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Ver este documentoC. Preparación de un proyecto de préstamo en relación con prácticas crediticias más amplias
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Ver este documentoA. Apoyo al sector de la salud
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Conferencia Internacional sobre Mitigación de Desastres en Instalaciones de Salud (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1996, 293 p.)

Función de los organismos internacionales de financiamiento para el desarrollo

Preparado por:

Stephen O. Bender1
Departamento de Desarrollo Regional y Medio Ambiente Organización de los Estados Americanos

1 Las opiniones expresadas por el autor son de su exclusiva responsabilidad y no reflejan necesariamente las de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos, ni las de sus Estados Miembros.

CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE MITIGACIÓN DE DESASTRES EN INSTALACIONES DE SALUD

México, D.F., 26-28 de febrero de 1996

Organización Panamericana de la Salud, Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud 525 Twenty-third Street, N.W., Washington, D.C. 20037, USA · Tel: (202) 861-4324 · Fax: (202) 775-4578 · Internet: disaster@paho.org

Las opiniones expresadas, recomendaciones formuladas, y denominaciones empleadas en este documento no reflejan necesariamente los criterios ni la política de la Secretaría del DIRDN, la Organización Panamericana de la Salud, ni de sus Estados Miembros.

La Organización Panamericana de la Salud dará consideración muy favorable a las solicitudes de autorización para reproducir o traducir, íntegramente o en parte, este documento. Las solicitudes deberán dirigirse al Programa de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Coordinación del Socorro en Casos de Desastre, Organización Panamericana de la Salud, 525 23rd St., N.W., Washington, DC 20037, USA; Fax: (202)775-3478 o Internet: disaster@paho.org.

La realización de este documento fue posible gracias al apoyo financiero de la Administración de Desarrollo en Ultramar del Reino Unido (ODA), la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA) y la Oficina de Asistencia al Exterior en casos de Desastres de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (OFDA/USAID, bajo el subsidio No AOT-3507-3188-00).

I. Introducción

Los organismos internacionales de financiamiento para el desarrollo, o instituciones crediticias, como los bancos prefieren que se les llame, atienden las solicitudes de países en desarrollo que reúnen las condiciones para recibir préstamos destinados a financiar la infraestructura social necesaria. Estas instituciones formulan políticas internas respecto a las prioridades y las condiciones que rigen el otorgamiento de préstamos. Su objetivo es ayudar al prestatario, ya sea el gobierno central, una de sus instituciones dependientes o una entidad semipública o privada designada, a elaborar y ejecutar un proyecto de préstamo aceptable. Las instituciones crediticias esperan obtener alguna ganancia del préstamo que conceden.

Es posible que sus políticas específicas canalicen los préstamos hacia ciertos sectores, grupos de población o regiones geográficas, y a voces uno de los objetivos de estas políticas puede ser el de generar un cambio (aunque sea impuesto) en los productos o servicios que el préstamo va a proporcionar. Sin embargo, la mayoría de las condiciones negociadas durante el ciclo del proyecto son financieras o administrativas (OEA, 1988).

Rara vez la mitigación de los riesgos que plantean los fenómenos naturales es uno de los objetivos específicos del préstamo desde el punto de vista del prestamista o del prestatario. Se supone que el financiamiento se empleará acertadamente para que el préstamo resulte productivo. La estructura de las instituciones crediticias no contribuye a que se tengan en cuenta las consideraciones de riesgo en la etapa más temprana de examen del proyecto (OEA, 1988). Por lo general, el prestamista asume una posición neutral en cuanto al riesgo, según la cual el prestatario dará las garantías suficientes de manera que, sea cual fuere el daño que pudiera ocurrirle a los establecimientos construidos con los fondos del préstamo, el prestamista siempre recuperaría su dinero (OEA, 1988).

Las incertidumbres técnicas y administrativas de la ejecución de programas de desarrollo imponen a las instituciones de crédito una carga lo suficientemente pesada para hacerlas actuar con cautela acerca de los procedimientos de análisis de proyectos complejos o de programas muy exigentes desde el punto de vista administrativo. Si se pide a una institución que considere otros objetivos de política que requieren un análisis cuidadoso y son difíciles de administrar probablemente el personal del proyecto opondrá resistencia. Normalmente, también son válidas las advertencias tradicionales en el sentido de que los donantes no pueden ignorar la soberanía de los gobiernos prestatarios, que no pueden financiar actividades que los gobiernos no soliciten y que no pueden controlar el proceso de ejecución (OEA, 1988).

