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Ver este documento3.1 Diseño conceptual
Ver este documento3.2 Resistencia de los materiales y tamaños de los componentes de construcción
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Ver este documento3.5 Control de calidad durante la construcción
Ver este documento3.6 Elementos no estructurales
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Ver este documento7. Costos acarreados por la mitigación
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Conferencia Internacional sobre Mitigación de Desastres en Instalaciones de Salud (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1996, 293 p.)

Repercusión do los huracanes en los establacimientos do salud - Estudios de casos para su presentación en la conferencia internacional sobro mitigación de desastres en instalaciones do Salud

por
Tony Gibbs
Consulting Engineers Partnership Ltd. Barbados

CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE MITIGACIÓN DE DESASTRES EN INSTALACIONES DE SALUD

México, D.F., 26-28 de febrero de 1996

Organización Panamericana de la Salud, Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud 525 Twenty-third Street, N.W., Washington, D.C. 20037, USA · Tel: (202) 861-4324 · Fax: (202) 775-4578 · Internet: disaster@paho.org

Las opiniones expresadas, recomendaciones formuladas, y denominaciones empleadas en este documento no reflejan necesariamente los criterios ni la política de la Secretaría del DIRDN, la Organización Panamericana de la Salud, ni de sus Estados Miembros.

La Organización Panamericana de la Salud dará consideración muy favorable a las solicitudes de autorización para reproducir o traducir, íntegramente o en parte, este documento. Las solicitudes deberán dirigirse al Programa de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Coordinación del Socorro en Casos de Desastre, Organización Panamericana de la Salud, 525 23rd St., N.W., Washington, DC 20037, USA; Fax: (202)775-3478 o Internet: disaster@paho.org.

La realización de este documento fue posible gracias al apoyo financiero de la Administración de Desarrollo en Ultramar del Reino Unido (ODA), la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional (CIDA) y la Oficina de Asistencia al Exterior en casos de Desastres de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (OFDA/USAID, bajo el subsidio No AOT-3507-3188-00).

0. Sinopsis

En todo el mundo, incluido el Caribe, los riesgos naturales causan tanto daño a los establecimientos de asistencia sanitaria como a otras edificaciones menos importantes. Esto es lamentable, pero se puede evitar.

A menudo se dice que los edificios seguros quizás no sean asequibles, especialmente en los países en desarrollo relativamente pobres. Esto es una falacia. En particular en lo que se refiere a la resistencia a los huracanes, los edificios seguros no solo son técnicamente factibles sino también realizables a un costo muy moderado. Esta tesis se ha puesto a prueba y confirmado en varias ocasiones con el transcurso de los años. En fecha reciente, se han llevado a cabo varios estudios de casos por organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud. Algunos de estos estudios se presentan aquí.

El huracán Luis azotó al estado insular independiente de Antigua y Barbuda, situado en la parte nororiental del mar Caribe, el 4 y 5 de septiembre de 1995. Luis fue una tormenta clásica, de categoría 4, casi perfectamente formada, grande, cargada de humedad, con un ojo muy diferenciado de 70 kilómetros de diámetro y una progresión lenta de 17 kilómetros por hora. Debido a su tamaño general y su avance lento, el huracán afectó a Antigua durante un período desusadamente largo.

La magnitud de los daños en Antigua fue equivalente a dos tercios del producto interno bruto del país. Un evento de esta índole puede hacer retroceder en varios años el desarrollo de un Estado independiente insular pequeño. En particular, resultaron muy dañados una serie de establecimientos esenciales en el país.

Este documento se centra en el sector de la salud y en él se describen y se ilustran la naturaleza y magnitud de los daños. (Se tiene la intención de ilustrar la presentación de la ponencia mediante la proyección de fotografías en colores.) Se analizan las causas de los fracasos y los éxitos. Se muestra cómo, con un poco más de esfuerzo e inversión, podrían haberse reducido los fracasos a proporciones manejables y, en muchos casos, eliminado por completo.

El daño a los edificios se debió principalmente a los empalmes débiles de los materiales livianos de revestimiento de techos, la rotura de vidrios de puertas y ventanas por objetos en movimiento, anclamiento inadecuado de ventanas y puertas, y daños externos por agua como consecuencia de las lluvias torrenciales. Hubo también derrumbamiento catastrófico de edificios completos debido a deficiencias estructurales. La falta de mantenimiento de ciertos componentes de los edificios contribuyó significativamente al daño. Las velocidades reales del viento no fueron mayores de lo que cabría prever en un huracán de los que solo se ven cada 50 años. La introducción de normas y reglamentos de construcción obligatorios tendría un notable efecto positivo en la reducción de las pérdidas causadas por huracanes futuros.

