La mayoría de los sistemas de salud en Latinoamérica están organizados sobre la base de una infraestructura de atención médica constituida por puestos de salud, hospitales regionales, provinciales o estatales y hospitales nacionales o metropolitanos de referencia, así como unidades asistenciales especializadas. En esta organización, el sistema de referencia, control y supervisión está delineado, categorizado y supervisado adecuadamente. En el caso de un desastre que afecte este sistema, recomendamos hasta donde sea posible mantener la estructura básica del mismo, la que deberá ser adecuada y reforzada según el tipo de desastre, el área afectada, la magnitud, y la extensión del mismo.
La organización de los centros asistenciales para casos de desastre debe estar planificada con anterioridad, basándose primordialmente en la estructura y sistemas normales de salud y de atención médica existentes en el país, en los niveles regional y local. Los preparativos deben considerar las normas, papeles y funciones que vendrán a desempeñar los centros de salud no afectados por el desastre.
Es necesario recalcar que en esta organización asistencial para casos de desastre deben tomarse en cuenta no sólo el sistema de salud del país (que por lo general está formado por la red de instituciones centralizadas y descentralizadas), sino también las entidades autónomas, semiautónomas y privadas de salud, para que todas juntas formen parte inmediatamente de un gran sistema nacional de salud para casos de desastre.
Esta recomendación no debe quedar como "ideal"; más bien deberían estructurarse los mecanismos necesarios a través del comité nacional de emergencia o del sistema de defensa civil, a fin de que en el momento que un área o todo un país sea afectado por una catástrofe, entren todos automáticamente a formar parte del sistema nacional de salud para casos de desastre.
La regionalización de los servicios de salud debe ser parte de la infraestructura del sector en su estrategia nacional. En casos de desastre, esta regionalización permitirá una mejor utilización de los recursos, incluyendo transporte, comunicaciones y abastecimientos, lo que traerá beneficios haciendo más eficaz la atención de los pacientes.
Dentro de la regionalización debe establecerse coordinación entre las unidades asistenciales del Ministerio de Salud, el Seguro Social, y las organizaciones descentralizadas y privadas que brindan servicios de salud. Debe establecerse un comando único regional que ejecute las órdenes, ponga en acción los planes existentes, y asegure el enlace de los servicios de salud con el comité nacional de emergencia o sistema de defensa civil.
Es de vital importancia que se establezcan niveles de autoridad y coordinación y que funcionen adecuadamente, ya que la falla o el resquebrajamiento de la disciplina y coordinación en el desarrollo y aplicación de los planes para los servicios sólo traerán deficiencia y aumento de los costos.
Las tareas de coordinación, comunicación y supervisión son fundamentales en la implementación del plan nacional de salud para casos de desastre. Dicho plan deberá ser coordinado antes del desastre con el comité nacional de emergencia o defensa civil, para que funcione como brazo ejecutor de dicho comité.
Es importante que se preparen e identifiquen verdaderos líderes antes de que ocurran los casos de desastre. Estos líderes deberán tener autoridad y ser respetados por el gremio médico, la población y las autoridades establecidas; deberán tener conocimientos, facilidades de comunicación, y la autoridad necesaria para hacer funcionar la regionalización y contribuir a la eficacia de servicios de las unidades asistenciales de acuerdo con los planes previamente desarrollados, y además deberán tener la capacidad de improvisar, elaborar y desarrollar medidas de urgencia acordes con las necesidades.
Deberá hacerse mención especial en relación con las actividades de las organizaciones voluntarias en casos de desastre, y habrá de hacerse hincapié en el sentido de que dichas organizaciones, tanto nacionales como internacionales, se adapten y actúen en base a los planes y asignaciones realizados por el comité nacional de emergencia o defensa civil en general, y al comité de salud para casos de desastre en particular.
Si existen programas de coordinación en las instituciones asistenciales, el centro hospitalario podrá enfrentar una situación de catástrofe con mayores posibilidades de éxito.
La sectorización de las ciudades, y la delimitación de las áreas de influencia de los hospitales y centros de salud son factores importantes en la estructuración de planes de emergencia.
La definición clara de los niveles de atención según categorías, ubicación y grado de complejidad de las instituciones de salud, ha de permitir, igualmente, la planificación de acciones coordinadas, sucesivas y escalonadas en un plan global de atención médica frente a la emergencia; aquí es donde cada institución tendrá que asumir una responsabilidad según las circunstancias y la magnitud de la catástrofe.
El sistema de regionalización contempla zonas y áreas hospitalarias donde un "hospital líder" u "hospital regional base" tendrá la responsabilidad de organizar unidades asistenciales satélites en la región.
La necesidad de organizar la red medicoasistencial para casos de desastre a nivel de país, nos obliga a definir la categoría de cada una de las instituciones prestadoras de servicios de salud.
Partiendo de la base de que el hospital debe ser el centro coordinador de asistencia en caso de desastres mayores, esta catalogación debe realizarse tomando en cuenta la capacidad y financiamiento, la interconexión de la red de asistencia y las características regionales, y no deberá estar necesariamente ligada a la división política territorial del país.
Para la clasificación de los centros asistenciales utilizaremos los siguientes términos:
· Centro médico nacional - Sería el centro hospitalario de más alto nivel, con recursos humanos y físicos para subespecialidades; por ejemplo: traumatología, quemados, oftalmología, etc.· Hospital líder u hospital regional base - Centro asistencial que asumiría la responsabilidad de atención hospitalaria en una región, estado, provincia, o departamento; coordinaría la atención de emergencia con otros centros asistenciales de menores recursos o capacidades.
· Unidades asistenciales satélites - Serían centros asistenciales menores, con capacidad hospitalaria pero con escasos recursos humanos y materiales; estos centros prestarían servicios de obstetricia, pediatría, cirugía y medicina, coordinando su acción con los hospitales líderes o regionales base.
· Centros asistenciales especiales - Serían centros asistenciales con capacidad hospitalaria, pero su acción estaría limitada a especialidades; en caso de emergencia podrían ser utilizados como unidades asistenciales satélites o como centros de evacuación de pacientes en observación, posoperatorios no complicados o con patologías, que pudiesen ser tratadas en esos centros, y lo cual permite descongestionar los hospitales regionales.
· Puestos asistenciales - Serían centros de atención asistencial primaria sin capacidad hospitalaria, situados en áreas rurales o zonas urbanas periféricas, con escasos recursos humanos; estos centro; actuarían según las circunstancias como puestos de primeros auxilios o centros de clasificación de heridos.
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