El uso y destino de la asistencia a la población afectada por los desastres es un tópico que suele despertar la desconfianza de la opinión pública e incluso en los donantes internacionales que han contribuido con sus recursos. Experiencias diversas de mal manejo de dicha asistencia generan una predisposición, aunque muchas veces esta desconfianza se origina más bien en la falta de información respecto al destino final de la asistencia.
Por esa razón, nuestras organizaciones deben adoptar una actitud de transparencia en el manejo de suministros y mayormente cuando hemos acudido a la solidaridad (nacional e internacional) para complementar los recursos requeridos, lo cual convierte además a estas provisiones en bienes públicos.
La transparencia implica prever mecanismos que permitan la verificación del manejo de las provisiones en cualquiera de sus etapas, así como mantener informados a los colaboradores respecto al resultado de su ayuda. La transparencia es el mejor camino para mantener la confianza y abrir puertas para obtener los recursos necesarios para extender nuestras acciones.
La información sobre la administración de los suministros debe divulgarse desde el inicio mismo de la emergencia, cuando se hace la evaluación de necesidades y desde el momento en que se solicita cooperación nacional e internacional. En el transcurso de la atención se emiten informes parciales acerca de los suministros con los que se cuenta y los que se requieren. Divulgar informes tempranamente evita los rumores sobre negligencia.
Además de la difusión masiva por los medios de comunicación, es sumamente importante pensar en la información que se comparte directamente en el terreno de las operaciones con los diferentes interesados. En esto, los responsables del manejo de suministros deben mantener una buena disposición de informar verbal o por escrito, a las organizaciones locales, a la población afectada y a otros actores involucrados.
Reportes a los donantes
Los donantes que apoyan las actividades humanitarias, sean estos gobiernos, grandes compañías, organizaciones internacionales o individuos, necesitan y quieren estar informados acerca del uso final que se ha dado a los recursos que han aportado, si estos han sido utilizados adecuadamente y si su contribución ha sido útil.
Por su parte, las organizaciones humanitarias necesitan seguir contando con donantes activos para cubrir las necesidades de asistencia en las operaciones que emprenden y garantizarse este apoyo igualmente para futuras intervenciones.
Por lo tanto, se debe generar un sistema confiable de manejo de recursos que pueda demostrar claramente como ha sido conducida esta asistencia y cual ha sido el destino de las donaciones. De esta manera resulta obligatorio mantener informado a los donantes sobre el uso de los recursos.
En primera instancia es importante confirmar al donante cuando se ha recibido su contribución, sea esta en efectivo o especie. Las vías para esta notificación son diversas y dependen entre otras cosas, del tipo de donante y su localización. Por ejemplo:
Notificación local a los representantes del donante en el país, ya sea embajadas, oficinas de las organizaciones, sucursales de empresas, etc.
Notificación directa al donante cuando sea posible establecer contacto con este.
Información pública: la mayoría de las donaciones provienen de la población y de pequeños donadores, que podrían no ser identificados. Por eso, se debe utilizar los medios de comunicación para agradecer de manera general a quienes contribuyen y ofrecer cifras aproximadas de las contribuciones recibidas y de las actividades de distribución en curso. Las organizaciones que cuentan con medios electrónicos tales como sitio web, podrían utilizarlos para publicar sus informes de recepción y distribución de donaciones.
Información a la opinión pública
La información al gran público puede servir para llenar las necesidades más diversas, desde la generación de una actitud determinada en la población, hasta aplacar tensiones y presiones producto del desconocimiento sobre las acciones de asistencia que se llevan a cabo.
Por ejemplo:
Informar a la población en general sobre los tipos de suministros requeridos, los que no se requieren y se desaconsejan, los sitios habilitados para realizar su donación, etc. Esto puede ayudar a orientar a los posibles donantes locales y a limitar la entrega de donaciones inapropiadas e indeseables.
Informar a la población afectada sobre las necesidades que se cubrirán; formas, sitios, fechas y responsables de la distribución, etc. de manera que la población beneficiaria sepa cómo tener acceso a la asistencia.
Informar a la población sobre los tipos y cantidades de suministros recibidas y distribuidas, así como las acciones emprendidas, los resultados obtenidos y las dificultades que se enfrentan. De esta manera se puede apelar a la comprensión de la opinión pública respecto a los casos en que las complicaciones de tipo logístico dificulten las tareas de asistencia.
Los informes deben ser resumidos pero lo más completos posible y se debe seleccionar los medios informativos con mayor posibilidad de difundir estos informes, aprovechando la existencia de medios de comunicación presentes en la zona de las operaciones.
Relación con la prensa
La prensa suele jugar un papel de fiscalización y denuncia; normalmente ejercerá presión sobre las organizaciones, señalando principalmente las fallas del sistema más que los logros de la asistencia. Pero esa tendencia se puede revertir adoptando una actitud de comunicación efectiva con los medios de prensa, y más aún utilizarlos para generar nuestra propia información y comunicados. Igualmente los medios de comunicación colectiva son una de las herramientas más eficaces que podemos utilizar para orientar a los donantes sobre las necesidades reales y la importancia de abstenerse a las donaciones no solicitadas.
El responsable de la administración de los suministros no deberá esperar a que los medios informativos soliciten informes. Más bien, debe definirse con anterioridad el contenido, la forma como se presentarán los informes (comunicados, conferencias de prensa, entrevistas), la periodicidad, los medios que son prioritarios, los voceros oficiales, entre otros aspectos para que la iniciativa y la conducción informativa esté en manos nuestras y no de los periodistas.
Lo recomendable es que la información a la prensa o cualquier otro interesado, se entregue por escrito y debidamente verificada. Pueden ser informes generales, del total de la zona o región afectada, con un detalle por comunidades o por áreas; en el nivel local pueden entregarse informes con el detalle del área.
Finalmente, no hay que considerar las tareas de información como una carga indeseable, sino más bien como un instrumento que puede eventualmente beneficiar y facilitar las labores de asistencia. Por esa razón no hay que escatimar esfuerzos en mantener informados a los donantes, a la prensa y a la opinión pública para que estos actores sean nuestros mejores aliados gracias a la voluntad de transparencia.
|
Programa de Preparativos para Situaciones de Emergencia y
Coordinación del Socorro en Casos de Desastre |
![]() |