1. Introducción

Una de las características más lamentables de los riesgos naturales en el mundo en general, y en el Caribe en particular, es el daño y la destrucción de los establecimientos de atención de salud en los momentos en que más se necesitan. Esta vulnerabilidad ha sido reconocida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Es interesante hacer notar que los profesionales de la atención de salud están a la vanguardia en la promoción de normas de construcción más seguras. En el Caribe fueron los Ministros de Salud de la Comunidad del Caribe (CARICOM) quienes patrocinaron la preparación del Código de Construcción Uniforme del Caribe (CUBiC). Como parte de su programa de mitigación, la OPS ha ordenado estudios sobre la vulnerabilidad de algunos de los establecimientos de atención de salud en la Comunidad del Caribe. Algunos de estos ejercicios se introducen en la serie de estudios de casos presentados en este documento. Otros estudios que figuran aquí fueron financiados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Para la mayoría de los casos presentados aquí hay informes más extensos que pueden suministrarse para profundizar los estudios. Luego de los resúmenes de los estudios de casos individuales se presentan observaciones generales sobre los siguientes temas:

· Razones de éxitos y fracasos
· Pérdidas calculadas: sociales y económicas
· Mitigación de desastres antes de los sucesos
· Mitigación de desastres después de los sucesos
· Costos acarreados por la mitigación
· Obstáculos encontrados en la mitigación
· Lecciones aprendidas del ejercicio de mitigación

(Se ha previsto que la presentación al público de esta ponencia se ilustre profusamente con fotografías en color.)

2. Estudios de casos

2.1 Hospital Princess Margaret; Dominica, 1980

El Hospital Princess Margaret (PMH) se construyó a mediados de los años cincuenta, un cuarto de siglo después del más reciente y mayor huracán ocurrido en Dominica. En la mañana del 29 de agosto de 1979, cuando apenas empezaba el huracán David, el techo de los edificios estaba lo suficientemente dañado para hacer que se interrumpiera la atención médica. La Armada Real reemplazó las láminas del techo del hospital en poco tiempo después del suceso. Esto se hizo como una medida de emergencia ya que el PMH era el único establecimiento de atención secundaria de salud en la isla.

Durante 1980, la USAID financió un estudio para determinar lo que era necesario hacer en las instalaciones del PMH para permitir que el establecimiento funcionara satisfactoriamente en futuros huracanes graves. Este estudio lo efectuó la empresa Consulting Engineers Partnership Ltd (CEP) cuyo informe a la USAID estaba fechado en septiembre de 1980.

A continuación se presenta un resumen de las acciones de mitigación recomendadas en ese momento:

Rubro

Costo histérico (US$)

Costo equivalente en 1995 (US$)

láminas y listones antihuracán y otras medidas de adecuación para los techos

35.300

67.700

contraventanas antihuracán y otras medidas de adecuación de puertas y ventanas

33.400

64.100

medidas de adecuación para servicios de agua, electricidad y telecomunicaciones

55.100

105.700

Total

123.800

237.500

El costo total es equivalente a US$1.600 por cama en dólares de 1995.

La modernización del techo se hizo con financiamiento de la USAID poco después del estudio. Las puertas, las ventanas y los servicios no se atendieron en ese momento.

2.2 Estudios PCDPPP en las islas de Barlovento y Sotavento, 1985

Durante los años ochenta el Proyecto Pancaribe de Preparativos y Prevención para Casos de Desastre (PCDPPP) emprendió una serie de encuestas sobre refugios en casos de huracanes en el Caribe Oriental desde Granada, en el sur hasta las Islas Vírgenes Británicas en el norte. Como parte del mismo programa también se efectuaron encuestas en algunos de los establecimientos de atención de salud. El financiamiento para los establecimientos de atención de salud fue proporcionado por la OPS. Los estudios fueron ejecutados por CEP.

