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Impacto del huracán Georges en las islas caribeñas de Antigua, Barbuda, St. Kitts y Nevis, Islas Vírgenes Británicas, Montserrat y Anguila
Coordinación del Programa en el Caribe de la OPS/OMS
Preparado por Sharleen Da Breo, Islas Vírgenes Británicas
Este informe ha sido preparado para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y analiza el impacto y la respuesta del huracán Georges en el sector salud de las islas caribeñas anglófonas de Antigua y Barbuda, Saint Kitts y Nevis, Islas Vírgenes británicas, Montserrat y Anguila. El Georges afectó a todas estas islas al atravesar la región los días 20 y 21 de septiembre de 1998 con vientos constantes máximos de 185 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 240 km/hora.
La depresión tropical número 7 de la temporada de huracanes de 1998 se formó a partir de una onda tropical sobre la parte oriental del Atlántico, al sud-sudeste de las islas de Cabo Verde, el 15 de septiembre. El sistema cobró intensidad rápidamente, transformándose en la tormenta tropical Georges a las once del día 16. A las 17 del día siguiente la oficina de Miami del Servicio Meteorológico de los EUA emitió un mensaje de aviso en el que indicaba que a unos 2100 km al este de las Antillas Menores se había formado el cuarto huracán de la temporada, que avanzaba hacia el oeste a una velocidad de 32 km/hora.
MONTAGE OF GOES-8 INFRARED IMAGES
FROM HURRICANE GEORGES FROM 18-28 SEP 1998 NEAR 12 UT
A las islas de las Antillas Menores se les recomendó que vigilaran de cerca el movimiento del huracán porque amenazaba con cobrar aún más fuerza. A las 17 del 18 de septiembre se declaró un aviso de huracán para el arco insular que va desde Santa Lucía hacia el norte hasta Anguila, incluidas las islas de Saba y de St. Maarten. A las 11 del 19 de septiembre el aviso de huracán se extendió a las Islas Vírgenes británicas y estadounidenses. En ese momento, los vientos sostenidos máximos habían alcanzado una velocidad de 200 km/h (categoría 3) y el sistema avanzaba en dirección oeste-noroeste a casi 29 km/h. El mismo 19 a las 17 se emitió un alerta de huracán para el arco de islas desde Dominica hasta Anguila, excepto Saint-Barthélemy y el sector francés de Saint-Martin. Para entonces el Georges, con vientos de 230 km/h, se había convertido en un huracán de categoría 4. A las 5 de la mañana del 20 de septiembre el alerta de huracán se extendió a las Islas Vírgenes británicas y estadounidenses y a Puerto Rico.
A las 11 del mismo 20 el sistema estaba a 50 km al este-sudeste de Antigua, desplazándose en dirección oeste-noroeste a 26 km/h con vientos de 185 km/h (categoría 3). El 21 a las 5 de la mañana empezó a afectar a las Islas Vírgenes británicas, y sus vientos habían disminuido a 175 km/h. Lo más cerca que pasó de dichas islas fue a 74 km al sur, a las 13 horas, cuando su ojo tenía un diámetro de 48 km. Esto significa que la isla de Tórtola estaba a 48 km de la pared del ojo. Luego el sistema pasó a afectar gravemente a Puerto Rico, la República Dominicana y Haití.
A su paso, el Georges sembró la destrucción. Las islas de Saint Kitts y Nevis, Antigua y Barbuda, Montserrat, Anguila y las Islas Vírgenes británicas se vieron todas afectadas, pero los daños se produjeron mayormente en Saint Kitts y Antigua.
El huracán Georges azotó a Saint Kitts y Nevis la noche del domingo 20 y la mañana del lunes 21 de septiembre de 1998. Se lo clasificó como huracán de categoría 3 en el momento en que su ojo, con un diámetro de 19 kilómetros, pasaba directamente sobre St. Kitts y Nevis alrededor de las 3 de la madrugada. El sistema arrastraba vientos de 185 km/h y al pasar el segundo cuadrante del huracán se incrementaron considerablemente los daños.
Muchos pobladores optaron por refugiarse en albergues de emergencia antes del impacto del huracán, y también después debido a la pérdida de sus hogares. Trescientos ochenta refugiados se alojaron en esos albergues, cuya vigilancia estuvo a cargo de los Servicios de Salud Comunitarios. Se notificó la muerte de tres personas, informándose asimismo de varios casos de lesiones que no requirieron mayor tratamiento.
En cuanto a daños materiales, las cifras dadas a conocer por el Organismo Nacional de Gestión de Emergencias (NEMA) el 22 de septiembre indicaban que se habían visto afectadas entre el 80 y 85% de las viviendas de Saint Kitts, registrándose el derrumbe parcial o total de los techos y en algunos casos, la destrucción completa de las viviendas. Cerca de 3000 personas se vieron obligadas a evacuar sus hogares. Los edificios gubernamentales también quedaron muy afectados. Todas las escuelas sufrieron graves daños y más del 50% de los edificios designados como albergues de emergencia sufrieron daños de tal magnitud que no pudieron habilitarse. Las instalaciones de generación y distribución de electricidad también resultaron averiadas. Por su parte, el Hospital General Joseph N. France quedó muy deteriorado, y la mayoría de los establecimientos turísticos quedaron en tales condiciones que habrían de permanecer cerrados por dos meses como mínimo.
En el sector agrícola se calcularon pérdidas del 50% para la zafra azucarera de 1999, mientras que en el ámbito educativo las proyecciones indicaban que se iban a necesitar por lo menos de dos a tres meses para reparar las escuelas. Los cálculos iniciales cifraron los daños en unos 402,07 millones de dólares EUA (el cambio de moneda en el momento del huracán era de EC$ 2,58 por US$ 1), es decir, unos EC$ 1.035.600.000, y el sector turístico sufrió daños valuados en EC$ 20.000.000, sin contar la necesidad de cerrar la mayoría de los hoteles por un mes, lo cual dejaría sin trabajo a 2300 personas durante dos meses por lo menos. El servicio público de aguas sufrió averías menores por un monto cercano a EC$ 100.000, mientras que, en lo que atañe al servicio de electricidad, la usina sufrió averías, el agua estropeó los generadores y cayeron varias líneas y postes, estimándose que el costo de dichos daños ascendió a EC$ 10.000.000. Sin embargo, la infraestructura principal de los servicios telefónicos apenas si se vio perjudicada, pues todas las centrales siguieron funcionando, y los daños, estimados en EC$ 1.500.000, afectaron principalmente a las líneas de transmisión y los postes. Por otra parte, se calculó que en el sector comercial se produjeron averías en el 35% de los techos, por un monto de EC$ 25.000.000, y lo mismo sucedió en el sector industrial con el 55% de los techos, por valor de EC$ 3.500.000, con el consiguiente paro de 6000 trabajadores.
Asimismo, se registraron pérdidas cercanas a EC$ 3.000.000 en el suministro de alimentos, mientras que el sector agrícola sufrió daños de importancia, por unos EC$ 22.700.000. Las averías en las escuelas totalizaron cerca de EC$ 17.300.000, provocando graves trastornos en el sistema escolar que afectaron a 8500 niños. El sector de la vivienda sufrió daños por EC$ 651.000, que ocasionaron una urgente demanda de materiales para techos. Asimismo, en los establecimientos comunitarios y deportivos se registraron daños estimados en EC$ 5.000.000. Los puertos sufrieron pérdidas, y también en el aeropuerto se vieron afectados el edificio de la terminal, la torre de control y otras construcciones aledañas, todo ello por un costo estimativo de EC$ 10.000.000. Además se registraron serios daños en varios edificios gubernamentales, incluidas varias comisarías y la sede de la Fuerza de Defensa, por un monto de EC$ 50.000.000. Se estima que el impacto económico general del fenómeno ascendió a EC$ 100.000.000, y las tareas de limpieza se calcularon en EC$ 3.000.000.
El 22 de septiembre a las 14 el primer ministro de Saint Kitts y Nevis declaró a la primera de estas dos islas en estado de desastre nacional. En Nevis los efectos del Georges fueron menores, aunque se notificaron daños en viviendas, hoteles, caminos, y en la comisaría de Charlestown.
Si bien se tomaron ciertas precauciones para proteger las instalaciones hospitalarias, cubriendo todas las ventanas con contraventanas improvisadas de madera contrachapada, el principal centro hospitalario de Saint Kitts, el Joseph N. France General Hospital, sufrió daños de importancia, pues el agua penetró por los techos y no, como se esperaba, por las ventanas, y tan solo un pabellón de pacientes pudo seguir funcionando. También el Pogson Hospital y el Mary Charles Hospital sufrieron daños en sus techos. Se calcula que las pérdidas representaron unos EC$ 8.000.000. Hubo asimismo diversas averías en los centros de salud, por un monto cercano a EC$ 4.000.000. Se estima, entonces, que el costo total de los deterioros sufridos por el sector de la Salud ascendió a EC$ 12.000.000.
El Hospital General Joseph N. France, de Saint Kitts
Este es el único hospital de la isla, que sirve a una población de 33.000 personas en Saint Kitts y 9000 en Nevis. El techo que se había reemplazado después del huracán Luis, en 1995, se perdió nuevamente, mientras que otros sectores del edificio se vieron gravemente afectados, calculándose que quedó inutilizado un 90% del establecimiento. Los 26 pacientes en condiciones de ser dados de alta antes del huracán tuvieron que ser retirados, y los restantes fueron alojados provisionalmente en el aula de enfermeras y en la cocina. El lunes 28 de septiembre se alojó a 30 pacientes en la unidad de maternidad del hospital, lo que provocó un hacinamiento grave y desbordó la capacidad de los baños. También se perdió el techo del laboratorio, al tiempo que sufrían daños servicios auxiliares como las tiendas y la lavandería. El hospital pudo abastecerse de electricidad utilizando un generador de reserva.
Un equipo del HMS Sheffield (buque guardacostas de las Indias Occidentales Británicas) colaboró en las tareas de reparaciones de urgencia del pabellón de maternidad -incluso en el suministro de electricidad-, para que pudiera volver a funcionar, y en las tareas de reparaciones de urgencia al techo del laboratorio, para que los controles de equipos pudieran reanudarse en forma limitada. Además, la tarde del 22 de septiembre llegó un ingeniero de estructuras para comenzar la evaluación de los hospitales. La OPS estaba esperando autorización para empezar a trazar planos de ejecución y llamar a licitación para la primera etapa de un amplio proyecto de reforma del Hospital Joseph N. France, a fin de dotarlo de un nuevo departamento de Accidentes, Urgencias y Pacientes Ambulatorios, y nuevas instalaciones de quirófano, laboratorio, radiología, registros médicos y farmacia, por un costo estimado de EC$ 17.000.000. Todas las obras por realizarse en esas importantes instalaciones incorporarían medidas paliativas adecuadas para evitar nuevas destrucciones, previéndose para ellas un plazo de 24 meses.
También se informó de daños en seis de los once centros de salud. Fue necesaria una rápida rehabilitación de los establecimientos de salud de Saint Kitts y Nevis, requiriéndose además asistencia tanto para diseñar el reacondicionamiento del hospital como para reparar lo que fuera posible y reemplazar los equipos de laboratorio no reparables. Un ingeniero de la OPS, integrante del Equipo de Respuesta a Desastres que también fue enviado a Saint Kitts el 22 de septiembre de 1998, realizó una investigación y evaluación detalladas. El equipo se componía de un ingeniero sanitario, un ingeniero biomédico y miembros del personal de salud pública, equipados con un teléfono para comunicaciones por satélite. La OPS se mantuvo en contacto permanente con el Sistema de Seguridad Regional (RSS), la Organización Caribeña de Respuesta a Emergencias (CDERA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Oficina de Asistencia al Exterior en Casos de Desastre de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (OFDA/AID).
El hospital J.N. France sufrió de
nuevo severos daños al paso de un huracán. En las obras de reconstrucción se han
tenido en cuenta medidas de mitigación para garantizar mayor resistencia en
próximos huracanes. (a)
Fotografía: OPS/OMS
El hospital J.N. France sufrió de
nuevo severos daños al paso de un huracán. En las obras de reconstrucción se han
tenido en cuenta medidas de mitigación para garantizar mayor resistencia en
próximos huracanes. (b)
Fotografía: OPS/OMS
El Hospital Alexandra, en Nevis
Este hospital padeció algunas inundaciones a consecuencia del Georges, pero la mayoría de sus edificios sufrieron daños de poca importancia, con excepción del viejo Hogar de Enfermería, que perdió parte del techo. Al principio, el abastecimiento eléctrico del hospital dependió de un generador de reserva, sin que se supiera cuándo se iba a restablecer el suministro general de energía. También hubo que recurrir a los tanques de agua de emergencia. Se comprobó la necesidad de reemplazar algunas instalaciones básicas, como el nuevo departamento de Accidentes, Urgencias y Pacientes Ambulatorios, y de remodelar los edificios existentes, por un costo total de EC$ 5.200.000. De estas obras, algunas ya estaban en proyecto antes del huracán.
Old Road Town Clinic - Newton Clinic
No se registraron daños graves ni se recomendaron reparaciones de urgencia.
El Hospital Pogson
Se notificaron ciertos daños en los techos.
Cayon Health Clinic
De los dispensarios instalados en una comunidad que se vio muy afectada, este fue el que sufrió daños más graves, que obligaron a reemplazar completamente su techo.
Salud ambiental y lucha antivectorial
La vigilancia de la calidad del agua comenzó el martes 29 de septiembre y se determinó su inocuidad en vista de que las plantas de tratamiento funcionaban bien. La vigilancia epidemiológica siguió con la asistencia del Centro de Epidemiología del Caribe (CAREC), pero se notificaron relativamente pocos casos de fiebre, vómitos y diarrea. Preocupaba un presunto aumento de la infestación por Aedes aegypti, y para prevenirlo se enviaron mensajes por radio para reducir el número de criaderos de este mosquito. Funcionarios de Salud Pública vigilaban la calidad del agua y la inocuidad de los alimentos en los albergues de emergencia y los supermercados.
En un informe proveniente del CAREC se señalaba que si bien los niveles residuales de cloro estaban en valores normalmente relacionados con el suministro de agua salubre, existía preocupación por la magnitud de las precipitaciones e inundaciones causadas por el paso del huracán Georges. Se recomendó mantener un nivel de cloro residual superior a 0,5 mg/l, preferiblemente en una gama próxima a 1,0 mg/l, porque en la planta de tratamiento apenas si se alcanzaba el nivel de 0,5 mg/litro. También se tomó nota de la caída del nivel de cloro residual entre la planta de tratamiento y el punto de toma de muestras, situado en Sandown Road, a 8 km de distancia, que era indicativa de una posible pérdida.
También había preocupación por la turbiedad relativamente elevada que se observaba en el punto de toma de muestras de Cardin Avenue y en la planta de tratamiento, y se recomendó que la turbiedad no excediera de 5 UNT (unidades nefelométricas de turbiedad) en ninguna muestra, y que el valor medio no excediera de 1 UNT. El agua turbia aumenta el riesgo de parásitos infecciosos como Giardia lamblia y las especies de Cryptosporidia, que no son destruidas por la cloración.
Los daños causados por el huracán Georges no fueron tan devastadores como los del huracán Luis, que azotó las islas en 1995. Las principales zonas afectadas fueron las de Five Islands, All Saints Village, Crabbs Hill y Piggotts. Asimismo, la zona de Darkwood Beach se vio afectada por grandes marejadas.
El huracán Georges pasó por las islas de Antigua y Barbuda entre la noche del domingo 20 de septiembre y la mañana del lunes 21. Se notificaron dos defunciones, una en la zona de Gray's Farm y la otra en Sea View Farm, y por lo menos dos personas sufrieron lesiones y fueron tratadas en el hospital. Tres escuelas de Antigua sufrieron daños en el techo (una de ellas, de consideración).
En Antigua y Barbuda resultaron
dañadas casi un 20% de las viviendas.
Fotografía: OPS/OMS
También resultó dañada la comisaría de All Saints, calculándose además que resultaron afectadas del 10 al 20% de las viviendas. Sufrieron daños unas 2200 casas, de las que 392 quedaron completamente destruidas, 959 sufrieron daños de importancia, y 851, averías menores. Se notificaron daños menores en el 15% de los establecimientos comerciales, y muchos de los hoteles están cerrados por hallarse en reparación. El 28 de septiembre se obtuvieron datos estimativos sobre el monto de los daños: EC$ 150.000.000 en el sector de vivienda, EC$ 4.500.000 en el área de las escuelas estatales, EC$ 5.000.000 en los edificios gubernamentales (establecimientos sanitarios, estaciones de bomberos y comisarías, ministerios y edificios de empresas de servicios públicos) y EC$ 850.000 en el sector de las escuelas privadas. Las líneas eléctricas y telefónicas quedaron interrumpidas por la caída de muchos postes. Varios caminos quedaron bloqueados por árboles abatidos, y algunas radioemisoras debieron interrumpir sus transmisiones. Asimismo se denunciaron dos incendios, uno de ellos en una estación de radio.
Perdieron sus viviendas 3375 personas. Se movilizó el Centro de Operaciones para Emergencias (EOC), que asumió la responsabilidad por la vigilancia de la situación. Antes de la llegada del huracán, cerca de 6000 personas fueron evacuadas y alojadas en 135 albergues de emergencia repartidos por la isla. Al 22 de septiembre aún quedaban en toda la isla 600 personas alojadas en 61 albergues de emergencia; al 29 de septiembre esas cifras habían bajado a 91 personas y 11 albergues, respectivamente.
El Aeropuerto Internacional V.C. Bird reanudó sus operaciones al evaluarse su sistema de iluminación y certificarse que estaba en condiciones adecuadas. Las comunicaciones telefónicas también se restablecieron en casi toda Antigua, al tiempo que la mayoría de los caminos principales quedaron despejados y se comenzó a trabajar en los secundarios y residenciales.
En Barbuda, los daños sufridos por las viviendas se registraron principalmente en los techos, lo que causó problemas de agua porque en esta isla el agua para consumo doméstico se recoge en los techos. Quedaron sin vivienda treinta personas y hubo que alojar a cuatro en un albergue de emergencia, pues 5 casas quedaron destruidas, otras 5 sufrieron daños de importancia, y 35 tuvieron averías menores. Para el 29 de septiembre todavía no había comunicaciones telefónicas ni se había restablecido el suministro de electricidad, pero sí se habían establecido comunicaciones radiotelefónicas inalámbricas.
El hospital de Holberton
El hospital de Holberton siguió funcionando, con cierta reducción de sus servicios debido a los daños causados por el huracán y a la pérdida tanto del suministro general de energía eléctrica como, en menor medida, del abastecimiento principal de agua. Cabe señalar que los pabellones reparados después del huracán Luis en 1995, en cuyas obras de arreglo se tuvieron en cuenta medidas de mitigación, no se vieron afectados. La capacidad de camas no disminuyó. Los almacenes médicos y la zona de tiendas generales del hospital quedaron inutilizables debido a los daños provocados por la caída de un árbol y el derrumbe de una pared. El posterior anegamiento del área de suministros hizo que se perdiera la mayor parte de ellos, incluido el refrigerador. Los servicios de lavandería sufrieron una reducción sustancial por los daños estructurales registrados en el sector y el posterior deterioro causado por el agua a las máquinas lavarropas. En el laboratorio del hospital el agua dañó los equipos y los agentes reactivos. Por su parte, el departamento de radiología no pudo prestar servicios debido al corte de electricidad porque la energía de reserva no alcanzaba para hacer funcionar sus equipos.
El departamento de Accidentes y Emergencias (AED) funcionó bien, notificando un aumento de la cantidad de casos de cortes menores, contusiones, raspaduras y lastimaduras por clavos; tres de los heridos debieron ser hospitalizados. En el Apéndice 3 se transcriben las estadísticas correspondientes del AED del hospital de Holberton.
Hacia el 29 de septiembre el hospital había recuperado su nivel operativo anterior al huracán, los escombros habían sido retirados y los suministros de agua y de electricidad se hablan restablecido totalmente. La lavandería funcionaba, pero todavía faltaba reparar el daño del techo en un extremo de la cocina. La OPS brindó apoyo técnico para controlar los equipos del hospital y dio comienzo en él a un programa de adiestramiento.
El Instituto Fiennes
Este establecimiento sufrió muy pocos daños, sin que se notificaran averías en las partes del techo reparadas tras el huracán Luis en 1995 (obras financiadas por la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea -ECHO- y la OPS). Hubo que agregar 16 camas para poder atender la afluencia de pacientes prevista.
El Hospital Psiquiátrico
Uno de los pabellones sufrió daños sustanciales, que obligaron a redistribuir pacientes dentro del establecimiento para alojar a los provenientes del ala dañada. Se trata de un pabellón que no fue reparado en el marco del proyecto de ECHO/OPS después del huracán Luis. El cerco perimetral del hospital fue derribado en todos los costados, con el consiguiente problema de seguridad (situación idéntica a la ocurrida tras el huracán Luis en 1995). Por otra parte, fue necesario llevar agua en recipientes y restablecer el suministro de electricidad.
Aunque el agua que se usó del tanque abierto fue tratada, la institución informó de siete casos de diarrea. La cocina funcionaba, pero con artefactos sumamente inadecuados para las necesidades de preparación de alimentos de una institución con un centenar de pacientes. Se pidió una cocina de tipo comercial con transporte e instalación sin cargo para el hospital. Al 29 de septiembre todavía no se habían reparado los daños, pero se estaba arreglando el cerco.
El Hospital de Barbuda
Este hospital sufrió daños no estructurales de muy poca importancia. Su funcionamiento se vio afectado principalmente por la entrada de agua por las ventanas rotas, que hubo que reemplazar en su mayoría. El principal problema en este establecimiento fue el suministro de agua potable.
Centros de salud
El único centro de salud que denunció daños (mínimos) fue el Saint. John's Health Centre, que a pesar de ello pudo seguir funcionando. Por su parte, el District Health Centre no notificó ningún daño de importancia.
Los daños sufridos por el sistema de distribución de agua en Antigua afectaron el suministro en la isla, y el restablecimiento del servicio fue muy lento. Se requirieron sustancias químicas para purificar el agua, y también que se abasteciera de agua potable a muchos lugares.
En Barbuda, el suministro público de agua quedó contaminado cuando las marejadas causadas por la tormenta arrojaron agua de mar en el sistema, haciendo que en toda la isla escaseara el agua potable.
En casi todas partes se acumularon grandes cantidades de escombros, pero las tareas de limpieza avanzaron con celeridad.
El acopio y la acumulación de agua en muchos sitios fomentaron la reproducción de los mosquitos, y el Ministerio de Salud denunció un brote de dengue. La fumigación contra mosquitos y la identificación de los criaderos comenzaron el 29 de septiembre, junto con las tareas de remoción de escombros. En esos momentos el abastecimiento de agua se había restablecido, en las condiciones anteriores al huracán. El Apéndice 4 contiene una lista completa de los suministros pedidos.
Operaciones de respuesta general
El Gobierno de Antigua pidió al de Jamaica que enviara a un médico especialista en salud pública, o a un epidemiólogo, para que colaborara durante seis a ocho semanas con las tareas de vigilancia, control de enfermedades y los programas de educación de salud pública. Así, el jueves 1° de octubre llegó a Antigua un especialista en salud pública que permaneció dos semanas y media en la isla y colaboró en el establecimiento de un sistema de vigilancia epidemiológica. Para el 5 de octubre el hospital de Holberton había vuelto a la normalidad y se estaba instalando en la unidad de cuidados intensivos un generador de 10 kW, para que ese servicio crucial pudiera seguir funcionando si se interrumpía el suministro de electricidad. A su vez, el Departamento de Obras Públicas proseguía los trabajos de reparación del Hospital Psiquiátrico, mientras que tanto el Instituto Fiennes como la Iglesia Adventista del Séptimo Día colaboraban en la reconstrucción del cerco perimetral de ese hospital, donde también se habían instalado un generador de reserva y un pequeño tanque de agua. El Departamento de Salud realizó una inspección de los albergues de emergencia e informó que en general se hallaban en buenas condiciones.
En Antigua y Barbuda el
restablecimiento del servicio de agua fue muy lento y se recurrió a camiones
cisterna.
Fotografía: OPS/OMS
Operaciones generales de recuperación
Durante la etapa de rehabilitación, la restricción principal radicó en la disponibilidad de suministros de socorro para su distribución. Se necesitaban más láminas protectoras plásticas, y los suministros de socorro fueron llegando lentamente a la isla. Proporcionaron suministros de ese tipo la USAID/OFDA, el gobierno de Barbados, Jamaica, el Japón, la empresa Virgin Atlantic y las Islas Vírgenes estadounidenses. Asimismo se recibió asistencia técnica de Dominica, San Vicente, Jamaica y Trinidad. Un equipo del Banco de Desarrollo del Caribe (CDB) también visitó la isla para comprobar la magnitud de los daños e informar al Ministerio de Finanzas y al EOC que se había asignado una subvención de cien mil dólares para Antigua y Barbuda, que se desembolsaría por medio de CDERA (Organismo Caribeño de Respuesta a Emergencias en Casos de Desastre). Además, se le facilitaría al gobierno de las dos islas un préstamo en condiciones muy favorables por un monto máximo de medio millón de dólares para colaborar en los gastos causados por el huracán, tales como los de las tareas de limpieza y las de reparación de escuelas, dispensarios y caminos. El préstamo se acordaría por un plazo de 20 a 30 años con un interés del 3% anual.
El 5 de octubre ya estaba normalizado en Antigua el servicio eléctrico para el 70% de los abonados. Se había restablecido el suministro a todas las zonas declaradas áreas de desastre, dándose prelación a las escuelas. Asimismo se habían restablecido los servicios telefónicos y de abastecimiento de agua, mientras que también en gran parte de Barbuda ya funcionaban los servicios públicos. Se esperaba que los hoteles pudieran reabrir para fines de octubre, y la mayoría de las grandes líneas aéreas y de buques de cruceros habían reanudado sus operaciones.
Las principales escuelas públicas reabrieron en su mayoría el 28 de septiembre, al tiempo que el Departamento de Obras Públicas comenzaba los trabajos de reparación de algunos establecimientos escolares, excepto la escuela primaria de Granville, que debió cerrarse cuando trozos peligrosos del techo quedaron expuestos y empezaron a desmoronarse alrededor del establecimiento, obligando a reubicar a sus alumnos. Se seguían requiriendo láminas plásticas para cubrir los techos en forma provisional.
Organizaciones regionales e internacionales enviaron suministros de socorro. La organización CARICOM (Comunidad del Caribe) se comprometió a brindar apoyo constante, mientras que el Consejo de Iglesias del Caribe (CCC) pidió que la Sociedad de San Vicente de Paul fuera designada como organismo coordinador para la distribución de los suministros de socorro encaminados por el CCC. Asimismo, las organizaciones no gubernamentales y el EOC acordaron compartir información y coordinar el proceso de distribución. Por su parte, la Fuerza de Defensa y el Cuerpo de Policía se encargaron de la seguridad, realizando patrullajes conjuntos debido al aumento de las denuncias de robos en las casas. Se recibieron compromisos financieros de los siguientes organismos donantes:
IBM (BGI) |
US$ 1.500 |
PNUD |
US$ 50.000 |
CIDA |
CAN$ 25.000 |
OPS |
US$ 10.000 |
UNICEF |
US$ 10.000 |
Asimismo, se puso un total de 25.000 dólares EUA a disposición de la Cruz Roja de Antigua y Barbuda, que participó activa y eficientemente en el suministro de socorros para emergencias. Además, Antigua funcionó como centro de transbordo para otras islas, tales como Saint Kitts y Nevis, y Montserrat, que también se vieron afectadas por el huracán Georges.