En el caso del sector de la salud, los préstamos se emplean para construir establecimientos necesarios que satisfacen metas sectoriales. En la mayoría de los casos se supone que los establecimientos construidos serán utilizados durante la vigencia del préstamo y también después. Rara vez hay un objetivo explícito del préstamo de tratar la vulnerabilidad a amenazas naturales como los terremotos, las inundaciones, las erupciones volcánicas, los tsunamis y los deslizamientos de tierras. Tampoco se menciona explícitamente la protección de la vida del paciente contra los desastres naturales mientras se encuentra en el establecimiento médico, Di la protección de las vidas del personal o de los visitantes, ni la protección durante y después de un desastre del equipo y los servicios que ofrece el establecimiento.

También se supone que la construcción de nuevos establecimientos, las adiciones o la modificaciones a los que ya existen, serán a los fenómenos naturales observables. Si bien es cierto que pueden elaborarse estudios de costo-beneficio como parte del proceso de preparación del préstamo, rara vez se identifica la pérdida posible de las estructuras a causa de fenómenos naturales, ni los beneficios de las medidas de reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales para lograr niveles específicos de riesgo. Generalmente no se hace distinción alguna entre una inversión que baste para evitar un colapso estructural y una que permita evitar un colapso funcional.

Es demasiado común el daño que los fenómenos naturales causan a los establecimientos de salud, desde los grandes centros hospitalarios nacionales hasta las clínicas vecinales. En los últimos 20 años, más de 100 establecimientos hospitalarios en las Américas, que atienden hasta 12 millones de personas, han sido afectados por terremotos. Los costos de reposición, calculados a los precios actuales, equivalen a más de $700 millones de dólares estadounidenses (OPS, 1993, Vol. I). ¿Cuál es, pues, la función de las instituciones crediticias en la mitigación de las pérdidas causadas por los fenómenos naturales?

II. ¿Por qué se justifica que la mitigación de desastres se incluya en el financiamiento de la infraestructura del sector de la salud?

A. Necesidad de aumentar la infraestructura

Por lo general, la disponibilidad de establecimientos de salud en los países en desarrollo dista mucho de satisfacer las necesidades. Después de más de un decenio de subcapitalización del sector, ahora se está prestando atención a la inversión y se está operando un cambio en la magnitud, la ubicación y el alcance de la prestación de servicios en establecimientos de salud. En algunos casos, la reconstrucción luego de un desastre ha suscitado cambios radicales en la estructura y la función de las instalaciones de salud, como ocurrió después del terremoto de 1985 en la ciudad de México. Pero, a menudo, la selección del lugar, el diseño y la construcción del establecimiento de salud son objeto de presiones políticas, y los procesos de toma de decisiones y la responsabilidad en cuanto a la elaboración del proyecto están fuera del control directo del sector de la salud.

B. Necesidades que coinciden: Reducir la vulnerabilidad actual y hacer nuevas inversiones en el sector

A pesar de que se necesitan establecimientos nuevos, ya existe la mayor parte de la infraestructura sanitaria que llevará al sector al próximo siglo. Gran parte de lo que hay actualmente es vulnerable a los fenómenos naturales debido a la falta de conocimientos sobre las amenazas naturales cuando se construyeron las instalaciones, a las prácticas inadecuadas de diseño o de construcción o a las modificaciones posteriores de las estructuras o de sus usos. Pocos países han identificado los niveles concretos de riesgo de los establecimientos actuales. Y cuando se conocen, las limitaciones presupuestarias generalmente obligan a que los fondos se empleen para instalaciones nuevas y no para reforzar las existentes. A menudo, el capital disponible se emplea para mejorar la tecnología de la prestación de atención de salud que se ofrece dentro de las instalaciones existentes. Y, en el caso de los hospitales, el costo del diseño arquitectónico y técnico, los sistemas mecánicos y eléctricos y el equipo representan hasta el 90% del valor total de la instalación (OPS, 1993, Vol. I).

