cerrar esta libroDesastres Preparativos y Mitigación - Boletín No. 37 - Enero, 1989 (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1989, 8 p.)
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El Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales

¿Qué les espera a América Latina y al Caribe?

En el plano nacional, ¿será la Década un ejercicio inútil o constituirá el impulso que necesitan los países para reducir las pérdidas causadas por los desastres naturales?

En 1987, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó al periodo de los años 90 como el Decenio Internacional de la Reducción de los Desastres Naturales. ¿Qué significa esto para la población de las Américas que afronta constantemente la amenaza de desastres como erupciones volcánicas, terremotos, huracanes e inundaciones? ¿Qué impacto tendrá el Decenio en los programas incipientes de preparativos para situaciones de desastre en el sector de salud de América Latina y del Caribe?

El objetivo del Decenio es reducir la pérdida de vidas, el daño a la propiedad y la perturbación social y económica causada por los desastres naturales sobre todo en los países en desarrollo. sus metas específicas incluyen:

· mejora de la capacidad de los países para mitigar los efectos de los desastres naturales; establecimiento de pautas apropiadas para poner en práctica los conocimientos adquiridos;

· fomento de los esfuerzos en los campos de la ciencia y la ingeniería para llenar las lagunas de información existentes;

· difusión de la información recién acopiada y ya existente sobre evaluación, pronóstico, prevención y mitigación;

· realización y evaluación de programas de asistencia técnica, transferencia de tecnología y adiestramiento.

Después de definir bien las metas, cabe puntualizar las actividades y prioridades programáticas propiamente dichas. Estas serán el criterio empleado para determinar el beneficio potencial del Decenio para los grupos vulnerables de los países en desarrollo. La Secretaria de las Naciones Unidas ha establecido un comité de expertos que trabaja actualmente en su formulación. Los informes preliminares indican que se podría prestar atención al desarrollo de tecnología compleja y a las investigaciones básicas sobre geología, inversiones de importancia crítica a largo plazo. Sin embargo, a corto y mediano plazos también será preciso aplicar mejor los conocimientos y la tecnología existentes.

En el Decenio Internacional de la Reducción de los Desastres Naturales se abordarán indudablemente los campos prioritarios que son motivo de preocupación para las autoridades encargadas de los preparativos y la prevención de situaciones de desastre en América Latina y el Caribe. Estos campos incluyen:

· Mayor conscientización en los planos individual, comunitario y político respecto de la importancia de los desastres naturales y del enorme beneficio potencial de las medidas de reducción y de la necesidad de mejorar el plan de estudios de los planteles educativos, iniciar campañas de amplio alcance en los medios de información pública y conseguir el sólido apoyo de los más altos rangos políticos. Quienes están encargados de las actividades tendientes a reducir los desastres naturales en la región acentúan estas prioridades una y otra vez.

· Mayor difusión de los conocimientos científicos adquiridos a medida que se amplía la brecha entre los nuevos adelantos en el campo de la ciencia y su uso y divulgación en los sectores populares de los países en desarrollo. Es indudable que debemos aprender más sobre la forma en que soportan la tensión las estructuras de las edificaciones modernas pero no hay que perder de vista la tarea más difícil de lograr la aceptación universal y aplicación práctica de los principios básicos del diseño antisísmico. Esta tecnología ha existido por muchos años pero no se ha empleado sistemáticamente ni en viviendas particulares ni en establecimientos públicos como hospitales y centros de salud. Una medida indispensable para garantizar el reconocimiento general de esta necesidad podría ser la inclusión o el fortalecimiento progresivo de este tema en el plan de estudios profesionales seguido por ingenieros, arquitectos, etc.

· Fortalecimiento institucional: por muchos decenios, el público, las altas autoridades y la comunidad científica han dejado de asignar suficiente importancia a la reducción del impacto de los desastres naturales. A menudo se ha considerado que este campo profesional es de dudoso valor científico. En consecuencia, se han ofrecido pocos incentivos y oportunidades para asegurar el futuro de funcionarios e investigadores públicos competentes y que prometen. Aunque en los años 80 han ocurrido cambios trascendentales, todavía nos queda un largo camino por recorrer para poder asignar a este campo de estudio la importancia y la credibilidad que merece.

Volviendo a la pregunta inicial de lo que le espera en el Decenio a América Latina y al Caribe, la óptima utilización de la oportunidad que presenta aquél queda a criterio de cada país. Esta iniciativa, patrocinada en un principio por el Japón y Marruecos, proporciona solo un marco general para que cada nación despliegue esfuerzos coordinados. El Decenio no debe considerarse como un fin en sí, sino más bien como un poderoso instrumento de uso colectivo y una oportunidad para que cada país utilice sus propios recursos humanos y materiales en busca del objetivo común de reducir el impacto que para la población tienen los desastres naturales. Los recursos internacionales solo complementarán los esfuerzos desplegados en la esfera nacional.

Para lograr este objetivo, todos los países propensos a desastres en la región deben participar activamente en el proceso de consulta anterior al anuncio final del Decenio Internacional. Los países pueden participar sobre todo estableciendo un comité nacional para el Decenio, que ayudará a reducir los desastres solo si representa un esfuerzo conjunto de las instituciones públicas y privadas, con apoyo de la comunidad científica y académica, y si fomenta un diálogo continuo entre los Ministerios de Relaciones Exteriores, de Salud y de Planificación, la Defensa Civil, las universidades, las organizaciones no gubernamentales y otros sectores nacionales interesados en la reducción de los desastres naturales. A ese comité compete asegurarse de que se dé plena consideración a las preocupaciones y prioridades de salud nacionales en los programas realizados durante el Decenio.

El advenimiento del Decenio Internacional de la Reducción de los Desastres Naturales ofrece grandes posibilidades de apoyo técnico, político y nacional para realizar actividades de preparación y prevención de mayor envergadura en los países de la región. Cada país tiene la responsabilidad fundamental de decidir si el Decenio será un ejercicio inútil en el plano nacional o si, por el contrario, constituirá el impulso que necesita para consolidar de manera enérgica sus esfuerzos para reducir las pérdidas humanas y materiales que causan los desastres naturales innecesariamente.


Las actividades cumplidas y las prioridades programáticas establecidas durante el Decenio serán el criterio empleado para determinar su impacto en los grupos vulnerables de América Latina y del Caribe. Foto: Carlos Gaggero/PAHO

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