SUSAN SMART GARDNER, R.N., A.N.P., M. S.
En la mayoría de las situaciones de enfermería, parece muy obvia la expresión: "lo primero es lo primero", pero durante un desastre, no siempre se sabe cuáles son los pacientes y lesiones que se deben atender prioritariamente. Por ejemplo: ¿qué haría una enfermera en primer término si tiene que atender a un sujeto inconsciente con una pierna que sugiere fractura y al mismo tiempo sangra abundantemente de heridas en la cara y el abdomen? ¿Qué ocurriría si en vez de un paciente con múltiples heridas tuviera docenas de ellos? ¿Por dónde empezaría, cuando las lesiones van desde superficiales a mortales y en el entorno priva la confusión y la histeria?, la respuesta es: establecer prioridades.
Este texto pretende auxiliar a la enfermera a valorar una situación de catástrofe, a establecer prioridades y a planear intervenciones eficaces. En este capitulo, se brinda información concerniente a los conocimientos y la experiencia necesarios para la evaluación rápida de heridos y enfermos. Presentamos un formato lógico y sistemático para una valoración completa y rápida de cada persona. Las decisiones de selección se exponen en el capitulo 3; en tanto que el cuidado de un paciente con múltiples lesiones, aparece en el capitulo 5.
Se han creado diversos sistemas para auxiliar a la enfermera a resolver los problemas de valoración y tratamiento, y decidir el orden en el que debe resolverlos. Sea cual sea el sistema, la estrategia esencial al atender a una víctima incluye los siguientes puntos:1
· Valoración inicial rápida
· Tratamiento urgente de lesiones que puedan ser mortales, de acuerdo con la propia secuencia de prioridades
· Valoración mas detallada
· Transferencia segura y rápida a la instalación apropiada.
Las enfermeras especializadas en la atención durante casos de catástrofe, deben tener amplios conocimientos y experiencia para valorar y decidir las prioridades en que la proporcionarán. Ya sea que se enfrente a las responsabilidades inmediatas de un desastre de gran magnitud o a un sólo sujeto gravemente lesionado, la enfermera no puede por ningún concepto hacer una valoración detenida, ya que cada segundo es precioso. Ella debe evaluar con mucha rapidez a los pacientes y actuar al instante para preservar la vida y las funciones de la víctima. Sin embargo, la revisión debe ser lo suficientemente detallada para identificar lesiones ocultas.
Las circunstancias y el sitio en donde ocurre una desgracia rara vez son las ideales. Los sujetos pueden estar completamente vestidos, colocados en posiciones incómodas, no colaborar, estar inconscientes o no hablar español. El ambiente puede presentar peligros especiales para la víctima y el socorrista. Pocas veces existen condiciones, tales como iluminación, equipo, temperatura o ropas adecuadas para el clima. Más aun, la enfermera debe tener la capacidad de valorar a los pacientes conforme éstos lleguen, a pesar de no tener conocimientos acerca de los antecedentes médicos de cada persona o los mecanismos del traumatismo. Con mucho tacto debe indicar las razones del tratamiento diferido a los pacientes con lesiones menos graves o que están en la sala de espera, y al mismo tiempo, iniciar la atención necesaria para salvar las vidas de quienes estén enfermos o lesionados gravemente.2,3
La clave del reto
La valoración es la clave para resolver con éxito el reto de la enfermería en desastres. La valoración debe anteceder el inicio del tratamiento. Las intervenciones prioritarias se realizan con base en la valoración sistemática. Ante una serie de condiciones que amenazan la vida, deben posponerse las valoraciones continuas, a medida que se ponen en marcha las medidas adecuadas para contrarrestar dichas condiciones. Una vez logrado esto, la valoración sistemática asegura que se han evaluado cuidadosamente todos los órganos y sistemas.3
Las víctimas de un desastre constituyen un reto único, debido a que difieren de la mayoría de los pacientes clínicos en varias formas:4
· Las lesiones requieren con frecuencia de intervención inmediata que les salve la vida.
· Los pacientes no han tenido oportunidad de prepararse para la situación que ahora representa una crisis para su familia y para s; mismos.
· Los pacientes pueden sufrir múltiples lesiones.
· Las lesiones pueden ser a veces tan tenues que no se detectan inicialmente.
· Existe una gran posibilidad de que las víctimas presenten complicaciones posteriores debido a la multiplicidad y gravedad de sus heridas.
· El periodo de rehabilitación es prolongado y exige una valoración constante y ajustes por parte de todo el personal asistencial.
Valoración de las fases
La víctima de un desastre que se encuentre gravemente herida, requiere un médico muy capacitado que realice muchas acciones a la vez. En el medio clínico, en donde se cuenta con una gran variedad de especialistas y terapias disponibles de forma inmediata, la valoración y el tratamiento administrados por un equipo de traumatología que se ha movilizado rápidamente, pueden comenzar simultáneamente. En el sitio del desastre, en donde los recursos y la ayuda son escasos e inexpertos, la directora de enfermería debe tomar decisiones respecto a la estabilización y transferencia. Sin embargo, antes de tomarlas, deben reunirse los datos apropiados.