La isla de Montserrat sufrió daños moderados por las inundaciones, que hicieron intransitables ciertos caminos y causaron grandes aludes de lodo en las laderas del volcán Soufriere Hills. Como medida precautoria, se interrumpió el suministro de energía eléctrica en gran parte de la isla, pero las líneas telefónicas funcionaron durante todo el paso del huracán. Se notificaron daños causados por los vientos en unos pocos techos, pero el hospital se mantuvo incólume. Fue preciso habilitar doce albergues de emergencia para alojar a 400 personas durante dos noches mientras el Georges atravesaba la región.
Gracias a que el huracán se desvió, y a que decrecieron tanto su velocidad de desplazamiento como la de sus vientos, la isla de Montserrat no sufrió mayores daños. Sin embargo, se tomaron precauciones para proteger las instalaciones de carácter crítico y se pusieron en marcha planes para situaciones de desastre.
Los pequeños daños causados por las inundaciones provocaron la solicitud de suministros para la lucha antivectorial (insecticidas y cebo para ratas), así como de comprimidos para purificación del agua.
Montserrat tuvo que enfrentar al
huracán Georges cuando aún se estaba recuperando de los dramáticos efectos de la
erupción del volcán Soufriere Hills.
Fotografía: OPS/OMS
Ante las dificultades experimentadas en 1989 con el huracán Hugo, y las debidas a la actividad volcánica que asoló a la isla, los planes para situaciones de desastre se han actualizado y sometido a pruebas integrales.
Tras cuatro días de movilización, el Centro Nacional de Operaciones para Emergencias dio la señal de fin de la emergencia a las 5 de la mañana del martes 22 de septiembre, cuando el huracán se encontraba a unos 180 km al este de Santo Domingo. El equipo de evaluación de daños inició sus tareas de inmediato dando a conocer informes que indicaban que el Georges había causado daños de poca importancia. Hacia el mediodía de ese mismo martes ya se habían despejado todas las carreteras principales, aunque con ciertas dificultades en la carretera costera sur, pues en algunas partes la superficie estaba muy deteriorada y requería grandes reparaciones. No se informó sobre daños estructurales de importancia a los edificios gubernamentales, pero si sobre destrozos en algunos techos de viviendas particulares. Tampoco se notificaron daños graves en el aeropuerto de Beef Island, a excepción de un avión privado que resultó muy averiado. Los edificios de la terminal aérea sufrieron daños menores (en placas del cielorraso y chapas galvanizadas del techo). Por su parte, los puertos no notificaron ningún daño grave a sus instalaciones ni a su infraestructura, aunque el muelle para barcos de cruceros y el muelle del transbordador de Road Town sufrieron ciertos destrozos.
Gracias a la rápida respuesta de las empresas de alquiler de embarcaciones, que guardaron embarcaciones en albergues marinos, hubo pocos daños en esa área. La Electricity Corporation (empresa eléctrica) optó por interrumpir el suministro de energía el 21 de septiembre a las 6.50, cuando los vientos ya alcanzaban una velocidad de 65 km/hora. Por tal motivo solo sufrieron daños el subsector de la carretera costera y algunas partes de la carretera misma, como se mencionó en el párrafo precedente. Muchos clientes recuperaron el suministro de electricidad en sus hogares incluso en la misma tarde del martes 22. Se recibió asistencia de Santa Lucía, por medio de la CARILAC, para ayudar en la reconstrucción del sistema de alto voltaje en las zonas afectadas. Por su parte, el sistema telefónico funcionó todo el tiempo sin que se registraran daños en la infraestructura de la compañía telefónica, y en todo momento se tuvo acceso a los enlaces internacionales. El único daño notificado se registró en las líneas de conexión domiciliaria.
Los daños ambientales fueron moderados, aunque se ha comprobado una erosión sustancial en donde había obras en construcción y en los lugares donde se estaban realizando trabajos de recuperación de tierras. Parte de esos suelos quedaron depositados en caminos de las zonas de manglares y parte en el mar como sedimento, y más adelante será nocivo para arrecifes y lechos de algas al impedir la entrada de luz solar y retardar sus funciones y crecimiento. Se informó que las playas se hallaban en buenas condiciones, afectadas solo por gran oleaje y erosión marginal. Los parques nacionales sufrieron daños mínimos, con excepción del parque Queen Elizabeth y de muchos árboles grandes y añosos que resultaron abatidos por el viento en todas las islas. Si bien el sector agrícola sufrió destrozos de magnitud, el turístico tuvo solo daños leves, y en pocas semanas ya estaba de nuevo funcionando la mayoría de los establecimientos. Ninguna escuela de las islas sufrió daños, pero de todos modos permanecieron cerradas cuatro días para facilitar las tareas de limpieza.
Los daños ambientales fueron
moderados, pero muchos árboles grandes quedaron abatidos por el viento en todas
las islas.
Fotografía: OPS/OMS
La Oficina de Preparativos de Desastre (ODP) brindó asistencia a quienes sufrieron daños en sus techos, distribuyéndoles láminas plásticas y lona impermeable. La ODP y la Oficina del Ministro Principal se encargaron de coordinar las tareas de socorro. Las evaluaciones generales de los daños sufridos por las Islas Vírgenes británicas ascienden a una suma cercana a los 9.405.000 dólares EUA.
El Ministerio de Salud no informó sobre ninguna defunción y solo mencionó una lesión leve. No se notificaron daños en ninguna de las instalaciones médicas del territorio. Según informes de la ODP, 87 personas buscaron refugio en 11 de los 18 albergues de emergencia que se habilitaron. Se entregaron paquetes con alimentos en los albergues habilitados la tarde anterior al impacto del huracán.
Durante el paso del huracán, y como medida preventiva, se interrumpió el suministro de agua. Solo en dos zonas se avenaron las cañerías, pero quedaron reparadas en la tarde del mismo 22 de septiembre.
No se informó de daños a la infraestructura de alcantarillado. Por su parte, el Departamento de Residuos Sólidos dedicó mucho tiempo a tareas de limpieza antes y después del paso del Georges.
No se denunciaron casos de dengue, y el Departamento de Salud Ambiental tomó la medida preventiva de controlar ese riesgo recurriendo a la fumigación antimosquito.
La isla de Anguila no se vio mayormente afectada por el paso del huracán Georges, cuyos efectos en los servicios médicos y de salud fueron mínimos. Surgieron pocos problemas, y ya se han formulado recomendaciones para resolverlos. El Departamento Médico y de Salud necesitó una adecuada provisión de catres, por la reducida capacidad de camas hospitalarias: solo había 36 camas disponibles, y si la isla hubiera sido gravemente afectada se habría necesitado reforzar la dotación de catres. Como no era fácil obtener catres adicionales como preparación para el paso del huracán, se recomendó al gobierno de Anguila que por intermedio del Departamento de Servicios Sociales adquiriera al menos 50 catres para el hospital.
Durante el paso del Georges, repitiendo lo sucedido en ocasión del huracán Luis, el principal generador de reserva se mantuvo apagado para evitar que sé dañara. No se informó de lesiones graves relacionadas con el paso del huracán por Anguila.
Por las evaluaciones realizadas por distintos organismos se calcula que los daños debidos al Georges fueron menores que los causados por los huracanes David (en Dominica, 1979), Hugo (en Montserrat, 1989), Luis (en Antigua y St. Maarten, 1995) y Marilyn (en Saint Thomas, 1995). Todos ellos siguieron rutas parecidas, afectando a las islas nordorientales del Caribe. Sin embargo, Saint Kitts y Nevis sufrieron daños sustancialmente mayores que los causados por los huracanes mencionados de 1979, 1989 y 1995, ninguno de los cuales tuvo impacto directo sobre esas dos islas. En cambio, esta vez el ojo del huracán Georges atravesó Saint Kitts y pasó muy cerca de Nevis (si no directamente por sobre ella).
Después del huracán se plantearon interrogantes sobre si la oficina meteorológica o el EOC habían sobreestimado la velocidad de los vientos que azotaron a las islas. En distintos puntos de estas pueden instalarse los anemómetros y pluviómetros necesarios para recopilar datos meteorológicos durante todo el fenómeno. Tal información es crucial también a posteriori, para poder analizar qué zonas habría que evacuar o atender para prevenir o curar enfermedades transmitidas por vectores, y para planificar mejor la distribución de suministros de socorro.
Planes
Las cuestiones referentes al agua, el saneamiento y la lucha antivectorial son problemas conocidos de salud pública para el caso de un huracán, y debe considerarse incluirlas con antelación en los planes del sector de la salud. En esos casos también debe preverse que habrá heridos, daños a la infraestructura sanitaria, reacciones de estrés en la población, contaminación del agua por inundaciones, y averías en los sistemas de alcantarillado, y que estos dos últimos efectos pueden suscitar un aumento de las enfermedades diarreicas en los albergues de emergencia. Es preciso tomar medidas preventivas que permitan afrontar con éxito la posible emergencia. La vigilancia constante de la calidad del agua y el control epidemiológico en los albergues de emergencia deben intensificarse automáticamente tras el azote de fenómenos como los huracanes, porque puede ocurrir la contaminación del suministro de agua por las inundaciones.
Los Departamentos de Salud Ambiental también deben realizar preparativos para los puertos, en vista de la gran cantidad de embarcaciones que navegan por la región y que recalan en los puertos o embarcaderos y zarpan de ellos. Hay que preparar y ejecutar programas que incluyan la desinfección de los barcos fletados y de las demás naves de todo tipo que llegan a puerto, y también es preciso establecer programas de concientización del público, que ayudarán a prevenir un posible brote de enfermedades transmitidas tanto por el agua como por vectores, por ejemplo el dengue.
Los países deben procurar sensibilizar a la población, para que los residentes estén en condiciones de actuar inmediatamente para asegurar su propiedad. Una vez emitido el alerta de huracán, los departamentos de Obras Públicas y de Residuos Sólidos deben asegurarse de que las alcantarillas estén limpias antes del meteoro. Se deben formular planes de desastre para todos los servicios esenciales, planes que habrán de ponerse en práctica antes de que se hagan sentir los efectos del huracán.
Presupuesto
También es necesario que las islas del Caribe desarrollen su capacidad de respuesta a situaciones de emergencia como las provocadas por un huracán. Hay que disponer de suministros de socorro adecuados, que se deben controlar periódicamente. Asimismo, en la planificación presupuestaria deben incluirse partidas para desastres, para poder contar con fondos que posibiliten la rehabilitación y el restablecimiento de instalaciones y servicios de carácter crítico hasta que se pueda proporcionar mayor asistencia.
Es preciso tomar medidas
preventivas que permitan reducir o evitar los efectos de los huracanes.
Fotografía: OPS/OMS
Adiestramiento
Se debe impulsar el adiestramiento, especialmente en el ámbito de gestión del Centro de Operaciones para Emergencias (EOC). Previamente, los gobiernos deberían proporcionarle al EOC una sede adecuada donde operar: un edificio moderno dotado de características antisísmicas y resistente a los huracanes, situado en un lugar cuidadosamente elegido que no esté en una zona peligrosa. Para complementar las operaciones del EOC hay que establecer un sistema de distribución adecuado para los suministros de socorro después del desastre. También hay que prever el adiestramiento para las actividades de SUMA y en el manejo del estrés en situaciones críticas, tanto para quienes deben ofrecer capacidad de respuesta como para la comunidad en general. La ejecución, por parte de la Oficina Nacional de Desastres y del sector de salud, de los distintos programas de adiestramiento en la planificación para contingencias, de primera respuesta a nivel comunitario y de educación del público, ayuda a paliar los efectos de un huracán.
Infraestructura
Cabe señalar que los establecimientos de salud que sufrieron daños reiterados en ocasiones sucesivas fueron siempre los mismos, lo cual resulta sumamente oneroso tanto para el país como para las comunidades donantes y crediticias internacionales. En particular, el techo del Hospital Joseph N. France, de Saint Kitts, resultó dañado en repetidas ocasiones, y cada vez las reparaciones se hicieron en forma inadecuada, sin adoptar durante las obras las medidas apropiadas de mitigación de daños. Con lo que se sabe en el Caribe en materia de diseño y construcción con resistencia eólica, esos daños se habrían podido evitar.
Usando el caso del Hospital France como ejemplo, se puede analizar la necesidad de contar con medidas de mitigación idóneas. Ello se hizo patente en distintas oportunidades, sobre todo sabiendo que el hospital sufrió grandes daños en diez ocasiones en sus 32 años de existencia. Es necesario instalar membranas impermeables permanentes en el techo, y tener en cuenta que durante los huracanes los techos pueden verse sometidos a fuerzas de succión muy intensas. Por ende, su estructura debe estar bien anclada, con abrazaderas para huracanes, y asegurada con sujetadores fuertes y adecuados. Los tableros de madera contrachapada tienen que asegurarse con tornillos, no con clavos, y hay que reforzar y en ocasiones sucesivas fueron siempre los mismos, lo cual resulta sumamente oneroso tanto para el país como para las comunidades donantes y crediticias internacionales. En particular, el techo del Hospital Joseph N. France, de Saint Kitts, resultó dañado en repetidas ocasiones, y cada vez las reparaciones se hicieron en forma inadecuada, sin adoptar durante las obras las medidas apropiadas de mitigación de daños. Con lo que se sabe en el Caribe en materia de diseño y construcción con resistencia eólica, esos daños se habrían podido evitar.
Los países del Caribe deben
procurar una reconstrucción rápida de sus hospitales, en lugar de desviar
recursos para instalar hospitales móviles.
Fotografía: OPS/OMS
Usando el caso del Hospital France como ejemplo, se puede analizar la necesidad de contar con medidas de mitigación idóneas. Ello se hizo patente en distintas oportunidades, sobre todo sabiendo que el hospital sufrió grandes daños en diez ocasiones en sus 32 años de existencia. Es necesario instalar membranas impermeables permanentes en el techo, y tener en cuenta que durante los huracanes los techos pueden verse sometidos a fuerzas de succión muy intensas. Por ende, su estructura debe estar bien anclada, con abrazaderas para huracanes, y asegurada con sujetadores fuertes y adecuados. Los tableros de madera consultorios deben estar en condiciones de soportar los daños causados por huracanes y terremotos. Asimismo, hay que formular un programa de mantenimiento general para todos los edificios gubernamentales.
Es cierto que el Georges no revistió la gravedad del huracán Luis en 1995, pero su repercusión mucho menor en Antigua, en comparación con el Luis, indica además que los habitantes de la isla aprendieron algo con el desastre anterior. También avala esta conclusión el hecho de que el Georges causó daños mucho mayores en Saint Kitts, en comparación con Antigua, a pesar de que en ambas islas tuvo la misma fuerza. No cabe duda de que resulta alentador el mejor desempeño de las instalaciones del Holberton, del Fiennes y del Hospital Psiquiátrico, reparados en 1995 con apoyo de la ECHO y la OPS, porque refuerza la opinión de que la mitigación es eficaz.
Es importante que los gobiernos reconozcan los problemas que pueden surgir cuando se reclaman hospitales móviles. Los países del Caribe deben procurar una reconstrucción rápida de su establecimiento sanitario principal, en lugar de desviar recursos para establecer la infraestructura requerida para instalar hospitales móviles.
Es necesario efectuar una
evaluación de los albergues de emergencia insulares para determinar sus
necesidades en cuanto a modernización y mantenimiento.
Los servicios públicos
A todos los hospitales, y a los dispensarios y centros de salud más importantes, se les debe proporcionar un almacenamiento de agua adecuado, una reserva adecuada de energía eléctrica, sistemas de comunicación interna invulnerables y sistemas inalámbricos de comunicación externa. Hay que asegurarse de que se tomen medidas para garantizar la existencia de generadores de reserva. Las líneas de alimentación principales entre el generador y el hospital se deben tender bajo tierra, instalándose asimismo fusibles protectores entre esas líneas y la red de distribución interna del hospital, porque así el generador podrá funcionar sin inconvenientes durante el paso de un huracán. También hay que tener en funcionamiento un generador pequeño para que puedan funcionar los equipos de importancia vital. Los ministerios de Salud deben prever fondos para la compra de generadores de reserva pequeños.
Modernización y mantenimiento de albergues de emergencia
Uno de los principales problemas observados fue el del estado de los albergues de emergencia, algunos de los cuales no disponían de retretes, inconveniente serio no solo para quienes se refugiaron allí sino también para el personal de enfermería destacado en esos albergues. Debe efectuarse una evaluación de los albergues de emergencia insulares para determinar sus necesidades en cuanto a modernización y mantenimiento. Por suerte se está haciendo esa evaluación en el marco de un proyecto (con seguimiento) de la USAID/OEA/CDMP. Lo cierto es que, cada vez más, la gente prefiere su hogar antes que los albergues: en cada nueva emergencia son menos las personas que se refugian en ellos.
Evaluación de la vulnerabilidad
Estas actividades deben incluir una evaluación de la vulnerabilidad a nivel de los establecimientos de salud, y adiestramiento en mitigación tanto estructural como no estructural para todos los hospitales y centros de salud. Hay que formular, con carácter urgente, un programa de mantenimiento integral, y también se deben instituir programas de educación e información del público.
La continuidad de las funciones de gobierno es otra área operativa que estos países deben tener en cuenta, porque en la mayoría de los casos son precisamente las instalaciones gubernamentales las más afectadas, y muchas veces no están aseguradas.
Evaluación de daños
Después de cualquier desastre, los organismos de financiamiento solicitan la presentación de un informe sobre evaluación de los daños. Esos informes deben ser confiables y estar centrados en la rehabilitación en vez de tratar de resolver problemas existentes. Los países afectados también verán una afluencia de medios de comunicación, y diversos organismos de financiamiento se harán presentes para efectuar sus propias evaluaciones de los daños. Habrá que establecer un sistema para que a esos organismos se les proporcione la información necesaria en forma eficiente.
Cuestiones atinentes a la salud pública
Después de cualquier desastre o situación de emergencia de cierta extensión y gravedad se recomienda medir los niveles residuales de cloro por lo menos dos veces por día en distintos lugares, incluidos los parajes rurales, en forma rotativa. Asimismo, debe establecerse lo antes posible una vigilancia epidemiológica en albergues de emergencia y dispensarios. Además, debe instruirse a los servicios de agua potable sobre la necesidad de aumentar la proporción de cloro, tomando por referencia los niveles residuales de este elemento. Con niveles residuales máximos de 5 mg/l no se observaron efectos nocivos sobre la salud, pero valores superiores a ese afectan el sabor del agua. Las autoridades sanitarias deben asegurarse también de que las muestras de agua utilizadas para controlar su calidad se conserven en condiciones apropiadas.
Suministros de socorro
Los gobiernos deben establecer un sistema adecuado de distribución para los suministros de socorro que llegan a las zonas afectadas. Una vez llevado a cabo el adiestramiento de SUMA, y en caso de que se hayan formado los equipos correspondientes, sus integrantes han de ser enviados rápidamente a los puntos de entrada. Los suministros deben recibirse, registrarse y asegurarse antes de su distribución a las áreas afectadas. También hay que prever los problemas que podrán surgir al recibirse y distribuirse esos suministros, para lo cual conviene solicitar la colaboración de fuerzas policiales o militares.
ANEXO 1
Las siguientes estadísticas muestran los efectos del huracán Georges en los patrones de actividad del Departamento de Accidentes y Emergencias del Hospital de Holberton.
Estadísticas sobre accidentes y emergencias (AED) del hospital de Holberton, para el periodo del 16 al 25 de septiembre de 1998 | |||
Fecha |
Cantidad de pacientes revisados |
Cantidad de lesiones leves |
Porcentaje del total |
25 |
149 |
20 |
13,4 |
24 |
178 |
43 |
24,2 |
23 |
208 |
55 |
26,4 |
22 |
127 |
32 |
25,2 |
21 |
69 |
26 |
37,7 |
20 |
28 |
3 |
10,7 |
19 |
95 |
17 |
17,9 |
18 |
135 |
17 |
12,6 |
17 |
149 |
15 |
10,1 |
16 |
170 |
17 |
10,0 |
ANEXO 2
MEDIDAS DE RESPUESTA DE LA OPS
Después del impacto del huracán Georges, la OPS adoptó las siguientes medidas:
Para Saint Kitts
· Reparaciones a los seis dispensarios periféricos, para aliviar la carga del Hospital Joseph N. France.· Compra de equipos de laboratorio, agentes reactivos y suministros dañados por el huracán.
· Suministro de materiales de lucha antivectorial (paquetes de pulverización de ULV y malatión) y suministros para desinfección del agua: 92 000 comprimidos purificadores de agua.
· Análisis de una solución de emergencia para el Hospital J.N. France, a fin de estudiar la planificación de futuras obras de construcción por parte del gobierno de Saint Kitts, el Banco Mundial y la Unión Europea.
· Reparación de techos en la Cayon Clinic.
· Contratación de una empresa de ingeniería de Barbados para que calcule y controle las obras del Hospital France destinadas a reparar el pabellón de maternidad, el sector de quirófanos y el laboratorio (en total, 65 camas). Estos trabajos se estudiaron como medidas de mejoras permanentes, pues no están incluidas en los proyectos de obras futuras de la Unión Europea y el Banco Mundial.
· Establecimiento del equipo de SUMA y movilización del Equipo de Respuesta a Desastres.
Para Nevis
· Entrega de suministros médicos a través del Servicio de Medicamentos del Caribe Oriental (ECDS) para subsanar las pérdidas sufridas en el Hospital Alexandra.· La OPS recibió subvenciones de OFDA por 150.000 dólares EUA, para equipos, medicamentos, reparaciones en la Cayon Clinic y remoción de escombros. También se recibieron promesas de fondos de la ECHO, del Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID) y del gobierno holandés, que se destinarían a la reparación de tres sectores del hospital.
Para Antigua
· A la OPS le cupo un papel fundamental en el establecimiento de las operaciones de SUMA en Antigua a partir del 24 de septiembre, para procesar los suministros de socorro despachados a la isla. (El Apéndice 5 contiene una lista completa de los suministros recibidos e ingresados por medio del SUMA.)· Se estaba adiestrando a cinco personas para prolongar las operaciones de SUMA en Antigua, y el traspaso de responsabilidades se efectuó el martes 29 de septiembre. OFDA planteó inquietudes acerca de la rendición de cuentas sobre ciertos suministros que ingresaron por el Aeropuerto Internacional VC Bird.
· La OPS respondió a los pedidos de Antigua proporcionando medicamentos a través del Servicio de Medicamentos del Caribe Oriental (ECDS) para reponer los que se perdieron, adquiriendo una cocina para el Hospital Psiquiátrico, suministrando generadores para dos dispensarios y estableciendo un equipo de SUMA.
Para Montserrat
· La OPS facilitó 25 cajas de cebo para ratas, 200 cajas de trampas, 25 Abate, 3 bombas manuales de dos galones para mosquitos, 3 pulverizadores y una docena de respiradores con filtros.
No se recibieron pedidos de asistencia de las Islas Vírgenes Británicas y Anguila.
Figure
El huracán Georges en la República Dominicana: Efectos y lecciones aprendidas
Ing. Antonio Cocco Quezada
Dr. Gregorio Gutiérrez
Pérez
El 22 de septiembre de 1998 el huracán Georges causó uno de los peores desastres naturales en la historia de la República Dominicana. Con vientos de hasta 200 km/hora, lluvias intensas y prolongadas causantes de crecidas y desbordamientos de ríos y represas en las regiones Este y Sur, afectó directa o indirectamente en las provincias orientales y el Distrito Nacional a cientos de miles de personas de una población dominicana total estimada en 8,2 millones.
Como saldo final del paso del huracán se cuentan 283 muertes, daños a miles de viviendas, acueductos, escuelas, puentes, carreteras, redes de energía, comunicaciones, así como al comercio, la industria y el ambiente. En el sector de la salud, aunque los daños estructurales no fueron tan significativos, la pérdida de equipos y los costos indirectos para la atención de la emergencia en la etapa aguda y posteriormente al desastre han sido estimados en 235 millones de pesos dominicanos. En términos globales, la CEPAL estima en unos 33.000 millones de pesos (US$ 2193,4 millones) los daños totales causados por el Georges.
Los planes de emergencia no fueron activados durante la amenaza del fenómeno y las medidas preventivas no fueron tomadas, debilitándose la posibilidad de una reacción pública adecuada. Sin embargo, en la etapa de la emergencia y después del desastre, en el sector de la salud, la Secretaría de Estado de Salud Pública, con el apoyo de instituciones nacionales y organismos internacionales, asumió el liderazgo de las acciones para mitigar los daños a la salud y la prevención de las enfermedades y brotes epidémicos, entre otros. Se Considera que el sector de la salud se vio afectado en su funcionamiento, sobre todo por las tareas de atención a la emergencia y a las secuelas del desastre que debió llevar a cabo en condiciones de falta de agua potable, proliferación de vectores transmisores de enfermedades, inundaciones, descomposición animal y vegetal en el sector rural, problemas de drenaje y recolección de desechos sólidos, riesgos en el manejo de los alimentos y graves peligros por el hacinamiento de la población refugiada.
Las acciones del Gobierno, la participación ciudadana, el aporte económico y de recursos humanos por la comunidad internacional y por el sector privado contribuyeron a una rápida recuperación en los sectores productivos, las comunicaciones, la energía y el turismo, y a resolver los problemas sociales que representan miles de refugiados instalados en las escuelas, iglesias, campamentos, instalaciones deportivas y otros refugios transitorios, la recuperación de las tierras de cultivo y el aumento de la producción en los rubros que componen la canasta familiar. Además de los grandes daños que causó, el huracán mostró la dura realidad de la pobreza extrema, la falta de coordinación nacional, institucional e interinstitucional y dejó importantes lecciones que aprender para afrontar con mayor éxito futuras catástrofes eventuales.
El huracán Georges se abatió sobre la República Dominicana en septiembre de 1998. A su paso fue dejando una situación desastrosa, al causar daños cuantiosos e incalculables en los sectores productivos y sociales de la agricultura, ganadería, industria, comercio y turismo, educación, salud y vivienda; y también en el medio ambiente, la infraestructura, el transporte, las comunicaciones aeroportuarias, la energía, los servicios de agua y alcantarillado. Es evidente que el paso del huracán puso de manifiesto la fragilidad de la coordinación y organización de los diferentes sectores de la sociedad dominicana para afrontar un desastre de esta naturaleza.
Debido a la magnitud del impacto de este huracán sobre la población, específicamente sobre el sector de la salud, y a la necesidad de conocer, para un mejor tratamiento futuro, las respuestas inmediata y mediata del sistema sanitario nacional, y de contribuir con las lecciones y experiencias adquiridas a una mejor preparación para catástrofes semejantes, se ha elaborado este documento haciendo hincapié en los aspectos sanitarios y en la evaluación de los daños sufridos por el sector. Se ofrece en él información sobre los aspectos generales del país, la organización del sector de la salud y su plan de emergencia, los antecedentes del huracán, los daños generales y los daños específicos en el sector. Se analiza el tema de la coordinación y organización institucional durante el período de emergencia y se concluye con una lista de lecciones aprendidas durante la fase aguda, la mayoría de ellas emanadas de las dificultades encontradas en cada una de las instituciones que interactuaron en la crisis.
Este trabajo se ha basado en el acopio de informes originados en el gobierno y los organismos internacionales, la revisión de otros documentos, entrevistas con responsables de diversas instituciones nacionales del sector público, expertos internacionales, visitas sobre el terreno a las zonas de mayor impacto, la revisión de recortes de periódicos y material audiovisual. Hemos hallado algunas discrepancias en los datos consultados, lo cual puede dar lugar a algunas presiones, y consideramos insuficiente la información cualitativa y cuantitativamente.