En cada caso se preparaban cálculos de costos para la intervención requerida para lograr un nivel razonable de resistencia a los huracanes. A continuación se presenta un resumen de estos costos:

País

Número de establecimientos examinados

Total costo histérico de modernización (US$)

Costo equivalente 1995 (US$)

Antigua

4

234.500

355.700

Islas Vírgenes Británicas

3

34.700

48.500

Dominica

3

174.100

264.200

Saint Kitts y Nevis

4

209.500

317.700

San Vicente y las Granadinas

7

399.300

605.700

Total

21

1.052.100

1.591.800

La modernización cuesta en promedio US$75.800 por establecimiento o US$5,22 por persona - una suma infinitesimalmente pequeña.

Hay pocas pruebas de que se hayan ejecutado las recomendaciones de esta serie de estudios.

2.3 Hospital General Cornwall; Jamaica, 1988

El Hospital General Cornwall, situado cerca de Montego Bay, es un hospital moderno y bien construido de hormigón armado y mampostería. Las principales estructuras de este complejo no sufrieron ningún daño como resultado del huracán Gilbert. Sin embargo, el hospital no pudo funcionar eficazmente durante e inmediatamente después del huracán. Esto ocurrió porque casi todas las ventanas de los pisos superiores fueron arrancadas o presentaban alguna rotura. Además, los paneles solares para generar agua caliente sufrieron pérdidas sustanciales.

El máximo costo incremental de suministrar vidrio reforzado resistente a los impactos para las ventanas, marcos para ventanas y anclamientos lo suficientemente fuertes seria menor de 2% del costo contemporáneo de los edificios.

2.4 Hospital Glendon; Montserrat, 1989

Las primeras noticias que se tuvieron de este hospital después del huracán Hugo anunciaban su destrucción total. Al acercarse al edificio tres días después del huracán se vetan pocos daños. La estructura estaba indemne, ninguna de las ventanas estaba rota, había una puerta de vidrio resquebrajada, ninguno de los paneles de celosía estaba roto, la mayoría de las tejas de barro del techo estaban en su sitio y había pacientes que recibían atención en los pabellones.

Sin embargo, la mayoría de las láminas del revestimiento del techo habían volado debido a la fuerza del huracán; por eso la mayoría de las habitaciones quedaban inutilizadas cuando llovía. Puesto que la armazón del techo y las correas no estaban dañadas habría sido fácil reemplazar las láminas del techo en la semana que siguió al suceso. (Eso es exactamente lo que la Armada Real hizo en la estación generadora de electricidad en Plymouth.) En el caso que nos ocupa, transcurrió más de un año antes de que se hiciera cualquier intento para instalar una cubierta temporal sobre la estructura del techo. Entretanto, los consultores del CEP preparó un esquema (con financiamiento del PNUD) destinado a utilizar la estructura existente para sostener un techo delgado de concreto que sería resistente a los huracanes futuros de categoría 4. Ese esquema no se aplicó.

2.5 Victoria Hospital, Santa Lucía, 1993

Un proyecto sustancial de renovación se comenzó en el Victoria Hospital en 1993. Antes del comienzo de las actividades de construcción la OPS, financió una Encuesta de Vulnerabilidad (para huracanes, lluvias torrenciales y terremotos) que fue llevada a cabo por el grupo CEP. Los resultados de esta encuesta incluían recomendaciones de modernización. Estas se resumen a continuación:

Rubro

Costo histórico (US$)

Costo equivalente en 1995 (US$)

Adecuación estructural

108.100

109.500

adecuación no estructural en los edificios

63.000

63.800

adecuación de las líneas de energía eléctrica, de telecomunicaciones, depósitos de agua y drenaje

101.500

102.800

Total

272.600

276.100

Este costo es equivalente a US$1.400 por cama.

Se entiende que durante la etapa de construcción que siguió al estudio se incorporaron a la obras algunas de las recomendaciones.