La atención de las personas que sufren algún traumatismo, incluye tres fases principales de valoración 4,5
1. Reconocimiento inicial (evaluación y estabilización inmediata del paciente como primera prioridad.)
2. Valoración secundaria (después de las medidas de reanimación y estabilización iniciales debe completarse una exploración más detenida para identificar todas las lesiones existentes).
3. Valoración continua y sistemática (una evaluación continua de la asistencia prestada y de la reacción de la víctima, tiene como objetivo identificar complicaciones inminentes o reales.)
Lleva más tiempo interpretar una valoración que realizarla. En situaciones de catástrofe, la enfermera trabaja rápidamente, valorando varios sistemas y órganos del cuerpo simultáneamente, a partir del momento en que llega la primera víctima. Ella lleva al cabo una valoración de pies a cabeza de todos los sistemas y órganos del cuerpo en un lapso que no excede de 3 a 5 minutos, generalmente mientras escucha algunos reportes del caso y recibe información. La valoración de pacientes con problemas importantes en las vías respiratorias, respiración o circulación se practica en un término de 60 a 90 segundos para concentrarse en estas prioridades.6
Las pautas que presentamos constituyen un esquema sistemático que tiene como fin obtener la máxima información posible en el mínimo de tiempo. A pesar de que existen muchas formas de organizar una valoración, el aspecto más importante es establecer y seguir una rutina. El sistema es beneficioso por varias razones:
· Los datos se reúnen de una forma lógica y ordenada
· Se evalúan todos los aparatos y sistemas del cuerpo
· Se establecen prioridades de planificación
· Se toman datos como punto de referencia para una valoración futura
· Se obtiene as; un fundamento para formular los diagnósticos asistenciales
La revisión inicial está enfocada a identificar el potencial de las lesiones que pueden causar la muerte. Entre las prioridades inmediatas de la atención, están las funciones necesarias para mantener a las víctimas con vida, como son la respiración y la circulación eficaces. Si cualquiera de las dos falta o es inadecuada, debe iniciarse inmediatamente el tratamiento apropiado, sin perder segundos preciosos en la curación de lesiones menos urgentes. En esta fase puede elaborarse un esquema para valorar principalmente las vías respiratorias, el ritmo de respiración, la circulación, las vértebras cervicales y el grado de conciencia. Dicho esquema se identifica en inglés con las siglas ABCs, en español podría recordarse como RRR CCC (vías Respiratorias, Ritmo de la Respiración, Circulación, vértebras Cervicales y Conciencia).
Las vías respiratorias y la columna cervical
La prioridad máxima es la valoración rápida de las vías respiratorias del paciente. El paso inicial en el suministro de oxigeno es el desplazamiento del aire de la atmósfera hacia los alveólos y esta función requiere que las vías respiratorias estén despejadas y haya una ventilación apropiada. La ventilación inadecuada ocasiona hipoxemia e hipoxia inmediatas y cuando el oxigeno deja de llegar al cerebro, se provoca una lesión irreversible en un término de 5 minutos. Considere rápidamente la posición de la víctima, la naturaleza de la obstrucción de las vías respiratorias y la forma de despejarlas. Al realizar esta valoración tenga en mente que si el paciente presenta fracturas y cortaduras en la cara y está inconsciente, quizá hubo suficiente fuerza en el impacto como para fracturar alguna vértebra cervical. Una norma empírica es el suponer que existe fractura de dicha zona, si se observa una lesión grave arriba de la clavícula. Maneje al paciente con el cuidado que supone una lesión de este tipo, hasta que las radiografías de la columna prueben lo contrario.1,7,8
La causa más común de obstrucción de las vías respiratorias es la lengua de la víctima. Sin embargo, cuando existe la posibilidad de una lesión de las vértebras cervicales no conviene ladear o inclinar la cabeza del paciente ni levantarle la barbilla en un intento de despejar la obstrucción, ya que esto provoca la hiperextensión del cuello. Un movimiento similar podría transformar una fractura de la columna cervical sin daño medular, en otra con daño de la misma. La columna cervical debe mantenerse en posición neutra con tracción perfectamente alineada, en la cual se comprende a la lengua por el plano frontal.
El primer método al que puede recurrirse es el desplazamiento del maxilar inferior hacia arriba. El operador coloca los dedos de una mano debajo de la barbilla y la levanta, al mismo tiempo oprime el labio inferior con el pulgar, abriendo así la boca ligeramente. Si se necesita respiración de boca a boca pueden obturarse los orificios de las fosas nasales del paciente con los dedos pulgar e índice de la otra mano. La maniobra anterior es el método más conveniente para utilizarse en víctimas que sufrieron algún traumatismo, ya que no requiere de la hiperextensión de la cabeza.