La República Dominicana ocupa la parte oriental de la isla de Santo Domingo (o Española), cuyo extremo occidental corresponde a la República de Haití. Es la segunda en tamaño de las Antillas Mayores, y está situada entre los 17 y los 20 grados de latitud Norte y los 68 y 72 grados de longitud Oeste, teniendo el Océano Atlántico al norte, el Mar Caribe al sur y estando separada de Puerto Rico por el Canal de la Mona y de Cuba por el Canal del Viento o de Jamaica. Su superficie, incluyendo las islas adyacentes, es de 48 670,8 kilómetros cuadrados, tiene un relieve orográfico que contribuye notablemente al incremento de las precipitaciones y está surcada por abundantes cursos de agua que forman varias cuencas hidrográficas importantes. La población dominicana se estima en 8,2 millones de habitantes1.
1VII Censo nacional de población y vivienda. Resultados preliminares. Santo Domingo: ONE, 1994.
Mapa de la República
Dominicana.
La climatología de la región indica que la isla de Santo Domingo, y particularmente la República Dominicana, se encuentra sobre una de las trayectorias preferidas de los ciclones tropicales de la cuenca del Atlántico Norte, de modo que está amenazada anualmente por tormentas tropicales y huracanes. Su vulnerabilidad y riesgo están también determinados por tener 1576 kilómetros de costas, de los cuales 750 corresponden al Caribe.
Durante el período 1873-1998, 65 ciclones tropicales -contando tormentas y huracanes de diferentes categorías de la escala Saffír-Simpson- han afectado al país, con mayor incidencia en el trimestre agosto-octubre y máxima en septiembre, como lo indica la siguiente tabla2.
2Tropical cyclones of the North Atlantic Ocean 1871-1992. s.l.: s.e., s.f.
Tabla mensual de ciclones tropicales (tormentas y huracanes) periodo 1837 - 1998 | ||||||
Mayo |
Junio |
Julio |
Agosto |
Septiembre |
Octubre |
Noviembre |
2 |
0 |
4 |
16 |
32 |
10 |
1 |
El país presenta una topografía accidentada, con laderas expuestas a aludes y desmoronamientos, zonas bajas propensas a inundaciones, y áreas costeras susceptibles al embate de las olas marinas y a los efectos destructivos de las mareas de tormenta. Por su situación geográfica expuesta a las catástrofes meteorológicas, los daños en su infraestructura resultantes de la actividad ciclónica suelen ser cuantiosos.
Desde el descubrimiento de la Española, y más aún desde la fundación de Santo Domingo en la costa meridional a fines del siglo XV, la población dominicana ha sufrido el castigo de innumerables ciclones tropicales que han originado cambios y sucesos importantes en la historia del país. En 1502 la destrucción de la Villa de Santo Domingo por un fuerte huracán determinó el cambio de su emplazamiento de la margen oriental a la occidental del río Ozama, dando así nacimiento a la ciudad colonial. Seis años más tarde, en 1508, otro violento huracán destruyó nuevamente la ciudad de Santo Domingo. A lo largo de los años se registran otros graves huracanes: en 1509, 1526, 1545, 1672, 1680, 1751, 1831, la tormenta del padre Ruiz en 1834, el ciclón de Lilis en 1894, los ciclones de San Ciriaco y San Cirilo a comienzos de siglo y el ciclón de San Zenón, de 1930, que acarreó el mayor número de muertes por acción del viento en todo el mundo3.
3Cocco Quezada, Antonio. Conferencia Análisis de vulnerabilidad de la ciudad de Santo Domingo al impacto de un huracán categoría 5. Santo Domingo: OPS, 1988.
En 1979 el huracán David, categoría 5, fue el más intenso de los huracanes que ha azotado el territorio dominicano en el siglo XX, dejando a su paso miles de muertes y desaparecidos, daños materiales estimados por la CEPAL en US$ 829 millones, migraciones a los centros urbanos, damnificados permanentes hasta la fecha, y un impacto directo en el centro energético e industrial del país. En los años recientes los huracanes Gordon en 1994 y Hortense en 1996 causaron asimismo graves daños.
Imagen del satélite GOES8/NOAA a
las 7.32 del 22 de septiembre sobre Saona y Boca de Yuma
El huracán Georges se formó sobre una onda tropical el 15 de septiembre de 1998 iniciando entonces un largo recorrido por el Atlántico tropical durante el que experimentó varias transformaciones. El jueves 17 alcanzó la categoría de huracán; el sábado 19 llegó a su máxima intensidad y fue clasificado como de categoría 4, y el domingo 20 azotaba las islas del nordeste del Caribe desplazándose sobre Antigua. El 21 por la tarde tocó el sudeste de Puerto Rico con categoría 3. En la madrugada del 22 se encontraba en el Canal de la Mona, y a partir de las 6 de la mañana, con un ojo de unos 40 kilómetros de diámetro, vientos de 200 km/hora, lluvias intensas, fuertes rompientes del mar y un desplazamiento de 20 km/h hacia el oeste-noroeste, comenzó la trayectoria más larga conocida hasta ahora por las provincias dominicanas, dejando una estela de muerte y devastación en las zonas de mayor índice de pobreza de la República.
La mayor parte de los daños se debió a las enormes presiones ejercidas por el viento sobre las estructuras de las provincias orientales4 y a las lluvias registradas sobre la Cordillera Central (provincias de Azúa y San Juan), que hicieron desbordar los ríos y varias represas, con numerosa pérdida de vidas, gran cantidad de refugiados, destrucción de viviendas, puentes, carreteras, caminos vecinales, sistema eléctrico, redes de agua potable, plantaciones agrícolas, y averías en los sistemas de comunicaciones, de salud y las instalaciones aeroportuarias, además de abatir a miles de árboles, entre otros graves perjuicios. Sus efectos fueron más dramáticos entre los estratos de la población que viven en condiciones de pobreza (56% de los hogares) y sobre todo los de pobreza extrema (19% de los hogares)5. Según la distribución geográfica de los daños, la región sur fue la más afectada.
4Informe preliminar sobre el paso del huracán Georges por la provincia de San Pedro de Macoris. Santo Domingo: CODIA, 1998.5Informe sobre focalización de la pobreza en la República Dominicana; Santo Domingo: ONAPLAN, 1997.
Cuadro 1 | |||||
Región |
Muertos |
Heridos |
Desaparecidos |
Refugiados | |
Distrito Nacional |
20 |
0 |
0 |
11.853 | |
Este |
31 |
491 |
5 |
16.982 | |
Sur |
202 |
93 |
53 |
41.816 | |
Cibao Central |
30 |
11 |
6 |
14.769 | |
|
Total |
283 |
595 |
64 |
85.420 |
| |||||
FUENTE: Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas, 7 - X - 1998 |
Pérdidas humanas
El saldo final de muertes notificadas asciende a 283, de las cuales un 7% corresponde al Distrito Nacional, 11% a la región Este, 71% a la región Sur y 11% al Cibao Central6. Como se puede apreciar, el mayor número de muertes y desaparecidos afligió a la región Sur del país, y más de la mitad se localizaron en las provincias con el mayor índice de pobreza: San Juan de la Maguana, Azúa, Bahoruco y Barahona. Se informó sobre un elevado número de niños ahogados o muertos por traumatismos causados por el derrumbe total o parcial de sus viviendas (Cuadro 1).
6Informe final; 27 septiembre - 9 octubre de 1998. Santo Domingo: UNDAC, 1998.
Cuadro 2 | |||||
Provincias |
Superficie (Km.) |
Población |
Densidad (Hab./Km2) |
Viviendas | |
Azúa |
2.532 |
194.209 |
76,71 |
45.806 | |
Bahoruco |
1.282 |
101.742 |
79,35 |
24.449 | |
Barahona |
1.739 |
157.772 |
90,71 |
39.001 | |
Dajabón |
1.021 |
63.995 |
62,70 |
18.211 | |
D. Nacional |
1.401 |
2.134.779 |
1523,98 |
539.540 | |
Duarte |
1.605 |
272.277 |
169,61 |
67.712 | |
El Seibo |
1.787 |
94.244 |
52,74 |
26.903 | |
Elías Piña |
1.426 |
59.231 |
41,59 |
15.240 | |
Espaillat |
839 |
197.617 |
235,65 |
46.221 | |
Hato Mayor |
1.329 |
76.761 |
57,75 |
21.336 | |
Independencia |
2.006 |
38.185 |
19,03 |
9.510 | |
La Altagracia |
3.010 |
112.396 |
37,34 |
31.489 | |
La Romana |
654 |
158.132 |
241,81 |
42.649 | |
La Vega |
2.289 |
335.140 |
146,53 |
78.400 | |
M. T. Sánchez |
1.272 |
122.165 |
96,06 |
33.568 | |
M. Nouel |
992 |
144.327 |
145,45 |
33.422 | |
Monte Cristi |
1.924 |
94.429 |
49,07 |
29.272 | |
Monte Plata |
2.632 |
162.630 |
61,79 |
46.766 | |
Pedernales |
2.075 |
16.975 |
8,18 |
4.319 | |
Peravia |
1.648 |
199.661 |
121,17 |
52.087 | |
Puerto Plata |
1.857 |
255.061 |
137,26 |
69.681 | |
Salcedo |
440 |
99.965 |
226,97 |
25.291 | |
Samaná |
854 |
73.094 |
85,62 |
19.585 | |
San Cristóbal |
1.266 |
409.381 |
323,42 |
99.342 | |
San Juan |
3.569 |
247.029 |
69,21 |
57.032 | |
S. P. Macorís |
1.255 |
212.886 |
169,57 |
59.522 | |
S. Ramírez |
1.196 |
158.218 |
132,27 |
38.095 | |
Santiago |
2.837 |
690.548 |
243,45 |
172.060 | |
S. Rodríguez |
1.111 |
60.015 |
54,01 |
15.988 | |
Valverde |
823 |
146.087 |
177,42 |
41.283 | |
|
Totales |
48.671 |
7.089.041 |
145,65 |
1.803.780 |
Destrucción de viviendas en la
región oriental.
Fotografía: Nazario García
La mayor cantidad de heridos se registró en la región Este, donde los vientos del Georges alcanzaron su máxima violencia sobre territorio dominicano. Los informes de los medios de comunicación locales señalan un número indeterminado de muertes entre personas oriundas de Haití en el sector rural e importantes migraciones -casi imposibles de cuantificar- hacia los centros urbanos, como ocurrió en 1979 después del huracán David.
Cuando sobrevino la emergencia, la población afectada no disponía de información sobre los refugios, ni se conocían las vías de evacuación. Se utilizaron entonces como refugios las escuelas, colegios, iglesias, edificios públicos, instalaciones deportivas y, en algunos casos, los edificios del sector de la salud, y esto sigue siendo un serio problema sin solución a corto plazo.
Viviendas y edificios
En las áreas azotadas por los vientos huracanados se observó una destrucción completa de las viviendas marginales tanto en las zonas urbanas como en las rurales, y daños parciales por la caída de árboles y postes del tendido eléctrico, con pérdida completa o parcial de los techos. En las llanuras y otras zonas propensas a inundaciones las pérdidas fueron totales por los daños causados por el paso de las aguas, el lodo, la basura y los troncos arrastrados, sumándose a esas pérdidas las de los enseres del hogar y las existencias de mercancías de los pequeños comerciantes.
Figure
El Consejo Estatal del Azúcar y el Instituto Agrario Dominicano (IAD) informaron de daños en 3500 edificios de vivienda. Ninguna investigación ni informe tomó en consideración los daños sufridos por las viviendas de la clase media y alta. La cantidad de damnificados que perdieron parcial o totalmente sus viviendas es el 4% de la población total del país. De acuerdo con los informes del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI), el total de viviendas afectadas fue de 171.9167, de las cuales un 55% pertenecen a la región Este, un 24% al Distrito Nacional, 11% a la región del Cibao y 10% a la región sur, distribuidas por regiones como se muestra en el cuadro 3, según la gravedad del daño.
7República Dominicana Evaluación de los daños ocasionados por el huracán Georges, 1998 CEPAL, 1998
Cuadro 3 | ||||
Estado |
Región Este |
Distrito Nacional |
Región Cibao |
Región Sur |
Reparación |
63.776 |
35.030 |
15.158 |
8.950 |
Construcción |
29.229 |
5.663 |
4.373 |
8.737 |
| ||||
FUENTE: Oficina nacional de Estadísticas |
Varios edificios de los organismos públicos fueron afectados en distinto grado, aunque no al extremo de obligar a suspender sus servicios. Aún así los daños directos se estiman en 245,1 millones de pesos
En las zonas propensas a
inundaciones, Georges provocó enormes pérdidas en la vivienda y sectores
comerciales y agropecuarios.
Fotografía: Nazario García
Agua, riego y saneamiento
Las inundaciones debidas a las lluvias torrenciales causaron diversos daños en el suministro de agua potable al afectar las plantas de tratamiento, estaciones de bombeo, pozos, obras de toma, caminos de acceso, molinos de viento, motores de emergencia, cañerías de distribución y equipos, sistemas e instalaciones eléctricas particulares o de las redes eléctricas de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE). En la ciudad de Santo Domingo, 11 sistemas de suministro de agua y cinco pozos sufrieron daños, agravando la situación y obligando a tomar medidas de emergencia. El informe del Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillados (INAPA) determina que 214 acueductos de los 352 existentes, o sea el 61%, quedaron fuera de servicio, siendo afectados prácticamente en su totalidad los de las provincias de San Pedro de Macorís, La Romana, Monte Plata, Azúa y San Juan de la Maguana. En el sector rural, debido a los vientos huracanados, sufrieron daños totales o parciales los molinos de viento en 26 localidades. El restablecimiento de los acueductos requiere una inversión de RD$ 246,136.690,40 que incluye la adquisición de 80 generadores de diversa potencia.
Cuadro 4 | ||
Región Este |
Región Sur |
Región Norte |
42 de 52 (81%) |
127 de 157 (81%) |
45 de 143 (31%) |
8Acueductos afectados por el paso sobre la República Dominicana del huracán Georges. Santo Domingo: INAPA, 1998.
Cuadro 5 | |||||||||
kW |
Cantidad |
kW |
Cantidad |
kW |
Cantidad |
kW |
Cantidad |
kW |
Cantidad |
20 |
2 |
40 |
6 |
85 |
1 |
250 |
3 |
450 |
2 |
25 |
4 |
50 |
14 |
100 |
4 |
275 |
1 |
600 |
1 |
30 |
1 |
60 |
1 |
150 |
12 |
300 |
1 |
650 |
1 |
35 |
4 |
75 |
15 |
200 |
6 |
350 |
1 |
- |
- |
Además de las necesidades de generadores, el INAPA ha notificado daños a 122 plantas de tratamiento de agua potable y una lista de necesidades por orden de prioridad, como puede verse en el Anexo 3.
Los distritos de riego bajo la administración del INDRHI también sufrieron daños por las lluvias torrenciales en sus estaciones de bombeo, motores y tableros eléctricos, así como sedimentación en la mayoría de los canales. Aunque no se tiene una evaluación acabada de los daños, se estiman en algo más de 13 millones de pesos en diez distritos.7
7República Dominicana Evaluación de los daños ocasionados por el huracán Georges, 1998. CEPAL, 1998.
Energía eléctrica y combustibles
El sistema eléctrico del país sufrió graves daños debido a que la electricidad se distribuye por un tendido de líneas aéreas: los vientos y las inundaciones destruyeron los cables, transformadores y postes de sostén, así como cientos de kilómetros de líneas de transmisión, afectando además las centrales de generación de Jimenoa y Constanza, que se estima necesitarán años para su rehabilitación. Se hizo notoria la falta de energía eléctrica debida a los daños en las redes de transmisión y distribución: 579,7 kilómetros de las líneas monofásicas y trifásicas quedaron inutilizados, así como 138,8 km de líneas de 34,5 kV, 113,5 km de líneas de 69 kV y 50 km de líneas de 138 kV.8/9 La CDE hizo una evaluación de las pérdidas en sus diferentes sectores que suma 1333,5 millones de pesos dominicanos (Cuadro 6), incluyendo también las pérdidas en el sector de hidrocarburos (refinería y oleoducto).
8Acueductos afectados por el paso sobre la República Dominicana del huracán Georges. Santo Domingo: INAPA, 1998.9Informe sobre los daños del huracán Georges por la provincia de Azúa. Santo Domingo: CODIA, 1998.
El sistema eléctrico del país
sufrió graves daños debido a que la electricidad se distribuía por un tendido de
líneas aéreas.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
Los daños a la refinería de petróleo fueron mínimos debido a las oportunas medidas de prevención adoptadas, que se iniciaron cuatro días antes del impacto del huracán. Ello hizo posible asegurar que hubiese combustible en las estaciones de distribución, porque si bien el trabajo tuvo que interrumpirse el día 22, al igual que las operaciones de los barcos, los despachos de hidrocarburos estuvieron suspendidos solo por varias horas y se reiniciaron el 23, apenas un día después, y el 26 se reanudaron las tareas.
Infraestructura vial
Las carreteras y caminos vecinales sufrieron daños considerables por derrumbes y socavamientos de las aguas en la superficie de rodadura, la base y la sub-base, y también hubo daños en las alcantarillas y muros de gaviones. Las carreteras principales resultaron dañadas en 230 kilómetros, lo que representa un 20% del total, y los caminos vecinales, en 2000 kilómetros, que equivale al 40% de su longitud total. Esto ha afectado seriamente a las comunicaciones terrestres, y en muchos casos ha habido que recurrir a puentes aéreos para poder llegar con helicópteros a localidades aisladas que necesitaban ayuda de emergencia.4/7/9
4Informe preliminar sobre el paso del huracán Georges por la provincia de San Pedro de Macoris. Santo Domingo: CODIA, 1998.7República Dominicana Evaluación de los daños ocasionados por el huracán Georges, 1998. CEPAL, 1998.
9Informe sobre los daños del huracán Georges por la provincia de Azúa. Santo Domingo: CODIA, 1998.
Cuadro 6 | |||||
Sector |
Directos |
Indirectos |
Totales |
Reconstrucción | |
Generación |
53.750,0 |
75.000,0 |
128.750,0 |
97.500,0 | |
Transmisión |
87.059,8 |
64.995,5 |
152.055,3 |
324.977,5 | |
Subestaciones |
26.340,7 |
5.644,4 |
31.985,1 |
37.629,5 | |
Distribución |
237.185,0 |
42.186,8 |
279.371,9 |
431.245,5 | |
Comercialización |
0,0 |
719.884,2 |
719.884,2 |
0,0 | |
Edificios |
4.553,6 |
9.107,1 |
13.660,7 |
9.107,1 | |
Hidrocarburos |
40,0 |
7.800,0 |
7.840,0 |
50,0 | |
|
Totales |
408.929,0 |
924.618,1 |
1.333,547,1 |
900.509,6 |
| | | | | |
FUENTE: CEPAL/CDE/Refinería |
El huracán Georges provocó danos
parciales o totales en 112 puentes, con una longitud total de 5,6 km.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
Se registraron daños parciales o totales en 112 puentes con una longitud total de 5.4 kilómetros, de ellos 55 fueron totalmente destruidos necesitándose su reconstrucción. Además, quedaron destruidas 828 alcantarillas con 16,6 kilómetros, correspondiendo 3,3 kilómetros a cajones de hormigón armado y el resto a tubos de hormigón. Los daños directos se estimaron en RD$ 1629,9 millones, y en RD$ 3758,5 millones el costo de reconstrucción, debido a las modificaciones que deben ser introducidas.
Cuadro 7 | ||
Vías/puentes |
Kms. afectados |
Cantidad |
Puentes | |
112 |
Carreteras |
230,0 | |
Caminos vecinales |
2.000,0 | |
Alcantarillas |
16,6 | |
| ||
FUENTE: Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones |
Telecomunicaciones
Las compañías telefónicas informaron haber sufrido daños importantes en sus instalaciones, especialmente en sus redes de distribución y por caída de antenas, que afectaron el 20% de su capacidad operativa. La principal empresa informó sobre daños directos por RD$ 600 millones. Las estaciones de radio y televisión también fueron seriamente dañadas: de 77 estaciones de radio en Santo Domingo solo seis pudieron resistir a los vientos huracanados, y una estación de televisión logró mantenerse en el aire realizando una labor informativa excelente durante la emergencia.
Puertos y aeropuertos
En los puertos del país se registraron pocos daños, según la oficina de la Autoridad Portuaria Dominicana, aunque los daños directos en el puerto de San Pedro de Macorís alcanzan a 36 millones de pesos. En los aeropuertos resultaron averiadas la torre de control, las mangas de viento, los equipos meteorológicos, las antenas de telecomunicaciones y los equipos de radioayudas, teniendo que cerrarse por varios días los aeropuertos en el Sur del país, incluido el Aeropuerto Internacional de Las Américas. Los daños directos alcanzaron a 64,5 millones de pesos. Cabe señalar que en los aeropuertos privados, como Punta Cana y La Romana, los daños fueron reparados rápidamente.7
7República Dominicana Evaluación de los daños ocasionados por el huracán Georges, 1998. CEPAL, 1998.
Educación
El sector de la educación sufrió graves daños en sus edificios y en las instalaciones deportivas, de recreación, y en las iglesias y los centros comunitarios asociados al sector. La utilización de muchos de sus edificios e instalaciones como refugios, ha contribuido a agravar las condiciones de la infraestructura educativa. De los 4806 edificios escolares en todo el país, fueron afectadas 1334 escuelas, es decir, el 28%; de ellas 203 quedaron totalmente destruidas, 367 sufrieron daños parciales, 321 perdieron sus techos y 443, o sea un 9,2%, fueron utilizadas como refugios (Cuadro 8).
Cuadro 8 |
|||
|
Tipo de daño |
Cantidad |
Porcentaje |
Total de escuelas en el país |
4806 |
100,0 | |
Total de escuelas afectadas |
1334 |
27,8 | |
Escuelas totalmente destruidas |
203 |
4,2 | |
Escuelas con daños parciales |
367 |
7,6 | |
Escuelas sin fecho |
321 |
6,7 | |
Escuelas con damnificados |
443 |
9,2 | |
| |||
FUENTE: Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos |
Las regiones más afectadas fueron el Distrito Nacional, las provincias La Altagracia, San Pedro de Macorís y Sánchez Ramírez. Los daños directos estimados en el sector educativo alcanzan a los 850 millones de pesos.
Actividades agropecuarias
Las autoridades agrícolas de la República Dominicana reportaron la pérdida de una gran extensión de terrenos y de cultivos, alterando sensiblemente el proceso productivo de la nación. El 90% de la producción de plátanos sufrió pérdidas, daños en el 90% de las factorías de arroz, pérdidas en la ganadería, avicultura, producción de huevos, cítricos, y de los rubros que forman parte de la canasta familiar de las personas mas necesitadas como son, además de los plátanos, el guineo, yautía, yuca, batata y arroz.
En las áreas más afectadas por
los vientos se observó una destrucción completa de las viviendas marginales.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
El ambiente y la ecología
sufrieron graves daños por la destrucción de millares de árboles, afectando
especialmente a 19 áreas protegidas.
Fotografía: Nazario García
El daño directo causado por el huracán a los cultivos para el consumo interno significa unos 3000 millones de pesos. Entre los cultivos industriales y de exportación prácticamente el tabaco fue el único que no se vio afectado debido a la localización de las plantaciones.
En la estimación de los daños a la agricultura merece especial atención el impacto del fenómeno sobre la capacidad productiva de los suelos, ya que las intensas lluvias y desbordamiento de los ríos arrastraron los materiales y barrieron con la capa vegetal de áreas extensas a lo largo de sus márgenes eliminando la posibilidad de volver a utilizarlas como forma productiva.6/7
6Informe final; 27 septiembre - 9 octubre de 1998. Santo Domingo: UNDAC, 1998.7República Dominicana Evaluación de los daños ocasionados por el huracán Georges, 1998. CEPAL, 1998.
También fueron afectadas la ganadería, la avicultura y la industria azucarera, entre otros rubros, agravándose la situación por la rotura de puentes y daños en las carreteras y caminos vecinales que no permitieron el acceso a las fuentes de producción del sector rural.
Las pérdidas en la agricultura por regiones agrícolas y sectores se pueden apreciar en el cuadro 9.
Cuadro 9 | ||||
Región |
Monto |
Región |
Monto | |
Nordeste |
62,10 |
Este |
31,10 | |
Sur |
52,10 |
Central |
27,10 | |
Norcentral |
43,40 |
Norte |
17,80 | |
Sudoeste |
39,50 |
Noroeste |
5,10 | |
|
Total | | |
278,20 |
| ||||
FUENTE: Secretaría de Estado de Agricultura |
Las pérdidas por rubro agropecuario se muestran en el cuadro 10.
Comercio e industria
En el sector del comercio, la Federación Dominicana, en un informe sobre los daños causados por el huracán a corto y mediano plazo estimó que el costo de las pérdidas asciende a los 4450 millones de pesos, debido al lucro cesante por el cierre de las empresas comerciales, industriales y de servicio. Por su parte, el sector agroindustrial estimó sus pérdidas en RD$ 2850 millones a causa de la destrucción del 40% de sus instalaciones, que comprenden factorías arroceras, industria azucarera, procesadoras de jugos y concentrados, mataderos y procesadoras de carne, entre otras, incluyendo RD$ 900 millones en chimeneas y vías férreas averiadas.
Cuadro 10 | ||
|
Rubro agropecuario |
Monto |
Agricultura |
278,20 | |
Avicultura |
19,60 | |
Arroceras |
16,30 | |
Flores y ornamentales |
6,20 | |
Ganado bovino |
32,70 | |
Huevos (muerte de gallinas ponedoras) |
13,10 | |
Consejo Estatal del Azúcar |
49,20 | |
Leche (pérdida por falta de refrigeración) |
3,90 | |
Palma africana |
13,00 | |
Sector tabacalero |
2,60 | |
|
Total |
434,80 |
| ||
FUENTE: Secretaría de Estado de Agricultura |
La Asociación Dominicana de la Pequeña y Mediana Industria reveló que los perjuicios al sector ascienden a RD$ 1500 millones, por pérdidas de equipos, maquinarias, daños a la infraestructura, a productos terminados y a la materia prima. Señala como las ramas más afectadas a la industria del mueble, la metalmecánica, los talleres textiles, las fábricas de calzado, la industria del dulce y las artesanías.7
7República Dominicana Evaluación de los daños ocasionados por el huracán Georges, 1998. CEPAL, 1998.
Las zonas francas sufrieron pérdidas por el huracán en siete de sus parques industriales, especialmente los dedicados a la producción textil, situados en San Pedro de Macorís, La Romana, Hato Mayor, Higuey, Hainamosa y Los Alcarrizos. Los daños totales fueron estimados en 2250 millones de pesos, incluyendo tanto los directos como los indirectos.
La evaluación de la CEPAL informa sobre los perjuicios estimados en las distintas actividades económicas por un monto total de 6305,17 millones de pesos dominicanos (Cuadro 11).
Cuadro 11 | ||||
|
Actividad |
Total |
Directos |
Indirectos |
Estatal |
14.499 |
12.434 |
2.015 | |
Azucarera y derivadas |
1.205.000 |
912.000 |
293.000 | |
Otras ramas, sector privado |
1.380.720 |
560.720 |
820.000 | |
Zonas francas (89 empresas) |
2.250.000 |
1.500.000 |
750.000 | |
Comercio |
840.000 |
500.000 |
340.000 | |
|
Totales |
6.305.169 |
3.455.154 |
2.205.015 |
Turismo
En el sector del turismo los mayores daños ocurrieron en el polo turístico de la región oriental, debidos al efecto del viento sobre las estructuras y las instalaciones y vegetación de playas, paisajes y jardines. De las 13.307 habitaciones de hotelería existentes al momento del desastre, resultaron afectadas en mayor o menor grado unas 5994 (45%). El mayor número de habitaciones dañadas se registró en la provincia de La Altagracia, en el Distrito Nacional y en las playas de Juan Dolió y Boca Chica. Los perjuicios directos e indirectos alcanzan a 2235 millones de pesos. Las compañías aseguradoras informaron que el pago de las reclamaciones provenientes del sector turístico del Este representa un monto de RD$ 12.785 millones.
