza bilateral ni la política de ninguno de los organismos en lo que se refiere a asistencia para operaciones de socorro. El hecho es que la responsabilidad final de coordinar estas múltiples fuentes de información sobre salud es de las autoridades nacionales competentes, con el apoyo de organismos como la OPS/OMS.
En consecuencia, la comunidad internacional debe dar prioridad al apoyo de las actividades nacionales de preparación y capacitación con anterioridad al desastre, del personal nacional encargado de difundir información pertinente, con el fin de que puedan cumplir con sus deberes en forma más eficiente y objetiva.
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