Los conocimientos se comparten en el decenio de 1990
Desde hace tiempo se reconoce la importancia de un medio seguro para vivir y trabajar. De hecho, la ONU declaró el decenio de 1980 como Decenio Internacional del Agua Potable y del Saneamiento Ambiental. Durante este período, los Gobiernos Miembros de la OPS realizaron esfuerzos laboriosos para alcanzar la meta de proporcionar agua potable y servicios adecuados de saneamiento al mayor número posible de habitantes.
Hace un año que iniciamos otro decenio de las Naciones Unidas: el Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales. Quizá sea oportuno, entonces, examinar la relación entre estos dos importantes decenios y su efecto recíproco.
No cabe duda de que los desastres naturales pueden poner seriamente en peligro el progreso realizado en el campo de la salud ambiental, ya que perturban físicamente la infraestructura o la recargan, incluidos los sistemas de abastecimiento de agua y eliminación de desechos. Además, los desastres provocan el desplazamiento de grandes sectores de la población, creando zonas de alta densidad demográfica donde los servicios sanitarios no bastan para tanta gente. Con demasiada frecuencia es necesario gastar los escasos recursos en medidas de emergencia sólo para restablecer servicios de salud ambiental que ya existían. ¿Qué hace el sector de salud ambiental en el campo de los desastres?
El sector universitario
Según una encuesta reciente de profesores universitarios de ingeniería sanitaria y ambiental realizada por el Ing. Odyer Sperandio, consultor de la OPS, en toda la región existe gran interés en la capacitación e información sobre salud ambiental y desastres. Varias universidades latinoamericanas ya han incluido conceptos de preparativos para casos de desastre en el programa de estudios de las facultades de ingeniería sanitaria o ambiental, o están por hacerlo. Durante los primeros meses de 1991 se ofrecerán talleres en Brasil, Colombia, México y Venezuela para decanos y profesores de facultades nacionales de ingeniería, a fin de divulgar información y conocimientos sobre educación y capacitación y de que los participantes se familiaricen con el material disponible para la formación técnica. En los próximos números del Boletín se publicará más información sobre los talleres. Estos países de la región, entre otros, están trabajando también para promover y fortalecer las actividades de educación continua (cursillos, talleres y seminarios).
Asociaciones profesionales
AIDIS es una sociedad técnico-científica de instituciones profesionales de las Américas dedicadas a los problemas básicos del saneamiento y a la conservación del medio ambiente. Respondiendo a las solicitudes formuladas en la región, AIDIS formó una División Internacional de Ingeniería Sanitaria y Salud Ambiental en Emergencias y Desastres (DIEDE). En la conferencia que AIDIS celebró en 1990, la DIEDE patrocinó una reunión de un día sobre preparativos y medidas para mitigar el efecto de los desastres en las fuentes de agua potable y en los servicios de saneamiento. Este vinculo importante con los círculos científicos es un signo alentador para el futuro de los servicios de salud ambiental después de los desastres en América Latina.
Los profesionales de salud ambiental han desempeñado una función importante en los equipos de evaluación posterior al desastre. Su valiosa contribución ha ayudado a presentar un panorama equilibrado y acorde con la realidad del efecto de los desastres en la salud. Los profesores de ingeniería sanitaria y ambiental de las universidades de la Región y las asociaciones profesionales y científicas pueden efectuar otras contribuciones importantes en campos que las necesitan, como las investigaciones posteriores a los desastres y la divulgación de los resultados.
En el contexto del Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN), los comités nacionales deberían abarcar la mayor variedad posible de disciplinas profesionales. El DIRDN debería fomentar la participación de este sector, entre otros, y aprovechar al máximo los conocimientos técnicos que pueden contribuir.
LOS ingenieros han aprendido mucho sobre
lo que ocurre después de un desastre. LOS comités nacionales del DIRDN deberían
hacer uso de esos cononcimientos.
Foto: Julio
Vizcarra/OPS
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