Ambiente y ecología
El ambiente y la ecología sufrieron graves daños por la destrucción de millares de palmeras y otros árboles en la zona azotada por el huracán, que abarcó el Distrito Nacional, las provincias orientales, las cuencas de los ríos, así como bosques y parques nacionales. Fueron afectadas 19 áreas protegidas, entre parques y reservas científicas, con 6779,59 kilómetros cuadrados equivalentes al 13,9% del territorio dominicano.
Según los estudios del BID sobre la emergencia y las consecuencias de las lluvias, los efectos sobre el ambiente están muy relacionados con el uso no sustentable de las tierras y los recursos naturales, caracterizado por «deforestación, diseño defectuoso y ubicación incorrecta de la infraestructura, descuido del manejo y conservación del recurso hídrico, deterioro de las cuencas, sobreuso de la tierra y otros». También la erosión del mar afectó a parte de las costas del sudeste perjudicando a sus ecosistemas.
Cuadro 12 | |||||
|
Sector/Subsector |
Total |
Directos |
Indirectos |
(*) |
Total nacional |
2193,4 |
1337,0 |
644,5 |
856,1 | |
Sectores sociales |
322,7 |
169,8 |
152,9 |
143,7 | |
|
· Vivienda |
231,9 |
106,7 |
125,2 |
80,0 |
|
· Salud |
22,1 |
6,4 |
15,7 |
16,5 |
|
· Educación |
68,8 |
56,8 |
12,0 |
47,1 |
Infraestructura |
453,7 |
225,1 |
228,6 |
193,9 | |
|
· Agua y alcantarillado |
16,4 |
7,7 |
8,7 |
9,4 |
|
· Energía y electricidad |
88,9 |
27,3 |
61,6 |
60,0 |
|
· Transporte y telecomunicaciones |
332,0 |
173,8 |
158,2 |
117,9 |
|
· Infraestr. urbana y edif. públicos |
16,3 |
16,3 |
0,0 |
6,5 |
Sectores productivos |
1081,3 |
822,5 |
258,8 |
518,6 | |
|
· Agropecuario y pesca |
527,4 |
441,1 |
86,3 |
216,9 |
|
· Industria |
323,3 |
199,0 |
124,3 |
120,5 |
|
· Turismo |
174,5 |
149,0 |
25,5 |
174,5 |
|
· Comercio |
56,0 |
33,3 |
22,7 |
6,7 |
|
· Ambiente |
123,9 |
119,6 |
4,3 |
0,0 |
Otros gastos de la emergencia |
211,9 |
0,0 |
0,0 |
0,0 | |
| |||||
FUENTE: CEPAL sobre cifras oficiales y cálculos propios |
|||||
(*) Componente de importación o pérdida de exportación |
El informe de la CEPAL sobre los daños del huracán Georges indica un monto de 32.916 millones de pesos (US$ 2193,4 millones, incluidos US$ 211,9 millones de gastos de emergencia - el cambio de moneda en la época del huracán era de 15 pesos por US$ 1). Los daños directos en viviendas, agua y alcantarillado, energía y electricidad, infraestructura vial, salud, educación, edificios públicos, sector agropecuario y pesca, comercio, industria, turismo y ambiente ascienden a US$ 1337 millones, y los daños indirectos, a US$ 644,5 millones. Al sector productivo le corresponden los mayores perjuicios, con un 49,3%, y en segundo lugar a la infraestructura, con un 20,7% de los daños totales.
Cuadro 13 |
|
Sector |
Cantidad |
Viviendas (INVI, CEA, AID) |
175.416 |
Escuelas, instalaciones deportivas, iglesias, etc. |
1.334 |
Instalaciones de salud |
87 |
Habitaciones dañadas en el sector turístico |
5.994 |
Parques industriales de zonas francas |
7 |
Carreteras principales (km) |
230 |
Caminos vecinales (km) |
2.000 |
Alcantarillas (16,6 km) |
828 |
Puentes afectados (5,4 km) |
112 |
Puertos con daños parciales (San Pedro de Macorís) |
1 |
Aeropuertos con daños parciales |
3 |
Centrales de generación (Jimenoa, Constanza) |
2 |
Red eléctrica, líneas de 34,5 kV (km) |
138,8 |
Red eléctrica, líneas de 69 kV (km) |
113,5 |
Red de transmisión, líneas de 138 kV (km) |
50 |
Líneas monofásicas y trifásicas de 12,5 kV y 4,16 (km) |
579,7 |
Conexiones |
200.000 |
Acueductos dañados |
214 |
Suministro de agua (Santo Domingo) |
11 |
Campos de pozos fuera de servicio (Santo Domingo) |
5 |
Obra de toma (Santiago) |
1 |
Bombas |
2.088 |
Molinos de viento |
26 |
Distritos de riego afectados |
10 |
Plantas de tratamiento de agua |
122 |
Área de parques nacionales y reservas (km2) |
5.779,59 |
Los efectos sobre el ambiente
están muy relacionados con el uso no sostenible de las tierras y los recursos
naturales.
Fotografía: Nazario García
10Situación de la salud en la República Dominicana. SESPAS/OPS. 1996.
En la República Dominicana el sector de la salud está dividido en dos subsectores: el público y el privado. El sector público está constituido por: (1°) la Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social (SESPAS), que es el organismo rector de las acciones de salud y teóricamente provee al 80% de la población (la cobertura real es del 35%) servicios asistenciales, preventivos y de promoción de la salud. (2°) El Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS)11/12, que ofrece cobertura a los trabajadores asalariados y a un número reducido de empleados particulares, en los casos de enfermedad, maternidad, invalidez y vejez; su cobertura del grupo familiar se limita a la atención obstétrica y a los menores de un año, y alcanza al 4,9% de la población total (460.000 trabajadores y beneficiarios), pero no incluye seguro de desempleo. (3°) El Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional (ISSFAPOL), que ofrece cobertura en el campo de la salud a todos los integrantes de las fuerzas armadas y la policía nacional, y a sus familiares.
11 La salud en las Américas. OPS 569/V.2.
12 Proyecto de la Ley General de Salud. Santo Domingo: Congreso Nacional de la República, 1995.
El sector privado está constituido por instituciones lucrativas y sin fines de lucro, y cubre al 60% de la población dominicana. En los últimos años se destacan la expansión de planes privados -igualas y seguros médicos- y el incremento de organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre todo entre las poblaciones marginales urbanas y rurales, y con grupos especiales -aproximadamente 300- que requieren atención, como los pobladores de bateyes, incluidos mujeres y niños. En general existe una gran desarticulación y falta de coordinación entre las distintas instituciones y subsectores.
A la Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social le cabe la responsabilidad de coordinar el sector de la salud en el marco del Plan Nacional de Emergencia. Este plan fue elaborado a partir de 1983 y consta de dos partes: una corresponde al Programa Nacional de Salud para Situaciones de Desastres y la otra al Plan de Hospitales13/14. Sus objetivos son: establecer un instrumento o marco de referencia para el funcionamiento de la SESPAS en situaciones de emergencia y definir las áreas de operaciones y las actividades a desarrollar antes, en el transcurso y después de la emergencia. Contempla, además, el establecimiento de los mecanismos de coordinación necesarios en el sector, por parte de la SESPAS, en relación con las instituciones descentralizadas, autónomas y privadas que operan en el país.
13Plan nacional de salud para situaciones de desastres. República Dominicana. SESPAS, 1990.
14Plan de hospitales: Organización para preparativos en caso de desastres. SESPAS, 1983.
A pesar de la existencia de este Plan y de haber sido activado en otras oportunidades, como en ocasión de las celebraciones del V Centenario en 1992, en septiembre de 1998, según las informaciones de los medios de comunicación, no se puso en ejecución en la etapa previa a la llegada del huracán Georges, y no se difundió la información necesaria a todo el país, tal como está contemplado en el plan. Tampoco se activaron los comités hospitalarios con el aviso de huracán. Sin embargo, cabe destacar que luego del desastre se activaron importantes subsectores de la salud, tales como las evaluaciones del sistema sanitario, la organización del sistema de vigilancia epidemiológica, el control de vectores y reservorios, la vigilancia de enfermedades, el área de saneamiento ambiental y un considerable aporte al manejo de los refugios de emergencia.
Tanto en el nivel nacional como en las direcciones provinciales, la SESPAS realizó acciones concretas después del huracán, tendientes a comprobar la vulnerabilidad de los establecimientos -infraestructura- y el funcionamiento de los equipos y la organización de los sistemas. Rápidamente se organizó un llamado a todos los médicos y se evaluó específicamente en los hospitales la capacidad de respuesta posterior al huracán, en materia de suministro de electricidad y agua, funcionamiento de los quirófanos y disponibilidad de insumos quirúrgicos y medicamentos. Asimismo, en lo que atañe a la coordinación con las direcciones provinciales, se elaboró un formulario básico para conocer la cantidad de damnificados, su ubicación y las muertes ocurridas, los daños, la cantidad de médicos, las necesidades inmediatas y el estado de la red de comunicación. Se enviaron misiones sobre el terreno, para contactar a los directores y las direcciones provinciales, a quienes impartieron instrucciones de primera mano, además de preparar un plan de acción al que cada dirección respondió dependiendo de sus capacidades, y que incluía la atención a los damnificados dentro y fuera de los refugios, el mantenimiento de las funciones de los servicios básicos -sobre todo las urgencias- la comunicación con la comunidad para que adoptara medidas de seguridad, tareas para mitigar los daños y prevenir las enfermedades, y la coordinación intersectorial.
Instalaciones de salud
Los daños registrados en el sector de la salud varían en función de la localización de las instalaciones, es decir, si estaban en las áreas de vientos huracanados o de inundaciones y lluvias torrenciales. Aunque sin duda se trató de un desastre mayor, la infraestructura del sector de la salud no sufrió daños de consideración9, salvo en casos muy aislados como el del hospital de Tamayo, que quedó inhabilitado debido a la pérdida de todos sus equipos por la inundación de lodo15, y el Hospital Carl Theodore George, de San Pedro de Macorís, que por acción del viento sufrió la destrucción total del techo y las paredes divisorias, con filtraciones graves en todos los pisos. Sin embargo, ambos establecimientos han podido ser rehabilitados. La cantidad de edificios dañados en el ámbito de la salud, según la CEPAL, se indica en el cuadro 13, con un total de 87 para todo el país, con el mayor número concentrado en el Distrito Nacional y las provincias de Altagracia, San Pedro de Macorís y La Romana. Estas cifras abarcan hospitales, subcentros de salud y clínicas rurales.
9Informe sobre los daños del huracán Georges por la provincia de Azúa. Santo Domingo: CODIA, 1998.15Hernández, Diógenes. Análisis de mitigación de desastres en instalaciones de salud de la República Dominicana a propósito de los daños causados por el huracán Georges. Santo Domingo: OPS, 1998.
Cuadro 14 | ||||
Provincia |
Cantidad de edificios |
Costo (en miles de pesos) | ||
| |
| ||
Azúa |
7 |
2.169,5 | ||
Barahona-Bahoruco |
6 |
2.169,5 | ||
Distrito Nacional |
13 |
1.879,6 | ||
Duarte-Independencia |
2 |
4.029,0 | ||
El Seibo |
4 |
619,8 | ||
Hato Mayor |
3 |
2.169,5 | ||
La Altagracia |
10 |
885,5 | ||
La Romana |
7 |
3.099,3 | ||
La Vega |
5 |
2.169,5 | ||
Monseñor Nouel |
4 |
1.549,6 | ||
Monte Plata |
5 |
1.239,7 | ||
San Cristóbal |
2 |
1.549,6 | ||
San Juan de la Maguana |
6 |
619,9 | ||
San Pedro de Macorís |
9 |
2.789,3 | ||
Sánchez Ramírez |
4 |
1.239,7 | ||
|
Total |
87 |
27.849,1 | |
NOTA; |
Se incluyen hospitales, subcentros de salud y clínicas rurales. | |||
|
Los valores repetidos son valores promedio en la región |
|||
FUENTE: CEPAL |
Por daños principales a la planta física se entiende la pérdida total o parcial de techos, filtraciones, agrietamientos16/17 destrucción de verjas exteriores, roturas de puertas y ventanas y caída de paredes interiores. La lluvia y las inundaciones fueron las causas de pérdidas de equipo, entre las que se cuentan mesas de cirugía, equipos de anestesia, electrocardiógrafos, equipos menores, equipos y materiales de oficina, entre otros. En los sistemas de apoyo hospitalarios sufrieron daños el sistema de distribución de energía eléctrica, tanto interior como exterior, incluyendo transformadores, el suministro de agua (cañerías y cisternas averiadas o inutilizadas), las instalaciones sanitarias y los correspondientes desagües (drenaje de aguas negras), dejando una situación de emergencia con costos indirectos estimados en 235 millones de pesos. Si se suman los tres millones de pesos de daños informados por el IDSS, los daños a la infraestructura alcanzan a algo más de 30 millones de pesos, necesitándose cerca de 350 millones para la reconstrucción, con un componente indirecto de unos 248 millones de pesos (Cuadro 14).
16Hernández, Diógenes. Evaluación de daños causados por el huracán Georges a planta física, equipos y sistemas de apoyo en las instalaciones de salud. Santo Domingo: OPS, 1998.17Evaluación del impacto del huracán Georges en las estructuras de salud de la provincia de Monte Plata. Santo Domingo: Médicos sin Fronteras, 1998.
Daños en el interior del hospital
Dr. Carl T. George.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
Cuadro 15 | |||||
Concepto |
Daños |
Costos de reconstrucción |
Componente importado | ||
|
Directos |
Indirectos |
| | |
Destrucción parcial o total en la infraestructura de salud |
30,645 | |
98,065 |
99,659 | |
Pérdidas en equipo y mobiliario |
65,522 | |
255,536 |
148,211 | |
Mayor gasto de medicamentos durante la emergencia y después | |
65,000 | |
| |
Disposición, tratamiento y recuperación de víctimas | |
15,000 | |
| |
Gastos en actividades de educación comunitaria | |
5,000 | |
| |
Gastos en acciones preventivas, vacunas, combate de plagas y vectores de enfermedades | |
55,000 | |
| |
Vigilancia y control epidemiológico | |
15,000 | |
| |
Incremento en costos de atención hospitalaria, ambulatoria y asistencial | |
25,000 | |
| |
Mayores costos asistenciales por el Incremento de la morbilidad | |
45,000 | |
| |
Costo atribuible a la menor capacidad de prestación de servicios | |
10,000 | |
| |
Total |
96,167 |
235,000 |
353,601 |
247,870 | |
|
Total de daños |
331,167 | |
|
El hospital Dr. Carl T. George en
San Pedro de Macorís.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
El sector militar no ha comunicado pérdidas en sus instalaciones de salud, y tampoco se tienen informes del sector privado, aunque se sabe de daños en hospitales, clínicas y consultorios, como en el caso del hospital oncológico de la Universidad Central del Este, destruido en un 50%.16
16Hernández, Diógenes. Evaluación de daños causados por el huracán Georges a planta física, equipos y sistemas de apoyo en las instalaciones de salud. Santo Domingo: OPS, 1998.
Infraestructura sanitaria
El principal problema de la infraestructura afectada radica en los sistemas de drenaje sanitario obstruidos y en las cisternas inundadas por las aguas desbordadas de los ríos y cañadas. Las letrinas de las comunidades y bateyes situados en las zonas de vientos huracanados, y donde las crecidas e inundaciones causaron daños graves, quedaron destruidas e inoperables en más de un 95%.
El sistema de bombeo de agua fue afectado por la destrucción de los molinos de viento, del sistema eléctrico y de las tuberías de agua del sistema de acueductos, así como por la contaminación de las cisternas, y las averías o la destrucción de tanques, depósitos y recipientes más precarios para abastecer las viviendas.
Agua potable
Garantizar el abastecimiento de agua fue primordial, y la primera necesidad que hubo que atender en los refugios de emergencia fue el suministro de agua potable. En las poblaciones, se puede afirmar que los 502 acueductos con que cuenta el país quedaron fuera de servicio por lo menos durante 24 horas después del paso del huracán. Los sistemas fueron afectados directa o indirectamente por los siguientes efectos: desperfectos en las redes eléctricas, en los equipos y sistemas eléctricos, averías en los acueductos que atraviesan ríos que se desbordaron, en las obras de toma y en las estaciones de bombeo, en los pozos, en los caminos de acceso y los motores de emergencia, entre otros.
En muchas poblaciones el servicio fue restableciéndose a partir del segundo y tercer día, aunque en forma precaria y generalmente con reparaciones transitorias que en muchos casos todavía perduran. Es importante destacar que la prontitud con la que se fue restableciendo el servicio energético nacional contribuyó muy favorablemente a la normalización de los servicios, pues alrededor del 70% de los sistemas depende total o parcialmente del bombeo. En general, podemos decir que la situación de emergencia fue superada ágilmente en el nivel de las poblaciones más pequeñas, ya sea mediante reparaciones transitorias o con el suministro de agua por camiones tanques -que frecuentemente iban de una ciudad a otra- cuando por más de una semana la gente no disponía siquiera de un servicio precario de agua corriente potable. La precaria condición de los sistemas antes del desastre, aunada a su alta vulnerabilidad, agravó los efectos del huracán. En un gran número de ellos no se ha podido restablecer la calidad del suministro de agua al nivel que tenían antes del desastre -principalmente en los acueductos por gravedad a los que se les hicieron obras de toma provisionales- e inclusive hay una cantidad considerable de sistemas donde no se ha podido reaundar el servicio.
Los principales problemas relacionados con el agua potable se debieron a la falta del líquido y no a su calidad. Esta pudo en general asegurarse porque, en cuanto amainó el huracán, la Dirección General de Salud Ambiental del Ministerio de Salud procedió a diseñar pautas para la cloración del agua. Estas pautas se imprimieron y luego se distribuyeron en todos los refugios, se grabaron en un mensaje radial de la SESPAS y sirvieron para la realización de un anuncio de amplia difusión. La respuesta de la ciudadanía fue muy positiva, ya que pronto se evidenció que en todos los lugares y en todos los niveles se cloraba el agua antes de consumirla.
La precaria condición de muchos de
los sistemas de agua potable antes del desastre, y su alta vulnerabilidad,
aumentaron los efectos del huracán.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
La sede del programa de salud ambiental de la OPS sirvió como un centro coordinador donde todos los organismos e instituciones consultaban las necesidades relacionadas con el abastecimiento de agua, tanto en lo que se refería a los acueductos como a los refugios para los damnificados, y también en cuanto a las pautas de dosificación del cloro. Diversos organismos internacionales contribuyeron a la obtención de reservorios de agua, bidones y tanques plásticos.
La primera necesidad urgente de los refugios de emergencia fue la de recipientes para almacenar agua, luego la de cloro (utilizado en mayor cantidad en forma líquida y donado casi en su totalidad por la compañía Colgate-Palmolive a través de la OPS/OMS) y finalmente la de tanques que se improvisaron con fundas plásticas para la disposición de excretas en los refugios. Se canalizó una donación de la Cruz Roja de 700 tambores de cloro granular que sirvió a las instituciones que prestan servicio de agua potable para la desinfección especial de los sistemas y la cloración de los camiones cisternas. Es importante destacar lo que fue un rasgo común en todos los lugares y en todos los aspectos: la ausencia de organización de la comunidad en los diferentes niveles.
Alcantarillado y cloacas
En la mayoría de los principales centros urbanos afectados por los vientos huracanados, este servicio no sufrió graves daños. Sin embargo, las acumulaciones de basura, con millones de hojas y ramas desprendidas de los árboles derribados por el viento y de los que aún seguían en pie, se desparramaron por todas las calles y fueron arrastradas por la lluvia a las alcantarillas obstruyéndolas y taponando los sistemas.
Basura
Las serias dificultades ya existentes en lo que atañe al manejo de desechos sólidos se vio agravada por el huracán, ya que miles de árboles quedaron esparcidos por todos los rincones de la ciudad capital dificultando la circulación de personas y vehículos. Esto, aunado a un mal manejo domiciliario y del comercio, produjo un aumento de basura orgánica e inorgánica que a su vez originó un aumento en la cantidad de roedores e insectos. En el Distrito Nacional el problema hizo que el Ayuntamiento, la SESPAS, la OPS, el sector privado y las organizaciones no gubernamentales aunaran esfuerzos para el manejo de las grandes cantidades de basura, estimadas en más de 150.000 toneladas acumuladas únicamente en la ciudad de Santo Domingo. A este esfuerzo se unió la Asociación Dominicana de Scouts, que realizó una labor encomiable.18
18Entrevista con la Ing. Rosa Urania Abreu, Consultora, OPS.
Las dificultades ya existentes en
el manejo de desechos sólidos se agravaron por el huracán: miles de árboles y
objetos variados quedaron esparcidos por todos los rincones del país.
Fotografía: Nazario García
El Ayuntamiento del Distrito Nacional asumió el papel de principal responsable técnico y operativo, y la SESPAS, la responsabilidad compartida con el Ayuntamiento de promover, incentivar y comprometer la participación de las organizaciones comunitarias: gremios, instituciones, organizaciones no gubernamentales y la sociedad en general.
Disposición de excretas
La disposición de excretas fue la parte más difícil de todo el proceso, pues aunque en las primeras 72 horas se dispuso de un sistema de tanques de 55 galones con fundas plásticas especiales para su recolección en los refugios, el paso del tiempo y los descuidos en el cumplimiento de las recomendaciones por parte de los refugiados determinaron que la disposición de excretas fuese inadecuada y se convirtiera en un factor de riesgo en los albergues de emergencia.
En vista de la importancia que revisten las letrinas para el manejo adecuado de las excretas y para evitar el consiguiente problema de salubridad en la población, se realizó un diagnóstico rápido de las siete provincias más afectadas y se procedió a iniciar con la SESPAS una campaña de capacitación y construcción de letrinas de fibra de vidrio, primordialmente para la zona de Tamayo y para los bateyes, con vistas a extender luego su reposición a otras zonas más afectadas. Se espera que como resultado de esa capacitación y de la producción local, el país no solo adquiera la tecnología sino que además se instalen pequeñas cooperativas para la construcción de letrinas y otros materiales de fibra de vidrio.19
19Castellanos, Pedro L. Entrevista al Representante a.i., OPS. Santo Domingo: OPS, 1998.
Manipulación y control de los alimentos
Inmediatamente después del desastre, la División de Salud Ambiental de la SESPAS, con apoyo de la OPS, identificaron las vías y lugares que se utilizarían para la recepción, almacenaje y distribución de la ayuda internacional en materia de alimentos. El Comité Nacional de Emergencia decidió que la ayuda en donaciones de carácter general ingresaría solamente por el puerto de Santo Domingo y el aeropuerto de la base aérea de San Isidro, hasta que el aeropuerto internacional de Las Américas fuera reabierto. Se destacó en esos lugares a inspectores sanitarios adiestrados al efecto para supervisar la calidad y fecha de vencimiento de los productos. Los que estaban vencidos no se devolvían sino que se retenían, y el encargado de la división verificaba si eran aptos para el consumo; en caso negativo, eran decomisados. Los alimentos autorizados serían luego distribuidos entre la población en general y en todos los refugios del país por intermedio del Plan Social de la Presidencia.
Una modalidad exitosa que el
gobierno dominicano adoptó para que los refugiados no manipularan alimentos
consistió en utilizar los comedores económicos.
Fotografía: OPS/OMS
Una modalidad bastante exitosa que el gobierno dominicano adoptó para que los refugiados no manipularan alimentos consistió en utilizar los comedores económicos, que suministraban una ración de comida debidamente preparada a los refugios del país. Los empleados de estos comedores fueron capacitados en manipulación e higiene de los alimentos. Se diseñaron y confeccionaron manuales y folletos, dirigidos tanto al público en general como a los que manipulaban los alimentos. También se difundió orientación sobre el tema en los mensajes para spots televisivos y radiales.
Apenas el huracán se alejó del país, la Dirección General de Epidemiología de la SESPAS inició las acciones para reforzar el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE), a fin de poner en marcha un sistema de registro y notificación que garantizara una rápida respuesta para el manejo de los casos y el control de los brotes20. Con ese propósito se emitió una comunicación a los servicios de epidemiología de las direcciones municipales y provinciales de salud con las recomendaciones de actualizar el inventario de centros de refugio, organizar las encuestas y registrar a las personas enfermas.
20Boletines epidemiológicos. SESPAS.
Se distribuyó un portafolio con las recomendaciones necesarias sobre el manejo de pacientes y el manejo de la carencia de vitamina A, y un formulario para el registro de enfermedades o lesiones que debía informarse por fax o por teléfono. Así fue posible mantener control sobre los brotes: ante cualquier informe de casos sospechosos, se enviaba a una persona del equipo de la Dirección General de Epidemiología a evaluar la situación y, de ser necesario, a aplicar las medidas pertinentes de protección a los residentes o habitantes de la zona o refugio donde se hubieran informado los casos.
El control efectivo de las enfermedades infectocontagiosas, virales o de otro origen, que aparecieron en los refugios y entre la población en general permitió informar oficialmente que «a la fecha no hay ninguna enfermedad cuyo número de casos reportados pueda considerarse como una epidemia». El aumento de enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias agudas, conjuntivitis, dermatitis y escabiasis, entre otras, guarda relación numérica con los niveles de adaptación humana ante el hacinamiento y el cambio de condiciones habituales prevalecientes en los locales habilitados como refugios de emergencia para los damnificados (véase la sección sobre Refugios).
Control de vectores
Aumenta la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores cuando aparecen brotes epidémicos, debidos generalmente a la acumulación de desechos sólidos, a la inadecuada disposición de las excretas, al agua estancada y a la falta de higiene personal. Como consecuencia de la escasez de agua, electricidad y servicios básicos en general por el paso del huracán Georges, se incrementaron los factores de riesgo que favorecen la transmisión de esas enfermedades, tales como la multiplicación de los criaderos de Anopheles y el desmejoramiento de las condiciones de vida en las zonas afectadas por el huracán. En la República Dominicana las principales enfermedades así transmitidas son el paludismo, el dengue y la filariasis; las dos primeras pasaron a ser los focos primarios de atención luego del desastre.21
21Informe de visita a los campamentos de refugiados de Tamarindo y Concretables en el Distrito Nacional de Santo Domingo, República Dominicana. Washington: OPS/PED, 1998.
El agua estancada y la acumulación
de desechos sólidos son grandes factores de riesgo para las enfermedades
transmitidas por vectores.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
Por intermedio del Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (SNEM), la SESPAS adoptó medidas inmediatas para el control de los vectores en las comunidades afectadas, con el objetivo de minimizar los riesgos. Con esas acciones resultó fortalecida la capacidad de respuesta del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE) y se logró mantener un control preciso sobre los informes de casos en los refugios y realizar las investigaciones pertinentes en las comunidades y refugios donde se notificaban casos sospechosos.
Las acciones emprendidas para reforzar la vigilancia epidemiológica y el control de vectores fueron las siguientes:
1. Vigilancia epidemiológica de paludismo y dengue.2. Desarrollo de la capacidad entomológica para precisar la identificación, hábitos y resistencia de los vectores tanto sobre el terreno como en el laboratorio.
3. Aumento de la capacidad de control químico de los vectores.
4. Redefinición de la estrategia integral y descentralizada de prevención y control del paludismo y el dengue.
5. Fortalecimiento de la capacidad de diagnóstico en el laboratorio mediante el empleo de técnicas más confiables.
Las necesidades adicionales de materiales, insumos y equipos fueron inmediatamente atendidas con fondos de emergencia, con la cooperación de la OPS/OMS, AID, UNICEF, ECHO y otras entidades. Esos fondos se destinaron principalmente a la compra de insecticidas y equipos para el control de vectores.
