Todos los hospitales, centros y puestos de salud, de acuerdo con su categoría en la estructura del sistema nacional de salud, deben contar con un plan de emergencia. La estructura de este plan estará íntimamente relacionada con la importancia y categoría de cada uno de los hospitales y del papel que juegan en el programa nacional de salud de acuerdo con su tamaño, área de influencia y área susceptible de desastre.
En los casos de desastre se pueden considerar los períodos de alerta, impacto, emergencia, rehabilitación y reconstrucción; sin embargo, aunque algunos desastres pueden tener períodos de alerta de días o posiblemente semanas, no es en ese periodo cuando el centro asistencial debe iniciar la elaboración de un plan para atender la posible catástrofe; estos planes deben ser concebidos, estudiados y practicados antes del desastre.
1) El plan deberá estar elaborado en forma que sea fácil de entender, y deberá dársele amplia difusión.
2) El plan debe considerar las contingencias que pueden demandar los cambios en el sistema de salud. Esto quiere decir que debe tener un alto grado de flexibilidad si se reconoce que pueden ocurrir muchas situaciones de emergencia.
3) Al desarrollar el plan deberá tenerse en cuenta el criterio del cuerpo médico, de las enfermeras y del personal administrativo del hospital involucrado; también debe consultarse el criterio de los servicios comunitarios (policía, bomberos, grupos voluntarios, defensa civil, etc.).
4) El plan debe ser fundamentalmente objetivo, y se limitará a dos aspectos específicos: la probable demanda, y los recursos que se encuentran disponibles o que pueden ser movilizados.
5) El plan debe ser puesto en práctica sólo cuando sea necesario.
Cada hospital preparará un plan para casos de desastre basado en su capacidad operativa. La capacidad operativa de un hospital o centro de salud podrá abarcar desde la atención de primeros auxilios, atención de emergencia inmediata y posterior transferencia, hasta atención de cuidados definitivos.
El plan de desastres deberá ser desarrollado conjuntamente con otras facilidades de emergencia de la comunidad para la expansión de la actividad hospitalaria.
La planificación debe incluir la consulta y revisión con las autoridades civiles locales y con otras instituciones médicas, a fin de establecer un comando eficaz para hacer apropiada la actuación en el área. Dicho plan deberá contemplar la preparación de grupos de acción para realizar triages in situ y una distribución de pacientes que haga mas eficiente el uso de servicios y capacidades.
El plan de desastres deberá tomar previsiones para:
1) Evaluar la capacidad de autonomía hospitalaria y las fuentes de aprovisionamiento de electricidad, gas, agua, alimentos, y suministros médicos.
2) Un sistema eficiente de alerta y asignación de personal.
3) Un comando médico unificado.
4) Transformación de todos los espacios utilizables en áreas claramente definidas para un triage eficiente, para la observación de pacientes y para cuidados inmediatos.
5) Pronta transferencia, cuando fuere necesario (luego de los servicios médicos y quirúrgicos preliminares), a sitios donde las facilidades de atención médica sean más adecuadas y definitivas.
6) Un censo médico especial para casos de desastre.
7) Procedimientos para la rápida transferencia de pacientes en el hospital.
8) Mantenimiento de la seguridad para evitar el paso de personas curiosas a las áreas de triage, así como para proteger al personal de acciones hostiles.
9) Establecimiento previo de un centro de información pública. Un equipo de relaciones públicas con medios de comunicación para ayudar a proveer una fuente organizada de información. El hospital tiene la responsabilidad de informar a la comunidad de su potencial y limitaciones en casos de desastre. Los recursos de cada hospital deben ser conocidos por la policía local, los grupos de rescate y los equipos de ambulancia.
El hospital deberá tener equipos para combatir incendios. Un plan de desastre intrahospitalario y plan contra incendios y otros desastres debe incorporar procedimientos de evacuación, y deberá ser desarrollado con la ayuda de los cuerpos de bomberos.
Algunas de las medidas a tomar, son:
1) Planes de asignación del personal para trabajos y responsabilidades, específicas.
2) Instrucciones relacionadas con el uso de sistemas de alarma y señalamientos.
3) Instrucciones sobre los métodos de combate contra incendios.
4) Instrucciones sobre la localización de los equipos de lucha contra incendios.
5) Sistema de notificación al personal entrenado.
