Esta nota fue preparada por el Dr. Mário Fernandes, Jefe de la Oficina de Salud Animal de la OPS.
Al establecer planes de preparativos y socorro para desastres y otras situaciones de emergencia, los países deben utilizar todos los recursos a su alcance, entre los que figuran la infraestructura y el personal de medicina veterinaria. Los servicios nacionales de esta especialidad suelen poseer los conocimientos y el equipo básico necesarios para medicina preventiva, salud pública e incluso atención médica. Aunque esos medios se utilizan para salud animal en circunstancias normales, pueden servir para atender necesidades humanas en caso de desastre natural u otra situación de emergencia. Conviene, por tanto, que se incluyan los servicios nacionales de veterinaria a todos los niveles de preparativos en caso de desastres.
La mayor parte de los países de América Latina y el Caribe tienen una sección de salud pública veterinaria en el Ministerio de Salud, que actúa como punto focal para coordinar y catalizar las actividades relacionadas con la salud humana y animal. Las actividades más patentes de ese tipo son la lucha contra la zoonosis y la protección de los alimentos de origen animal. Aunque los servicios de veterinaria de los ministerios de agricultura tienen intereses en este sector, en general las actividades correspondientes no ocupan un lugar destacado en su orden de prioridad. La sección de salud pública veterinaria tiene una función de enlace entre los sectores de salud y agricultura. Su función primordial es organizar los recursos de salud animal que pueden ser necesarios para la protección y el mejoramiento de la salud humana. En realidad, este es, a la postre, el objetivo de todas las actividades de salud animal.
La Asociación Médica Americana ha indicado funciones específicas para los veterinarios en el Informe Resumido sobre Atención Médica de Urgencia, de 1959. En muchas situaciones de desastre se han utilizado con eficacia los servicios nacionales de veterinaria (generalmente del Ministerio de Agricultura), la sección de salud pública veterinaria (generalmente del Ministerio de Salud) y los veterinarios profesionales en general. Entre las diversas actividades que han desplegado pueden citarse la asistencia en la lucha contra las enfermedades transmisibles, la protección de los alimentos y del abastecimiento de agua, y, en ocasiones, la ayuda en la atención médica y quirúrgica a heridos.
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El ejemplo de Jamaica
Varios países de las Américas disponen de planes de vigilancia epidemiológica y movilización de emergencia, para controlar y erradicar enfermedades de los animales, en caso de que éstas fueran introducidas en el territorio nacional. Jamaica dentro de su sistema, por ejemplo, contempla la participación tanto del sector público como del privado. Las operaciones se basan en los servicios de veterinaria del Ministerio de Agricultura. Lo esencial del plan, que se ensaya periódicamente sobre el terreno para mejorar su capacidad de respuesta, es la movilización del personal y los recursos, concentrándolos en pocos minutos en cualquier punto del país, cuando es preciso contener y erradicar con urgencia alguna enfermedad animal procedente del exterior. Los países que disponen de este tipo de programas deberían incorporarlos al plan nacional para desastres. Una estructura como la existente en Jamaica sería de particular utilidad, para colaborar en la asistencia a víctimas y en el transporte de alimentos y otros suministros a las zonas afectadas por desastres, en el curso de operaciones de socorro.
Problemas posibles
A raíz de desastres, la respuesta humanitaria natural de muchos países consiste en enviar toda suerte de material de socorro, inclusive alimentos. Estos pueden ser carne fresca o congelada, u otros productos de origen animal. Ahora bien, hay países donde es sabido que no existen enfermedades específicas de los animales. En el Caribe, América Central y Panamá no tienen carácter endémico la fiebre aftosa ni la fiebre porcina africana. La aceptación de donativos de carne u otros productos puede ser el vehículo de introducción de enfermedades animales, frecuentemente con consecuencias económicas graves.
Como resultado de desastres naturales podrían producirse brotes de diversas zoonosis tales como:
1. Leptospirosis: se han notificado brotes a raíz de inundaciones.
2. La rabia: las mordeduras de animales sinantrópicos (perros, ratas, mangostas, serpientes, etc.) son riesgos frecuentes que en ciertas circunstancias podrían ocasionar brotes de rabia; y algunas otras enfermedades como:
1. La peste puede irrumpir en zonas enzoóticas como consecuencia de la destrucción, la presencia de cadáveres, el realojamiento de supervivientes, los huéspedes reservorios y los vectores.2. La salmonelosis y la gastroenteritis pueden ser consecuencia del consumo de carne de animales muertos a consecuencia del desastre.
3. La tularemia resulta del contacto con roedores muertos y agua contaminada.
4. La teniasis y la triquinosis son riesgos debidos a la falta de medios para cocer los alimentos y al consumo de carnes que no han pasado inspección sanitaria.
5. En las zonas endémicas, el carbunco es a veces secuela de una inundación que permite que germinen las esporas infectantes.
6. La dermatofitosis es un riesgo debido a la incursión del hombre en el habitat de animales reservorios (y viceversa) a raíz de desastres naturales.
Participación veterinaria
Las actividades específicas de participación de la medicina veterinaria en operaciones de socorro con ocasión de desastres son:
Control de enfermedades transmisibles: Prevención y control de brotes de zoonosis; obtención y manipulación de especímenes de laboratorio; almacenamiento, manipulación y distribución de vacunas y medicamentos; limpieza y desinfección s de locales contaminados; prestación de apoyo a los servicios de salud pública y de laboratorio clínico, utilizando al efecto los laboratorios rurales o móviles de diagnóstico de enfermedades de animales.
Protección de la salud ambiental: Eliminación sanitaria de ganado y otros animales muertos, protección del agua contra la contaminación por animales, control de perros y otros animales domésticos vagabundos y lucha contra roedores y animales salvajes o venenosos.
Distribución de alimentos: Manipulación, almacenamiento y elaboración en condiciones de higiene; inspección, control microbiológico y verificación de la calidad de los productos perecederos, especialmente de origen animal; supervisión de las condiciones de higiene en el sacrificio improvisado de animales, e inspección de la carne; certificación de la aceptabilidad de los alimentos enviados como socorro, especialmente la carne y otros productos animales procedentes del extranjero; ayuda para la operación y la organización higiénica de cocinas y comedores en los lugares de concentración o campamentos de refugiados.
Atención médica urgente a víctimas en masa: Asistencia en la canalización de material de socorro hacia la zona afectada y en la prestación de atención médica y quirúrgica urgente a los heridos.
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