2.6 Hospital Vieux Fort/Sonfrière; Santa Lucía, 1993

Un nuevo pabellón privado se agregará al Hospital del Distrito para La Soufrière y Vieux Fort. Cuando se hizo el estudio de vulnerabilidad patrocinado por la OPS, el Gobierno de Santa Lucia ya habla preparado la mayoría de los documentos para la construcción. Ese estudio, llevado a cabo por el grupo CEP, no solo revisaba los planes para el pabellón propuesto sino que además analizaba las instalaciones existentes. Las áreas principales de los edificios existentes que se recomendaba modernizar eran las siguientes:

· techos
· ventanas y puertas exteriores
· fortalecimiento de subestructuras, en particular para hacerlas resistentes a los terremotos
· instalación subterránea de los cables eléctricos y para telecomunicaciones del sitio

Las acciones recomendadas para mejorar los diseños del pabellón privado propuesto incluían:

· revisión de las condiciones geotécnicas
· revisión y fortalecimiento de los elementos de la subestructura
· ajuste de las especificaciones para el refuerzo de paredes y anclamientos de los techos

Aunque no se había preparado cálculos de costo para estas recomendaciones de modernización estaba claro que serían sumamente pequeños - sin duda menos de 1% de los valores contemporáneos de los edificios.

2.7 Establecimientos de atención de salud en Antigua y Saint Kitts, 1995

2.7.1 Antigua

En Antigua, hay 30 establecimientos gubernamentales de atención de salud. De estos, 10 sufrieron daño significativo como resultado del huracán Luis. Bajo contrato con la OPS, el grupo CEP preparó los cálculos de costo para la reparación de 8 de los establecimientos dañados y estos se resumen a continuación:

Establecimiento

Costo de las reparaciones (en US$ 1995)

Hospital general Holberton

604.300

Hospital para enfermos mentales

177.100

Instituto Fiennes

182.600

Clínica Bolans

8.700

Clínica Swetes

37.200

Clínica John Hughes

24.300

Clínica Liberta

10.100

Clínica Cedar Grove

31.300

Total

1.075.600

2.7.2 Saint Kitts y Nevis

El principal establecimiento de salud en Saint Kitts es el Hospital General J N France. Se ha reconocido durante mucho tiempo que este establecimiento es muy vulnerable a los terremotos y los huracanes. El hospital se construyó a comienzos de los años sesenta. Un informe fechado en 1992 indicaba que la estructura sufriría graves daños en caso de terremotos o huracanes aunque fuesen moderados. En verdad hubo daños debidos al huracán Hugo en 1989 y nuevamente durante una tormenta en abril de 1993. Se ha informado que hubo 9 incidentes de daño significativo por el viento y la lluvia a este establecimiento durante sus 30 años de vida.

El daño causado por el huracán Luis incluyó la pérdida de los paneles de celosía, de 30% del revestimiento del techo, de 10% del sustrato del techo y daños colaterales causados por el agua. El generador de reserva no pudo funcionar debido al daño causado por el agua y en realidad el hospital quedó totalmente fuera de servicio durante el suceso. El costo de los daños debidos al huracán Luis se calcula en US$140.000. Sin embargo, durante 1995 se gastaron US$370.000 en reparaciones y mejoras "temporales" en el Hospital J.N. France.

En Saint Kitts-Nevis hay tres hospitales más. De ellos, el Mary Childs Hospital sufrió daños menores en el techo. El Pogson Hospital sufrió algunos daños en el techo pero la instalación pudo funcionar durante e inmediatamente después de la tormenta. El Alexander Hospital, de Nevis estuvo en funcionamiento.

3. Razones de los éxitos y fracasos (el caso de Antigua)

3.1 Diseño conceptual

Esto es el factor determinante más importante para el éxito o el fracaso de un edificio en caso de desastre. Una vez más esto quedó demostrado durante el huracán Luis en Antigua. En lo que se refiere a los huracanes, la aplicación de conceptos apropiados de diseño son particularmente importantes para las estructuras livianas - paredes de madera; techos de metal corrugado y de madera.

Las características no favorables que se observaron en Antigua fueron:

· planos en forma de L;
· techos a una sola agua;
· techos a dos aguas poco inclinados;
· voladizos largos en los aleros y techo a dos aguas;
· voladizos largos continuos con el techo principal;
· balcones en las esquinas.

Las características favorables observadas en Antigua fueron:

· planos compactos;
· techos a tres o más aguas;
· techos a dos aguas muy inclinados;
· voladizos cortos en los aleros;
· voladizos discontinuos con respecto al techo principal;
· parapetos.

