cerrar esta libroDesastres Preparativos y Mitigación - Boletín No. 66 - Abril, 1996 (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1996, 8 p.)
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Editorial: Prevención - Mitigación - Preparativos ¿Quién debe estar a cargo?

Hace veinticinco años, nadie se hubiera preguntado quién debería estar a cargo de la prevención y los preparativos para los desastres. Los papeles parecían estar claros: los socorristas se apresuraban a ayudar a las víctimas, ciertos organismos proporcionaban albergues temporales y alimentos, y la sociedad, después de un tiempo, borraba el desastre de su memoria y de su programa.

En la actualidad, el interés de la sociedad precede y va más allá de la fase de respuesta del ciclo de un desastre. Existe un mayor reconocimiento de la interdependencia entre el desarrollo y los desastres: los desastres causan daño permanente al desarrollo socioeconómico, y el camino que se escoge para alcanzar el desarrollo puede contribuir a generar las consecuencias destructoras de los peligros naturales. "La prevención, la mitigación y los preparativos" forman parte del vocabulario del administrador de desastres. Los límites entre la "prevención, mitigación y preparativos" no están bien definidos y, en todo caso, no existe un acuerdo universal. En primer lugar, debemos definir estos términos.

· La prevención incluye las medidas diseñadas para proporcionar protección completa frente a los desastres naturales mediante el control de los efectos de los fenómenos naturales.

· La mitigación significa actuar antes de que ocurra un desastre, para reducir al mínimo las pérdidas humanas y materiales. La mitigación puede considerarse como "prevención un mundo imperfecto".

· Los preparativos, definidos como actividades previas a un desastre destinadas a fortalecer la capacidad de rescate, socorro y rehabilitación son, más que nada, un último recurso, ya que la prevención no es una alternativa realista y la mitigación, por definición, es imperfecta.

En la mayoría de los casos solo podemos esperar reducir (mitigar) la repercusión de los desastres sobre la vida o la propiedad, en vez de prevenirlos. Sin embargo, para facilitar esta discusión vamos a abordar la prevención y la mitigación en conjunto.

¿Quién debe estar a cargo?

Trátese de prevención/mitigación o de preparativos, ahora se acepta que el manejo de desastres es responsabilidad de todos: de los sectores público y privado, del gobierno y de las organizaciones no gubernamentales, de las familias y sus comunidades. Pero, a fin de cuentas, proteger a una nación de los desastres sigue siendo responsabilidad del Estado y, por ende, alguna institución debe estar a cargo de estas actividades, de coordinarlas y fundamentalmente ¡ser responsable ante el público!

El propósito de este editorial es discutir cuál organismo o sector (nacional o internacional) es el más indicado para recibir el mandato o encabezar la prevención/mitigación y cuál es el más apto en materia de preparativos. En los años ochenta, los organismos encargados de la respuesta humanitaria asumieron, de tacto, el "mandato" para los preparativos y, en los años noventa, agregaron la prevención y la mitigación a sus responsabilidades. Cualquier asunto relacionado con los "desastres" formaba parte de su territorio.

Ha llegado el momento de reconsiderar este tema y abordarlo de manera base racional. ¿Qué factores influyen en la decisión de quién debe hacerse cargo?

Prevención/mitigación

La prevención/mitigación es una función del desarrollo. Para promover la reducción de la vulnerabilidad a los desastres, uno debe relacionarse con el mundo de las finanzas, la economía y la industria, no con la comunidad de desastres. El futuro de la mitigación de desastres a nivel multisectorial se encuentra en los planificadores urbanos, en los responsables de las políticas financieras, en las personas que elaboran planos para industrias o viviendas, en las instituciones que moldean el futuro de la metrópoli o del país (a menudo sin darle la consideración adecuada a los riesgos y peligros naturales siempre presentes) y en algunos casos en la Oficina del Primer Ministro o en la Presidencia. No se encuentra en los ministerios de salud o educación, ni en el Ministerio de Defensa, que es sumamente eficaz en la modalidad de respuesta. Aquellos organismos que se han puesto a la van guardia del proceso de desarrollo económico a nivel nacional o de las Naciones Unidas son los más aptos para asumir la responsabilidad de la prevención y la mitigación, y, por ende, la responsabilidad principal se debe asignar a uno de los actores clave. Resulta lógico pensar que un buen candidato en el Sistema de las Naciones Unidas es el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD).

Preparativos

Los preparativos significan preparar a los que van a responder en caso de un desastre. Los actores se han reconocido claramente por aproximadamente 25 años: la defensa civil, el sector de la salud, las ONG humanitarias, la Cruz Roja. El organismo que está a cargo o coordina la respuesta es obviamente el que está mejor equipado y tiene las conexiones para promover los preparativos. En nuestra opinión, la respuesta y los preparativos son tan interdependientes e inseparables como lo son el desarrollo y la prevención/mitigación de desastres.

En resumen:

· No se logrará una verdadera reducción de los desastres si los organismos clave en el proceso de desarrollo a nivel de las Naciones Unidas o del país no se ponen al frente de la prevención/mitigación.

· La respuesta humanitaria eficaz no se puede separar de los esfuerzos de preparación. En verdad, lo inadecuado de muchos esfuerzos internacionales proviene de su separación de las labores de preparación que se preparativos implica que aprendamos de los errores cometidos durante la respuesta.