Otra técnica para despejar las vías respiratorias es levantar la mandíbula. El operador coloca el pulgar alrededor de los incisivos inferiores y desplaza el maxilar inferior hacia adelante. Sus desventajas incluyen la dificultad en conservar el agarre de la boca húmeda, y en el peligro de una mordedura, si el paciente recupera repentinamente la conciencia.
La tercer maniobra es empujar el maxilar inferior hacia adentro. Sujete el ángulo del maxilar con ambas manos, una a cada lado, y desplácelo hacia el frente. La desventaja de esta maniobra es que requiere de ambas manos por parte del que opera y lo imposibilita para realizar otras maniobras de socorro.8
La columna cervical debe inmovilizarse con la mayor rapidez posible. Cualquier transferencia o movimiento del paciente debe hacerse sólo si la persona que lo atiende le conserva la cabeza y el tronco alineados y desplaza el cuerpo girándolo sobre si mismo como un todo. Habrá que colocar a la víctima sobre un tablón largo y firme. Si no se cuenta con un collar cervical se colocan a uno y otro lado de la cabeza, bolsas de arena o toallas enrolladas, para evitar que gire el cuello hacia un lado y otro. Se le coloca tela adhesiva de 5 cm de ancho sobre la frente y las toallas enrolladas se fijan al tablón. Otro tramo de cinta adhesiva se coloca en el tórax, para estabilizar la columna cervical por arriba y por debajo.9
Respiración
En segundo término, se debe valorar la respiración. La ventilación de los pulmones depende no sólo de las vías respiratorias, sino también de los alveólos, de los huesos rígidos que forman el tórax, así como de la integridad de los nervios y músculos que controlan los movimientos de las costillas y del diafragma.10 La enfermera debe iniciar la exploración de la respiración al colocar su oído sobre nariz y la boca de la persona para verificar que haya el intercambio de ventilación. Tomar el pulso en la muñeca o el cuello del paciente, para valorar la circulación. Es importante que el tórax esté al descubierto para as; observar los movimientos respiratorios. Si no se percibe ningún esfuerzo espontáneo de respiración o éste es demasiado débil, habrá que iniciar y continuar la ventilación asistida.8
Circulación
El siguiente paso en la exploración es la circulación. Sin embargo, medir la presión arterial en la revisión primaria no constituye un estudio útil en ese momento. Simplemente con tomar el pulso se pueden obtener datos importantes acerca del rendimiento cardiaco. El pulso puede ser valorado rápidamente en cuanto a sus características, frecuencia y regularidad. Si se palpa en la arteria radial cabe suponer, en términos generales, que la presión arterial es mayor de 80 mm Hg. Si es palpable el pulso femoral, la presión sistólica es superior a 70 mm Hg; y mayor de 60 mm Hg. si se palpa el pulso carotídeo. El tiempo que tardan en llenarse los capilares puede determinar rápidamente si el volumen de sangre es el adecuado. Una prueba capilar de la parte blanca o matriz de la uña muestra la normalización del color debajo de ella en un término de 2 o 3 seg, en un paciente normovolémico.
Si la sangre que sale en chorro denota hemorragia arterial, habrá que aplicar presión directa a la herida, y si no se obtienen buenos resultados con esta maniobra, localice el punto más cercano de presión entre la herida y el corazón y aplique presión con 3 dedos y no simplemente con el pulgar o con un dedo.
La hemorragia interna es más difícil de valorar, pero puede detectarse por medio de los signos y síntomas de una conmoción hipovolémica. Entre los sitios más probables en donde se puede presentar la pérdida "oculta" de sangre están el tórax, el abdómen, pelvis, el plano retoperitoneal o los muslos. Por ejemplo, cada hemitórax puede contener, incluso, más de dos litros de sangre,7,11 consulte el apéndice 2-A referente a los signos específicos de la pérdida "oculta" de liquido hemático.
Nivel de Urgencia.
