cerrar esta libroDesastres Preparativos y Mitigación - Boletín No. 72 - Abril, 1998 (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1998, 8 p.)
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Los estudios universitarios y el manejo de los desastres

Hace unos años los trabajadores de salud tenían que recurrir a los organismos de socorro y voluntarios para mejorar su formación en la respuesta a los desastres o las crisis de salud. Afortunadamente eso es ya cosa del pasado y la enseñanza sobre el manejo de desastres en el campo de salud está convirtiéndose en una parte integrante del programa de estudios en las principales universidades, facultades de medicina, escuelas de enfermería e instituciones de salud pública. Su inclusión oficial en la educación académica de las generaciones futuras de los trabajadores de salud ya no es el sueño de unos cuantos expertos de desastres, sino una realidad emergente.


Los estudios universitarios y el manejo de los desastres

La OMS y la OPS se han comprometido para lograr que este tema acabe siendo una disciplina de salud pública establecida e institucionalizada. En América Latina y el Caribe, la OPS, con el apoyo de OFDA, CIDA y el gobierno del Reino Unido, ha abogado para que las universidades tengan un papel activo en el tema de preparativos para casos de desastre. La OMS designó específicamente a la Universidad de Antioquía en Colombia como Centro Colaborador para ayudar en este objetivo. Una encuesta realizada en 1997 por este Centro indica claramente que el progreso en las Américas ha sido muy significativo desde el anterior estudio formulado en 1994.

En base a esta ultima encuesta, más de 50% de las facultades de medicina que respondieron a la misma habían incluido el manejo de desastres en sus programas de estudios, frente a un 20% que lo había hecho hasta 1994.

En los Estados Unidos de Norteamérica, la Asociación de Escuelas de Salud Pública está preparando un proyecto sobre el desarrollo de un curso de manejo de desastres, que se espera sea adoptado por todos sus miembros, incluyendo instituciones tan prestigiosas como la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Johns Hopkins, que ya ofrece un curso sobre el tema desde hace varios años. En el Caribe, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de las Indias Occidentales ofrece cada año un curso internacional de tres semanas sobre el manejo de la salud pública en casos de desastres.

Estos logros por las instituciones académicas regionales son importantes. Sin embargo, es un hecho que la mayoría de las facultades de medicina 0 las escuelas de salud pública no le dan prioridad a la preparación de sus alumnos para prevenir, mitigar y responder a las crisis de salud provocadas por desastres.

Primero, es necesario aclarar algunos puntos.

· La asistencia humanitaria no está limitada a la atención traumatólogica: la enseñanza del manejo de desastres en el campo de la salud y la capacitación en la medicina de desastre son tan distintas como la salud y la medicina. La atención médica a los heridos en masa (medicina de desastre) es uno de los componentes del amplio conjunto de aspectos técnicos y de organización que afectan a la respuesta y la prevención de los problemas de salud asociados a los desastres de gran magnitud.

· El cuadro completo incluye no sólo los "desastres complejos". La atención del mundo académico no debe estar concentrada principalmente en las catástrofes de alta visibilidad que son atendidas por un pequeño número de trabajadores de salud. La realidad es que, en la mayoría de los países, los trabajadores de salud están poco preparados para enfrentarse con desastres naturales como inundaciones, huracanes o terremotos que comparativamente son más pequeños, pero ocurren con mucha más frecuencia. Los trabajadores de salud del próximo milenio deben estar preparados para enfrentar o prevenir pequeños accidentes químicos, deslizamientos de tierra, inundaciones, u otras crisis de salud menos visibles que afecten a sus comunidades.

¿Cómo puede contribuir la OMS/OPS?

Primero, se requiere un diagnóstico del estado de la educación de manejo de desastres en las universidades (escuelas de salud publica, facultades de medicina, escuelas de enfermería), que afortunadamente ya ha sido planificado por la OMS. Tal encuesta no puede improvisarse y no tendrá éxito sin la colaboración activa desde el diseño hasta la ejecución - de las asociaciones científicas como la Sociedad Internacional para la Medicina de Desastre (ISDM) y la Asociación Mundial de la Medicina de Urgencia de Desastre (WADEM). Un inventario sólido de las instituciones académicas que ofrecen permanentemente este tema en sus programas de estudios de pregrado y de posgrado es imprescindible. La OMS/OPS puede guían a otros organismos y países en la preparación de un inventario sistemático de la gran cantidad de universidades y escuelas que ofrecen estos cursos.

Segundo, la OMS debe promover el diálogo entre las universidades a través de Internet y, específicamente, el establecimiento de grupos de discusión electrónica. Según se ha visto en América Latina a través del Centro Colaborador de la OMS en Medellín, Colombia, el mejor camino es facilitar la transferencia de la experiencia y la innovación creativa directamente de una universidad a las demás. La cooperación técnica y la colaboración entre colegas es lo más eficaz y económico.

Tercero, la OMS debería escuchar cuidadosamente a las universidades y las asociaciones científicas para identificar las necesidades o brechas que solo la OMS puede o debe llenar. Una es la necesidad de adoptar una terminología común en el manejo de desastres. Los conceptos de prevención, mitigación y preparación en desastres han evolucionado considerablemente en el último decenio, y es necesario tener un vocabulario común actualizado. El énfasis debe estar en el consenso, no en el trabajo aislado de un experto u organismo nacional. Latinoamérica y el Caribe han logrado una terminología y conceptualización común como resultado de 20 años de cooperación. Ya es hora de alcanzar un idioma común en el ámbito mundial.

Finalmente, quizás lo único que la OPS y la OMS no deben hacer es asumir la responsabilidad de la enseñanza académica.

En resumen, el manejo de desastres de salud ya ha sido reconocido como una valiosa disciplina que se está enseñando a las nuevas generaciones de médicos, enfermeras y oficiales de salud pública en los Estados Miembros de la OMS. La OMS/OPS está aceptando el reto de promover una cultura de prevención/preparación de desastres en el sector de la salud. Los programas de educación ofrecen la oportunidad para vincular el desastre y el desarrollo: para incrementar la capacidad del futuro personal de salud en desastres en 105 países mayormente afectados, y para reducir el costo de la salubridad en los desastres tanto naturales como complejos.

SE NECESITA: una asociación científica sobre manejo de salud en casos de desastre

En los últimos 20 anos, han aparecido varias asociaciones globales o regionales sobre medicina de desastres y, especialmente en América Latina, han desaprecido con la misma rapidez.

Las dos asociaciones globales más importantes son la Asociación Mundial de Medicina de Desastres y Emergencias (WADEM) y la Sociedad internacional de Medicina de Desastres (ISDM). SUS contribuciones científicas al avance de la disciplina han sido importantes. Los socios de estas asociaciones provienen sobre todo de países industrializados. Ha llegado el momento en que estos organismos junten sus esfuerzos y pocos recursos en una sola entidad científica, estimulen la participación de países en desarrollo y se adhieran a la OMS y OPS como socios en la promoción de una cultura de manejo de desastres en el sector de la salud de países en desarrollo.

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