3.2 Resistencia de los materiales y tamaños de los componentes de construcción

Los materiales de construcción pueden adquirirse en una gran variedad de resistencias. Por ejemplo, comúnmente en Antigua, los intervalos de resistencias (en newtons por milímetro cuadrado: Nmm-2) de los materiales básicos de construcción son los que se indican a continuación:

Material

Resistencia más baja

Resistencia más alta

Intervalo de resistencias

madera

17

105

6,2

techo de metal corrugado

70

410

5,0

acero reforzado

210

460

2,2

hormigón

17

35

2,0

bloques de concreto

5

8

1,6

Es evidente que estas diferencias significativas deben tenerse en cuenta en la construcción. Dejar de reconocer estas diferencias pueden ser causa de fallas, y de hecho las causaron. (Cabe mencionar que no reconocerlas también condujo a algunos éxitos no planificados.)

Así como la resistencia, la fragilidad es un factor que determina el éxito y el fracaso. La mejor prueba de esto en Antigua fue la rotura del laminado de asbesto corrugado usado como techos y revestimientos.

Los tamaños de los componentes de construcción dependen en gran medida de la resistencia de los materiales. En igualdad de otras condiciones, mientras mayor sea la resistencia del material menor tendrá que ser el tamaño del componente. Por supuesto, ciertas consideraciones prácticas y los aspectos estéticos también tienen influencia sobre los tamaños. Esas influencias, cuando son benignas, hacen que los tamaños de los componentes sean más grandes de lo necesario desde el punto de vista de la resistencia. Un tamaño inadecuado fue uno de los factores que intervinieron en algunos de los fracasos observados, principalmente los relacionados con techos livianos.

3.3 Análisis

Varios de los edificios destinados a la atención de salud son de una escala tan pequeña que normalmente no requerirían un análisis detallado y formal de ingeniería. Tienen la escala de una vivienda familiar. En realidad, algunos de los edificios se construyeron para ser residencias y fueron alquilados por el Gobierno para fines institucionales.

Los tamaños de los componentes para la construcción de viviendas de pequeña escala los determinan generalmente la tradición y las normas generales. Con la introducción rápida de materiales nuevos no hay tiempo para desarrollar nuevas tradiciones. Con la ampliación rápida de la industria de construcción no hay tiempo para adiestrar a los artesanos en la práctica como se hacía antes. Suele suceder que las reglas generales son desconocidas por los nuevos practicantes.

Debido a esta situación se recomienda efectuar algún tipo de análisis, hasta para los edificios de tamaño moderado. Para instalaciones críticas, incluidos todos los establecimientos de atención de salud, debe hacerse el análisis para determinar o confirmar la adecuación de los tamaños de los componentes.

La ausencia de un enfoque cuidadoso y bien concebido para muchos de los edificios fue la causa de las fallas de algunos componentes y sus empalmes. Una situación típica es la que se presenta cuando ocurre una falla parcial del techo que cubre los extremos de dos aguas, la cual podría evitarse si se hiciera un análisis para identificar fuerzas de succión superiores al promedio en las áreas dañadas).

3.4 Detalles y conexiones

Según las palabras del famoso arquitecto alemán, Mies van da Rohe "Dios está en los detalles". Nunca se insistirá demasiado en la importancia del detallado técnico. El detallado técnico consiste en organizar los elementos estructurales y de construcción de tal manera que cumplan las funciones para las que están destinados soportando las cargas aplicadas de manera segura. Por lo tanto, la cantidad de material puede ser suficiente pero, si su disposición es inapropiada, la estructura puede colapsar. Esto resultó evidente en algunos casos en Antigua.

La gente que trabaja en bienes raíces habla de los tres factores más importantes cuando se trata de comprar o vender una propiedad, a saber: "la ubicación, la ubicación y la ubicación". Asimismo, en relación con la resistencia a huracanes de las estructuras livianas, casi puede decirse que los tres problemas más importantes son: "los empalmes, los empalmes y los empalmes". El laminado del techo debe estar debidamente empalmado a las correas. Las correas deben estar adecuadamente empalmadas a los pares. Los pares deben estar correctamente empalmados a las placas de la pared. Las placas de la pared deben estar debidamente empalmadas a los montantes de la pared. Los montantes de la pared deben estar adecuadamente empalmados a las vigas maestras de la base. Las vigas maestras de la base deben estar adecuadamente empalmadas a las paredes de la base o pilares. Los pilares deben estar debidamente apuntalados. Esta letanía dice sencillamente que las fuerzas del viento deben llevarse desde cualquier parte donde repercutan directamente en el edificio hasta el suelo sin ningún empalme débil a lo largo de la ruta que sigue la carga. Los huracanes son expertos en encontrar empalmes débiles en las estructuras y el huracán Luis sin duda encontró varios de ellos.