C. Efectos sinérgicos cuando la salud se considera un sector económico

Los argumentos en apoyo de una mayor inversión en el sector de la salud se basan cada vez más en los debates relativos al costo y a los beneficios de reducir los gestos públicos y privados que hoy en día se destinan a fines curativos y a la atención de enfermedades crónicas. Sólo recientemente se ha reconocido que la pérdida de instalaciones a causa de fenómenos naturales, como terremotos menores, que limitan la prestación de servicios debido a un colapso funcional sin tener que recurrir a un llamado internacional para recibir asistencia en casos de desastre, constituye una porción significativa de las pérdidas económicas que frenan el desarrollo (OPS, 1993, Vol. I). Y sólo en unos cuantos casos, basándose generalmente en proyectos de refuerzo aislados o en reconstrucciones luego de un desastre, se emprenden estudios de costo-beneficio para demostrar la eficiencia de construir y mantener una infraestructura sanitaria menos vulnerable.

III. Un plan integral de acción

A. Proceso de preparación de un proyecto de préstamo

En el proceso de preparación de un proyecto de préstamo de una institución de crédito está implícita la suposición de que el nivel resultante de vulnerabilidad a las amenazas naturales es aceptable. Esto se refleja en 1) el acuerdo mutuo, entre la institución de crédito y el prestatario, en cuanto a los términos del préstamo, y 2) la creencia de que la selección del lugar, el diseño, la construcción, el mantenimiento y el proceso de reparación excluirán todo lo que no tenga niveles aceptables de riesgo. En la gran mayoría de los casos recaerá sobre el prestatario, y los mecanismos que emplee durante ese proceso, la responsabilidad de definir qué amenazas naturales (ubicación, gravedad y frecuencia) han de considerarse y las medidas correspondientes de reducción de pérdidas que han de adoptarse.

Las instituciones de crédito no fijan niveles aceptables de riesgo respecto de los niveles de vulnerabilidad a las amenazas naturales, sino que se apoyan en el prestatario para llevar a cabo las prácticas óptimas de diseño y construcción. Estas prácticas las definen los códigos y las normas obligatorias del lugar interpretados con criterios nacionales, a voces con la asistencia de consultores nacionales e internacionales. Hay pocos incentivos, si es que los hay, para que el prestamista emprenda su propia evaluación de vulnerabilidad durante el proceso de preparación del préstamo (OEA, 1988)

El prestamista puede abordar la vulnerabilidad a las amenazas naturales en el plano normativo (véase Banco Interamericano de Desarrollo/GP-92-10 en el Apéndice A). Sin embargo, la intervención directa por parte del prestamista en cuestiones de reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales suele depender de la iniciativa de un individuo de la institución de crédito que tiene conocimientos y experiencia para coordinar un examen de las normas locales aplicables. En algunos casos, la política de operaciones crediticias de reconstrucción luego de un desastre y la solicitud del país afectado de asistencia de reconstrucción hacen que se mencione específicamente la reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales (véase Banco Mundial/Directiva de Operaciones 8.50: Asistencia de Recuperación de Emergencia en el Apéndice B).

B. Resultado de la preparación de un proyecto de préstamo

El producto final del proceso de preparación de un proyecto de préstamo para un establecimiento de salud incluye, entre otros elementos, los planos y especificaciones, así como la descripción del proceso para desarrollarlo, junto con los requisitos de dispersión del préstamo. Generalmente, esta parte de los documentos del préstamo no aborda los temas de la vulnerabilidad a las amenazas naturales. Por consiguiente, hay pocos motivos para suponer que la reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales se manifieste fuera del uso de prácticas y procedimientos óptimos. Esto significa que el prestatario tiene la responsabilidad de satisfacer los requisitos nacionales existentes conforme a la experiencia y los últimos adelantos a su alcance.

C. Preparación de un proyecto de préstamo en relación con prácticas crediticias más amplias

Los proyectos de préstamos para establecimientos del sector de la salud se elaboran en el contexto de objetivos más amplios del prestatario y de criterios de crédito generales del prestamista. El prestamista puede imponer limitaciones en el crédito, con lo cual obliga al prestatario a maximizar la cantidad de infraestructura que ha de construirse con los fondos del préstamo y a promover el mayor uso posible de la experiencia y los conocimientos especializados locales.

El prestamista puede satisfacer criterios de crédito más amplios al exigir al prestatario que obtenga un seguro para el establecimiento. La capacidad para obtener cobertura en el mercado privado de seguros puede indicar que el proyecto tiene niveles aceptables de reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales. Tal ha sido la práctica del Banco de Desarrollo del Caribe. Sin embargo, tras los devastadores huracanes ocurridos recientemente en la región, muchos prestatarios no pudieron obtener cobertura de seguro y se suprimieron las cláusulas relativas al seguro obligatorio en los documentos de préstamo. En muchas ocasiones, es posible que los edificios públicos no tengan ningún seguro, o el costo de asegurarlos sea muy alto para el prestatario (el gobierno central) o el operador del establecimiento (ministerio de salud) En otros casos, es posible obviar el requisito del seguro, o posponerlo, si el prestatario demuestra que hizo un esfuerzo de buena fe para obtener cobertura.