Mientras la enfermera realiza las valoraciones y tratamientos iniciales, también valora el nivel de conciencia de la víctima, tal como lo indiquen el estado de alerta y la orientación de la reacción del paciente.12 La orientación respecto al tiempo, el sitio y la persona denotan el funcionamiento cerebral. El nivel de conciencia puede significar cosas diferentes para distintas personas, y para una revisión inicial rápida, el método ABDS (en inglés AVPU) es sencillo, uniforme y fácil de recordar.8
A = Alerta
B = Respuesta a estímulos bucales
D = Respuesta a
estímulos dolorosos
S = Sin respuesta
Durante la revisión inicial, ABCs o RRR CCC, (vías respiratorias, ritmo de la respiración y circulación, vértebras cervicales y conciencia), trate de obtener una descripción de lo que ocurrió, principalmente los mecanismos posibles de lesión, para ayudarse a determinar cúales fueron las áreas u órganos que posiblemente sufrieron algún daño en particular. Por ejemplo, la revisión de la escena del accidente y sus alrededores puede aportar pistas útiles para entender el mecanismo de la lesión y del traumatismo resultante. En términos generales, entre mayor sea la velocidad con que se desplazaba el vehículo (vehículo de motor o el objeto que golpeó al paciente), mayor será la lesión. En el caso de accidentes automovilísticos, debe advertirse la posición del volante, la presencia de los cinturones de seguridad para el abdómen, y el estado del parabrisas y de las manijas de las puertas o de las ventanas. Las quemaduras señalan al socorrista los peligros de que haya ocurrido la inhalación de humo y la intoxicación por monóxido de carbono, así como la presencia de quemaduras en las fosas nasales, la boca y la faringe. Las heridas por arma de fuego por lo regular ocasionan hemorragias internas, perforaciones y fracturas. Toda la información de esa índole obtenido del personal de rescate es útil para determinar la posibilidad de lesiones específicas.8
Entre los signos que indican empeoramiento del estado de la víctima están los siguientes: 13
· piel fría y húmeda
· palidez cenicienta que denota una menor asperción de los tejidos, y reacciones de tensión debido al aumento de la actividad del sistema nervioso simpático
· diaforesis, respuesta de origen simpático que surge en etapas finales
· cianosis, que denota lentitud de la corriente sanguínea, volumen proporcionalmente bajo de hemoglobina, y con ello disminución del contenido de oxigeno de la sangre
· alteración del nivel de conciencia, la cual inicialmente asume la forma de angustia, nerviosismo e irritabilidad, a medida que el sistema nervioso simpático intensifica la secreción de epinefrina, y más tarde se manifiesta en forma de apatía, letargo, confusión e inquietud, conforme el cerebro recibe sangre y glucosa en cantidades insuficientes
Esta valoración inicial puede completarse en un término de 60 a 90 segundos y así se asegura que las condiciones que amenazan la vida pueden ser determinadas y tratadas adecuadamente. El Apéndice 2-A ilustra la secuencia de prioridades de la valoración inicial básica ABCs o RRR CCC2,4,7,10-12,14-17 También se señalan los problemas potenciales y las posibles causas de interferencias en el funcionamiento, así como las medidas apropiadas de tratamiento urgente. En el capitulo 5 se expone con mayor detalle la atención de la víctima que ha sufrido múltiples traumatismos.
Después de la revisión inicial, la enfermera completa otra más detallada. Una vez eliminadas las lesiones que pueden causar la muerte, esta segunda revisión completa asegura que se identificaron todas las heridas mayores, y así se facilita el proceso de establecimiento de prioridades. La revisión dura de 3 a 5 minutos aproximadamente y debe adaptarse a la situación específica. En algunos casos de desastre, puede haber tiempo para iniciar la segunda valoración en el lugar mismo de los hechos; conforme se estabiliza el estado de las víctimas, se someten a selección y se espera que se les transporte. Desde un punto de vista realista, el campo del suceso no es el más adecuado para la segunda valoración, ya que en él puede carecerse de la ayuda suficiente y muchos pacientes quizá necesiten tratamiento inmediato para sus problemas de vías respiratorias, ritmo de respiración o circulación. En estos casos, la segunda revisión deberá realizarse en el sitio de transferencia, conforme las víctimas sean llevadas para una valoración y un tratamiento más definitivos.
Ante la cantidad de datos por reunir y registrar, es absolutamente necesario seguir un plan cuidadoso, pues sin el la enfermera pierde tiempo por repetir algunos procedimientos. Sin embargo, un plan comprensible y conciso le permite moverse con mayor confianza y eficiencia, gracias a que éste cubre la información que debe ocupar de forma rutinaria.
Organización de la Valoración
La enfermera puede llevar al cabo una valoración rápida comenzando por la cabeza y terminando en los pies. Debe usar siempre un orden establecido, mientras revisa cada porción del cuerpo. Durante la exploración es necesario establecer un ritmo cómodo. Entre las pautas generales por seguir están las siguientes: 11,18,19
· Proceder de la cabeza a los pies. Comenzar por el cabello y seguir hasta la punta de los pies. Esta secuencia permite la revisión progresiva y completa de todo el cuerpo, de manera que no se pasa por alto ninguna zona.
· Progresar de lo general a lo específico. En primer lugar, hay que considerar a la víctima como un organismo completo; y después poco a poco dirigir la atención a las áreas, los órganos y los sitios con problemas y molestias.
· Ir de lo externo a lo interno. Es importante seguir el orden natural de las estructuras, que pueden estar involucradas, cuando se explora un orificio o un órgano.
· Proceder de lo distante a lo próximo. Esta secuencia que refleja la dirección del flujo de sangre de regreso al corazón' se aplica para explorar las extremidades
Técnicas de valoración
La enfermera utiliza sus sentidos (excepto el del gusto) en el proceso de valoración. Los instrumentos son simplemente una continuación y amplificación de ellos. En el proceso de revisión y estudio de enfermos se utilizan cuatro técnicas comunes: 1) inspección; 2) palpación; 3) percusión y 4) auscultación. A pesar de que la ejecución de estas técnicas exige capacidad y destreza motoras, con la práctica pueden dominarse fácilmente y su uso mejora la capacidad de la enfermera para efectuar una valoración eficaz y eficiente.