Refugios
En la República Dominicana se ha recurrido tradicionalmente a los establecimientos escolares, las iglesias, otros edificios públicos (oficinas recaudadoras) y las instalaciones deportivas, como lugares para refugiar a las personas afectadas por un huracán, aunque tales refugios no cuentan con los equipos necesarios, ni con los alimentos requeridos ni el sistema sanitario que tendrá que usar una población más numerosa de lo previsto para habitar precariamente en ellos durante varios días.19/21/22
19Castellanos, Pedro L. Entrevista al Representante a.i., OPS. Santo Domingo: OPS, 1998.
21Informe de visita a los campamentos de refugiados de Tamarindo y Concretables en el Distrito Nacional de Santo Domingo, República Dominicana. Washington: OPS/PED, 1998.
22Informe de visita a los refugiados de San Juan de la Maguana. Washington: OPS, 1999.
En su mayoría, los refugios de emergencia están concentrados en la ciudad de Santo Domingo y no se ha procedido a reacondicionarlos ni a actualizar la nómina, para reemplazar los que por antigüedad ya no son adecuados para esos fines ni los que han sido eliminados de la lista. En junio de 1998 se realizó un ejercicio para evaluar cuál sería el impacto de un huracán de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, y se determinó que en la ciudad de Santo Domingo, a pesar de estar concentrada la mayoría de los refugios, hay un déficit que dejaría sin poder albergar a 1.200.000 personas. El Georges fue un huracán de categoría 3.
La población que acudió a los edificios señalados por la Defensa Civil como centros de refugio encontró que no había la más mínima preparación en estos lugares: no había orientación ni control sobre la cantidad de personas a que que prestar albergue. Las familias refugiadas en escuelas, iglesias, clubes e instalaciones deportivas comenzaron a recibir la primera ayuda enviada a los refugios a las 48 horas, consistente en alimentos cocidos y la asistencia de personal de las instituciones de socorro.
El mayor problema en los albergues de emergencia estribó inicialmente en la escasa coordinación entre las instituciones u organismos encargados del suministro de agua, los que estaban a cargo de los refugios y las entidades de socorro, y eso hizo que no se aplicasen adecuadamente las medidas de saneamiento y protección a refugiados. Así fue como después de una inspección realizada en los refugios de San Juan de la Maguana y en Santo Domingo (zona oriental, Tamarindo y Concretablas) se construyeron refugios provisionales. No se coordinaron esfuerzos para incorporar a la comunidad en las tareas de prevención y salud pública, ni se designó a ningún encargado oficial de esos refugios, aunque se detectaron varios otros inconvenientes, tales como, por ejemplo, la falta de control de seguridad en las instalaciones eléctricas. En otras palabras, en muchos de estos refugios provisionales quienes se albergaban en ellos percibían que no se cumplían las reglas y normas internacionales.
Uno de los mayores problemas en
los albergues de emergencia fue la escasa coordinación entre las instituciones
responsables.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
El control del saneamiento básico que se puso en ejecución en los refugios se vio rápidamente desbordado por el número de refugiados y la escasa cantidad de sanitarios, letrinas, agua limpia y cañerías de aguas negras existentes en los edificios. Además, la acumulación de basura que no era debidamente recogida ni eliminada favoreció la proliferación de roedores, cucarachas, moscas y mosquitos.
Como puede observarse en el cuadro 16, la diarrea fue el mayor problema de salud detectado en los refugios del Distrito Nacional, y en las provincias de Barahona, San Juan de la Maguana y Hato Mayor hubo la mayor incidencia de casos, en total 902 contando los del D.N. y otras provincias. La segunda mayor incidencia correspondió al conjunto de las infecciones respiratorias agudas con 355 casos, de los cuales 241 en Barahona solamente.
Cuadro 16 | |||||||
Problemas de Salud |
Distrito Nacional |
Azúa |
Barahona |
San J. de la Maguana |
Romana |
Hato Mayor |
Total |
|
| | |
| | |
|
IRA |
79 |
40 |
241 | |
94 | |
355 |
Conjuntivitis |
119 |
92 |
102 | |
5 |
37 |
350 |
Fiebre |
118 |
27 |
2 |
167 | |
36 |
350 |
Diarrea |
286 |
77 |
102 |
241 |
48 |
148 |
902 |
Dengue | | | | | | | |
Vómitos | |
| | | | | |
Dermatitis | |
|
11 | | | |
11 |
Quemaduras |
9 | | |
24 | | |
33 |
Traumatismos |
52 | | |
25 | | |
77 |
Gastroenteritis |
11 | | |
56 | | |
67 |
Amigdalitis |
| |
13 | | | |
13 |
| |||||||
FUENTE: Documentos Vigila/Georges-7. DIGEPI/SESPAS |
Manejo de cadáveres
Tras el paso del huracán, los equipos de socorro y rescate comenzaron a prestar ayuda a las comunidades afectadas, en especial a aquellas donde se había informado sobre edificios derrumbados y viviendas destruidas por los vientos y las inundaciones de agua y lodo. El rescate de los cadáveres de los ahogados y los muertos por traumatismos al derrumbarse sus viviendas o refugios se hizo lentamente, pues fueron apareciendo a medida que se removía el lodo y los escombros o que eran arrastrados por las aguas desbordadas.
Según el procedimiento de rescate empleado, los cuerpos identificados por los parientes se les entregaban a estos de inmediato y se procedía a darles sepultura; los cadáveres no identificados eran llevados a una fosa común una vez que las autoridades locales de salud y judiciales daban el permiso correspondiente. Los cadáveres que aparecían en estado de putrefacción recibieron sepultura en el mismo lugar, hubieran sido reconocidos o no, como sucedió en la Mesopotamia y en los Montes de Oca de San Juan de la Maguana.
Las acciones de coordinación de la respuesta antes, durante el transcurso y después del huracán Georges establecidas en el Plan Nacional de Emergencia, bajo la responsabilidad de la Defensa Civil, según lo establecido por la ley, no se llevaron a cabo. Se asignó al Centro de Operaciones Conjuntas (COC) de las Fuerzas Armadas la responsabilidad de la emergencia a nivel nacional.
Se creó la Comisión para la Gestión de la Cooperación, integrada por el secretario técnico de la Presidencia de la Nación como coordinador, el secretario de Relaciones Exteriores y el ordenador de Lomé IV Se confeccionó una lista de artículos prioritarios con fines de socorro y de reconstrucción y otra más específica sobre los elementos y medicamentos de mayor urgencia (véase el Anexo 1)23.
23Boletines 1 al 8 sobre ayuda internacional al país afectado por el paso del huracán Georges. Santo Domingo: Secretariado Técnico de la Presidencia, 1998.
Asimismo se estableció la Comisión para la Recepción y Asignación de las Ayudas, coordinada por el secretario administrativo de la Presidencia, el director ejecutivo de la Autoridad Portuaria, el director general de Aduanas, el inspector general de las Fuerzas Armadas y el subsecretario administrativo de la Presidencia. Conjuntamente con la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN) se preparó un proyecto para que el gobierno dominicano contribuya al esfuerzo de preservar la calidad de vida de la población mediante el manejo eficiente de las situaciones de emergencia causadas por desastres naturales24.
24Pérez Argüello, Guillermo. Entrevista representante a.i. PNUD. Santo Domingo: OPS, 1998. Santo Domingo: CODIA/OPS, 1998.
El sector de la salud se vio considerablemente afectado en su funcionamiento por las múltiples tareas extraordinarias que debió realizar durante la emergencia. Estas acciones recibieron el apoyo de la cooperación externa, tanto de organismos internacionales como de gobiernos extranjeros, así como del sector privado nacional y extranjero, y hallaron amplio eco entre las organizaciones de la sociedad civil, las iglesias y las instituciones humanitarias.
La Cruz Roja Dominicana movilizó a 3350 voluntarios a partir del inicio del desastre y ha distribuido 650 toneladas métricas de comidas, medicinas, ropas y plásticos para techos a 130.000 damnificados. Cinco depósitos identificados por ECHO fueron utilizados para almacenar alimentos, equipos de higiene personal y equipos de cocina para 13.000 de las familias más afectadas. Esta institución sirvió de canal para la recepción y entrega de donaciones enviadas por ciudadanos, fundaciones y organizaciones privadas integradas por dominicanos residentes en el exterior.
Las acciones de coordinación de la
respuesta antes, durante y después del huracán establecidas en el Plan Nacional
de Emergencia, no se llevaron a cabo.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
Una asistencia muy efectiva prestaron igualmente las organizaciones no gubernamentales y las iglesias de las distintas congregaciones religiosas activas entre la población, y ello posibilitó una adecuada distribución de la ayuda y la aplicación del sistema de alimento por trabajo.
Transcurridas unas 48 horas del paso del huracán, los principales organismos del Sistema de las Naciones Unidas se hallaban ya ejecutando acciones de coordinación y respuesta para conseguir y canalizar la ayuda necesaria. Previamente a la llegada del huracán se habla activado el sistema de protección en casos de emergencia para el personal foráneo residente en el país perteneciente a las Naciones Unidas.
El PNUD, apoyado en la experiencia de la OPS sobre el manejo de desastres, organizó una serie de reuniones para coordinar la obtención y recepción de ayuda internacional, que incluyó la llegada de los expertos de la Oficina de las Naciones Unidas (en Ginebra) para la Coordinación de la Ayuda Humanitaria (OCHA), junto con donaciones, desembolsos de recursos para la emergencia y la remisión de informes de situación. Las donaciones recibidas a través del PNUD en insumos y otros recursos alcanzan la cifra de 656.500 dólares EUA25/26.
25Boletín Acciones. PNUD. Año 1, enero, 1999.
26Hurricane Georges Appeal for the Dominican Republic. PAHO.
La OPS trabajó en la coordinación de acciones y en la preparación del Joint Appeal para pedir recursos y asistencia a distintos donantes, para la fase inmediata de la emergencia en el sector de la salud. El monto de esta ayuda alcanzó la suma de US$ 1 091 000 para enero de 1999. Colaboraron también en la coordinación de los equipos donados por Global Links y en el transporte de medicamentos donados por Brasil.26
26Hurricane Georges Appeal for the Dominican Republic. PAHO.
La efectiva participación del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en las primeras 48 horas ayudó a aliviar una de las presiones más fuertes que tenían los organismos de respuesta para asistir a los refugiados y otros damnificados por el huracán. Tomando recursos de los programas existentes, se inició el reparto de alimentos a la población afectada entregándose 640.000 raciones a un total de 250.000 personas27/28. Como parte de las acciones de coordinación de la respuesta a la emergencia se destinó la cantidad de US$ 200.000 a la compra de alimentos locales, que fueron llevados a los refugios de las distintas provincias afectadas. El PMA recibió mucha colaboración de la OPS en lo referente a los contactos con el sector de la salud y a las necesidades alimentarías de los refugiados. Para complementar las acciones de respuesta y ayuda se preparó un proyecto para dar asistencia a unas 200.000 personas por tres meses usando el esquema de alimentos por trabajo. Se adquirieron para eso unas 8550 toneladas de alimentos con un desembolso de US$ 4,8 millones.
27González Vigil, Raúl E. Entrevista representante PMA. Santo Domingo: OPS, 1998.
28Acciones del PMA por efectos del huracán Georges. PMA/PNUD
Los organismos especializados en asistencia y otras instituciones del Sistema de las Naciones Unidas actuaron con la mayor diligencia ofreciendo su experiencia y sus recursos con la coordinación del representante residente del PNUD. La labor de la OPS fue resaltada muy favorablemente por los representantes de las instituciones que colaboraron con el suministro de información. Es importante destacar la participación de UNICEF FAO, UNESCO y ONUSIDA en la etapa de emergencia. El personal de los distintos organismos respondió rápida y efectivamente para iniciar las acciones ya mencionadas facilitando los contactos con las instituciones nacionales responsables de la respuesta al desastre.26
26Hurricane Georges Appeal for the Dominican Republic. PAHO.
Los gobiernos extranjeros, según los datos agregados del sistema SUMA, respondieron rápidamente. Corresponde destacar, por ejemplo, la ayuda de los Estados Unidos de América, que representó más de un tercio del total, seguida por la de Francia (7%), España (5%), Puerto Rico, El Salvador y otros países que brindaron su ayuda. Un 48% de esta consistió en alimentos y bebidas, y en segundo término (23%), medicamentos.
La participación de la Federación Internacional de la Cruz y Media Luna Rojas en las acciones de respuesta al desastre causado por el huracán Georges siguió dos vertientes: (1) coordinando las acciones de respuesta conjuntamente con la Cruz Roja Dominicana y (2) analizando las solicitudes de ayuda y donaciones internacionales.
Por su parte, el Banco Mundial reformuló los préstamos en el país para el apoyo a las acciones posteriores al desastre.
Los gobiernos de los Estados Unidos de América, Francia, España, Cuba, México, Brasil, la Soberana Orden de Malta, Chile, Canadá, El Salvador, Costa Rica, Japón, China, Puerto Rico, Martinica, Argentina, Venezuela, Aruba, Panamá, Colombia, Noruega, Luxemburgo e Inglaterra enviaron donaciones apenas tuvieron conocimiento de los daños preliminares informados. Esa ayuda consistió en personal de socorro, equipos, alimentos, medicamentos y ropa en su primera partida.
Los principales organismos e instituciones internacionales cooperantes fueron la Organización Panamericana de la Salud, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización de los Estados Americanos, la Unión Europea, el UNICEF; el Programa Mundial de Alimentos, además de los consulados dominicanos en Nueva York, Puerto Rico y Aruba, y la Fundación Sammy Sosa. Para el sector de la salud se recibió asistencia económica de la Unión Europea, que donó 12 millones de pesos dominicanos para reparar las instalaciones del sector mencionadas en un informe oficial sobre los daños registrados.
Es necesario crear puntos focales
del sistema SUMA en las principales provincias del país, especialmente en las
zonas de alto riesgo.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
La devastación del huracán Georges ha determinado la necesidad de que el gobierno dominicano y la ciudadanía inicien acciones tendientes a evitar catástrofes similares en el futuro. Por consiguiente, en las etapas de rehabilitación y reconstrucción se han considerado las medidas necesarias para reducir los efectos negativos de los desastres, en particular sobre los asentamientos humanos, las líneas vitales y la infraestructura de servicios. Las principales prioridades en la rehabilitación se concentran en (1) restablecer el funcionamiento de las líneas vitales, (2) los problemas de la contaminación del agua, (3) el control de vectores, (4) la atención a la población en los refugios, (5) la construcción de viviendas y (6) la reactivación de las actividades productivas.
En la reconstrucción se necesita incorporar nuevos elementos de diseño y una revisión de las normas de construcción para disminuir los efectos destructivos de los huracanes y otros desastres naturales, teniendo en cuenta el concepto de mitigación.
Con Georges no funcionó
adecuadamente la fase de alerta y un desastre manejable se convirtió en una
catástrofe repentina de graves consecuencias.
Fotografía: Nazario García
Para poder llevar a cabo estas dos etapas, las autoridades de la República Dominicana, con la asesoría de expertos en las distintas áreas, han seleccionado varios proyectos, algunos ya en ejecución, con sus posibles fuentes de financiamiento, como se muestra en el Anexo 4. Los proyectos elaborados tienen los siguientes objetivos: restablecer las condiciones de vida en la zona afectada, restablecer la infraestructura económica, restablecer la producción, reducir la vulnerabilidad y recuperar el medio ambiente.
El monto estimado para la fase de reahabilitación es de US$ 90,1 millones; para los proyectos de reconstrucción se estiman un total de US$ 1227 millones.
El Sistema de Manejo de Suministros Humanitarios (SUMA), auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud, ha surgido como un esfuerzo colectivo para crear un instrumento que mejore la administración de los suministros de ayuda que llegan a un país que acaba de ser azotado por un desastre29. Gracias al esfuerzo de la Comisión Nacional de Emergencia, la SESPAS, la OPS y el Centro de Operaciones Conjuntas (COC) de las Fuerzas Armadas, y a la aceptación por parte del gobierno, el SUMA pudo empezar a funcionar en la República Dominicana.
29Guillermo, Cesáreo. 2do. informe de instalación del sistema SUMA en el operativo del huracán Georges/Cesáreo Guillermo y Lenin Flores. Santo Domingo: FUNDESUMA, 1998.
La OPS envió un equipo de trabajo
de SUMA compuesto por personal técnico de FUNDESUMA y expertos hondureños.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
La OPS envió un equipo de trabajo compuesto por personal operativo de FUNDESUMA y por representantes de dos instituciones oficiales hondureñas, la Secretaría de Salud y la Comisión Permanente para Contingencias Nacionales (COPECO), con la misión de asesorar y asistir al estado dominicano y sus organismos, así como a las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la administración de suministros de emergencia.
El 23 de septiembre se instaló el módulo Suma Central, versión 5.1, en el COC, pues fue a las Fuerzas Armadas a quienes el presidente de la República asignó la responsabilidad de manejar las operaciones de emergencia. Se establecieron dos niveles de trabajo: un nivel de coordinación de carácter multiinstitucional y multidisciplinario y un nivel técnico. Se procedió en seguida a seleccionar los lugares que iban a funcionar como plantas de almacenaje de los suministros y donde se instalarían los programas del SUMA para administrar tales depósitos.
A pesar de que se impartieron varios cursos en los días iniciales de la instalación del SUMA, hubo al comienzo cierto rechazo motivado por el desconocimiento de lo que este sistema representa y por la falta de personal entrenado en las operaciones del SUMA. Como parte de la respuesta a la falta de personal entrenado, se impartieron varios cursos intensivos para poder destacar personal en los puertos y aeropuertos lo antes posible. Luego se preparó un equipo de instructores para capacitar a la siguiente promoción de especialistas en el manejo de suministros.
Aun así, dada la rapidez con que se preparó al personal y debido a que los controles legales en las aduanas frecuentemente impedían una clasificación adecuada de los donativos que llegaban, los registros de los envíos no recogen cabalmente la realidad de las donaciones y de la forma en que se la hizo llegar a sus destinatarios finales. Se instalaron los siguientes depósitos: SESPAS; Cruz Roja Dominicana; Ayuntamiento del Distrito Nacional; Plan Social de la Presidencia de la República. Los puntos de entrada que operaron con SUMA fueron los siguientes: el Aeropuerto Internacional de Las Américas y la Base Aérea Militar de San Isidro. En tanto que operaron con sistemas propios: el Aeropuerto de La Romana y el Aeropuerto Internacional de Punta Cana.
1. Faltó información sobre la situación meteorológica cuando se acercaba el huracán, y fue inadecuada la comunicación a la población antes del impacto, de forma que un desastre manejable se transformó en una catástrofe repentina que produjo enorme confusión y tuvo graves consecuencias.2. El plan nacional y los planes institucionales de emergencia no se activaron; la información para ponerlos en funcionamiento no llegó a las instituciones responsables de tomar acción. Y tampoco hubo coordinación de las actividades de preparación para el desastre.
3. Debido a la inoperancia de las instituciones de protección, la población emprendió por sí sola las tareas de salvamento.
4. La evacuación fue realizada espontáneamente por los propios ciudadanos en condiciones ambientales críticas, ocupando edificios que no reunían las condiciones adecuadas para servir de refugios.
5. Los distintos niveles de la población no están educados sobre los efectos de los desastres más frecuentes y las acciones preventivas correspondientes. No siempre saben tomar decisiones y asimilar las medidas recomendadas por las instituciones de protección civil y esto origina un innecesario aumento de los riesgos.
6. El plan de emergencia de la SESPAS está desactualizado. No fue activado antes de la emergencia ni se coordinaron acciones previas con los comités hospitalarios ni con las direcciones provinciales.
7. No se alertó al personal de salud, que no respondió en la fase del impacto ni inmediatamente después: fue necesario hacer un llamamiento público para que se integrara en la etapa de emergencia nacional.
8. No se identificaron sitios para utilizarlos como depósitos destinados al almacenamiento de la ayuda alimentaria.
9. Los organismos de protección civil demostraron no tener capacidad para hacer frente a huracanes de categoría 3 o aún más violentos.
10. La falta de información por parte de los medios de comunicación en los días previos a la llegada del Georges demostró la necesidad de tomar conciencia de que es fundamental para ahorrar vidas difundir con suficiente frecuencia boletines oficiales que alerten a la población.
11. Los edificios públicos, escuelas, iglesias e instalaciones deportivas que se utilizaron como refugios solo son adecuados para dar protección momentánea durante la emergencia. Resulta imprescindible el acondicionamiento de refugios permanentes cuya ubicación sea conocida por la población y que cumplan interna y externamente con las normas internacionales.
12. Las instituciones públicas tienen organizadas sus funciones y el desarrollo de sus actividades en distintas jurisdicciones administrativas, en diferentes regiones, y esto dificultó la coordinación interinstitucional para la atención de la emergencia.
13. El personal de las instituciones responsables del agua debe adiestrarse con los conocimientos adecuados para poder responder adecuadamente a un desastre y sus efectos.
14. La cuantificación de daños acumulados por la falta de conservación de la planta física, la instalación de equipos nuevos y el mantenimiento de equipos y sistemas básicos podría superar en más de diez veces los daños causados por el huracán.
15. La población dominicana respondió bien a las campañas previas de uso de cloro para desinfectar el agua.
1. Debe incrementarse la capacidad de almacenamiento de agua en los edificios seleccionados como refugios.2. Los asentamientos de refugiados causaron el hacinamiento de la población.
3. La ayuda humanitaria debe ser analizada para asegurar una distribución equitativa durante la emergencia y luego del desastre, así como para establecer los controles necesarios de modo que pueda llegar a los necesitados en los refugios y en las comunidades afectadas.
4. Los diferentes núcleos familiares afrontaron la etapa de emergencia demostrando capacidad de organización; pueden ser usados para comunicar los llamados de evacuación y para colaborar en los programas educativos.
5. La representación de la OPS se convirtió en un centro de consulta, orientación y respuesta durante el desastre.
6. Es necesario reforzar el trabajo social mediante la educación comunitaria para la salud.
7. Las dificultades experimentadas durante la emergencia en la compra de equipos, insumos e insecticidas para el control del paludismo y del dengue se debieron a que no se mantiene un depósito de reserva permanente de rotación continua.
8. Las buenas relaciones interpersonales de los encargados de programas de los diversos organismos facilitaron las acciones de respuesta al hacer posible el intercambio de fuentes de ayuda local conocidas a título individual.
1. Concientizar a las instituciones de socorro y a las autoridades civiles y militares de que SUMA es un instrumento de ayuda y búsqueda de soluciones a los problemas de recepción y entrega de donaciones.2. A las embajadas y consulados dominicanos en el exterior se les deben dar las informaciones necesarias para que al momento de recibir o solicitar donaciones estas guarden relación con los requerimientos del país y se ajusten a los lineamientos de clasificación del SUMA.
3. Es necesario contar con un equipo local de recursos humanos adiestrados en el sistema SUMA y organizar un banco de datos de las personas entrenadas en SUMA, con la finalidad de tenerlas localizadas y con el compromiso de que notifiquen cualquier cambio en sus datos.
4. Preparar una lista de los depósitos existentes de SUMA y de los lugares que podrían usarse como depósitos en caso de desastre.
5. Revisar las normas de construcción vigentes en el país tomando en consideración las altas velocidades del viento, el aumento de los coeficientes de seguridad y una revisión del diseño, para las instalaciones hospitalarias y los edificios seleccionados como refugios.
6. Revisar el anclaje de las estructuras con techos de madera y cinc, para hacerlas más resistentes a las fuerzas generadas por los vientos huracanados.
7. Revisar los techos y las numerosas filtraciones en las instalaciones de salud en el área de impacto del huracán, para su reparación e impermeabilización antes del inicio de la temporada de lluvias a fines de abril.
8. Tomar en cuenta en las futuras construcciones de centros de salud, y al alquilar los edificios donde funcionarán, las cotas máximas posibles de inundación y las velocidades máximas del viento que se hayan registrado en las distintas regiones del país.
9. Elaborar un plan de mantenimiento para las instalaciones de salud, con fines de mitigación de daños por desastres naturales, teniendo como referencia para la programación correspondiente el inicio de la temporada de huracanes.
10. Los organismos internacionales que contribuyen a la preparación de recursos humanos, el fortalecimiento institucional y la búsqueda de recursos económicos para hacer frente a los desastres deben incluir un programa de seguimiento que permita asegurar la continuidad de los proyectos desarrollados.
11. Es necesario reforzar el trabajo social por medio de la educación comunitaria para la salud.
12. Utilizar una provincia del país como modelo o plan piloto que pueda ejecutar un programa para enfrentar desastres, preferiblemente un huracán, de manera que se identifiquen las vías de evacuación, los refugios, se practique la coordinación institucional, se establezcan planes de emergencia para el sector de la salud y se realicen talleres educativos, ejercicios y simulacros. En una segunda etapa se ampliará al nivel regional y finalmente a toda la nación.
13. La experiencia de Tamayo amerita una revisión de las instalaciones del sector de la salud en las áreas inundables y una visión más clara del papel de esos centros durante las emergencias.
14. Dar seguimiento a las recomendaciones de la conferencia «Análisis de vulnerabilidad de la ciudad de Santo Domingo al impacto de un huracán de categoría 5».
15. Las autoridades de salud deben iniciar la aplicación de las recomendaciones emanadas de la Conferencia Internacional sobre Mitigación de Desastres en Instalaciones de Salud realizada en la ciudad de México del 26 al 28 de febrero de 1996.
16. Crear una comisión interinstitucional coordinada por la SESPAS para planificar, organizar y distribuir toda la ayuda que en las diferentes áreas de atención requieren los centros de refugiados en todo el país.
17. Definir mecanismos para crear un fondo especial para el manejo de los refugios.
18. Señalar la institución responsable de la administración de los refugios y del cumplimiento de las normas que se estipulen.
19. Fomentar la educación de los refugiados en la prevención de enfermedades infecciosas, incendios y control de vectores, entre otros temas de defensa civil.
20. Reglamentar y fomentar la participación comunitaria en los refugios.
21. Brindar capacitación a los funcionarios que participan en la atención de emergencias. En este aspecto la OPS/OMS, con su programa de Preparativos para Emergencia y Desastres, y la OFDA/AID pueden aunar esfuerzos para complementar sus programas y brindar una capacitación adecuada a las necesidades actuales y a futuras emergencias.
22. Adoptar medidas preventivas y de mitigación para proteger vidas, viviendas y medios de trabajo de la población en las zonas de alto riesgo.
23. Utilizar los equipos de radiocomunicaciones de los organismos de las Naciones Unidas, así como los proyectos ubicados en lugares remotos, para ampliar, de ser necesario, la red de comunicaciones de emergencia del Plan Nacional.
24. Es necesario crear puntos focales del SUMA en las principales provincias del país, especialmente en las comunidades conocidas como de alto riesgo.
25. Realizar campañas entre los refugiados y la comunidad en general, principalmente en las áreas rurales, para la cloración del agua, ya que si no se garantiza su calidad para el consumo humano podría haber epidemias de diarrea y otras afecciones gastrointestinales o dérmicas entre la población afectada.
26. Debido a la improvisación y a la falta de depósitos adecuados, un alto porcentaje de alimentos sufrió daños. Hace falta elaborar un plan de contingencia sobre inocuidad de los alimentos que incluya la ubicación de almacenes y una guía de cómo almacenarlos.
La particularidad más llamativa de las consecuencias del huracán Georges sobre la República Dominicana fue el mal manejo previo al impacto, debido sobre todo al desconocimiento de los planes de emergencia nacionales e institucionales. Esto dio lugar a que esos planes de contingencia no fueran activados, y por ende la población quedó desprotegida. La falta de comunicación y coordinación entre los altos funcionarios de las instituciones del Estado no permitió que se tomaran medidas adecuadas y oportunas a nivel local para reducir los efectos del desastre.