3.5 Control de calidad durante la construcción

En ocasiones, todo el buen trabajo que se realiza las etapas de planificación puede resultar inútil debido a la construcción defectuosa. En general, se piensa que los defectos de construcción causan la mayor parte de los daños en caso de un huracán. Pero, esto no es lo que opina el autor. Sin embargo, los defectos de construcción constituyen un factor contribuyente en una minoría significativa de las fallas. También puede decirse que si bien la construcción defectuosa puede arruinar un buen diseño, el análisis y el detallado técnico, una buena construcción no puede compensar un diseño, análisis y detallado técnico mal hechos.

Los edificios de atención de salud en Antigua presentaron su proporción usual de fallas debidas al control de calidad deficiente durante la construcción.

3.6 Elementos no estructurales

Las ventanas y las puertas externas son los huérfanos de la industria de la construcción y su venganza por falta de atención puede ser muy perjudicial. Generalmente, los ingenieros no participan en la especificación de estos componentes y los arquitectos no están preparados para determinar los requisitos de fuerza para ellos. En la mayoría de los casos, no es posible confiar en los proveedores y los contratistas para dar más que lo exigido por la norma comercial, que es inadecuada para huracanes de la categoría 4 (un requisito razonable para los edificios de atención de salud en Antigua). Se observaron varias fallas, lo que no resulta sorprendente. Las fallas fueron a veces de los empalmes a las paredes. En otros momentos los vidrios se rompieron debido a objetos que volaron. Las únicas maneras de manejar la vulnerabilidad a la rotura son contraventanas especiales para casos de huracán y el vidrio laminado. Este último método todavía ocasionaría la rotura, pero al menos el agua no entraría durante el huracán.

Los sistemas eléctricos del Hospital Holberton sufrieron porque las líneas de distribución de energía estaban al aire libre. (Tal vez hubo también otros problemas.) Aunque es probable que se interrumpa el suministro de energía eléctrica durante un huracán importante, la planta de emergencia del establecimiento de salud debe poder cumplir sus funciones. Los sistemas de distribución subterráneos, de bajo voltaje instalados en el sitio son sumamente recomendables y económicos.

El abastecimiento de agua es un problema en tiempos normales en Antigua. Por eso muchos de los establecimientos de salud tenían tanques para almacenamiento de agua. Sin embargo, muchos (o la mayoría de ellos) pudieron aprovecharse poco en la práctica después del huracán Luis. Las razones fueron varias:

· Falta de limpieza del tanque
· No había forma de sacar el agua del tanque
· Falta de seguridad, por lo que el tanque fue vaciado por los vecinos que necesitaban agua
· Goteras en las paredes por que el tanque no se llenaba lo suficiente
· Desagües del techo no conectados al tanque

La mayoría de los teléfonos de los establecimientos de salud ya estaban en funcionamiento unos días después del huracán Luis. Este servicio público fue menos vulnerable que el agua y la electricidad. Al igual que se hace con la electricidad, es aconsejable instalar cables telefónicos subterráneos, al menos dentro de los límites de los establecimientos de salud.

Si el drenaje de las aguas de tormenta es inadecuado puede causar muchos daños. Hubo algunas pruebas de esto (no demasiadas) en los establecimientos de salud. No se presta atención suficiente a este aspecto del diseño. Aunque los drenajes se calculen con cuidado el diseño suele ser inadecuado, especialmente para ciertas instalaciones fundamentales que requieren normas superiores a las normales.

3.7 Mantenimiento

En el programa de televisión CNN & Company del 13 de diciembre de 1995 el tema principal fue la infraestructura urbana. El problema del deterioro de las carreteras, los puentes, los sistemas de abastecimiento de agua y los sistemas de alcantarillado fue objeto de muchos debates. Se reconoció tanto el costo como la impopularidad política del mantenimiento preventivo. También se reconoció que el mantenimiento preventivo es menos costoso, en definitiva, que las reparaciones de urgencia y la reconstrucción que debe hacerse debido al mantenimiento inadecuado. Se pudo observar que ni siquiera los países más ricos están dispuestos a dedicar los fondos necesarios para el mantenimiento preventivo adecuado.