La inspección es la exploración visual de la víctimas para detectar características físicas importantes. Se comparan las observaciones detalladas y concentradas con las normas o estándares establecidos. Pese a que la inspección parece ser el método menos complejo que se utiliza en la valoración física, requiere que el operador tenga conocimientos amplios y experiencia en la observación. Por medio de la sola inspección se puede obtener hasta el 90% de los datos que proporciona una exploración física. En raras ocasiones la palpación, la percusión o la auscultación detectan alguna anormalidad que no haya generado señales previas de existencia en la inspección cuidadosa. Antes de tocar, observe.
La palpación utiliza el sentido del tacto para determinar las características de los tejidos u órganos. Cuando se realiza de forma adecuada, la palpación tanto superficial como profunda constituye un recurso importantísimo para detectar masas, cambios de temperatura o dolor. Hacer presión sobre cualquer parte del cuerpo y observar las expresiones faciales mientras se palpa, da claves valiosas para conocer el grado de dolor que experimenta el paciente. El conocimiento de las formas y texturas comunes de las estructuras fundamentales antes de palpar un área, facilita la identificación de masas fijas o movibles. La palpación se debe hacer con mucha suavidad sobre las estructuras que probablemente estén inflamadas (como el bazo o el hígado potencialmente lesionados) vasos flebíticos o la piel de un anciano; todos éstos son tejidos friables que pueden dañarse fácilmente. Nunca se llevará a cabo la palpación sobre tejidos congelados o sobre posibles fracturas.
La percusión es el procedimiento en el que se golpea con suavidad, pero con vigor la superficie corporal para producir sonidos que reflejen la densidad, el tamaño y la posición de las estructuras o los tejidos fundamentales. Los sonidos producidos por la percusión variarán de acuerdo a la densidad del tejido en los planos implícitos. La técnica mencionada es especialmente útil para determinar la cantidad de aire o material sólido en el pulmón o el abdómen y para precisar los contornos de los órganos o porciones del cuerpo cuya densidad es diferente. La percusión también puede utilizarse para saber si ha cambiado la densidad normal; por ejemplo, la percusión revela pesadez sobre la resonancia normal del pulmón. Se necesita una combinación de habilidades auditiva y manual para ejecutar la percusión de forma precisa.
La auscultación es el proceso de escuchar los sonidos producidos por los diversos órganos del cuerpo, a efecto de detectar sus variaciones sobre lo normal. Excepto en el estudio del abdómen en el que después de la inspección se realiza la auscultación, por costumbre esta ultima constituye la fase final del proceso de la revisión en 4 etapas.
La auscultación inmediata que se hace sin estetoscopio resulta de gran utilidad para evaluar sonidos como sibilancias, estridor, ruidos intestinales o la imposibilidad de decir una frase completa en una sola emisión de aire. La auscultación mediata que se realiza con el estetoscopio, identifica los sonidos internos del corazón, los pulmones y el abdómen así como frotes y soplos.19,20,21
TABLA 2 - 1 Escala de coma de Glasgow
Órgano/Acción |
Respuesta |
Puntuación |
Ojos |
Abiertos espontáneamente |
4 |
Abiertos bajo órdenes verbales |
3 | |
Abiertos a causa de un dolor |
2 | |
No hay respuesta |
1 | |
Mejor respuesta motora | ||
Bajo órdenes verbales |
Obedece |
6 |
Bajo un estimulo doloroso* |
Localiza el dolor |
5 |
Flexión- retracción |
4 | |
Flexión- anormal (rigidez de decorticación) |
3 | |
Extensión (rigidez de decerebración) |
2 | |
No hay respuesta |
1 | |
Mejor respuesta verbal** |
Orientada y con conversación |
5 |
Desorientada y con conversación |
4 | |
Palabras inapropiadas |
3 | |
Sonidos incomprensibles |
2 | |
No hay respuesta |
1 | |
Total |
3- 15 |
Notas: *"Aplicar" los nudillos al esternón; observar los
brazos.
**Despertar al paciente por medio de estímulos dolorosos, en caso
necesario.
Fuente. Adaptado con la autorización de Jennett B. Teasdale
G: "Aspectos del coma después de una lesión grave en la cabeza". Lancet
1977; 1:878.
A pesar de que el olfato es a menudo uno de los sentidos más olvidado, también este puede aportar datos útiles. Los olores identifican a un paciente, desde la fetidez de la secreción de una herida, hasta su presencia sobreperfumada. Los olores pueden clasificarse de fétidos, dulces, nauseabundos, parecidos a la acetona, fecales, suaves, fuertes o débiles.