No se pueden negar algunas conclusiones a nivel multisectorial (nacional o Naciones Unidas).

· Ha llegado el momento de que el organismo de desarrollo socioeconómico que está a la vanguardia encabece la prevención/mitigación de los desastres, mientras que los organismos coordinadores humanitarios o de respuesta a nivel nacional o internacional, limiten sus esfuerzos a la preparación/respuesta.

· A nivel sectorial, el mejor enfoque tal vez sea mantener las cosas tal como están. Los sectores de educación, salud y agricultura deben mantener el enfoque integrado de prevención/mitigación para sus instalaciones, y contar con preparativos y respuesta especializados en sus campos de competencia.

Hospitales seguros para el año 2001

En febrero, más de 500 personas, la mayoría de países de América Latina y el Caribe, participaron en la Conferencia Internacional sobre Mitigación de Desastres en Instalaciones de Salud, organizada por la OPS para brindar un foro destinado a establecer medidas de reducción de riesgos para los hospitales de esta Región. El Gobierno de México auspició la reunión que contó con el apoyo de organismos tales como la Oficina Regional del DIRDN dependiente del Departamento de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la Organización de los Estados Americanos y el Banco Mundial.

Los terremotos, huracanes y otros desastres naturales ponen en riesgo la seguridad de casi la mitad de los hospitales y centros de salud en América Latina y el Caribe. El sector de la salud ha sufrido - y continúa sufriendo - cuantiosas pérdidas por causa de estos eventos; los servicios de salud se interrumpen, o lo que es peor, los edificios se desploman, causando muerte y lesiones a los pacientes y al personal de salud.


(Fotografía: OPS/OMS) El Dr. George A.O. Alleyne, Director de la OPS (izquierda) y el Dr. Juan Ramón de la Fuente, Secretario de Salud de México (segundo a la izquierda) firman el acuerdo de "Hospitales Seguros" durante la Conferencia Internacional sobre Mitigación de Desastres en Instalaciones de Salud. El proyecto certificará los hospitales que cumplen con normas internacionales para reducir su vulnerabilidad a los desastres naturales.


Después de tres días de discusiones, los participantes en la Conferencia hicieron una visita al laboratorio del Centro Nacional de Prevención de Desastres de México (CENAPRED) para observar experimentos que se realizan sobre resistencia estructural a los sismos, como se observa en la foto a la derecha.

En los últimos años, se ha notado cierto progreso en muchos aspectos con miras a incrementar la seguridad de los hospitales. Varios países de la Región han efectuado evaluaciones de la vulnerabilidad de sus hospitales más importantes; se han reforzado o se están reforzando algunas estructuras. Las actividades promovidas por el Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales han incrementado la cooperación y el intercambio de información entre expertos en los campos de ingeniería, arquitectura y administración de hospitales. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para convencer a los legisladores de que la reducción de la vulnerabilidad del sector de la salud a los desastres naturales es parte fundamental de la planificación nacional.

Los delegados presentes en la reunión mostraron bastante entusiasmo y compromiso hacia la promoción de estrategias de mitigación de desastres. Los participantes examinaron las ventajas económicas y políticas de promover la seguridad en los hospitales, oyeron estudios de casos sobre análisis de vulnerabilidad y estrategias de mitigación e informes de progreso de las delegaciones nacionales. Los expertos técnicos abordaron estrategias de mitigación específicas para terremotos y huracanes.

Algo notable de la conferencia fue el acuerdo firmado por el Secretario de Salud de México y el Director de la OPS para certificar hospitales seguros en ese país. El Gobierno de México diseñó un proyecto que reconocerá aquellos hospitales que cumplen con las normas internacionales para reducir la vulnerabilidad a los riesgos naturales y la OPS brindará asistencia técnica en el proceso de certificación. Los delegados nacionales expresaron interés en emprender programas similares en sus países.

Los participantes en la Conferencia definieron estrategias para mitigar el impacto de los desastres en el diseño, construcción, reforzamiento y mantenimiento de instalaciones de salud. Se recomendó un plan de 5 años para iniciar o fortalecer el proceso de mitigación en cada país, de manera que para el año 2001, todas las estructuras hospitalarias designadas como prioritarias puedan soportar eventos de magnitud moderada a alta sin sufrir daños funcionales y sin desplomarse. Para este propósito, se les solicitó a los organismos internacionales que incluyeran el análisis de riesgos para peligros naturales como criterio para aprobar préstamos de construcción o reforzamiento de instalaciones de salud.

Las "Recomendaciones y Metas" de la Conferencia, los informes de las comisiones técnicas sobre mitigación sísmica y de huracanes, y otros documentos y estudios de casos presentados durante la Conferencia (véase la pág. 8) pueden pedirse, en español o en inglés, al Centro Regional de Documentación de Desastres, Apartado Postal 3745, San José 1000, Costa Rica; Fax (506) 231-5973; correo electrónico: cddcor@paho.org. A fines de mayo estos documentos podrán consultarse a través de Internet en gopher://gopher.paho.org, o en la página que tiene la OPS en la WWW: http://www.paho.org/spanish/disaster.htm.


(Fotografía: OPS/OMS, H. Molin) La documentación sobre medidas de mitigación fue bastante solicitada durante la Conferencia Aquí vemos a los participantes haciendo pedidos de copias de documentos del Centro Regional de Documentación de Desastres.

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