cerrar esta libroDesastres Preparativos y Mitigación - Boletín No. 81 - Julio, 2000 (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 2000, 8 p.)
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La respuesta médica a los desastres naturales: ¿Hemos aprendido algo?

La comunidad internacional solía aprender de sus errores. Hace varias décadas, luego de grandes terremotos y otros desastres de impacto súbito, una de las principales lecciones fue que se servía mejor a las víctimas de los desastres si la atención era proporcionada por los servicios locales de salud en vez de por equipos médicos u hospitales de campaña extranjeros.

Esta elevada sensibilidad por parte de la comunidad internacional, se tradujo en un mayor énfasis en los preparativos para desastres, reconociendo que el fortalecimiento de la capacidad en el ámbito local y la solidaridad entre países vecinos era la manera más efectiva de usar los recursos.


La atención médica para salvar vidas debe brindarse dentro de las primeras 24 horas, mucho antes que lleguen - y puedan instalarse - los hospitales de campaña.

Fotografía: OPS/OMS

¿Hemos continuado aprendiendo de estas experiencias y realizando lo que era considerado como mejores prácticas, o se está revirtiendo la tendencia en la comunidad internacional? ¿Estamos ahora destinando menos ayuda para los preparativos para desastres y dando menos atención al respeto de los estándares y niveles de tecnología establecidos en las regiones afectadas?

El huracán Mitch y otros desastres globales recientes insinúan que probablemente hemos regresado a donde empezamos. La ayuda internacional nuevamente se está convirtiendo un negocio de alta relevancia que no está en armonía, o aún peor, es insensible a las realidades locales. Esta ayuda, destinada a satisfacer el impulso en los países donantes a hacer algo rápido y políticamente correcto, a menudo está diseñada para cumplir con las expectativas del público en los países donantes, en vez de enfocarse en la rehabilitación o necesidades de reconstrucción de las víctimas.

Por ejemplo, en terremotos recientes alrededor del mundo, los gobiernos, las Sociedades de la Cruz Roja o las ONG despacharon hospitales de campaña semanas después de que las últimas víctimas habían recibido atención médica de los servicios locales. Parecería que la voz de los medios de comunicación tiene más peso que las objeciones técnicas de los coordinadores locales de la OMS.

La última, y como siempre excelente, publicación del World Disaster Report resaltó varios temas importantes. Uno fue el débil papel de coordinación realizado por las agencias de la Naciones Unidas. Los autores reconocieron, correctamente, que en un ambiente altamente politizado, la coordinación es un esfuerzo arduo.

Tal vez es hora de descartar de una vez por todas estas prácticas inservibles y mal orientadas y dar prioridad a la restauración de los servicios de salud locales.


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La educación de los donantes - especialmente la población en países donantes - puede ser una de las mejores maneras de modificar las prácticas más inutiles y perjudiciales cuando se trata de brindar socorro humanitario. Estas prácticas, con frecuencia son el resultado de inexperiencia o presión del país donante. Para que estas prácticas cambien, se debe lanzar una campaña global. El Día Internacional para la Reducción de los Desastres, que se celebra en octubre de cada año, va más allá de atender simplemente las necesidades de los gobiernos y organismos, y alcanza a una amplia sección del público en general. Este sería el foro perfecto para presentar el tema. Tal vez el Día Internacional para la Reducción de los Desastres 2001 podría enfocarse en la ayuda humanitaria efectiva. Visite www.unisdr.org para obtener información sobre la campaña de este año, Reducción de desastres, educación y la juventud

El EIRD y el Consorcio Provention

La promoción de la reducción de desastres se está convirtiendo en un tema omnipresente en las agendas políticas en el ámbito mundial. Parece ser más obvio en el nivel interagencial donde dos iniciativas de coordinación internacional están ahora dedicadas a este tema: El Grupo de Trabajo Interagencial de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD, el organismo sucesor del DIRDN), creado por la Resolución 63/99 del Consejo Social y Económico de las Naciones Unidas (ECOSOC)1, y el Consorcio ProVention, lanzado por el Banco Mundial en febrero de este año.

1 Véa también la resolución 54/219 de la Asamblea General de la ONU en http://www.un.org/spanish/documents/ga/res/54/54r219s.pdf.

El EIRD y el ProVention tienen distintas fortalezas y áreas de interés. Por un lado, el EIRD es un mecanismo formal de coordinación entre agencias de las Naciones Unidas, organismos regionales y asociaciones u organizaciones no gubernamentales con una marcada orientación científica y social. Por otro lado, ProVention ha ganado credibilidad por su papel de patrocinador líder, su acceso al mundo financiero y su consejo directivo de alto nivel. Desgraciadamente, ambas iniciativas han fallado en evitar la duplicación de esfuerzos o la competencia por recursos escasos. Ha llegado el momento de que estas iniciativas coordinen mejor sus enfoques y busquen posiciones complementarias en forma proactiva y transparente.

Esta será una tarea urgente y un reto para el nuevo Director de la Secretaria del EIRD2, que será designado próximamente en reemplazo del Sr. Philippe Boulle que abandonó el cargo el 31 de julio de 2000 luego de cinco años como director del DIRDN y el EIRD.

2 Las personas interesadas en la posición de Director del EIRD deben dirigir sus preguntas a la Sra. Carolyn McAskie, Coordinadora de Socorro de Emergencia, Oficina de las Naciones Unidas de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), fax: (202) 963-1312; e-mail: mcaskie@un.org.

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