Desastres recientes han capturado el interés del mundo
En el último número de este Boletín discutimos la corriente de información posterior a un desastre entre los funcionarios nacionales e internacionales que la emplean porque tienen necesidad de saber. Pero ¿qué se puede decir de la información difundida por el derecho de saber que tiene el público? Aunque esta urgencia es menos apremiante, constituye una importante corriente desde cualquier sitio afectado por un desastre.
En los últimos años, el público en general, particularmente en los países donantes tradicionales, ha demostrado cada vez mayor interés en los desastres en todo el mundo. Hace 20 años, pasaban inadvertidas situaciones tales como la asfixia de 1.500 personas con anhídrido carbónico en una remota zona rural de Camerún. Hoy en día, gracias a la tecnología moderna, este asunto captó el interés mundial.
Sin embargo, algunas veces la búsqueda de noticias sensacionales ha dificultado la distinción entre información aclaratoria y entretenimiento dramático. Desde el punto de vista de la salud, algunos mitos siguen omnipresentes en los medios internacionales de comunicación. Entre los más arraigados están los siguientes:
· La población afectada y las autoridades locales están en estado de choque, imposibilitados y no pueden asumir responsabilidad por su propia supervivencia. De hecho, a menudo se observa una gran solidaridad humana como lo indica el apoyo espontáneo de unos 50.000 voluntarios locales después del terremoto que azotó a México en 1985.· Se necesitan con carácter urgente equipos médicos y voluntarios extranjeros para prestar atención de emergencia a las víctimas. La mayoría de los países latinoamericanos tienen un gran número de médicos bien formados que, por lo general, están mejor preparados que la comunidad internacional para atender rápidamente a un gran número de víctimas.
· Dentro de unos días ocurrirán inevitablemente brotes catastróficos de enfermedades transmisibles, que convertirán a las campañas de inmunización en masa en una prioridad de salud pública. Las encuestas siempre han dejado de detectar graves epidemias de enfermedades diarreicas, fiebre. tifoidea u otras enfermedades transmitidas por el agua o los alimentos después de terremotos, huracanes o cualquier otro desastre natural repentino.
· Los cadáveres representan un grave peligro para la salud y, por eso, la cremación o el entierro en una fosa común constituye una medida de emergencia para conservar la salud pública. Los cadáveres, especialmente cuando quedan sepultados en un deslizamiento o un terremoto, no son una posible fuente de brotes de enfermedades transmisibles. El problema es socio-cultural.
Los mitos, en los que creen muchos legos y profesionales de salud que no están familiarizados con los conceptos modernos de administración de emergencia, son difíciles de disipar. Sin embargo, conviene centrar la atención en lo que debe saber el público que se encuentra fuera de la zona inmediatamente adyacente al desastre. Y en ese sentido, la prensa internacional puede desempeñar un papel definitivo.
Es difícil sobrestimar la influencia de los medios de comunicación. La cobertura visual de los principales desastres ha beneficiado mucho a las victimas de estos, fomentando el apoyo del público y aumentando el número de donaciones y el volumen de asistencia bilateral de los gobiernos. En realidad, algunos organismos encargados de la coordinación del socorro, que dependen de la generosidad del público, conocen bien los efectos que pueden tener las desgarradoras escenas de niños hambrientos o heridos.
Han habido otros logros en la cobertura internacional de los desastres. Ha mejorado la comprensión de asuntos complejos relacionados con los principales desastres en los países en desarrollo y eso ha contribuido a una respuesta eficaz de la comunidad internacional. Lamentablemente, se sabe de casos en que se han empleado imágenes visuales por el choque que causan y se ha confiado en fuentes que no son fidedignas porque sus opiniones son buen material para titulares de prensa.
Durante un simulacro sobre el manejo de
multitud de heridos, los participantes reciben preguntas de la prensa simulada.
(Foto: J.L.
Zeballos/OPS)
![]() |
![]() |