Muchos ministerios e instituciones nacionales en esta Región no tienen la autoridad legal ni el presupuesto necesario para llevar a cabo actividades de preparativos y de reducción desastres. Las leyes que existen son a menudo incompletas; sin apoyo político de alto nivel, por ejemplo, la autoridad delegada a la unidad de preparativos para casos de desastre en un Ministerio de Salud se debilita. Se han hecho avances para remediar estos problemas: el trabajo del Parlamento Latinoamericano (PARLATINO) es un ejemplo de una organización política que trabaja para crear legislación en el área de desastres.
A finales de abril el Congreso hondureño auspicié una reunión del grupo de trabajo sobre reducción de desastres de PARLATINO, el cual está constituido por legisladores latinoamericanos, miembros de la comisión de salud de PARLATINO y representantes de la OPS/OMS. Este grupo se reunió con miembros del Ministerio de Salud de Honduras y expertos en desastres para discutir maneras de:
· Promover que las legislaturas nacionales adopten normas para la prevención y mitigación de desastres;· Apoyar el consenso político ya alcanzado por legisladores en regiones geográficamente vulnerables para implementar programas y proyectos;
· Promover legislación que proporcione el respaldo financiero necesario para actividades de reducción de desastres;
· Estimular la creación de grupos de trabajo o comisiones encargados de vigilar los programas de reducción de desastres y sus resultados, mantener visible los temas de reducción de desastres en legislaturas y alentar la investigación sobre la eficacia de los programas locales de reducción de desastres.
Fotografía: OPS/OMS
Las recomendaciones hechas por el grupo de trabajo serán presentadas al Parlamento Centroamericano y otras organizaciones subregionales, con la meta de expandir la legislación sobre los programas de reducción de desastres.
Editorial
Equipos de evaluación y coordinación de desastres de las Naciones Unidas: Los pros y los contras
Un enlace débil que no es abordado muy a menudo en el manejo de los desastres es el que existe entre la evaluación de daños y la coordinación de la respuesta externa. El problema es más grave en "desastres complejos" que se caracterizan o por la ausencia de un gobierno nacional en funcionamiento o, peor, por la presencia de un gobierno directamente responsable de la tragedia.
En años recientes la comunidad internacional ha promovido los equipos de evaluación y coordinación de desastres de las Naciones Unidas (UNDAC), formados por expertos que pueden ser rápidamente desplegados por gobiernos donantes a lugares donde ha ocurrido un desastre. Este enfoque para llevar a cabo una evaluación rápida y coordinar esfuerzos de socorro externos proporciona una solución potencial en el vacío administrativo o en el caos de algunas situaciones de emergencia, como Ruanda o Somalia. Sin embargo, podría ser contraproducente si se transpone a otras situaciones de desastre en países en desarrollo, especialmente aquellos que han logrado avances en sus esfuerzas hacia la autosuficiencia en las situaciones de desastre.
Desde una perspectiva latinoamericana o del Caribe, los equipos internacionales del UNDAC presentan tanto ventajas como desventajas en las siguientes áreas:
· La objetividad y la credibilidad de la
información:
Un organismo de socorro o un país donante probablemente
confiará en "sus personas en el campo". La participación de los donantes le dará
credibilidad a la evaluación y al proceso de coordinación y por lo tanto
aumentará su apoyo potencial.
· Experiencia: Los expertos internacionales que viajan de un desastre a otro adquieren una experiencia que es difícil igualar al nivel nacional, al menos, en teoría. En el mundo real, sin embargo, hay pocos miembros del equipo de UNDAC con experiencia y éstos no siempre están disponibles en un plazo corto. Como resultado, muchas voces los "expertos" de afuera tienen pocos conocimientos y están menos preparados que sus contrapartes locales. Aprenden en el trabajo y su autoridad puede derivarse más de su influencia en la asignación de fondos de socorro que de su conocimiento, experiencia o juicio. Esta experiencia internacional también debe ser adquirida por aquellos administradores de desastre que viven en países propensos a los desastres.
· Evaluación estándar: La evaluación de daños requiere conocimiento de las condiciones antes que ocurra un desastre. Una buena evaluación es culturalmente sensible. No se pueden usar normas idénticas para evaluar las necesidades de salud relacionadas con emergencias en Bosnia, Colombia o el Sudán.
· Conocimiento de las estructuras de poder locales: La coordinación de actividades de socorro requiere conocimiento de los actores locales así como ser reconocido de tener la autoridad para coordinar. Ambos se encuentran más fácilmente a nivel local.
El empleo de los equipos de UNDAC no siempre está de acuerdo con las prioridades y las necesidades de esta Región. El próximo curso regional de UNDAC, organizado para seis países de América Latina, es un paso positivo en el sentido de asignar las responsabilidades de manejo de desastres donde corresponde y el desarrollo de habilidades donde se necesita, es decir al nivel nacional.
El verdadero momento de la verdad vendrá cuando haya que movilizar al equipo regional de UNDAC. ¿Constará el componente "internacional" del equipo de expertos de países vecinos que comparten una cultura y exposición similar a los desastres? ¿Estos miembros del equipo satisfarán únicamente las necesidades de información de la comunidad internacional o serán también un recurso valioso y una ventaja para los coordinadores de desastre nacionales?
Los países de la Región deben asegurar que la iniciativa de UNDAC contribuya a la integración y la autosuficiencia regional mediante el desarrollo de aptitudes a nivel nacional a fin de mejorar la preparación para desastres futuros.
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