6) Especificación de procedimientos y rotas de evacuación.
Todo el personal del hospital deberá estar bien familiarizado con el plan. Los simulacros de lucha contra incendios y de situaciones de desastre interno deberán realizarse como mínimo una vez al año en cada uno de los turnos del hospital, para:
1) Asegurar que el personal de todos los turnos esté entrenado para realizar las labores asignadas.
2) Asegurar que el personal de todos los turnos esté familiarizado con el uso y operación de la lucha contra incendios con el equipo que mantiene el hospital.
3) Evaluar la eficacia del plan. La evacuación de pacientes a áreas seguras durante el simulacro es opcional.
1) En un hospital se produce una emergencia o un desastre cuando los recursos existentes para hacerle frente son inadecuados para una acción inmediata. I n esas circunstancias deben abandonarse dichos métodos y aumentar los recursos a fin de expandir la capacidad hospitalaria.
2) Es responsabilidad del hospital mantener un programa de educación continua y entrenamiento para asegurar la pronta y correcta acción que deberá tomarse en el caso de una emergencia.
3) Cuando el hospital reciba más de cien casos de emergencia simultáneamente, deberá planificarse un sistema de tratamiento simplificado; dicho sistema estará orientado a evitar pérdidas de vida, complicaciones, deformidades, infecciones y tratamientos retardados. Esta política deberá ser discutida previamente por el cuerpo médico, el cual fijará las pautas y acciones que deben tomarse en el momento del desastre elaborando el plan hospitalario para manejo de catástrofes.
El propósito de un plan de catástrofes es lograr atender el mayor número de personas que requieran servicios de atención médica con la mayor prontitud y eficacia, a fin de reducir el número de fallecimientos y casos de invalidez y lograr la recuperación de las víctimas. Los objetivos principales son:
1) Preparar el personal y los recursos institucionales para dar un rendimiento óptimo frente a una situación de emergencia de cierta magnitud.
2) Informar a la comunidad sobre la importancia del "plan de catástrofes", su ejecución y beneficios que aporta.
3) Lograr medidas de seguridad en caso de accidente interno de la institución.
1) Ha de ser funcional, flexible y de fácil ejecución para que pueda adaptarse a distintas situaciones y circunstancias.
2) Ha de ser permanente y actualizado, lo que equivale a una constante disponibilidad de recursos y personal bien informado y competente, listo a ejecutar el plan.
3) Es preciso coordinarlo con planes similares de otras instituciones para lograr una mayor cobertura, mayor eficacia y una mejor utilización de los recursos disponibles.
4) Debe ser parte de un plan regional de catástrofes y contribuir a robustecer los planes de defensa civil.
5) Ha de ser integral, es decir que debe atender desastres internos de la institución, o externos de mediana magnitud o de gran significación.
1) Se describirán las bases legales que faculten a los ministerios de salud de los países respectivos a actuar en casos de desastre, tanto en las instituciones públicas como privadas.
2) El plan puede ser conocido con un nombre de fácil retentiva, conmemorativo de un hecho importante en la vida del hospital, o alusivo a la medicina.
El plan deberá analizar la vulnerabilidad de la estructura física del hospital de acuerdo con su construcción, terreno en que fue construido y su resistencia para diferentes tipos de desastre. Además debe implementarse un sistema de señalización que incluya:
1) Señalización propia de las vías de escape.
2) Señalización de equipos contra incendios.
3) Diagrama de distribución del edificio.
Deberá contar con sistemas de detección de incendios y con extintores estratégicamente distribuidos (ver Anexo 3).
· Agua
Con respecto a servicios básicos, es importante que en el plan se señale el suministro de agua, dónde está la fuente de abastecimiento, qué fuente alterna existe en el mismo, cuáles son los sistemas de distribución y potabilidad de agua, con que reservas se cuenta y qué posibilidades hay de suministro de agua en condiciones normales y en casos de emergencia.
· Drenajes y aguas negras
En el plan debe considerarse también la localización de drenajes, eliminación de aguas negras, basuras y desechos, señalando cuáles son los sistemas normales de tratamiento de estos desechos, cuáles serían los sistemas de emergencia alternos, así como el manejo de los desperdicios potencialmente contaminantes o materiales sépticos, producto del manejo y tratamiento de los pacientes infectados.