Revisión de la cabeza a los pies
Es importante para la enfermera tener en mente que la segunda revisión no implica una exploración física completa, sino la revisión de todas las partes y órganos del cuerpo. Debido a que puede desviarse fácilmente, por el primer hallazgo positivo, la enfermera debe preguntarse constantemente, ¿qué más puede estar fallando? El Apéndice 2-B presenta una revisión de la cabeza a los pies, muy fácil de entender; así como los tiempos aproximados que dura cada fase. 1,2,5,7-9,11,21-26, La escala de coma de Glasgow (tabla 2-1) se basa en la abertura de los ojos, las respuestas verbales y motoras, y es una forma rápida y práctica de detectar cambios en el nivel de conciencia. La escala numérica graduada varía de 3 a 15 puntos. Cuanto menor es la puntuación, más grave es el estado de la víctima. El nivel de respuesta menor de siete puntos denota un estado de coma, en tanto que el nivel por arriba de 9 puntos no señala un estado de coma. El cuadro incluye los puntos clave respecto a las diferentes ténicas y sus hallazgos. Los tiempos sugeridos pueden parecer poco reales para el operador novato; sin embargo, el desarrollo de un revisión organizada y sistemática, seguida de una práctica diligente, hará que el proceso de valoración se vuelva algo común y corriente dentro de los tiempos sugeridos.
Aunque a veces parezca imposible, la enfermera debe ser breve y concisa, y aprender a describir los hallazgos de forma objetiva, de acuerdo a sus sentidos: ¿Que vio? ¿Qué escuchó? ¿Qué sintió? Debe evitar utilizar términos vagos como "normal" o "sin problemas". Tener en mente qué es lo normal, y registrar todo lo que se ajusta a ello o no. También debe recordar que algunas normas para parámetros como color de la piel, turgor, proporción corporal y distribución de las grasas, varían en cuanto a la edad y origen étnico de la persona. En lugar de etiquetar los hallazgos es mejor describirlos, de manera tal que un observador independiente pueda llegar a la misma conclusión. Una forma de fuente de recolección de datos comprensibles, que sigue al proceso de la valoración, facilitará la recolección y el registro de información vital. Una muestra de esta forma se presenta en la tabla 2-1 que puede servir como el registro inicial de la valoración y el tratamiento, y también como una hoja de evolución clínica.
Historial clínico
Recolectar un historial clínico adecuado es tan importante como realizar una buena exploración física. En una situación de desastre, la enfermera no puede llevar a cabo la entrevista pausada que sigue al formato clásico: principales molestias, historia de la enfermedad actual, historial médico anterior, antecedentes familiares, historia psicosocial y revisión de órganos y sistemas. Ella debe reunir de forma rápida y concisa la información necesaria.
El paciente debe ser abordado de una manera que le ayude a disipar temores y angustias. Se recomienda conservar una actitud tranquila y decir al paciente algunas palabras amables. Durante el transcurso de la exploración inicial pueden obtenerse los historiales clínicos inmediatos de mayor importancia al recordar un término mnemotécnico conveniente como AMEUH, en inglés AMPLE:8,21
A = alergias. Especialmente a la penicilina, otros antibióticos o medicamentos que pueden ser necesarios durante el tratamiento de los traumatismos.
M = medicamentos que recibe el paciente, que podrían afectar su condición. Debe preguntar al paciente si se le ha administrado algún medicamento contra cardiopatías, anticoagulantes, narcóticos o esteroides, en el pasado o en el presente. Trate de averiguar la fecha en que se le aplicó la ultima vacuna antitetánica.
E = enfermedades o lesiones pasadas, que podrían aportar datos importantes concernientes a la necesidad de tratamiento del paciente o la reacción al mismo.
V = último alimento o consumo por vía oral. La digestión puede retrasarse después de una lesión, y por ello hay que considerar la posibilidad de retención gástrica, vómito y aspiración.
H = eventos que precedieron o siguieron al incidente. El grado en el que el paciente recuerde los hechos mencionados permite una estimación aproximada del nivel de conciencia y la gravedad de la lesión, y puede aportar en el cuerpo pistas del sitio y los mecanismos de ésta.
Información adicional
En circunstancias óptimas, el historial debe obtenerse del paciente, en caso de que esté en condiciones de referir lo sucedido. Si el paciente parece no entender, habrá que considerar que puede estar sordo, no hablar español, o padecer algún trastorno neurológico. Puede estar pasando por un choque físico o emocional y ser incapaz de contestar preguntas.