Lo inadecuado del mantenimiento preventivo o, en algunos casos, la ausencia total evidente de mantenimiento durante un lapso prolongado probablemente sea la segunda causa más importante de gran parte del daño que se observa en los establecimientos de salud de Antigua.

4. Pérdidas calculadas - Sociales y económicas

Cuando se conocían los costos directos del daño a establecimientos de salud causados por huracanes estos se incluían en los estudios de casos presentados al comienzos de este documento. Los costos sociales y económicos (en contraposición con los financieros) son más difíciles de cuantificar.

La experiencia ha demostrado que la pérdida de instalaciones de salud de un país puede ejercer un efecto traumático sobre su población. La pérdida de la confianza es notoria. Se crea también un problema práctico para la industria del turismo, que es vital para la mayoría de estos territorios del Caribe. Los visitantes, la mayoría de los cuales provienen de países de la metrópoli, se sienten incómodos e inseguros cuando se encuentran en lugares que no pueden hacer frente a los problemas de atención secundaria y terciaria. Aunque la atención de la población local es el requisito más importante, no es posible pasar por alto las necesidades de los turistas.

5. Mitigación de desastres antes de los sucesos

Vale más vale prevenir que lamentar. Cuántas voces hemos oído ese dicho y qué difícil resultar aplicarlo a diario.

La mitigación de desastres se practica mejor si se integra este proceso en las acciones cotidianas y anuales de una organización. Puede establecerse una analogía con los asuntos ambientales. Se da por sentado que las repercusiones que tienen nuestras acciones sobre el ambiente deben considerarse en todo momento. Esto se aplica no solo a nuevos proyectos sino también a las actividades en curso. De la misma forma en que las evaluaciones del impacto ambiental (EIA) son ahora un requisito corriente para los proyectos de instalaciones físicas, las evaluaciones del impacto de los peligros naturales (NHIA) debe ser una condición previa a la realización de cualquier obra pública, especialmente aquellas relacionadas con instalaciones fundamentales como los edificios de asistencia sanitaria.

En lo que se refiere a los edificios existentes, las acciones de mitigación no deben considerarse como costosos programas de "choque". Un método consiste en integrar las medidas de mitigación en el mantenimiento, las reparaciones y los reemplazos que se hacen regularmente. Hay muchos componentes en los hospitales y las clínicas que tienen vidas más cortas que la estructura principal. Esos elementos se reemplazan comúnmente varias voces durante la vida de la estructura principal. Pueden incluir puertas, ventanas y revestimientos del techo. Estas suelen ser las partes más vulnerables de los edificios cuando ocurren los huracanes. Cuando llega el momento de cambiar esos elementos, por razones de uso y desgaste, ellos pueden reemplazarse fácilmente con productos menos vulnerables e instalarlos de manera más segura con costos incrementales muy pequeños.

Este es un enfoque discreto a la mitigación. Sin embargo, no hay que pensar que la vida va a ser siempre tan sencilla. En muchos edificios existentes hay otros problemas, cuyas soluciones son inmensamente complejas y costosas.

6. Mitigación de desastres después de los sucesos

Luego de un desastre es comprensible que lo más importante sea poner a funcionar los establecimientos de salud lo más pronto posible. Además, el personal técnico y los recursos financieros son muy escasos. Esta combinación de factores a menudo hace que las reparaciones se lleven a cabo muy rápido sin prestar la debida atención a los aspectos de seguridad. En realidad, las reparaciones que se hacen después de los desastres suelen dejar a los edificios todavía más vulnerables que antes del desastre,

Si se quiere evitar esta situación usual, los custodios de los establecimientos de salud deben tomar medidas muy bien pensadas. Esas medidas incluirían:

· instrucciones claras (sobre criterios de desempeño en relación con peligros naturales) dadas a los ingenieros, los arquitectos y los contratistas que participan en las reparaciones y la rehabilitación;

· disposición para aceptar (momentáneamente) trabajar en espacios más pequeños con menos camas si el financiamiento para las reparaciones es inadecuado con miras a lograr normas de seguridad para todas las instalaciones dañadas;

· contratación de un empleado especializado en mitigación que revisará y vigilará los diseños y la construcción para velar por que se satisfagan los criterios acordados de desempeño.