La ausencia de organización de la comunidad en los distintos niveles y la falta de orden en el sistema de emergencia para desastres del sector de la salud nos llaman a reflexionar que es necesario aprender las lecciones de este tipo de sucesos y, además, ponerlas en práctica, adoptar medidas correctivas desde el plano del gobierno nacional, que es donde se atiende la etapa aguda de la emergencia, hasta el nivel local. Es preciso tomar conciencia de que las predicciones meteorológicas indican que pronto podemos ser víctimas de huracanes más frecuentes e intensos, y que debemos tener la capacidad para afrontarlos.
¡Y pensar que volverá a ocurrir...!
ANEXO 1
Lista de elementos requeridos
Artículos prioritarios
Alimentos y bebidas
Agua potable
Velas, estufas, linternas, baterías
Colchas, colchones, catres
Materiales de construcción
Ropa
Equipo para recoger basura
Motosierras
Botes inflables
Generadores eléctricos
Asistencia técnica
Ayuda financiera
Medicamentos
La lista de medicamentos prioritarios incluía los siguientes:
Analgésicos
Aspirinas
Acetaminofén
Antibacterianos
Ampicilina
Penicilina cristalina
Penicilina procaínica
Trimetropín sulfa
Trimetropín sulfa de 80 y 400 mg
Tetraciclina en tabletas
Antihelmínticos
Mebendazole
Antimaláricos
Cloroquina
Antianémicos
Sal ferrosa y ácido fólico
Antisépticos
Clorhexitina al 20%
Antiácidos
Antiácido de hidróxido de aluminio
Sales de hidratación oral
Soluciones
Liquido disolvente de antibióticos
Materiales varios
Toxoide antitetánico
Antitoxina humana
Gasas
Catéteres intravenosos pericraneales
Uso dermatológico
Ácido benzoico + sálico en ungüento
Neomicina + bacitracina
Loción de calamicina
Benzoato de bencilo al 25%
Violeta de genciana
Uso oftalmológico
Ungüento de tetraciclina
Vitaminas
Retinol (cápsulas de 60 mg)
Retinol (cápsulas de 75 mg)
Cloro
Z-O (esparadrapo)
ANEXO 2
Distribución de instalaciones de salud por provincia y categoría | ||||||||
X |
Público |
Seg. Social |
Militar |
Privado | ||||
|
Provincia |
Hospital |
SC |
CR |
Hospital |
Policía |
Hospitales |
CM/CLI |
Azúa |
1 |
3 |
25 |
- |
- |
- |
4 | |
Bahoruco |
1 |
1 |
7 |
- |
- |
- |
- | |
Barahona |
1 |
4 |
14 |
1 |
1 |
- |
3 | |
Dajabón |
2 |
2 |
16 |
- |
- |
- |
1 | |
Dist. Nacional |
13 |
7 |
260 |
2 |
8 |
194 |
- | |
Duarte |
1 |
2 |
49 |
1 |
- |
- |
38 | |
Elías Pina |
1 |
2 |
7 |
- |
- |
- |
- | |
El Seibo |
1 |
1 |
9 |
- |
- |
- |
6 | |
Espaillat |
2 |
1 |
14 |
- |
- |
- |
15 | |
Hato Mayor |
1 |
1 |
12 |
- |
- |
- |
5 | |
Independencia |
1 |
2 |
12 |
- |
- |
- |
- | |
La Altagracia |
1 |
1 |
14 |
- |
- |
- |
17 | |
La Romana |
1 |
- |
15 |
1 |
- |
- |
15 | |
La Vega |
1 |
2 |
31 |
- |
- |
- |
23 | |
M. T. Sánchez |
2 |
2 |
17 |
- |
- |
- |
16 | |
M. Nouel |
1 |
2 |
17 |
1 |
- |
- |
7 | |
Monte Cristi |
1 |
3 |
21 |
- |
- |
- |
8 | |
Monte Plata |
- |
4 |
16 |
- |
- |
- |
6 | |
Peravia |
2 |
1 |
41 |
- |
1 |
- |
12 | |
Pedernales |
1 |
- |
3 |
- |
- |
- |
- | |
Puerto Plata |
2 |
3 |
20 |
- |
- |
- |
20 | |
Salcedo |
1 |
2 |
8 |
- |
- |
- |
10 | |
Samaná |
2 |
- |
12 |
- |
- |
- |
4 | |
San Cristóbal |
1 |
3 |
34 |
2 |
- |
- |
6 | |
S. J. de la Maguana |
2 |
2 |
26 |
- |
- |
- |
18 | |
S. Pedro Macorís |
2 |
- |
31 |
1 |
- |
- |
25 | |
S. Ramírez |
1 |
2 |
13 |
- |
- |
- |
11 | |
Santiago |
2 |
6 |
64 |
1 |
- |
- |
65 | |
S. Rodríguez |
1 |
1 |
9 |
- |
- |
- |
4 | |
Valverde |
1 |
1 |
13 |
- |
- |
- |
7 | |
Totales |
49 |
61 |
830 |
10 |
10 |
2 |
573 |
Lista de medicamentos llegados a los puertos de entrada y registrados por SUMA, según categoría | ||
Categoría |
Medicamento |
Cantidad |
Analgésicos |
Acetaminofén en tabletas |
55.790 |
Anestésicos |
Lidocaína dental 2%+e, cartuchos |
480 |
Antialérgicos |
Difenhidramina 25 mg, ampollas inyectables |
1.000 |
Antiasmáticos |
Aminofilina 100 mg, ampollas inyectables |
1.400 |
|
Salbutamol 100u, aerosol |
551 |
|
Teofilina 179 mg, blister |
5.250 |
Antibióticos |
Amikacina 500 mg, inyección |
500 |
|
Cefalexina 125 mg, oral |
540 |
|
Cefazolina 500 mg, inyección |
500 |
|
Ceftriaxona 125 mg, oral |
500 |
|
Cloranfenicol 1 g, tópico, botellas |
496 |
|
Cloranfenicol 250 mg, tabletas |
15.000 |
|
Eritromicina 125 mg, inyección 5 ml |
840 |
|
Eritromicina 250 mg, tabletas |
9.600 |
|
Eritromicina 500 mg, tabletas |
84 |
|
Gentamicina 10 mg, crema |
1.148 |
|
Tetraciclina 250 mg, tabletas |
10.500 |
Antiinflamatorio |
Ibuprofeno 300 mg, tabletas, cajas |
6 |
Antineoplásicos |
Clormentina 10 mg, viales, caja |
1 |
Antiparasitario |
Metronidazole 100 mg, supositorios |
168 |
|
Metronidazole 500 mg supositorios |
36 |
|
Metronidazole 200 mg tabletas |
10.440 |
|
Metronidazole 500 mg tabletas |
10.440 |
|
Tinidazol 500 mg frascos |
886 |
Antídotos |
Penicilamina 10 000 U, tabletas |
2.000 |
|
Sodium Calcium 200 mg/ml, tanques |
2 |
Balance hidroelectrolítico |
Cloruro de sodio, solución |
46 |
|
Sales de rehidratación, 6, 7, sobres |
10.000 |
Diuréticos |
Manitol 250 ml, frascos |
144 |
Esteroides |
Prednisolona 60, polvo para inyección |
500 |
|
Prednisolona 5 mg, tabletas |
6.350 |
Gastrointestinal |
Metoclopramida 10 mg, tabletas |
15.840 |
Solventes básicos |
Agua para inyección, ampollas |
6.000 |
Uso tópico |
Sulfadiazina de PL 200 g, frascos |
50 |
ANEXO 3
Proyectos para la etapa de rehabilitación
Objetivo del programa |
Proyectos específicos |
Ente nacional de ejecución |
Posible fuente de cooperación |
Monto estimado (millones de dólares) |
Restablecer las condiciones de vida en la zona afectada |
1. Mejoramiento de la infraestructura sanitaria rural |
INVI |
Banco Mundial, BID |
0.5 |
|
2. Mejoramiento de la calidad de vida de las familias damnificadas |
CEA |
OPS/OMS, Gobiernos |
0.3 |
|
3. Rehabilitación integral de las zonas afectadas por el huracán Georges |
CONAVI |
PNUD |
2.0 |
|
4. Saneamiento de los asentamientos campesinos y letrinización en zonas rurales |
ONAPLAN |
OPS/OMS Gobiernos |
0.4 |
| |
Proyecto de Desarrollo Sostenible local para la Subregión de Enriquillo Consejos de Desarrollo Provincial y comités Instituto Agrario Dominicano |
Banco Mundial, BID, ONG, Gobiernos, OPS/OMS | |
Restablecer la infraestructura económica |
1. Reconstrucción de caminos vecinales |
SEA |
Gobiernos, Banco Mundial |
4.2 |
|
2. Reconstrucción y protección de canales de riego y muros de protección |
INDRHI |
BID |
12.3 |
|
3. Reconstrucción de diques de tierra, río San Juan |
INDRHI |
Gobierno, Banco Mundial |
1.0 |
|
4. Reparación de sistema eléctrico de equipos de bombeo para el riego |
INDRHI, Sector Privado |
Banco Mundial |
0.2 |
|
5. Restituir caminos de acceso en sistema de riego |
INDRHI, Sector Privado |
BID |
0.3 |
|
6. Rehabilitación y limpieza de cana les de riego |
INDRHI, Sector Privado |
BID |
2.3 |
|
7. Reparación de la vía de acceso a la Central Hidroeléctrica de Sabana Yegua |
INDRHI, SEOPC, CDE |
BID, Banco Mundial |
0.4 |
|
8. Reconstrucción de la vía de acceso a la central Sabaneta |
INDRHI, SEOPC, CDE |
BID, Banco Mundial |
4.6 |
|
9. Rehabilitación de sistemas de riego y vial |
Instituto Agrario Dominicano |
BID, Banco Mundial |
0.4 |
|
10. Rehabilitación de infraestructura física |
Instituto Agrario Dominicano |
BID, Banco Mundial |
|
Restablecer la producción |
1. Plan de rehabilitación y fomento de rubros alimenticios de rápida respuesta para satisfacer la demanda |
SEA |
Gobierno RD |
23.5 |
|
2. Adquisición y donación de insumos a pequeños y medianos productores agropecuarios |
SEA |
Gobierno de los EE.UU |
3.9 |
|
3. Prevención y manejo de las plagas y enfermedades en cultivos de importancia agrícola |
SEA |
Gobiernos |
0.7 |
|
4. Fortalecimiento de la sanidad agropecuaria |
SEA |
Gobierno EUA/Gobierno de RD |
0.6 |
|
5. Reforzamiento del programa de maquinarias agrícolas |
SEA Gobierno EUA/ |
|
2.5 |
|
6. Apoyo a la rehabilitación de la infraestructura agropecuaria |
SEA Gobierno de RD |
|
2.6 |
|
7. Recuperación de las estaciones y subestaciones para la producción de alevines |
SEA |
Gobierno EUA/Gobierno de RD |
0.4 |
|
8. Adquisición y donación de herramientas a pequeños productores agropecuarios |
IAD, UASD |
Gobierno de RD/ Organismos internacionales |
0.4 |
|
9. Adquisición de equipos para modernizar la capacidad de producción agropecuaria | |
Gobierno de RD/Gobiernos |
0.8 |
| | |
FAO, BID, Banco Mundial | |
TOTAL | | | |
90.1 |
ANEXO 4
Proyectos para la etapa de reconstrucción
Objetivo del programa |
Proyectos específicos |
Ente nacional de ejecución |
Posible fuente de cooperación |
Monto estimado (millones de dólares) |
Restablecer las condiciones de vida en la zona afectada |
1. Reparación y reconstrucción de viviendas dañadas |
INVI, Coordinadora de obras de Estado; |
Gobierno |
120 |
|
2. Reparación y reconstrucción de viviendas dañadas |
Supervisora de obras de Estado; CODIA |
Banco Mundial, BID Gobiernos, USAID |
10 |
|
3. Reubicación de viviendas en el área de riesgo y mejoramiento de las infraestructura sanitaria |
INVI, Banca comercial, Asociación de ahorros y prestamos, ONGs |
BID, Banco Mundial, Gobiernos |
5.3 |
|
4. Construcción de centros comunales |
INVI, SEOPC, ONGs IAD |
HABITAT, ONG UNESCO, Gobiernos |
0.3 |
Reducir la vulnerabilidad de las zonas afectadas |
1. Promoción del desarrollo de un sistema nacional para la prevención y atención de los desastres de origen natural o tecnológico con participación ciudadana |
SEOPC, Defensa Civil |
Gobiernos, PNUD |
1.2 |
|
2. Muro de protección para el poblado de Tamayo |
Sector Privado |
Comunidad Económica Europea |
1.0 |
|
3. Estudio para la construcción de embalses intermedios en el río Yaque del Sur |
Sector Privado |
Banco Mundial |
*** |
Restablecer la producción |
1. Apoyo a la creación y fortalecimiento de micro y pequeña empresa en la zona rural |
ADEMI, FUNDEJUR, MUDE, coordinación de la SEA |
Gobierno RD Gobiernos |
0.8 |
|
2. Fortalecimiento del laboratorio nacional de biotecnología |
SEA |
Gobiernos |
0.9 |
|
3. Reconstrucción de 114 km. de líneas de transmisión de 69 kv |
CDE, Privados |
BID, Banco Mundial |
8.3 |
|
4. Reconstrucción de las subestaciones de Dajao y Tamayo |
CDE, Privados |
BID, Banco Mundial |
2.5 |
|
5. Construcción de sistemas de riego y vial |
IAD |
BID, Banco Mundial, Gobiernos |
2.6 |
Recuperación ambiental |
1. Identificación de la capacidad de captura de dióxido de carbono y valor de servicios ambientales en el país |
SEA, Subsecretaría de R.N. |
BID, Banco Mundial PNUMA |
0.3 |
|
2. Determinación del status de las poblaciones de especies en peligro de extinción en sus hábitats |
SEA, Subsecretaría de R.N., Depto. Vida Silvestre |
Gobierno, Organismos Financieros |
0.17 |
|
3. Rehabilitación de viveros forestales |
Dirección General Forestal CONAU |
Gobierno, BID |
0.05 |
|
4. Restauración y amplificación del cinturón verde de Santo Domingo |
Ayuntamiento del Distrito Nacional |
BID, Banco Mundial, |
0.6 |
| |
Dirección Nacional de Parques |
Gobiernos, ONG |
0.17 |
|
5. Restauración ecológica de los humedales del parque Zoológico nacional |
Parque Zoológico Nacional |
Gobierno, BID |
0.1 |
|
6. Programa de educación para la conservación de los hábitats de especies en extinción |
Parque Zoológico Nacional |
Gobiernos |
0.05 |
|
7. Rehabilitación del Acuario Nacional |
Acuario Nacional |
Gobiernos | |
TOTAL |
|
|
|
1,227.0 |
1. Prevención y mitigación de desastres; aspectos sociales y sociológicos, s.l.: UNDRO, 1987.
2. Shelter after disaster, s.l.: UNDRO, 1982.
3. Mitigación de desastres naturales en sistemas de agua potable y alcantarillado sanitario; guía para el análisis de vulnerabilidad. Washington: OPS/OMS, s.f.
4. Directrices para la prevención de desastres naturales y medidas de protección en las zonas donde se producen ciclones tropicales, s.l: OMM, LSCR, CESAP, 1977.
5. Guía para la construcción de viviendas resistentes a huracanes en Puerto Rico. San Juan: FEMA, 1989.
6. Hurricane Gilbert 1988. Jamaica: PAHO, s.f.
7. Control de vectores con posterioridad a los desastres naturales. Washington: OPS, 1982.
8. Administración sanitaria de emergencia con posterioridad a los desastres naturales. Washington: OPS, 1981.
Figure
El huracán Georges en Haití
Organización Panamericana de la Salud Representación en Haití
Preparado por la Dra. Françoise Ponticq
El paso del huracán Georges por Haití creó una situación de emergencia en la población y daños de distinta magnitud según la zona geográfica y el sector de actividad. Este desastre viene a agravar una situación económica, social y política precaria, y fueron las clases sociales más desfavorecidas las que sufrieron las peores consecuencias. Las zonas más afectadas fueron el Oeste, el Sudeste y el Artibonito, especialmente en lo que concierne a la agricultura.
Con el esfuerzo mancomunado de instituciones nacionales e internacionales se evaluaron los daños y las necesidades, se pusieron en marcha mecanismos de respuesta, tanto inmediata como a más largo plazo, y se definieron las necesidades ulteriores, para prevenir las consecuencias de este tipo de desastre y organizar respuestas adecuadas.
Basándonos en un análisis de la documentación existente y en entrevistas con los responsables institucionales, hemos elaborado este informe, en el que ponemos de relieve los problemas que afrontaron los damnificados y las autoridades sanitarias, la forma como respondieron y qué colaboración hubo entre las instituciones del país. La realización concertada de trabajos similares en otras regiones afectadas por el huracán Georges debería facilitar las comparaciones y la elaboración de modelos de estrategias que puedan aplicarse antes, durante y después de un huracán, en una región de alto riesgo.
El huracán Georges pasó por Haití durante la noche del 22 al 23 de septiembre de 1998. Los vientos y las lluvias torrenciales causaron grandes daños en distintos sectores vitales. Las repercusiones y consecuencias de este súbito desastre natural se han hecho sentir sobre la organización de los servicios de salud tanto en el plano de la infraestructura como en la atención curativa y preventiva.
Además de evaluar el impacto del huracán en el sector salud, hemos examinado la capacidad de respuesta, tanto inmediata como a mediano y a largo plazo, del sistema sanitario haitiano, para señalar sus puntos fuertes y sus fallas y que esto permita formular propuestas apropiadas para mejorar la situación. Basándonos en la documentación reunida y en entrevistas con los responsables de las instituciones pertinentes, fuimos reconstruyendo las distintas etapas del desastre: el impacto del huracán, las situaciones de emergencia, la estimación de las necesidades, y las decisiones sobre la rehabilitación y la reconstrucción. Hemos procurado analizar los elementos conexos, la coordinación nacional e internacional, y la adaptación de las respuestas a las complejas necesidades de las zonas afectadas. Esperamos, entonces, que este trabajo contribuya a la elaboración de un plan nacional de preparativos para casos de desastre y que sea útil tanto para las instituciones haitianas e internacionales que colaboran en este campo como para las estructuras sanitarias de base, que desempeñan un papel fundamental en la respuesta.
Mapa de
Haití.
Haití ocupa el tercio occidental de la isla Española o Santo Domingo, con un territorio de 27.700 kilómetros cuadrados, montañoso en su mayor parte. De junio a diciembre atraviesan regularmente la isla huracanes de intensidad variable. El riesgo que representan es muy serio, y sus consecuencias se agravan por la situación económica, social y ecológica del país, que multiplica y amplifica su vulnerabilidad. Es común que estas consecuencias sean más graves en los países en desarrollo, debido a la destrucción acelerada del ambiente y a la superpoblación de las zonas urbanas.
La situación económica, social y
ecológica del país multiplica y amplifica la vulnerabilidad ante los
desastres.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
De la relación entre la organización socioeconómica de la comunidad y la capacidad de intervención del Estado depende la existencia de condiciones favorables ante un desastre, cualesquiera que fueren las características particulares de este. La pobreza, la baja productividad agrícola (380.000 toneladas métricas de los cultivos principales en la temporada de mayor productividad), las condiciones de vida (o de subsistencia) precarias para la mayoría de la población, la debilidad institucional generalizada y la intervención aleatoria del Estado son algunos de los factores que acentúan esa vulnerabilidad.
Algunos indicadores recientes reflejan esta situación: PNB per cápita de US$ 120 anuales (Haití es el país más pobre del Caribe), tasa de desempleo del 65%, tasa de inflación anual del 15,6%. La esperanza de vida al nacer es de 58 años; la tasa de mortalidad infantil, 74 por 1000; la tasa de analfabetismo, 62,7%, y el crecimiento demográfico, 2,08% anual, con un promedio de 4,8 hijos por mujer. El índice de desarrollo humano (IDH), basado en la longevidad, el grado de instrucción y la situación económica, es bajo, según el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo). En este sentido, Haití ocupa el último lugar entre los países del Caribe, a la par de los más pobres de África. La contigua República Dominicana se encuentra en el grupo que encabeza la región.
A todo ello se suman condiciones ambientales dramáticas, la urbanización anárquica de tierras fértiles y zonas que no son aptas para la construcción (barrancos, zonas pantanosas), la erosión agravada por la deforestación, la venta y el uso de carbón de leña como parte de la economía de subsistencia. Como consecuencia directa de estas actividades se observa una pérdida de 20.000 toneladas por año de tierras arables e, indirectamente, una perturbación del régimen pluvial (el caudal de las fuentes de agua ha disminuido en un 50% en los núcleos urbanos). Las condiciones de vida de la población son difíciles: 70% de la gente vive por debajo del umbral de pobreza absoluta, la tasa de desnutrición infantil es superior al 9% y la ingesta calórica diaria per cápita es de unas 1700 calorías (comparada con una ingesta diaria recomendada de 2270 calorías por persona).
En tales condiciones, la situación sanitaria no puede sino seguir la tónica general, con un estado de salud muy precario para la abrumadora mayoría de la población: el acceso al agua potable es del 48% en los núcleos urbanos y del 41% en las zonas rurales; en las zonas urbanas, 40% de la gente dispone de letrinas y 47% de servicios de saneamiento (recolección de aguas servidas y de basura, evacuación de excretas, desagües pluviales), cifra que se reduce al 41% en las zonas rurales. La crisis política en que está sumido el país acentúa estos problemas, bloquea el proceso de reformas y obstaculiza los créditos y la ayuda externa. El clima social predominante en ese contexto resulta poco propicio para los cambios indispensables.
Tendencias del grado de cobertura de los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento básico Haití, 1990-1995 | ||||
|
Servicio y localización |
1990 |
1993 |
1995 |
Abastecimiento de agua en la capital |
53% |
34% |
35% | |
Abastecimiento de agua en las ciudades más pequeñas (72) |
58% |
40% |
45% | |
Abastecimiento de agua en las zonas rurales |
33% |
23% |
39% | |
Saneamiento básico en las zonas urbanas |
43% |
41% |
42% | |
Saneamiento básico en las zonas rurales |
16% |
14% |
16% | |
| ||||
FUENTE: OPS, La salud en las Américas, vol. II, 1998. |
En su política general, el Ministerio de Salud Pública y Población (MSPP) ha establecido prioridades y ejes de trabajo en todos los campos de la salud pública, así como para el personal bajo su jurisdicción. Desde 1995 la política de salud de Haití se rige por tres principios: equidad, solidaridad y justicia social. La atención de la salud de la población se basa en un conjunto mínimo de servicios, definido como el conjunto de respuestas a los problemas prioritarios de salud, que está a disposición de la población en las unidades comunales de salud (UCS). La UCS representa la unidad elemental de un sistema nacional descentralizado que se propone abarcar gradualmente la totalidad del territorio haitiano por medio de estructuras departamentales.
En la estructura orgánica de los ministerios de Salud Pública y del Interior hay unidades componentes y partidas presupuestarias específicas para desastres. Hasta 1997 había varias entidades a cargo del manejo de desastres: la OPDES, la unidad a cargo de desastres del MSPP la del Ministerio de Planificación, y el Servicio de Epidemiología (Servicio o Dirección, según el gobierno de turno). Los ministerios recibían también ayuda de la OPS/OMS.
En 1998 se creó la Dirección General de Protección Civil (DPC), dependiente del Ministerio del Interior, que concentra y desempeña las funciones de coordinación de todo lo relacionado con desastres. Se encarga de organizar y coordinar actividades de prevención y respuesta a grandes accidentes y catástrofes. Según el organigrama provisional (ver abajo), será una estructura ágil, compuesta por diez técnicos, con la función de coordinar y seguir la ejecución de las decisiones tomadas en el nivel central. Se ocupa del manejo nacional de desastres por medio de una comisión permanente integrada por dos comités: uno normativo interinstitucional (vinculado con los organismos internacionales) y otro ejecutivo formado por representantes de organismos nacionales y de ciertos ministerios que tienen sus propias unidades de manejo de desastres.
Organigrama de prevención y
respuesta ante los desastres
Desde hace dos meses, la DPC ha estado trabajando en la instauración efectiva de un plan nacional de preparativos para casos de desastre, que se prevé comenzará a funcionar dentro de dos años, con un consorcio de organizaciones internacionales encabezado por el PNUD. Tras el paso del huracán Georges se reactivó el proceso y se prevé la realización de seminarios de capacitación en noviembre de 1998 (OPS/OMS-Servicio Regional de Manejo de Desastres) y posteriormente en colaboración con el PNUD y otras instituciones internacionales o regionales (CDMP: Proyecto del Caribe para la Mitigación de Desastres), en el marco del programa de apoyo a la elaboración de un plan nacional de manejo de desastres.
La tormenta tropical Gordon, que azotó a Haití del 11 al 15 de noviembre de 1994. Afectando especialmente el Sur, el Sudeste y Grand'Anse. Esta tormenta dejó un saldo de 1122 muertos, 8600 damnificados, 3550 viviendas totalmente destruidas y 10 800 parcialmente destruidas.
La respuesta al desastre fue coordinada por una unidad para afrontar las crisis, formada por la Primature, el Ministerio de Salud Pública, la OPS/OMS y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Recursos Naturales, con el apoyo de diversas instituciones internacionales. La unidad de respuesta a las crisis creó una unidad de emergencia cuya función consiste en recibir información, determinar las necesidades, activar mecanismos de urgencia y proponer un programa de rehabilitación y reconstrucción a más largo plazo, así como la vigilancia epidemiológica específica de enfermedades que generalmente siguen a los huracanes. Según nuestros datos, la ayuda internacional recibida por Haití en esa ocasión ascendió a US$ 1.808.942.
El huracán Georges siguió una trayectoria desacostumbrada. En el Caribe se lleva un registro de estos fenómenos meteorológicos e hidrológicos. En Haití los huracanes generalmente llegan a las regiones del Sur, Sudeste, Grand'Anse y Norte. Estas zonas carecen de relieve montañoso que las proteja y las llanuras costeras son barridas por el viento. Georges entró por la meseta central del país; el ojo del huracán cruzó el Artibonito y siguió primero hacia la península del
Trayectoria del huracán Georges a
su paso por Haití.
Noroeste y después hacia el sudeste de Cuba. Su trayectoria fue detectada menos de 36 horas antes de que llegara a Haití. Según la DPC, en ese mismo momento se decretó el estado de alerta y se adoptaron medidas para difundir información y encarar las primeras situaciones de emergencia.
En realidad, y a pesar de los reiterados anuncios por radio y televisión del servicio meteorológico nacional, no se activaron oficialmente mecanismos concretos para movilizar a la población y prepararla para el huracán. La Presidencia de la República no decretó el estado de emergencia.
El huracán Georges pasó por Haití entre la medianoche y las 3 de la mañana del 23 de septiembre. Su fuerza había disminuido de 3 a 1 (la intensidad de los huracanes se clasifica según la escala de Saffir-Simpson) entre la República Dominicana y Haití debido a las altas montañas que separan a los dos países. Georges trajo vientos de 119 a 152 kilómetros por hora y lluvias violentas que hicieron subir el nivel de las aguas de 1,20 a 1,50 metros por encima de lo normal. Entre las consecuencias cabe señalar los daños a las construcciones frágiles, de cimientos inestables, y a la vegetación, así como la crecida de los ríos.
De hecho, la causa de los mayores daños fue el ascenso del nivel de las aguas, en tanto que el viento y la vulnerabilidad de las construcciones en las zonas superpobladas y en los terrenos inestables edificados agravaron el saldo del desastre. Asimismo, Georges fue precedido y seguido de fuertes lluvias, que prolongaron la crecida de los principales cursos de agua durante unas 48 horas y desataron inundaciones río abajo. Por las laderas de las montañas desforestadas se precipitaron torrentes alimentados por las fuertes lluvias, que inundaron los terrenos bajos.