Actualmente, los prestamistas insisten en que se efectúe un análisis del impacto sobre el medio ambiente de los proyectos objeto de un préstamo y, generalmente, la vulnerabilidad a las amenazas naturales puede considerarse como parte de las evaluaciones o de las declaraciones obligatorias acerca del impacto sobre el ambiente (véase Banco Mundial/Libro de Consulta de Evaluación Ambiental en el Apéndice C y Banco de Desarrollo del Caribe/Documento de Política Sectorial sobre el Ambiente en el Apéndice D). Es posible que tales declaraciones requieran la determinación de los niveles de riesgo, acompañada de la identificación de las amenazas predominantes. Estos requisitos reflejan el hecho de que los fenómenos naturales y los peligros que ellos plantean forman parte de la ordenación del medio ambiente, y los riesgos resultantes se encuentran entre los temas ambientales más susceptibles de evaluación y de medidas de mitigación de desastres (Bender, 1990).

IV. Cuestiones de política y de programación

A. Posición del sector de la salud

La experiencia indica que la reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales dependerá de la demanda. Ante la postura neutral del prestamista respecto al riesgo, el prestatario debe ser quien se opone al riesgo (OEA, 1988). El sector de la salud debe insistir en que el proceso y el producto que conduce a la aprobación del proyecto de préstamo incluyan un nivel de riesgo aceptable.

B. Formulación de la política

Debe existir una política que describa cuál es el nivel de riesgo aceptable del establecimiento por cada cuestión pertinente de vulnerabilidad a las amenazas naturales. Esta política debe ser parte visible de la política del sector de la salud, aceptada por las instituciones de crédito.

C. Puntos de intervención en la preparación de un proyecto

Sea cual fuere el proceso empleado por el prestamista para solicitar un préstamo, hay puntos cruciales de intervención para incluir información y análisis en cuanto a la reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales. Según sea el caso, durante las fases de identificación, prefactibilidad, factibilidad, diseño técnico y aprobación de un proyecto, el sector de la salud deberá emplear la información apropiada para evaluar las amenazas naturales, definir los niveles de riesgo aceptables y poner de manifiesto las medidas de mitigación correspondientes (OEA, 1992).

D. Áreas prioritarias de vulnerabilidad de la infraestructura

Dado el predominio de las instalaciones de salud existentes en comparación con lo que ha de construirse, y reconociendo al mismo tiempo la necesidad de instalaciones nuevas, el sector de la salud apoyado por los prestamistas debe determinar cuáles instalaciones, existentes o nuevas, son prioritarias en cuanto a la reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales. Por lo que a las instalaciones existentes se refiere, esto implica la preparación de inventarios detallados de la vulnerabilidad por tipo de instalación, ubicación, función del servicio y período de vida útil del servicio, en relación con el tipo, la ubicación, la gravedad y la frecuencia de las amenazas naturales. En cuanto a las nuevas estructuras, ello implica la definición y la selección de estrategias de mitigación estructurales y no estructurales que maximicen la eficiencia al tiempo que satisfacen niveles de riesgo mínimo. En cada caso, se deben determinar las modificaciones funcionales, estructurales y no estructurales necesarias para satisfacer niveles de riesgo aceptables (OPS, 1993, Vol. I).

V. ¿Qué pueden hacer las instituciones de crédito?

A. Apoyo al sector de la salud

Las acciones por parte del sector de la salud deben realizarse en cuatro campos que ameritan el apoyo de las instituciones de crédito.

En primer lugar, las instituciones de crédito deben apoyar activamente la elaboración de políticas por parte del sector de la salud que definen cuál es el nivel aceptable de vulnerabilidad de la instalación a las amenazas naturales, con medidas cualitativas y cuantitativas y cronogramas para lograr ese nivel en establecimientos nuevos y existentes.

En segundo lugar, al ayudar al sector de la salud a desarrollar su capacidad de planificación, las instituciones de crédito deben crear o identificar los puntos de decisión clave en el proceso de planificación, en el cual se deben incluir la identificación de las amenazas naturales, la evaluación de la vulnerabilidad y de los riesgos y la selección de las medidas de mitigación. Las decisiones tomadas en estos puntos deben examinarse teniendo en cuenta las declaraciones de política del sector de la salud.