7. Costos acarreados por la mitigación

Si se da por sentado que un edificio existente es apenas satisfactorio para un huracán de la categoría 2 (que probablemente ocurra una vez por cada generación en la mayoría de las islas del Caribe) entonces el costo de mejorar la instalación para que tenga las características de la norma de la categoría 3 podría enunciarse como:

$1,00 gastado en mitigación es equivalente a una disminución de $50,00 en las pérdidas potenciales.

Si se da por sentado que una instalación existente es apenas satisfactoria para un huracán de la categoría 3 (que probablemente ocurra una vez cada dos generaciones en la mayoría de las islas del Caribe) entonces el costo de la mejora de esa instalación para que satisfaga la norma de la categoría 4 podría enunciarse como:

$1,00 de mitigación es equivalente a una reducción de $20,00 en las pérdidas potenciales. podría argumentarse que la norma apropiada para los hospitales generales en los países que solo poseen uno de estos hospitales es un huracán de la categoría 5 para la mayoría de los estados del Caribe. El costo de mejorar una instalación de la categoría 4 para esté de acuerdo a la norma de la categoría 5 podría enunciarse como:

$1,00 de mitigación es equivalente a una reducción de $5,00 en las pérdidas potenciales.

8. Obstáculos encontrados en la mitigación

Los huracanes son sucesos de baja frecuencia. Los huracanes que han causado daños en el Caribe a partir de la llegada de Colón se resumen en el siguiente cuadro:

País

Número de huracanes conocidos, significativos desde 1492

Anguila

9

Antigua

36

Bahamas

72

Barbados

52

Barbuda

8

Belice

27

Bermuda

44

Islas Vírgenes

31

Islas Caimán

17

Cuba

150

Dominica

43

República Dominicana

62

Granada

10

Guadalupe

49

Guyana

0

Haití

30

Jamaica

65

Martinica

41

Montserrat

13

Nevis

24

Puerto Rico

94

San Eustaquio

16

Saint Kitts

80

Santa Lucía

16

San Martin y Saba

14

San Vicente

9

Tobago

8

Trinidad

14

Turcos y Caicos

13

Debido a largos períodos entre los huracanes en una comunidad dada resulta muy difícil persuadir a los responsables de las políticas que presten atención adecuada al tema de la mitigación. En las democracias parlamentarias de la región, donde la vida de un parlamento tiene un máximo de 5 años, un suceso que ocurre una vez cada 50 años no se considera prioritario.

Además, la destrucción por los huracanes se considera comúnmente como un "acto de Dios" y en consecuencia, no prevenible. Esta frase todavía está consagrada en las leyes de estos países y en las pólizas de seguro de la región.

9. Lecciones aprendidas de los ejercicios de mitigación

La principal lección que cabe aprender de la mitigación es que se trata de un ejercicio valioso por pequeño que sea. Los huracanes vienen en una variedad de intensidades. La definición de un huracán incluye una velocidad mínima del viento de 33 metros por segundo. Ese es el límite inferior del fenómeno. En teoría no hay límites superiores, pero las velocidades del viento no se han medido confiablemente más allá de 100 metros por segundo. Debido a que la fuerza del viento varía como el cuadrado de su velocidad, los dos extremos que se han mencionado producirían una diferencia de nueve veces en las fuerzas de viento. El cuadro que se da a continuación da una medida conveniente, comparativa del intervalo común de los huracanes según la escala de Saffir-Simpson:

Categoría del huracán

Velocidad del viento en metros por segundo

Velocidad del viento en millas por hora

Potencial de daños

HC1

33 - 42

74 - 95

Mínimo

HC2

43 - 49

96 - 110

Moderado

HC3

50- 58

111 - 130

Extenso

HC4

59 - 69

131 - 155

Extremo

HC5

>69

>155

Catastrófico

Los datos estadísticas indican que, en igualdad de otras condiciones, mientras más grave sea el huracán, menor será su frecuencia. En consecuencia, mejorar un edificio para que pase de la norma de la categoría 1 de huracanes (HC1) a la norma HC2 vale la pena, aunque una norma HC4 puede ser la apropiada. Esto ocurre porque el intervalo estadístico entre sucesos que causan daños en un edificio HC2 es mayor que el intervalo estadístico entre sucesos que causan daños a un edificio HC1. En otras palabras no debe decirse que, a menos que pueda alcanzarse la norma "correcta", no debe intentarse nada. Cualquier mejora vale la pena.

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