RECUADRO 2 - 1 Hoja de evaluación de traumatismo múltiple y de evolución
1. VÍAS RESPIRATORIAS 2. RESPIRACIÓN 3. CIRCULACIÓN 4. FLUIDOTERAPIA INTRAVENOSA 5. SIGNOS VITALES 6. EXPLORACIÓN SECUNDARIA
(BREVE) A. Inmovilizar 7. EVIDENCIA DE HEMORRAGIA 8. EVIDENCIA DE
TAPONAMIENTO 9. NEUMOTORÁXICA TENSIÓN 10. EVIDENCIA DE INFARTO O CONTUSIÓN DEL
MIOCARDIO 11. INMOVILIZAR TODAS LAS
FRACTURAS 12. COLOCACIÓN DE LA SONDA DE FOLEY Presencia de eritrocitos______Ordenar 13. COLOCACIÓN DE SONDA
NASOGÁSTRICA 14 ORDEN PARA RADIOLOGÍA 15. LAVADO PERITONEAL
INDICADO 16. COLOCAR APÓSITOS EN LAS
HERIDAS Firmas__________________Dr |
Fuente: Adaptado con la debida autorización, de la Hoja de evolución de un paciente con múltiples traumatismos y que requiere atención especial, Centro Médico de Cedar City, Utah.
Si la persona está inconsciente, no colabora o no habla español se podrán explorar otras vías para obtener un historial adecuado. Es necesario preguntar al personal de policía o de socorristas respecto a la hora, el tipo de accidente y el sitio en que ocurrió; la posición en que se encontró al paciente; los datos de la valoración inicial, cualquier actividad convulsiva observada y las medidas de tratamiento de apoyo terapéutico que se tomaron.
La víctima también puede estar separada de su familia o amigos y no llevar consigo ningún objeto de identificación, como billetera o bolsa de mano. Sin embargo, si están presentes los familiares o amigos cercanos, ellos pueden aportar la información concerniente a alergias, medicamentos, prótesis (incluyendo aparatos de audición o lentes de contacto) y cambios de comportamiento antes de la admisión. Además, la enfermera debe buscar algún brazalete o collar que contenga una identificación de tipo médico, pues en ellos se incluye una lista de problemas no manifiestos, como alergias, y proporcionan números de identificación y de teléfonos de emergencia que funcionan las 24 hrs. Es importante llamar a ese teléfono y proporcionar el número de identificación del paciente, para así tener acceso a su historial clínico, captado en un archivo computadorizado. Pese a que es poco probable que la información del brazalete o collar de alerta médica pueda obtenerse por personas que laboran en la escena de los hechos, un señalamiento en la hoja clínica de la víctima, indicando que se encontró dicho brazalete, alertará al personal de la instalación receptora, para que solicite la información apropiada. Sea cual sea la fuente de información, habrá que mencionarla por escrito en la historia clínica.11,24,27
En este punto se han completado las primeras dos etapas de la valoración. La tercera, que es de observación y evaluación continua, identifica rápidamente los cambios en el estado de la víctima. Nuevos estudios de laboratorio y hemodinámicos pueden ayudar a determinar la gravedad del traumatismo y la eficacia del tratamiento. Por su medio, puede administrarse el tratamiento definitivo para los problemas no detectados en las revisiones inicial y secundaria. Mientras la enfermera tenga a su cuidado al damnificado, deberá ejercer permanentemente las tareas de valoración, planificación, suministro de atención, evaluación y comunicación ininterrumpida. La valoración continua y sistemática permite a la enfermera estar alerta respecto a cambios en el estado clínico del paciente, los cuales pueden requerir una intervención rápida y decisiva o su notificación instantánea al médico.
Para resumir brevemente, la secuencia apropiada en el tratamiento de un damnificado es la siguiente:8,28
· Realice una revisión inicial rápida del estado de la víctima, focalizada hacia las funciones vitales de respiración, circulación, nivel de conciencia y hacia la posibilidad de que exista una lesión en la columna cervical.
· Evalúe y asegúrese de que no haya obstrucción de las vías respiratorias.
· Asegúrese de que el intercambio respiratorio sea eficaz.
· Mantenga o restaure una circulación eficaz.
· Efectúe una revisión secundaria rápida y completa; evite el movimiento excesivo del paciente, en especial si se sospecha de una lesión en la columna.
· Registre todas las observaciones importantes, como el nivel de conciencia, el diámetro pupilar, los signos vitales, las deformidades o anormalidades, para que sirvan de línea de referencia.
· Obtenga una historia de la lesión y de los hechos anteriores y posteriores al accidente, y pregunte acerca de las alergias, los medicamentos, las enfermedades pasadas y hora en que ingirió el último alimento.
· Cubra las heridas abiertas haciendo la presión para controlar el sangrado, según sea necesario.
· Inmovilice las fracturas obvias o sospechadas, y mantenga el cuello y la espalda inmóviles en el caso de suponer que hay algún traumatismo en la columna.
· Auxilie en la transferencia de las víctimas hacia la instalación apropiada de tratamiento.