En tercer lugar, las instituciones de crédito deben apoyar activamente la preparación y la ejecución de proyectos de mitigación que incluyen el refuerzo de estructuras existentes que ayudan al sector de la salud a cumplir las normas de política relativas a los niveles aceptables de riesgo.

Y, en cuarto lugar, respecto a las cuestiones pendientes de la vulnerabilidad de la instalación, las instituciones de crédito deben apoyar activamente las acciones del sector de la salud para prepararse en casos de emergencia cuando el sector mismo es víctima del desastre que necesita asistencia.

B. Mayor participación técnica en el sector de la salud

Se necesita una mayor participación técnica de las instituciones de crédito internacionales en el sector de la salud. Los tres elementos siguientes son necesarios para aumentar la participación de las instituciones de crédito (OEA, 1988).

Los prestamistas deben cambiar la percepción que tienen de la mitigación de desastres y la evaluación de las amenazas naturales. En primer lugar, y ante todo, el personal técnico de las instituciones crediticias debe satisfacer los requisitos vigentes para la evaluación de las amenazas naturales y de la vulnerabilidad, en respuesta a la política enunciada por las instituciones de crédito y como parte de las evaluaciones ambientales. Debe hacerse más esfuerzo en el desarrollo de sistemas de información, en la mejora de la calidad de los proyectos identificados y en la incorporación de medidas apropiadas de mitigación en las actividades de preinversión. Algunos de los métodos más eficaces en función de los costos para que las instituciones crediticias establezcan un nuevo entorno técnico y de apoyo al sector son los siguientes:

· centrar la atención en las principales amenazas como los terremotos y los huracanes; y

· elegir métodos de recopilación de datos y de análisis de los sistemas de la infraestructura de salud que sean prácticos y sencillos.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha preparado una serie de guías excelentes destinado a que el sector de la salud mitigue los desastres en sus instalaciones. La institución crediticia y los planificadores del sector de la salud deben emplearla por igual (OPS, 1993, Vols. I-IV). A continuación figuran el proceso de preparación y los productos del proyecto del préstamo que con más probabilidad interesen a las instituciones crediticias para satisfacer sus propias necesidades internas de salvar la brecha entre los componentes declarados de amenazas naturales con respecto a la política, la evaluación ambiental, la reducción de la vulnerabilidad y el ciclo de preparación de proyectos:

· identificación tempranas de la información relativa a las amenazas naturales y las cuestiones de mitigación;

· soluciones, prácticas y eficaces en función de los costos, de problemas persistentes; y

· el compromiso en cuanto a la ejecución por parte del personal del prestamista y del prestatario del proyecto.

Para que estos enfoques y resultados eficaces sean una realidad, deben aplicarse los siguientes mecanismos cooperativos:

· combinación de los recursos técnicos;
· intercambio de experiencias entre las organizaciones regionales e internacionales; y,
· apoyo a las actividades gubernamentales en materia de planificación del sector de la salud.

Con miras a vencer la poca disposición del personal de la institución de crédito a examinar la reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales, o a incorporar este aspecto en la preparación del proyecto de préstamo, es necesario incluir incentivos para el análisis. Estos incentivos deben incluir lo siguiente:

1. El suministro de información reutilizable, tal como directrices con miras a satisfacer los enunciados de política sectorial;

2. La integración de las cuestiones de reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales en los mecanismos existentes como programación de misiones, informes de identificación de proyectos, encuestas de reconocimiento, preparación de declaraciones sobre el impacto ambiental y evaluaciones de los proyectos;

3. La promoción de medidas de mitigación comprobadas en tipos específicos de proyectos (prácticas óptimas);

4. La inclusión de los costos y los beneficios de la mitigación de riesgos en las evaluaciones económicas; y

5. La orientación de los miembros del personal de los proyectos sobre cuestiones relacionadas con las regiones expuestas a riesgos y los tipos de edificaciones tradicionalmente vulnerables.