Las distintas estimaciones de los daños efectuadas por la DPC y por otras instituciones públicas y privadas tienden a señalar al sector agrícola como el más afectado, especialmente en el oeste y en la llanura del Artibonito. Si el huracán hubiera conservado hasta llegar a Haití la intensidad de los vientos y lluvias que azotaron a la República Dominicana, el saldo habría sido aún peor. No obstante, debido a la vulnerabilidad de la población haitiana y a las precarias condiciones en que vive, se prevén consecuencias socioeconómicas en parte irreversibles durante los próximos seis a nueve meses.
La crecida de los cursos de agua produjo inundaciones en las riberas, los barrancos y las cuencas río abajo. Las crecidas de más graves consecuencias fueron la del río Grise (en el oeste), que arrasó la localidad de Fonds-Verrettes, construida en el lecho del río, y la del Artibonito, que inundó toda la llanura y destruyó muchos elementos de las instalaciones de riego. Cabe destacar que Fonds-Verrettes está rodeada de zonas montañosas desforestadas y, por consiguiente, incapaces de frenar el agua de las violentas lluvias que acompañaron al huracán.
Fonds Verrettes. Villa
destruida.
Las pérdidas de vidas humanas ascienden a más de 200, según los últimos informes de la DPC (ver tabla), en su mayoría en el departamento del Oeste, además de 30 desaparecidos y 42 heridos. Se calcula que hubo un total de 343.803 personas damnificadas.
Daños causados por el huracán Georges | |||||||
Departamento |
Muertos |
Desaparecidos |
Heridos y damnificados |
Viviendas |
Pérdida de ganado | ||
| | | |
quemadas |
destruidas |
dañadas |
|
Artibonito |
8 |
- |
7 |
177.000 |
20 |
1.230 |
10.079 |
Centro |
8 |
- |
- |
13.185 |
489 |
35 |
210.344 |
Grand'Anse |
14 |
- |
3 |
32.857 |
218 |
1.809 |
5.662 |
Norte |
3 |
- |
- |
3.777 |
11 |
246 |
- |
Nordeste |
1 |
- |
- |
217 |
20 |
35 |
217 |
Noroeste |
2 |
- |
- |
44.620 |
243 |
959 |
4.019 |
Oeste |
152 |
30 |
32 |
58.537 |
716 |
3.303 |
6.979 |
Sur |
10 |
- |
- |
5.515 |
319 |
714 |
3.433 |
Sudeste |
28 |
- |
- |
8.095 |
683 |
1.276 |
27.599 |
Total del país |
229 |
30 |
42 |
343.803 |
2.719 |
9.924 |
68.332 |
Vías de comunicación
La red vial urbana y rural, que ya estaba en mal estado, sufrió grandes daños: carreteras bloqueadas por el barro, árboles arrancados de cuajo, aludes, inundaciones y deslizamientos de tierra. Los departamentos del Norte, Centro, Sudeste y Sur, así como el Artibonito, fueron especialmente afectados. Se calcula que las pérdidas y los daños ascienden a US$ 10 millones (estimación del PNUD).
Butte Duvivier. Casa y cosechas
destruidas.
Construcciones
El huracán Georges destruyó 2719 viviendas y dañó 9924, además de escuelas, iglesias y, sobre todo, las pequeñas construcciones de barro y ramas que en las zonas rurales se usan como galpones para guardar implementos o almacenar víveres, semillas y plantas o equipo de riego. Según estimaciones del PNUD, las pérdidas ascienden a más de US$ 10 millones.
Sistemas de riego
Los sistemas de riego sufrieron grandes daños, tanto los canales principales como los secundarios y terciarios, que quedaron destruidos, taponados de arena, hundidos o interrumpidos por brechas. Otras estructuras de riego, tales como acueductos, presas, tomas de agua y diques, también resultaron averiadas. Las zonas más afectadas fueron el Artibonito, Léogane (en el oeste) y Les Cayes (en el sur), de cuyos sistemas de riego dependen las cosechas en esas fértiles llanuras.
La pobreza, la baja productividad
agrícola, las precarias condiciones de vida y la debilidad institucional
generalizada son condiciones favorables para que ocurra un desastre. (a)
Fotografía: OPS/OMS
La pobreza, la baja productividad
agrícola, las precarias condiciones de vida y la debilidad institucional
generalizada son condiciones favorables para que ocurra un desastre. (b)
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
La agricultura fue el sector más afectado. Varios equipos conjuntos del Ministerio de Agricultura, USAID (United States Agency for International Development), FAO, ADRA (Adventist Disaster Relief Agency) y Catholic Relief Services, con ayuda de numerosas instituciones públicas y privadas, hicieron una evaluación de los daños directamente sobre el terreno en las fincas de las zonas rurales.
El huracán Georges devastó el país en un momento crucial para la agricultura: los cereales (maíz, sorgo, mijo) estaban en flor o en espiga, el arroz se hallaba listo para la cosecha y los cultivos hortícolas (tomates) estaban en flor o prontos a ser trasplantados o pasados a viveros. Las plantaciones de bananas fueron duramente castigadas por el viento, al igual que los árboles frutales. En la llanura del Artibonito, principal zona productora de arroz en Haití, se perdió el 60% de la cosecha, cifra que representa alrededor del 30% de toda la producción nacional de ese cereal. También se perdieron muchos cultivos de frijoles (56%), maíz (40%), plátanos y arroz (32%), mandioca, sorgo, ñame, caña de azúcar, cultivos hortícolas y batatas (24%), café (12%), maní (8%) y árboles frutales (4%). El PNUD estimó estas pérdidas en US$ 171.886.534.
En el subsector de la ganadería se perdió el 5% de los rebaños de caprinos, bovinos, porcinos y ciertos equinos (mulas, asnos), así como de las aves de corral. El importe de estas pérdidas asciende a US$ 6.398.864, según el PNUD. Los propietarios suelen tener el ganado atado cerca de los ríos, pues a la orilla está más fresco, pero, cuando pasó el huracán, la crecida de los ríos se llevó los animales antes que sus dueños pudieran desatarlos (recuérdese que el Georges siguió una trayectoria desacostumbrada y que no se difundió una alerta oficial).
Se prevé que el período intermedio de diciembre 1998 a abril 1999 será muy difícil porque habrá menos alimentos disponibles en varias regiones. Asimismo, la seguridad alimentaria individual correrá peligro durante un lapso de nueve meses a un año (según la USAID), porque las fuentes de proteínas (plátanos), que constituyen más del 40% de la ración diaria de calorías (frijoles, maíz, arroz) y que los haitianos están acostumbrados a comer, han sido parcialmente destruidas.
Al mismo tiempo, los pequeños agricultores estarán expuestos a la descapitalización: no podrán comprar semillas ni hacer cultivos de alto costo de producción, que deberán reemplazar con otros cultivos, o bien tendrán que reducir la superficie cultivada. Los problemas de escasez de fondos (menos entradas debido a la destrucción parcial de las cosechas, precio elevado de los insumos) los llevarán a endeudarse aún más.
También existe la posibilidad de que aparezcan epizootias, y de que se desplace una numerosa mano de obra a la República Dominicana (hacia el sudeste) si los campos no están listos para la labranza en la estación prevista: en ciertas zonas habrá que reparar primero los sistemas de riego. A este cuadro preocupante se suman la erosión del suelo y desforestación, que acentúan la vulnerabilidad del país, su precariedad económica y el delicado equilibrio sociopolítico actual.
El sector de la salud sufrió daños en las regiones más afectadas por el huracán Georges. Esas pérdidas y las necesidades resultantes de la catástrofe fueron evaluadas de la siguiente forma:
· directamente, in situ, por el personal local del MSPP y equipos multidisciplinarios del MSPP la OPS/OMS y el UNICEF durante el período del 25 de septiembre al 6 de octubre de 1998, en apoyo a las direcciones departamentales del MSPP;· indirectamente, con los datos recopilados por los departamentos sanitarios o las delegaciones departamentales y proporcionados por CASEC y las alcaldías.
Esos equipos recorrieron cuatro regiones: el oeste, el sudeste, el Artibonito y el norte. Comenzaron a trabajar 36 horas después del paso del huracán y ayudaron a los departamentos sanitarios a recopilar datos sobre las víctimas, los daños sufridos por los edificios, por la infraestructura y por el sector de saneamiento, el sistema de información sanitaria (SIS) y las enfermedades transmitidas por vectores. A partir de esas evaluaciones se señalaron las siguientes prioridades:
· Saneamiento ambiental y agua potable.· Control de vectores.
· Fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica después del huracán. Se calcula que el costo de la rehabilitación y los gastos en los dos primeros rubros ascenderán a US$ 414.497.500, y en el tercero, a US$ 514.497.500.
Además de estar comprendidas en programas de socorro inmediato y a más largo plazo, estas prioridades están incluidas en el programa de rehabilitación y reconstrucción propuesto por el gobierno a los donantes internacionales a través de la DPC.
Afortunadamente, los daños de
Georges en la infraestructura sanitaria de Haití fueron muy leves.
OPS/OMS, A. Waak
Impacto
La mayoría de los edificios del sector de la salud se salvaron del huracán Georges. Sufrió daños el hospital de Jacmel (sudeste) y los techos de chapa de dos dispensarios fueron arrancados por el viento en la zona de Nippes. El hospital de Jacmel estaba a la orilla de un río que se desbordó.
No se dispone de información sobre los daños sufridos por las estructuras de captación y evacuación de agua y por las letrinas. Los servicios nacionales de distribución de agua no funcionan bien desde hace años, ni en la capital ni en el interior. Es difícil realizar una evaluación porque estas estructuras son insuficientes y notoriamente inadecuadas.
Respuesta
Para hacer frente a la situación de emergencia, los comités formados en varias comunas con ese fin recurrieron a instituciones nacionales (Policía Nacional de Haití -PNH-, bomberos) o extranjeras (UNICEF) para organizar la distribución de agua potable en los días siguientes al huracán. Asimismo, hicieron una estimación de las tareas necesarias de reparación, mantenimiento y reemplazo de sistemas que no responden a las necesidades de la población ni a las normas sanitarias. Estos pedidos, acompañados de presupuestos, fueron encaminados al nivel central del MSPP. La OPS/OMS, en colaboración con el MSPP contrató a un ingeniero especializado en estructuras para reconstruir los edificios y seleccionar los sitios más apropiados para las obras.
Análisis
En muchos lugares, los edificios y la infraestructura de salud están arruinados, sin agua y electricidad, debido a la falta de reparaciones y financiamiento. Por su estado obsoleto son más vulnerables a las fuertes lluvias y las inundaciones, y más aún para resistir a un huracán. Estos problemas, que se extienden a todo Haití, no tienen solución fuera de una política nacional de rehabilitación física y distribución de estructuras sanitarias, que ya se ha iniciado con el apoyo de instituciones extranjeras.
La evaluación de las necesidades efectuada a raíz del paso del huracán Georges tiene la ventaja de ofrecer un cuadro actualizado de la situación y de los presupuestos departamentales para previsión social. Las decisiones y el seguimiento de su cumplimiento incumben al nivel central del MSPP.
Las dificultades existentes se agravaron con el paso del huracán. Se dispone de pocos medios y medidas para atender las necesidades de agua potable, salubridad de las viviendas y de los productos alimenticios, eliminación de desechos sólidos y de materias fecales. Por ende la población está expuesta a un gran riesgo de morbilidad.
La cobertura de los servicios de agua potable llega al 41% en las zonas rurales y al 48% en los núcleos urbanos, pero disminuyó entre 1990 y 1996 (Análisis de la situación sanitaria, OMS, 1998), y los sistemas de distribución son poco confiables y están mal administrados. Se está llevando a cabo un proyecto para recopilar datos con el apoyo de la OPS/OMS (Proyecto Wasam).
La cobertura de los servicios de
agua potable llega al 41% en zonas rurales y al 48% en los núcleos urbanos.
OPS/OMS, A. Waak
El servicio de recolección de desechos sólidos, a cargo de las alcaldías o los servicios pertinentes de TPTC y del MSPP es irregular, y los vehículos a menudo están averiados. Las viviendas, debido a su precariedad y a los materiales utilizados para construirlas (barro, ramas, cartón, chapas), presentan en ciertos lugares, y en particular en las zonas urbanas, una tasa de insalubridad elevada, y suelen levantarse en terrenos no aptos para la construcción.
Desde 1995, las medidas para mantener y mejorar la higiene ambiental se proponen extender la cobertura de los servicios de agua potable, proteger el ambiente y asegurar el funcionamiento de las estructuras sanitarias. Sin embargo, no se han tomado medidas concretas ni realizado preparativos para hacer frente a desastres, y, según el PNUD, se dispone de pocos materiales para el manejo de catástrofes.
Impacto
El huracán dejó a su paso más de 200.000 damnificados, destruyó 1178 viviendas y ocasionó daños a 2931 (informe de la DPC). Las construcciones dañadas en esta ocasión fueron las más precarias o las que se levantaban sobre terrenos en pendiente, en laderas de barrancos o en terrenos pantanosos cerca del mar. Debido a las inundaciones causadas por la crecida de los ríos, el agua, contaminada por el lodo, no era potable y aumentó el riesgo de enfermedades transmitidas por ese medio (diarreas), por materias fecales (fiebre tifoidea), por el aire (infecciones respiratorias agudas) o por contacto (dermatitis, conjuntivitis).
Respuesta
· Antes de la llegada del huracán ya se había movilizado al personal sobre el terreno y se habían alistado materiales para situaciones de emergencia, así como vehículos para transportarlo, gracias al MSPP la OPS/OMS, el UNICEF y las reuniones interinstitucionales (PNUD) que se venían realizando desde hacía dos meses para prever el papel de cada organismo y el momento más apropiado para su intervención.· El 25 de septiembre se difundieron mensajes y circulares (MSPP), en creóle y en francés, para recomendar a la población que usara cloro en el agua para beber, que almacenara agua y que consumiera alimentos salubres y bien preparados. Al mismo tiempo se anunció que se atendería gratis a las personas con enfermedades suscitadas por el huracán.
· Se instalaron albergues de emergencia en las escuelas e iglesias y se distribuyeron provisiones de urgencia (CÁRITAS, UNICEF OPS/OMS, MSPP). En estos refugios se instalaron letrinas provisionales.
· Se enviaron recipientes para almacenar agua, desinfectantes (cloro, jabón de lavar, HTH) y utensilios para medir y dosificar el cloro, equipo para limpiar las vías públicas y recoger la basura en escala departamental (Médicos Sin Fronteras -MSF- juntamente con OPS/OMS), a petición de los departamentos y según la lista de necesidades.
Después de atender los problemas más urgentes, deberán tomarse otras medidas tales como:
· distribución de material informativo sobre el agua y el saneamiento, para capacitar al personal sanitario de todos los niveles;· refuerzo de los equipos de laboratorio en lo que atañe a las enfermedades relacionadas con el agua contaminada y transmitidas por materias fecales (fiebre tifoidea, cólera), y la formación de personal de laboratorio;
· utilización del formulario de vigilancia epidemiológica, reforzada en los centros centinelas del SIS y en los situados en zonas de riesgo, para las enfermedades y los síntomas característicos de los períodos posteriores a huracanes;
· por último, se prevé rehabilitar el sistema de abastecimiento de agua potable (MSF-OPS/OMS) y las instituciones que se encargan del análisis bacteriológico del agua (CAMEP-SNEP).
Conclusiones
Las condiciones de higiene ambiental ya eran insuficientes antes del huracán, a pesar de las medidas tomadas anteriormente para alcanzar los objetivos establecidos en 1995, y de ciertos preparativos para desastres. Los recursos humanos y materiales para responder a las necesidades de la población fueron movilizados rápidamente y enviados a las principales ciudades. La distribución en el interior del país fue irregular, debido a las dificultades para el acceso y para conseguir medios de transporte y de comunicación, además de la falta de coordinación y planificación de las autoridades departamentales. Estos problemas de política interna, ligados a la debilidad institucional, se manifestaron también en los comités multisectoriales de manejo de situaciones de emergencia creados en varias comunas.
Hay una gran controversia sobre la forma en que se manejó la mayor reserva de agua del país, la presa de Peligre. La liberación súbita de un volumen de agua equivalente por lo menos al triple de lo normal contribuyó a inundar la llanura del Artibonito. La compañía Électricité d'Haití, que administra la represa, no tiene los mismos objetivos ni intereses que las autoridades responsables de la protección civil, y la falta de directivas para situaciones de emergencia es ciertamente una de las causas de este problema.
La evaluación cuantitativa de los productos y medicamentos necesarios fue incompleta en varios lugares, y hubo que aumentar la cantidad solicitada, tras el agotamiento de los materiales enviados como parte de los primeros auxilios. Cabe señalar, también, que las existencias iniciales de medicamentos, materiales y productos para desinfectar el agua eran insuficientes.
Por otro lado, ciertas estrategias que estaban a punto de ser incorporadas al programa de rehabilitación requieren una evaluación ulterior y una adaptación al contexto. Por ejemplo, la construcción de cisternas de hormigón para el agua es aconsejable únicamente en las zonas donde hay abundantes precipitaciones.
La lucha antivectorial y el seguimiento de las enfermedades endémicas en Haití (paludismo, dengue, filariasis y enfermedades transmitidas por roedores) forman parte de las estrategias nacionales de salud. La labor de seguimiento y vigilancia de las enfermedades transmitidas por vectores continúa, pero la lucha antivectorial se interrumpió en 1988 con el cierre del SNEM.
Se enseñó al personal sanitario a diagnosticar y tratar esas dolencias y se reforzaron los recursos de los laboratorios para realizar pruebas de detección, con el apoyo técnico de diversas instituciones internacionales. Sin embargo, no se conoce con exactitud la prevalencia de estas enfermedades, debido a la notificación incompleta de casos.
Impacto
Con las inundaciones que acompañaron y siguieron al huracán, proliferaron los criaderos y reservorios de larvas, así como la población de mosquitos, y por ende el riesgo de enfermedades transmitidas por vectores. No se observaron preparativos específicos antes del huracán, y en muchos departamentos se descubrió que varios materiales para desinfección no servían. Antes del estado de alerta se habían alistado insecticidas, aparatos de aspersión y fumigación, y vehículos para transportarlos.
Respuesta
· Envíos a las ciudades cabeceras de los departamentos sanitarios de gasoil, aceite usado, insecticidas (malatión), desinfectantes (creolina), formol y fumigantes, bombas de aspersión, bombas hidráulicas para secar los reservorios de agua estancada, a fin de eliminar los criaderos de larvas y la población de mosquitos (MSPP OPS/OMS y otras instituciones).· Envíos de medicamentos esenciales a las direcciones departamentales para la lucha contra las enfermedades trasmitidas por vectores.
· Desinfección de los centros de salud departamentales.
· Difusión de avisos por radio y con megáfonos (MSPP).
El huracán Georges agravó las ya
deficientes condiciones generales de salubridad. La población está expuesta a un
gran riesgo de morbilidad.
Fotografía: OPS/OMS
Se inició la capacitación de personal sanitario en lo que concierne a la desinfección, el tratamiento gratuito de enfermedades transmitidas por vectores, su vigilancia y la fumigación de criaderos de larvas residuales.
Conclusiones
El huracán no creó una situación nueva, sino que puso de manifiesto las deficiencias ya existentes. Igual que en el sector del saneamiento y del agua potable, se observan dificultades relacionadas con la falta de coordinación en los departamentos, así como problemas de política interna y debilidad institucional, además de evaluaciones incompletas que resultaron en el agotamiento de los materiales.
Hasta 1996 el sistema de información sanitaria nacional estaba fragmentado y permitía observar tendencias, pero no calcular con exactitud los indicadores de prevalencia o incidencia.
A partir de 1997 una iniciativa nacional (de varios ministerios) apoyada por instituciones nacionales (IHSI, IHE) e internacionales (OPS/OMS, USAID, Cooperación Francesa) llevó a la creación del Comité de Apoyo al Sistema de Información Sanitaria (CASIS), cuyos objetivos son recopilar información para tomar medidas en tres campos: estado de salud y factores determinantes, estadísticas de servicios, datos sobre los recursos.
En 1997 se reactivó el sistema de información sanitaria (vigilancia por centros centinelas y de rutina) y se inició la publicación de un boletín bimestral gratuito de información sanitaria.
Impacto
El paso del huracán y, sobre todo, las inundaciones forzaron el desplazamiento de sectores de la población y alteraron el medio ambiente, aumentando así los riesgos de enfermedades transmitidas por el agua y los animales muertos. El hacinamiento en los albergues de emergencia para damnificados (edificios públicos) acentúa el riesgo de enfermedades transmitidas por el aire (infecciones respiratorias agudas) y por contacto (dermatosis, conjuntivitis), así como de diarreas inespecíficas y gripe.
Respuesta
A estas contingencias respondieron instituciones que colaboran con la DPC (como la OPS/OMS, el IHE y el MSPP) pero que no dependen de su coordinación. Su tarea ya ha concluido, y las principales medidas adoptadas en previsión de las enfermedades que suelen aparecer tras un huracán pueden resumirse de la siguiente forma:
· implantación de un formulario de vigilancia de las enfermedades que pueden seguir a un huracán y de un manual de definición de los casos, que se distribuyeron en los nueve departamentos sanitarios;· propuesta de implantación de un sistema de vigilancia después del huracán, que incluye ese formulario y la capacitación adecuada del personal sanitario de los departamentos para llevar a cabo la actividad.
La vigilancia se realiza por medio de la red existente de centros centinelas, con la adición, de conformidad con la propuesta de un equipo multidisciplinario de evaluación (epidemiólogo e ingeniero o funcionario sanitario), de instituciones sanitarias de las zonas más afectadas: Oeste, Sudeste, Grand'Anse y Artibonito. Los datos mostrarán los síntomas asociados a enfermedades que suelen aparecer después de los huracanes y serán transmitidos al Instituto Haitiano de la Infancia (IHE), que se encargará de sintetizarlos y de difundirlos por medio del boletín de información sanitaria.
Por ahora, los datos recibidos por el IHE no indican la presencia de enfermedades comunes tras los huracanes; el aumento observado en los casos de enfermedades febriles podría ser normal para la estación del año.
A fin de hacer frente a las enfermedades declaradas, se prevé lo siguiente:
· apoyo a los laboratorios departamentales para el diagnóstico de paludismo y la exclusión del cólera;
· capacitación del personal en técnicas de laboratorio y compra de microscopios complementarios;
· reforzamiento de los medios de diagnóstico del Hospital de la Universidad del Estado de Haití.
Conclusión
La adecuación entre las necesidades, las estrategias y las medidas en ejecución nos parece correcta. La tarea de la DPC ha concluido, y en esta etapa la vigilancia epidemiológica ha sido confiada a entidades y recursos nacionales más especializados (IHE) que ya conocen la situación en ese campo y pueden establecer un plan de vigilancia posterior al huracán.
Sin embargo, cabe preguntarse qué ocurrirá con el control y el seguimiento de la ejecución del plan en los departamentos, donde ya hemos comprobado la existencia de fallas de coordinación y planificación, así como la falta de medios de transporte y comunicación que van a dificultar la presentación semanal de información.
La Dirección Nacional de Protección Civil se ocupó de la coordinación de todos los sectores nacionales e internacionales desde el comienzo del estado de alerta hasta la conclusión de las operaciones de emergencia.
· La DPC: desempeñó su función de coordinación de los sectores nacionales e internacionales y mostró un gran poder de convocatoria. A medida que iban transcurriendo las distintas etapas de la situación de emergencia, participó en la evaluación de las necesidades y preparó las estrategias de financiamiento dirigidas a los principales donantes para las etapas de rehabilitación y reconstrucción.· El PNUD: el representante del PNUD es el coordinador de todos los organismos de las Naciones Unidas, los consulados y las misiones extranjeras en materia de desastres. El 27 de septiembre llegó un equipo de UNDAC (equipos permanentes de las Naciones Unidas para evaluación y coordinación de situaciones de desastre), que colaboró con las autoridades nacionales en la administración de los suministros siguiendo los principios y las estrategias del programa SUMA (el sistema creado por la OPS para el manejo de los suministros en casos de desastre).
· Organizaciones internacionales: dependientes de las Naciones Unidas y con representaciones en el país (FAO, OPS/OMS, UNICEF, UNESCO, etc.), y otras que no pertenecen al sistema de las Naciones Unidas (por ejemplo, Médicos sin Fronteras, Ejército de Salvación).
· Los gobiernos extranjeros y sus embajadas.
· El gobierno de Haití y los organismos estatales.
· Empresas públicas y privadas del país: Téléco, ADIH, comercios, etcétera.
· Comunidades religiosas.
La Dirección Nacional de
Protección Civil desempeñó su función de coordinación de los sectores nacionales
e internacionales y mostró un gran poder de convocatoria.
OPS/OMS, A. Waak
Organización general a nivel nacional
La convocatoria y coordinación de todos los sectores durante las etapas de alerta y de emergencia (albergue y atención de los damnificados) estuvieron a cargo de la DPC, que también se ocupó de la labor de información (difusión de un boletín diario en colaboración con el Servicio Meteorológico Nacional), la protección de la población y la evacuación de gente de las zonas en riesgo.
Después de la etapa de emergencia, colaboró con distintos ministerios y una comisión interministerial en los expedientes técnicos de los proyectos de rehabilitación y reconstrucción. Se asignaron estrategias de financiamiento a estos proyectos en los siguientes campos prioritarios: infraestructura agrícola, producción agrícola, infraestructura vial, agua y saneamiento, infraestructura escolar.
Coordinación intrasectorial
La DPC contó con el apoyo de todos los sectores del Estado y sus dependencias. El presidente de la República delegó en la Secretaría de Estado para la Juventud y el Deporte la tarea de coordinación en caso de ausencia del Ministro del Interior.
Se procedió rápidamente a desbloquear y transferir fondos (incluso extrapresupuestarios) a los departamentos, lo que permitió dar una respuesta eficaz a la población. No obstante, hubo retrasos y largas esperas en algunas zonas del interior: más de una semana después del huracán estas zonas no habían recibido respuesta a sus pedidos. Los pedidos de ayuda dirigidos a donantes extranjeros estuvieron listos el 13 de octubre y fueron aprobados por el Consejo de Ministros.
La vigilancia epidemiológica de enfermedades fue encomendada a una institución nacional (IHE).
En algunas zonas del interior del
país la atención médica llegó más de una semana después del huracán.
Coordinación intersectorial
Se formaron numerosos comités de emergencia, integrados por iglesias, escuelas, comunidades religiosas y la población civil, para atender a los damnificados, distribuir agua potable y prestar primeros auxilios. Los comités comunales también desempeñaron ese papel y se encargaron de evacuar a los pobladores de las zonas más afectadas, con ayuda de la Policía Nacional, la Guardia Costera, los bomberos y los Cuerpos de Intervención y de Mantenimiento del Orden. Se observaron en algunos lugares pequeños problemas de coordinación y conflictos políticos en estos comités.
El sector privado, industrial y comercial, así como diversos grupos y asociaciones, mostraron su solidaridad con la población haciendo importantes contribuciones materiales o financieras.
Coordinación internacional
La coordinación de los organismos de las Naciones Unidas incumbe al PNUD y al organismo especial para casos de desastre (OCHA - Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios), por medio del representante en el país. Las acciones aplicadas conjuntamente con las autoridades nacionales se centraron en la utilización del sistema SUMA para el manejo de suministros en casos de desastre. Este sistema, creado por la OPS/OMS, permite a las autoridades administrar una gran cantidad de ayuda, informar a los donantes, inventariar te ayuda, clasificarla y determinar su adecuación a las necesidades. Pone en marcha un conjunto de mecanismos internos y externos para manejar los suministros con la máxima eficacia posible.
El 27 de septiembre llegó a Haití un equipo de UNDAC para colaborar en te asistencia. Se encargó, junto con la DPC, de coordinar las actividades de urgencia, proporcionar información sobre la coordinación interinstitucional y de difundirla (SITREP - Situation Report), e iniciar los preparativos para el período posterior al huracán con la distribución de un cuestionario para calcular las pérdidas en cada sector de la actividad nacional. El objetivo era presentar propuestas de financiamiento para la rehabilitación y la reconstrucción.