En algunas áreas será problemático el manejo de materiales radiactivos, como radioisótopos y otros contaminantes que pudieran incrementar la magnitud del desastre.
· Energía eléctrica
Ha de determinarse el voltaje, amperaje y ciclaje usado en el hospital y la comunidad; fuente alterna de abastecimiento eléctrico (plantas de emergencia), su capacidad, combustible utilizado, reservas, autonomía, el área de servicio que opera, si existiera para esta fuente alterna; con qué otros recursos potenciales para energía eléctrica cuenta el hospital (bomberos, policía, compañía de electricidad, etc.).
Deberán localizarse los paneles de control y la red de distribución eléctrica, tanto interna como externa, y conocerse los sitios de adquisición de generadores que le permitan suministrar flujo eléctrico a las áreas más importantes del hospital (ver Anexo 4).
· Gas
El suministro de gas deberá estar bajo control de acuerdo con las necesidades del hospital; es preciso conocer los lugares donde van las tuberías y dónde se hallan las llaves de seguridad, teniendo en cuenta que en casos de desastre, incluyendo terremotos, pueden provocarse incendios por chispa. También hay que tener mucho cuidado con el derramamiento de materiales inflamables, que en contacto con el gas pueden producir explosiones o incendios que agraven el desastre.
El transporte dentro y fuera del hospital es fundamental desde el punto de vista logístico. Con las autoridades correspondientes deberán presentarse alternativas a los sistemas normales de acceso al hospital, a fin de que las víctimas de desastres puedan llegar a él a la mayor brevedad. También debe preverse la posibilidad de construcción de un helipuerto en zonas aledañas al hospital, así como el número de vehículos, potencia, características y tipo de combustible que utilizan, incluyendo, según la localización del hospital, el uso de lanchas o barcos para el transporte de heridos o enfermos.
En este rubro deberán inventariarse los recursos de transporte intrainstitucional, como camillas, sillas de rueda, carros de curaciones; además deberá conocerse el sitio de almacenaje o de localización para una movilización adecuada en el momento del desastre. Igualmente, deberán precisarse las áreas de circulación dentro del hospital.
Se ha de restringir el uso telefónico a las necesidades del servicio. La central telefónica debe disponer de una lista actualizada con direcciones y teléfonos del personal involucrado en el plan, además del personal voluntario. Las comunicaciones, tanto intra como extrahospitalarias son de vital importancia. Debe conocerse la capacidad de la central telefónica, energía que usa, y la energía alterna en caso de fallas, así como la existencia de sistemas parlantes o luminosos, o bien el de intercomunicadores personales.
Sería recomendable que cada hospital contase con un equipo de radio, ya sea VHF o UHF, o de banda ciudadana (11 metros), con equipo alterno de energía (corriente alterna y batería), ya que éste podría ser el único medio de comunicación en casos de desastre.
Deben preverse igualmente los mecanismos de llamada a servicio del personal hospitalario mediante claves difundidas por radios comerciales.
Con respecto al organigrama que debe funcionar durante el período de desastre, lo ideal es continuar con el que ya estaba en vigencia en el hospital, aunque podría reforzarse y mejorarse para casos de desastre. En dicho organigrama deberían especificarse los niveles de mando en la dirección y en la administración, de tal forma que se evite la duplicidad y se centralicen los esfuerzos y recursos para el manejo de un comando único intrahospitalario. Tanto la parte directiva, como la administrativa, deben descontinuar las barreras burocrático-administrativas que impiden la pronta utilización y manejo de los suministros existentes en almacén, y agilizar la adquisición mediante la compra rápida y coordinada de los recursos necesarios.
Administrativamente es recomendable tener en almacén los medicamentos, suministros y útiles medicoquirúrgicos necesarios para un período mínimo de tres meses; estos recursos serán de gran utilidad para el manejo masivo de heridos, y hay que tener en cuenta que la ayuda externa o internacional llegará a los pacientes siempre en forma tardía.
El hospital debe estar preparado para cualquier situación de emergencia, sin que importe el tamaño y la magnitud de la misma, en la que se incluyen, por supuesto, las catástrofes de gran escala. La organización y las operaciones que deberán ponerse en marcha dependerán del tipo y magnitud del desastre.