Por último, la inquietud de las instituciones crediticias ante las cuestiones de vulnerabilidad a las amenazas naturales depende del grado en que los fenómenos naturales causen pérdidas a los proyectos que recibieron ayuda de la institución de crédito en cuanto a la identificación, la preparación, el financiamiento o la ejecución. Entre las opciones respecto a la asignación de responsabilidades a la institución de crédito figuran las siguientes:

· Evaluación de las pérdidas a causa de las amenazas naturales en el contexto del área programática del prestamista y su diseño del proyecto y resultados de la preparación del préstamo;

· Estudio, debate y publicación de las evaluaciones cuando se han sufrido pérdidas en proyectos que no tomaron en consideración o no evaluaron las medidas de mitigación de las amenazas naturales; y

· Promoción de normas profesionales por parte de profesionales del diseño y la construcción encargados de preparar y ejecutar proyectos que incluyen cuestiones relativas manejo de la vulnerabilidad a las amenazas naturales.

VI. Conclusión

El financiamiento de los establecimientos de salud es una oportunidad única para abordar cuestiones relativas a la reducción de la vulnerabilidad a las amenazas naturales dentro del sector. Esto se debe a que durante la preparación del proyecto del préstamo, pueden y deben examinarse el diseño y la construcción del establecimiento en el contexto de las amenazas predominantes y de los medios con que se pueden lograr niveles de riesgo aceptables. Muchas son las limitaciones que impiden el aprovechamiento pleno de esta oportunidad. Los establecimientos de salud se proponen y se crean como estructuras específicas para un lugar en respuesta a las exigencias sociales, las limitaciones económicas y las funciones cambiantes del sector público y privado, de los mercados de capitales y de los préstamos concretos por sector. Los establecimientos de salud rara vez se crean en un contexto amplio de planificación urbana y física. Y menos aún teniendo en consideración la seguridad estructural ante las amenazas naturales.

Generalmente, las instituciones de crédito son neutrales en cuanto al riesgo, pero cada vez se hacen más sensibles a las cuestiones de vulnerabilidad ante las amenazas naturales, al menos a nivel de directrices operativas y de política, incluidas las que se relacionan con las evaluaciones ambientales. Lamentablemente, en el caso de establecimientos como los del sector de la salud, el cumplimiento de las directrices operativas y de política depende de la iniciativa individual del personal de las instituciones crediticias que tiene poca supervisión. Pero surgen dudas de que se logren mejoras significativas en la mitigación de desastres si no existe una posición firme de política por parte del sector de la salud, unida a solicitudes concretas, no sólo de apoyo crediticio sino también de asistencia técnica, capacitación y transferencia de tecnología. Contando con esas medidas del sector de la salud como incentivos las instituciones crediticias estarán en condiciones de proseguir con las medidas requeridas, o de crear el entorno adecuado para que se apliquen, allí donde no se exigen actualmente.

Referencias

Banco Interamericano de Desarrollo. Departamento de Planes y Programas. Política para Desastres Naturales. Washington, D.C., 1989. 7 p.

Caribbean Development Bank. Sector Policy Paper: Environment. Bridgetown, Barbados, 1993. 11 p.

Organización de los Estados Americanos. Secretaría General. Secretaría Ejecutiva para for Asuntos Económicos y Sociales. Departamento de Desarrollo Regional y Medio Ambiente. Incorporating Natural Hazard Assessment and Mitigation into Project Preparation. Washington D.C., 1988. 15 p. (Committee of International Development Institutions on the Environment publication series, Vol. 2)

Organización de los Estados Americanos. Primer on Natural Hazard Management in Integrated Regional Development Planning. Washington D.C., 1991. 418p.

El Banco Mundial. Environmental Assessment Sourcebook, Volume I: Policies, Procedures, and Cross-Sectoral Issues. Washington, D.C., 1991, 6 p. (Documentos Técnicos del Banco Mundial Número 139.)

El Banco Mundial. Operational Directive 8.50: Emergency Recovery Assistance. Washington, D.C., 1989. 8 p.

Organización Mundial de la Salud. Organización Panamericana de la Salud. Disaster Mitigation Guidelines for Hospitals and Other Health Care Facilities in the Caribbean. Washington D.C., 1992. 68 P

Organización Mundial de la Salud. Mitigation of Disasters in Health Facilities: General Issues. Vol. 1. Washington D.C., 1993. 43 p.

Organización Mundial de la Salud. Mitigation of Disasters in Health Facilities: Administrative Issues. Vol. 2. Washington D.C., 1993.71 p.

Organización Mundial de la Salud. Mitigation of Disasters in Health Facilities: Architectural Issues. Vol. 3. Washington D.C., 1993. 80 p.

Organización Mundial de la Salud. Mitigation of Disasters in Health Facilities: Engineering Issues. Vol. 4. Washington D.C., 1993. 84 p.

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