Durante los últimos cuarenta años nueve "Niños" han afectado el planeta, pero la mayoría de ellos con impactos moderados. Los eventos de 1982-83 y el actual 1997-98 han sido diferentes, han tenido un impacto muy fuerte sobre las condiciones climáticas de gran parte del planeta, afectando intensamente la población de una gran cantidad de países en las Américas.
Sistemas de alerta y de prevención
Pocas veces antes los administradores de los desastres han tenido tanta información previa sobre un fenómeno meteorológico como El Niño 1997-1998. Desde marzo de 1997 casi todos los países de América Latina y el Caribe establecieron planes específicos de contingencia, prepararon proyectos orientados a mitigar y a responder de la mejor forma posible los efectos del Niño.
Los efectos del Niño
Los efectos han variado mucho de un país a otro.
Bolivia enfrentó intensas lluvias en las Cordillera con deslaves en las carreteras que unen la capital con Cochabamba y Sta. Cruz, se presentaron heladas y tormentas de granizo. Hubo un rebrote del cólera en La Paz, Cochabamba y Oruro. En total se han reportado 43 fallecidos, 400 heridos y 40 desaparecidos.
Brasil tuvo lluvias intensas y grandes inundaciones en Río de Janeiro. En Roraima los incendios forestales arrasaron más de 37,000 Km2 de bosques afectando a unas 10,000 personas, pero no se reportaron víctimas.
Ecuador sufrió intensas lluvias con inundaciones en el litoral, destrucción de puentes y carreteras. Se detectaron casos de leptospirosis y cólera en la zona sur, y se reportaron 183 fallecidos, 91 heridos, 35 desaparecidos y unas 34,000 personas afectadas.
Paraguay tuvo inundaciones en las zonas ribereñas del Paraná y el Rio Uruguay. Un tornado azotó la capital acompañado de una tempestad que inundo casas, escuelas y hospitales, produciendo la muerte de 49 personas.
Perú ha sufrido lluvias intensas en el norte, la región amazónica del país y en la costa, con graves inundaciones, derrumbes, y daño en la infraestructura vial. Ha habido un aumento significativo del cólera en el norte del país, donde las condiciones de salubridad son malas. Se reportaron 310 fallecidos, 746 heridos y más de 300.000 personas afectadas.
En abril de 1998 las manifestaciones siguen siendo extremas y países como Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay tienen inundaciones graves, mientras el período de sequía prolongado continúa en Centroamérica.
Los efectos del Niño
Daños en las instalaciones de saneamiento básico y en los servicios de salud
Las reservas de agua potable se han reducido intensamente en muchos lugares a causa de la sequía. Las inundaciones dañaron plantas de tratamiento de agua o las tomas de agua, cortando y afectando gravemente los suministros de agua potable, y aumentaron el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por roedores o por contacto con agua contaminada. Debido además al aumento de la temperatura, el riesgo de incidencia de dengue, fiebre amarilla y malaria es mayor porque el vector se reproduce con mayor facilidad.
Las inundaciones produjeron una gran variedad de daños en la infraestructura: deterioro de los equipos y mobiliarios, efectos en techos, paredes, ventanas, materiales e insumos; problemas con los sistemas de desagüe y alcantarillado; suministro y abastecimiento de agua potable, electricidad, gas y combustibles.
Por ejemplo, en Perú el 9.5% (437/4.576) de los establecimientos de salud habían sufrido daños, de los cuales 2% (9/443) corresponden a hospitales, y 10.3% (428/4.133) a otros centros de salud. En Ecuador hubo daños en el 2.3% (7/299) de los hospitales, principalmente por inundaciones, anegación por lodo, daños en el sistema de alcantarillado defectuoso y problemas de suministro de agua potable.
Algunas conclusiones
El Niño de 1997-98, que ha traído grandes precipitaciones y sequías, nos muestra la importancia de incorporar en los programas de mitigación y preparativos para desastres los estudios y pronósticos meteorológicos que cada día son más precisos, tienen mayor detalle y son más fáciles de obtener.
Aunque en América Latina y el Caribe se tomaron en cuenta los pronósticos sobre El Niño y se dedicaron recursos para la mitigación y los preparativos, los danos han sido cuantiosos. Ha sido un Niño extremadamente severo, y ha demostrado que siempre que ocurra un desastre natural la infraestructura de los servicios de salud se vera' afectada en función de los niveles de desarrollo de programas de mitigación y preparativos. Ha sido un buen ejemplo para mostrar la necesidad de que los países incorporen los componentes de prevención, mitigación y preparación para desastres en sus agendas de desarrollo social y económico.
Los países de la Región pueden sacar provecho de las experiencias sufridas si la información recolectada y las lecciones aprendidas son utilizadas para realizar análisis y estudios que permitan prepararse mejor para el próximo Niño.
La versión completa de este artículo se puede leer en la página web de la OPS, en www.paho.org/spanish/disaster.htm. Ver El Niño.
Una gran cantidad de información sobre El Niño, preparada por países de América Latina se puede conseguir electrónicamente. Visite algunas de estas páginas:
· www.salud.org.ec/desastre.htm
· www.netsalud.sa.crid/spa/otherinf/index.htm#TEMAS
· www.cenis.ora.pe/eswww.propuest.html
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