· Director coordinador
1) El plan debe ser orientado y dirigido por el director de la institución o por su representante: el subdirector, los jefes de los departamentos médico o quirúrgico. El director o su representante preside el comité del plan de catástrofe y actúa como coordinador ejecutivo de dicho plan.
2) La coordinación se ejerce con otras instituciones del sector salud y especialmente con el plan de defensa civil. Internamente, con las distintas unidades y servicios del hospital.
· Comité del plan de desastre
1) El comité actúa a nivel de decisión y las acciones ejecutivas corresponden al cuerpo médico apoyado por las unidades de logística y servicios generales de la institución (véase el organigrama en la figura 1).
2) Está constituido por personal científico y técnico de los servicios clave de la institución, a saber:a) el director del hospital o su representante;
b) el presidente de la sociedad médica;
c) jefes de departamentos;
d) el jefe de emergencia;
e) la directora de enfermeras;
f) el jefe de personal;
g) el jefe de mantenimiento;
h) el administrador;
i) un representante del personal de planta.
Figura 1 Organigrama de un plan de
control de desastres aplicable a cualquier hospital.*
*Ligeramente modificado del cuadro original de Alfonso G Ramírez, "Plan Esculapio - Hospital Millitar Central" Bogotá, Colombia, 1968.
· Funciones del comité
1) Colaborar en la preparación, organización y reglamentación del plan.
2) Favorecer la coordinación del plan con otros similares en la comunidad y con entidades del sector público y privado.
3) Vigilar la ejecución del plan y disponer prácticas frecuentes que contemplan simulacros.
4) Efectuar evaluaciones periódicas y actualizar el plan.
5) Responder por la oportuna ejecución del plan, su desarrollo y eficacia.
· Ejecución
Al equipo de salud le corresponde poner en práctica el desarrollo y ejecución del plan mediante unidades, secciones o servicios a los cuales se les han asignado funciones definidas. Estas unidades están constituidas por personal médico, paramédico y obrero apoyado debidamente por la rama administrativa, y su campo de acción puede ser en el hospital o fuera de él. El plan debe experimentarse mediante simulacros periódicos anuales, y el ejercicio debe hacerse en primer lugar en forma programada, sin simulación de pacientes y con aviso previo; luego sin aviso, y posteriormente con simulación de víctimas. Debe llevarse un registro de acciones y tiempo empleado, que permitan una calificación y evaluación del plan con el fin de mejorar su desarrollo futuro.
· Capacidad operativa
Después de hacer un estudio cuidadoso del personal disponible por turno, así como del instrumental, equipo y otros :recursos, debe determinarse la capacidad operativa máxima.
Esto se traduce en el número de camas asignadas a cuidado intensivo para atención de pacientes críticos agudos recuperables, el número de camas asignadas a pacientes graves, y facilidades para pacientes con lesiones leves y ambulatorios.
Foto: J. Muñoz Pazmiño/LSCR
Foto: C. de Ville de Goyet/ OPS
En el plan regional coordinado se podría asignar a una institución bien dotada la responsabilidad del cuidado intensivo principalmente; a otra el cuidado intermedio, y a los centros de salud, ambulatorios del Seguro Social y algunas clínicas privadas el cuidado mínimo y ambulatorio.
Para incrementar el número de camas existen las siguientes normas:
1) Según criterios establecidos por el cuerpo médico, las hospitalizaciones se limitan exclusivamente a pacientes en estado crítico y grave; el ingreso de estos pacientes estaría dirigido a las unidades de cuidado intensivo y cuidado intermedio.
2) A todo paciente en condiciones de ser dado de alta se le autorizará su egreso del hospital.
3) Se habilitarán áreas disponibles para aumentar las zonas de atención de pacientes. Los corredores deben quedar libres para facilitar el tráfico de enfermos y personal. El subdirector o el administrador será el responsable de esta misión.
4) Conversión de piezas o habitaciones de una sola cama en piezas de dos, las de dos en tres, las de tres en cuatro, etc. Debe haber flexibilidad en la utilización de camas, y mantener en depósito un 15 a 20% de la capacidad total de camas.
La capacidad operativa tiene relación con el número probable de casos de emergencia atendidos por día, número de operaciones quirúrgicas, anestesias, instrumental y equipo disponible y, ante todo, personal de la institución y otros potencialmente previstos.
![]() |
![]() |