Durante el período de emergencia, cada organismo de las Naciones Unidas actué dentro de su campo de acción y de especialización, lo que permitió brindar una respuesta mejor y más específica. Podemos citar los siguientes ejemplos;
· La OPS/OMS se encargó de todo lo relacionado con la salud, el agua potable, el saneamiento y la vigilancia de las enfermedades que suelen aparecer después de los huracanes.· El UNICEF se ocupó de informar y educar a la población sobre higiene básica y prevención de los problemas de salud más importantes.
· La OIM se encargó de administrar la ayuda alimentaria y humanitaria.
· La USAID y la MIPONUH utilizaron sus medios de transporte aéreo y terrestre para efectuar reconocimientos y organizar el socorro con los medios más apropiados para el ámbito evaluado.
Durante la etapa de alerta la DPC y la OPS/OMS-MSPP tenían equipos listos para salir a distribuir materiales para situaciones de emergencia y agua potable. Estos equipos incluían también evaluadores, para determinar las necesidades sobre el terrena, preparar los pedidos de ayuda internacional y difundir información sanitaria a fin de evitar la propagación de enfermedades como secuelas del huracán.
Durante una semana, el trabajo de manejo del desastre sobre el terreno y de coordinación con el nivel central estuvo a cargo de varias instituciones nacionales e internacionales que colaboraron con gran armonía y eficiencia, cada una asumiendo tareas específicas. La MIPONUH, con la colaboración de gobiernos extranjeros (Estados Unidos), sobrevoló las zonas afectadas y distribuyó alimentos y agua en las zonas inaccesibles por tierra.
En Haití, el apoyo del sistema
SUMA permitió a las autoridades organizar la ayuda humanitaria y mejorar el
manejo y distribución de los suministros. (a)
Fotografía: OPS/OMS, J.L. Poncelet
En Haití, el apoyo del sistema
SUMA permitió a las autoridades organizar la ayuda humanitaria y mejorar el
manejo y distribución de los suministros. (b)
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
Tras el paso del huracán se inició la colaboración para el planeamiento y la capacitación, como parte de los programas de rehabilitación y reconstrucción, así como para el establecimiento de un plan nacional de manejo de desastres. La capacitación está orientada a las prioridades establecidas en los diferentes sectores: agua potable y saneamiento, control y vigilancia de enfermedades que siguen a los huracanes, educación e información para la salud.
Transporte y comunicaciones
Transporte
En cuanto al transporte, se obtuvo colaboración internacional para el reconocimiento del terreno, la evacuación de ciertas zonas y la evaluación de la saturación a fin de orientar la distribución de la ayuda alimentaria y humanitaria. Se usaron los helicópteros de la MIPONUH y dos aviones de la USAID para transportar alimentos y agua. Para el transporte por tierra se usaron vehículos de diversas dependencias estatales y de organizaciones internacionales que facilitaron sus choferes para las operaciones.
El Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones se encargó de despejar las vías públicas y las carreteras bloqueadas, así como de la limpieza de las calles de Puerto Príncipe, ayudando a la Cruz Roja de Haití y, en algunas ocasiones, a la PNH y CIMO.
Comunicaciones
La DPC fue la instancia nacional que se encargó de difundir un informe de la situación y un boletín informativo diario, con la colaboración del Servicio Meteorológico Nacional, según se mencionó antes. En cambio, hubo problemas con la difusión de información y consignas de seguridad en el interior del país debido a la falta de medios: en algunos lugares no había teléfonos; en otros, los teléfonos no funcionaban; los sistemas de radiocomunicaciones de la red de salud o de otras entidades estaban averiados y ni siquiera se disponía de suficientes megáfonos. La información difundida por la DPC era tranquilizadora y muy directa con respecto al peligro, la evolución de la situación y las medidas adoptadas.
La dirección general del MSPP emitió directivas claras acerca de la desinfección del agua para beber, la preparación de comidas y el aseo personal, así como sobre la salubridad de los alimentos, por medio de circulares dirigidas a los departamentos y el boletín de información sanitaria de octubre.
En el plano internacional, la difusión de información interinstitucional y su transmisión a la OPS/OMS incumbió a las Naciones Unidas, por medio del equipo de UNDAC. La información recibida se utilizó para redactar un documento sobre la capacidad de respuesta de las Naciones Unidas y, posteriormente, para extraer enseñanzas del desastre.
Las autoridades nacionales recibieron la colaboración de técnicos del gobierno del estado de Florida (EUA) para el establecimiento de un enlace meteorológico entre Miami y el aeropuerto de la capital haitiana. El enlace se estableció por teléfono celular, así como por radioteléfonos prestados para comunicaciones por satélite, que no requieren conectarse a la red eléctrica.
En el interior del país, la PNH puso sus instalaciones de radiocomunicaciones al servicio de la población y de ciertas ONG sobre el terreno o de radios comunitarias.
La falta de medios dificultó la
difusión de información y de condiciones de seguridad en el interior del
país.
Logística y administración
Se puede afirmar que, a nivel nacional, las distintas dependencias del Estado desempeñaron sus funciones en forma coordinada y eficaz. Los desembolsos de efectivo y las transferencias en los departamentos se efectuaron con rapidez, y sin exigir la tramitación de permisos suplementarios aunque a veces excedieran los límites autorizados.
El Ministerio de Asuntos Sociales y sus representantes en el interior del país, con la ayuda de los comités comunales, se ocuparon del albergue y la atención de los damnificados.
Los organismos de la cooperación francesa y la OPS/OMS liberaron fondos para el suministro y transporte de medicamentos esenciales en cantidad suficiente hasta las principales ciudades del interior. La red de distribución en el interior y en las cabeceras departamentales no resultó eficaz en todas partes: más de una semana después del huracán faltaban desinfectantes, medicamentos y víveres en varias zonas. Se puso en duda que ello se debiera a que no se encontraban estos productos en el mercado nacional: al parecer, lo que ocurrió fue que hubo fallas en la planificación y cálculo, así como en el seguimiento de los pedidos.
La PNH, la Téléco y otras entidades privadas, así como UNICEF facilitaron depósitos para el almacenaje de suministros. En el orden internacional, varias instituciones colaboraron en la distribución de alimentos y agua potable y facilitaron fondos de disponibilidad inmediata. La OPS/OMS pagó los viáticos del personal sanitario movilizado durante todo el período de emergencia.
La dirección de los preparativos para el periodo de rehabilitación (evaluación de las pérdidas y las necesidades) estuvo a cargo de UNDAC y las autoridades nacionales, con el fin de preparar cuanto antes un pedido que refleje las necesidades en la situación actual.
Conclusiones
La coordinación de la DPC y su poder de convocatoria de distintos sectores, tanto nacionales como internacionales, fueron notables durante las etapas de alerta y emergencia. Sin embargo, se notó cierta confusión al principio entre el PNUD y la DPC en lo que atañe al papel del equipo de UNDAC y las esperas o retrasos en el seguimiento de las operaciones en el interior del país.
El grado de coordinación y planificación en los departamentos fue insuficiente en muchos casos, y la administración de la ayuda humanitaria, los productos para desinfectar el agua y los materiales fue insuficiente, al parecer debido a problemas políticos internos y a la debilidad de las instituciones.
La participación de las comunidades por medio de los comités comunales para situaciones de emergencia fue satisfactoria, y hubo importantes expresiones de solidaridad.
La coordinación interinstitucional en el ámbito de las Naciones Unidas fue bien conducida por el equipo del PNUD y UNDAC. Respondió a las necesidades de atención de urgencia, transporte y logística con el cuidado constante de distribuir las tareas y alcanzar la máxima eficacia posible. La distribución de las distintas funciones entre los organismos internacionales fue incorporada al plan nacional de la DPC y se ciñó a los objetivos de las Naciones Unidas con respecto a las funciones internas y a su apoyo a las autoridades nacionales.
El apoyo técnico de la OPS/OMS y de distintos organismos extranjeros de cooperación en el plano de la logística y el transporte ayudó a responder en forma adecuada a las necesidades previstas localmente.
En vista de que no siempre había suficientes medicamentos esenciales, materiales y productos para desinfectar el agua, y que fue necesario solicitar una mayor cantidad, cabe suponer que ciertas evaluaciones no se realizaron (zonas inaccessibles) o se realizaron parcialmente (falta de capacitación para el trabajo, debilidad institucional o falta de seguimiento de los pedidos).
La especificidad de los materiales y productos solicitados en el sector de la salud correspondió a las necesidades locales (eficiencia de las adquisiciones) y da igualmente una idea de la situación que prevalecía antes del desastre. Se podría afirmar que esta evaluación, hecha justo después del huracán y en poco tiempo, contribuye a una evaluación más global del sector de la salud y pone de manifiesto tanto las deficiencias como los aspectos positivos que se podrían aprovechar (sobretodo la participación comunitaria).
Fue necesario complementar los depósitos de la central de compras de medicamentos del MSPP (PROMESS) con medicamentos financiados por la OPS/OMS y la cooperación francesa. Los productos y materiales para desinfección se agotaron y el reaprovisionamiento llevó tiempo, porque hubo que adquirirlos en el exterior cuando el mercado local parecía no responder a la demanda. Sin embargo, las estrategias y los recursos utilizados por los organismos de las Naciones Unidas fueron eficaces.
Las deficiencias en el transporte y las comunicaciones se notaron sobre todo en el interior, particularmente en las áreas rurales de las zonas afectadas, donde no se disponía de suficiente información ni de primeros auxilios varios días después del huracán. Estos problemas podrían atribuirse a la inaccesibilidad habitual de esas zonas, agravada por los daños causados por el huracán (carreteras bloqueadas por las inundaciones y por desmoronamientos y árboles caídos), pero es preciso reconocer que las instituciones no se hallaban equipadas para afrontar la situación. Los aparatos de comunicaciones en muchos casos no funcionaban (por negligencia, falta de electricidad para recargar las baterías o falta de medios económicos) y los medios de transporte eran insuficientes, estaban en malas condiciones o no servían para el estado en que se encontraban los caminos como consecuencia de las lluvias.
La DPC y el PNUD solicitaron asistencia internacional basándose en cálculos directos e indirectos de las pérdidas de los diversos sectores afectados por el huracán y de las necesidades inmediatas y a más largo plazo observadas en casos de desastre similares. Por eso es tan útil un sistema como SUMA, que permite prever las necesidades de urgencia de un país a partir de análisis de desastres anteriores que han afectado a poblaciones con características e indicadores similares y, por ende, comparar y elaborar modelos de necesidades, estrategias y acciones que puedan aplicarse en cualquier momento.
Se ha recibido también asistencia internacional para los programas de rehabilitación (uno a cuatro meses) y reconstrucción (seis a doce meses).
Los organismos de las Naciones Unidas se repartieron en sectores bien determinados a fin de evitar una distribución irregular -acumulación de excedentes innecesarios en ciertos lugares o, por lo contrario, falta de materiales- y de garantizar una mayor eficacia en su labor.
Las necesidades relacionadas con la salud, el agua potable, el saneamiento, la lucha antivectorial, el apoyo a la vigilancia y el control de las enfermedades que suelen seguir a los huracanes fueron confiadas a la OPS/OMS, que proporcionó apoyo técnico, financiero y logístico y capacitó personal, y al UNICEF en lo que atañe a la información y educación sanitaria, conjuntamente con el MSPP La OPS/OMS financió medicamentos y materiales de saneamiento para reforzar las existencias (US$ 60.000), así como insecticidas y equipo para la lucha antivectorial (US$ 300.000).
Se recibió ayuda humanitaria y alimentaria de varios gobiernos extranjeros (Japón, Canadá, Taiwán, Suiza) y de organizaciones internacionales por medio del gobierno, de ONG locales y de comunidades religiosas. A pedido de la DPC, en algunos casos se trasladaron equipos técnicos (médicos) para proporcionar apoyo técnico en las zonas más afectadas. Las sumas recibidas con este fin se aproximan a los US$ 2 millones.
Las prioridades establecidas por la DPC y la comisión interministerial (véase la sección Coordinación del socorro apartado Organización general) determinaron la orientación de la ayuda internacional y su distribución entre los distintos sectores.
· Infraestructura y caminos: evaluación del hospital de Jacmel, rehabilitación de la carretera de Jacmel y de escuelas, microproyectos integrados en las zonas más afectadas. Estos proyectos han sido encomendados al BID, el Banco Mundial, la UE y la UNESCO, y recibirán apoyo técnico de la OPS/OMS.· Salud: reconstrucción de sistemas de drenaje, captación de agua potable y saneamiento, vigilancia epidemiológica de las enfermedades que suelen seguir a los huracanes, lucha antivectorial. El apoyo financiero y técnico será confiado a la OPS/OMS, la UE, el BID, el Banco Mundial y la cooperación francesa.
· Agricultura: restablecimiento del potencial productivo, sobre todo de los cultivos alimentarios y en las regiones definidas como prioritarias (Noroeste, Sur, Artibonito); facilidades para comprar semillas, maíz, sorgo, frijoles, plátanos, arroz; rehabilitación de sistemas de riego; medidas relativas a la salubridad de los alimentos. Las principales organizaciones que proporcionan apoyo financiero y técnico son la FAO, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Banco Mundial.
· Plan nacional de preparativos para casos de desastre: la DPC ya cuenta con documentos de trabajo (Anexo 1) sobre su estructura orgánica futura y la distribución de tareas según los cargos y en todos los niveles. La asistencia será de índole financiera y técnica. UNDAC deberá evaluar la demanda y comunicarla a la OPS/OMS. La Unión Europea prevé efectuar contribuciones financieras y de materiales, en tanto que la OPS/OMS se ocupará de la capacitación del personal, tarea para la que la DPC ya ha señalado temas específicos (puestos de mando, albergues para damnificados, simulacros de situaciones de emergencia y respuesta).
El huracán Georges puso de
manifiesto los aspectos positivos y las deficiencias de los recursos nacionales
e internacionales en la capacidad de respuesta a un desastre.
Fotografía: OPS/OMS, A. Waak
Según los últimos documentos del PNUD, la ayuda propuesta para la rehabilitación y reconstrucción asciende a US$ 84,4 millones; la asistencia para el plan nacional de preparativos para casos de desastre, a US$ 610.000. El sector de la salud recibirá US$ 760.000 para la etapa de rehabilitación (de uno a cuatro meses) y una suma igual para la etapa de reconstrucción (de seis meses a dos años).
Los sectores en los cuales se recibirá asistencia internacional corresponden a las necesidades y prioridades definidas por las instancias gubernamentales y los organismos internacionales. Tal vez se necesiten algunos ajustes, teniendo en cuenta las evaluaciones que se realicen posteriormente y la situación económica y social del país durante el período de rehabilitación posterior al huracán, que durará varios meses.
El huracán Georges puso de manifiesto los aspectos positivos y las deficiencias de los recursos nacionales e internacionales en cuanto a su capacidad de respuesta en casos de desastre. De esta experiencia se pueden extraer enseñanzas útiles para los preparativos necesarios para afrontar tales situaciones.
Aspectos positivos
· La coordinación eficaz por parte de la DPC, que es un organismo nacional, de todos los sectores, tanto nacionales como internacionales. Cabe destacar también su gran poder de convocatoria.· La buena colaboración interinstitucional y la respuesta adaptada a las necesidades señaladas.
· La respuesta rápida de todos los sectores a los pedidos de urgencia (ayuda humanitaria), el acceso a fuentes de fondos y su eficacia.
· La información diaria de la DPC y el Servicio Meteorológico Nacional, así como la información interna de los organismos de las Naciones Unidas.
· La participación activa de los vecindarios en todas las operaciones.
· La buena relación entre el MSPP y la OPS/OMS.
· La organización logística y técnica de la OPS/OMS, su seguimiento con los donantes y en relación con la ejecución del plan de socorro y el apoyo de su Programa de Preparativos para Desastres.
· La vigilancia epidemiológica de las enfermedades luego del huracán.
Deficiencias
· Instituciones del Estado: fallas en la planificación, la gestión y el seguimiento de las actividades y en la coordinación en los departamentos del país. En este sentido, la duplicación de ciertos organismos con funciones parecidas o idénticas causa confusión y disminuye la eficacia de la acción (OPDES, unidad de respuesta a desastres del MSPP, DPC). Ciertos servicios no funcionan, no tienen siempre la misma orientación y no trabajan directamente con otros servicios conexos (la unidad de epidemiología del MSPP no tiene una relación estrecha con la unidad de estadísticas, a pesar de que es muy necesaria la colaboración entre ambas).· La administración de la presa de Péligre.
· Los problemas políticos internos en los puestos de mando de los departamentos, en particular porque menoscabaron la eficacia de la acción y la calidad del servicio a la población.
· La confusión entre la DPC y el PNUD con respecto al papel de UNDAC.
· La falta de capacitación en ciertos sectores nacionales: puestos de mando, albergues temporarios, planificación y manejo de desastres, determinación de las necesidades, saneamiento, agua potable, lucha antivectorial, comunicaciones, logística, epidemiología en el nivel departamental.
· La escasez o ausencia de medios en ciertos rubros: medicamentos, saneamiento, agua potable, lucha antivectorial, manejo de desechos, transporte y comunicaciones, logística y administración.
Recomendaciones
1. Fortalecer las instituciones nacionales
· Afianzar la autoridad y competencia de la DPC en materia de manejo de desastres. La puesta en práctica de un plan nacional de preparativos para casos de desastre responde en parte a esta preocupación. Será necesario que la DPC determine la utilidad, la eficacia y la eficiencia de cada componente de su estructura orgánica.· Las instituciones sanitarias dependientes de los departamentos será necesario apoyarlos en materia de planificación, gestión y seguimiento de las actividades, así como en la evaluación preliminar de las necesidades.
· En el plano de los componentes multisectoriales departamentales que se encargan de la respuesta a los desastres definir las tareas y funciones de cada uno.
· Apoyo a CAMEP y SNEP para el análisis bacteriológico del agua para consumo humano.
· Apoyo a HUEH para reforzar el laboratorio y la unidad de mantenimiento biomédico.
2. Poner en práctica un plan nacional de preparativos para casos de desastre
Ha de formularse en colaboración con el PNUD, aprovechando la experiencia adquirida tanto en Haití como en otros países vecinos afectados por el mismo huracán (Puerto Rico, República Dominicana) o por otros (el Mitch, en América Central). Habrá que tener en cuenta la especificidad de cada organismo de las Naciones Unidas y los recursos locales y regionales en cada rubro, y se deberá establecer una guía de procedimientos.
3. Definir la política interna de las instituciones gubernamentales
Esta tarea incumbe al Estado, que debe supervisar la actuación de los mandos centrales y definir estrategias y medios para que se los respete, a fin de proteger a la población y responder a las necesidades del estado de emergencia originado por desastres (disponibilidad de ayuda humanitaria, de servicios de salud y de otros servicios conexos).
4. Determinar las necesidades en materia de capacitación, información y educación sanitaria del personal y de la población en general
Los campos en los cuales es necesario capacitar al personal de salud son los siguientes:
· planificación y administración de existencias (medicamentos esenciales, y materiales);· manejo de casos de urgencia médica;
· simulacro de situaciones de emergencia;
· logística y preparativos para situaciones de emergencia;
· saneamiento y agua potable (captación de agua potable, letrinas), lucha antivectorial;
· vigilancia de las enfermedades que suelen aparecer después de los huracanes, diagnóstico y pruebas de laboratorio apropiadas;
· mantenimiento del equipo de lucha antivectorial, de radiocomunicaciones y de diagnóstico (biomédico).
Para estos rubros se prevé recibir apoyo técnico de la OPS/OMS,
de la cooperación francesa, el gobierno de Cuba y otras fuentes. Los temas
señalados para la información y educación sanitaria son los
siguientes:
· agua potable (para beber y para cocinar; almacenamiento),
· recolección y manejo de desechos,
· higiene personal,
· salubridad de los alimentos,
· prevención de enfermedades transmitidas por agua contaminada y por vectores,
· medidas comunitarias de urgencia en casos de desastre.
5. Formular estrategias para las comunicaciones en las zonas aisladas o de difícil acceso
6. Rehabilitar o reconstruir las estructuras y la infraestructura afectadas por el huracán
La OPS/OMS envió un ingeniero especializado en estructuras para rehabilitar el hospital de Jacmel, que también evaluará el tipo de construcciones sanitarias apropiado para el contexto y para una zona azotada regularmente por huracanes.
7. Examinar las estrategias y los medios de transporte
Es necesario examinar las estrategias y los medios de transporte para la evaluación de la situación, la evacuación y la distribución de ayuda humanitaria en casos de urgencia, así como el transporte de rutina relacionado con el funcionamiento de los servicios de salud y de urgencia. La DPC necesitará por lo menos un helicóptero para desempeñar esta función, ya que en Haití no se puede llegar por tierra a todas partes y en cualquier estación del año.
ANEXO 1
Secretaría Permanente de Manejo de Desastres,
1997
Comité Departamental de Prevención y Manejo de Desastres
Proyecto de organigrama
ANEXO 2
Cuestionario para evaluar los daños ocasionados por el huracán Georges
Encuestador:
Fecha:
Localidad:
A. Preguntas para los notables de la localidad (sacerdotes, maestros, oficiantes del vudú, técnicos agrícolas, personal de salud, autoridades locales) sobre la magnitud de los daños
1. Porcentaje de casas destruidas en la localidad | |||||
|
a) Ninguna |
b) 25% |
c) 50% |
d) 75% |
e) 100% |
2. Porcentaje de casas dañadas en la localidad | |||||
|
a) Ninguna |
b) 25% |
c) 50% |
d) 75% |
e) 100% |
3. Porcentaje de carreteras y puentes dañados por el huracán | |||||
|
a) Ninguno |
b) 25% |
c) 50% |
d) 75% |
e) 100% |
3a. ¿De qué forma afectarán estos daños a la agricultura local? | |||||
4. Instalaciones de almacenamiento o procesamiento de productos agrícolas destruidas por el huracán | |||||
|
a) Ninguna |
b) 25% |
c) 50% |
d) 75% |
e) 100% |
5. Canales de riego y de drenaje dañados por el huracán |
|||||
|
a) Ninguno |
b) 25% |
c) 50% |
d) 75% |
e) 100% |
6. Áreas de secado (explanadas) dañadas por el huracán |
|||||
|
a) Ninguna |
b) 25% |
c) 50% |
d) 75% |
e) 100% |
7. Tomas de agua dañadas por el huracán | |||||
|
a) Ninguna |
b) 25% |
c) 50% |
d) 75% |
e) 100% |
8. Calcule el porcentaje de las pérdidas ganaderas en la localidad. |
Especie |
Pérdidas (porcentaje) | ||||
|
Ninguna |
25% |
50% |
75% |
100% |
Bovinos | |
| | | |
Caprinos | |
| | | |
Aves | | | | | |
Carneros | |
| | | |
9. Calcule el porcentaje de las pérdidas agrícolas en la localidad.
Cultivo |
Pérdidas (porcentaje) | ||||
|
Ninguna |
25% |
50% |
75% |
100% |
Bananas | |
| | | |
Sorgo | | | | | |
Frijoles | |
| | | |
Maíz | | | | | |
Arroz | | | | | |
| | | | | |
10. ¿Ha observado una disminución o un aumento de los precios de los alimentos producidos o consumidos después del huracán?
Cultivo |
Precio habitual en gourdes/unidad |
Precio después del huracán en gourdes/unidad |
Bananas | |
|
Sorgo | | |
Frijoles | |
|
Maíz | | |
Arroz | | |
| | |
B. Preguntas para las familias de la localidad (se pueden hacer preguntas que no se refieran directamente a la familia encuestada)
11. ¿Perdieron ustedes ganado debido al huracán? En caso afirmativo, calcule el importe de las pérdidas.
Especie |
Pérdidas (cantidad) | |
|
Cantidad que tenía |
Cantidad que perdió |
Bovinos | |
|
Caprinos | |
|
Aves | | |
Carneros | |
|
| | |
12. ¿Le dañó la huerta el huracán? En caso afirmativo, calcule el importe de las pérdidas.
Cultivo |
Pérdidas (porcentaje) | ||||
|
Ninguna |
25% |
50% |
75% |
100% |
Bananas | |
| | | |
Sorgo | | | | | |
Frijoles | |
| | | |
Maíz | | | | | |
Arroz | | | | | |
| | | | | |
13. ¿Ha observado una disminución o un aumento de los precios de los alimentos producidos o consumidos después del huracán?
Cultivo |
Precio habitual en gourdes/unidad |
Precio después del huracán en gourdes/unidad |
Bananas | |
|
Sorgo | | |
Frijoles | |
|
Maíz | | |
Arroz | | |
| | |
ANEXO 3
La vigilancia después del huracán
Distribución de nuevos Centros Centinelas por departamento y comuna, octubre de 1998
DEPARTAMENTO |
COMUNA |
INSTITUCIONES |
OESTE |
Puerto Príncipe |
|
|
Léogane | |
|
Grand-Gonâve |
|
|
Fonds-Verretes |
|
|
Croix-des-Bouquets |
|
| | |
ARTIBONITO |
| |
| |
|
| | |
|
| |
SUDESTE |
| |
| |
|
| | |
GRAND'ANSE |
| |
| |
|
| | |
|
| |
| |
|
TOTAL |
| |
Propuesta de establecimiento de un sistema de vigilancia tras el huracán Georges, octubre de 1998.
ANEXO 4
Ministerio de Salud Pública y Población
(MSPP)
Vigilancia de las enfermedades después del
huracán
Formulario para la Recopilación de Datos
Departamento: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Comuna: _ _ _ _ _ _ _ _ _
_ _
Dirección Completa: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
_
Nombre de la Institución: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
_
Semana del _ _ _ _ _ _ _ _ al _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
Rubro |
Lunes |
Martes |
Miérco |
Jueves |
Viernes |
Sábado |
Domingo |
Total |
Total de consultas |
| | |
| | |
| |
Casos de lesiones |
| | |
| | |
| |
Casos de fiebre |
| | |
| | |
| |
Casos de infecciones respiratorias agudas (IRA) | | | | | | | | |
Casos de diarrea |
| | |
| | |
| |
Casos de sarcoptidosis | | | | | | | | |
Casos de carbunco |
| | |
| | |
| |
Casos de ictericia febril | | | | | | | | |
Nombre del responsable de la institución _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
_ _ _ _ _
Firma del responsable _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
__ _ _
Compare la cantidad de casos con la del mes precedente y los días precedentes. Tome medidas si es necesario. Si necesita ayuda, llame a la dirección de la comuna o del departamento.
El responsable o el servicio de estadísticas debe llenar esta planilla diariamente y enviarla al final de la semana a la dirección del departamento o la comuna, según corresponda.
Definiciones de los casos
Carbunco: Escara negruzca coronada por vesículas y rodeada de un edema inflamatorio considerable, acompañada de adenopatías y apatía, sin supuración.
Diarrea: Dos o más deposiciones líquidas en un período de 24 horas, con o sin deshidrataron, y sin otros trastornos conexos.
Fiebre: Todo aumento en la temperatura corporal que la eleve por sobre los 37,5 grados Celsius.
Lesión: Toda herida, con o sin fractura, sufrida durante el huracán o como consecuencia directa de él.
Ictericia febril: Coloración amarillenta de la piel o de la conjuntiva, combinada con fiebre.
Infecciones respiratorias agudas (IRA): Entidad clínica que designa los siguientes trastornos respiratorios: síndrome gripal, amigdalitis, faringitis, otitis, asma y neumonía.
Sarcoptidosis o escabiosis (sarna): Parasitosis transmisible de la piel causada por el ácaro Sarcoptes scabiei; se manifiesta por un prurito intenso, especialmente en los pliegues del cuerpo.
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