Después de terminar la valoración y registrar todos los hallazgos, ¿qué debe hacerse? La primera parte del proceso de evaluación comprende la recolección adecuada de datos; la segunda parte, de igual importancia, consiste en el análisis y la interpretación de la información para formular diagnósticos de enfermería e iniciar el tratamiento idóneo. Sobre todo hay que darle al análisis de los datos la misma atención cuidadosa que se puso en su recolección. Evite formular conclusiones exageradas y quizás inexactas. Por ejemplo, si la persona está inquieta, combativa, agresiva, y presenta incontinencia vesicular o intestinal, con una higiene personal precaria y un aspecto desaliñado, no se debe asumir automáticamente que se trate de un problema de alcoholismo, drogadicción o un trastorno psiquiátrico, pues la persona puede padecer en realidad una lesión cerebral o hipoxia. De forma semejante, el caso del individuo con contracciones prematuras ventriculares multifocales no significa automáticamente que se trata de una cardiopatía grave, él puede sufrir una arritmia cardiaca benigna surgida años atrás o una intoxicación por ingestión de un medicamento llamado digital. Nunca suponga como posible que se pueden identificar instantáneamente todos los problemas de un paciente.
La enfermera debe tener sus cinco sentidos alerta para detectar cambios repentinos en el estado clínico del paciente.11 Unas cuantas indicaciones pueden ser útiles para evitar que cometa algunos errores comunes.11,29
· Siempre corrobore lo que cree escuchar. Los pacientes pueden dar respuestas que a su juicio son las que la enfermera desea oír. Utilice preguntas abiertas y deje a la persona describir su problema con sus propias palabras.
· Recuerde que lo que usted ve rara vez es el cuadro completo. Muchas lesiones van más allá de lo superficial como la punta de un iceberg.
· Efectúe una valoración detenida que se inicie con su inspección visual, y vaya seguida de la palpación, la percusión y la auscultación.
· No circunscriba su valoración únicamente a la zona del cuerpo en cuestión o a los signos más manifiestos del trastorno. Evite la visión limitada, que a veces culmina en conclusiones erróneas y precipitadas.
· Busque las causas; puede haber una o muchas para los problemas detectados, como dolor en el pecho, disnea o confusión, algunas de ellas benignas y otras mortales.
· No excluya la posibilidad de que exista un problema, sólo porque usted no detecte el síntoma típico.
· Con gran cuidado adapte la valoración hecha, de modo que incluya todos los posibles problemas subyacentes que puedan producir un síntoma en particular.
· Busque hechos importantes en el historial clínico personal anterior. Los enfermos a veces no conceden la debida importancia a las enfermedades sufridas en el pasado y sus efectos implícitos en la condición actual.
· Recuerde que todos los pacientes psiconeuróticos fallecen finalmente a causa de alguna enfermedad orgánica. Incluso, el mismo paciente con síntomas múltiples e infundados puede llegar a tener un problema grave.
Cuando los pacientes digan que tienen una urgencia y que necesitan ayuda, probarlo no es asunto de ellos. No se arriesgue a una desgracia por ignorar o descartar el temor de un paciente. Toda persona debe sentir que se le escucha y entiende y que la gravedad de su condición se ha evaluado de manera justa.
El tratamiento efectivo en situaciones de desastre a través del empleo de la valoración rápida y precisa es semejante a un caleidoscopio. El cuadro cambia ligeramente conforme cada persona es evaluado y tratada. Así como la intensidad de la luz acrecenta los colores del caleidoscopio, la agudeza del problema y el volumen de pacientes intensifican la necesidad de enfermeras capacitadas en las labores de valoración y selección. La directora de enfemería debe estar consciente de que los pacientes esperan que se les atienda y coordinar el flujo de los mismos de manera que todos se sientan cuidados y no se deje de tratar ningún problema.29 Su habilidad para la valoración inmediata mejora la eficacia de la atención en desastres y el índice de supervivencia de los pacientes.
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29. Turner SR: "Gulden rules for accurate triage", JEN, July/August 1981, pp. 153-15S.
Observación |
Critica |
Indicación |
Sospecha prioritaria | |
Vías respiratorias |
Obstrucción de vías respiratorias |
Traumatismo maxilofacial Estridor |
Acumulación de sangre, moco vómito u otros materiales |
Identificar la causa Cuerpo extraño: combinar golpes en la espalda
y maniobra de Heimilch |
Respiración |
Ventilación inadecuada |
Ausencia de respiración espontánea o de ambos campos
pulmonares |
En caso de no haber respiración espontánea después de abrir las
vías respiratorias, iniciar ventilación artificial. | |
Desplazamiento Aire subcutáneo Retracciones costales |
Desviación de la tráquea por fractura de esta estructura Tensión
neumotoráxica con desplazamiento del mediastino |
En esta situación puede necesitarse traqueotomía de urgencia, si
es imposible la ventilación | ||
Respiración paradójica Ruidos respiratorios inaudibles con
desplazamiento mínimo de la pared del tórax |
Neumotórax por fractura de costillas y punción de
pulmón |
Introducir sonda en tórax para drenaje de aire y liquido
sanguinolento de las zonas peripulmonares para permitir la
reinflación | ||
Circulación |
Hemorragia externa |
Lesión arterial por fracturas o desgarres graves | ||
Herida en el cuero cabelludo o las sienes Herida infraorbitaria de
la cara |
Comprimir la arteria temporal Aplicar presión a la arteria facial
que está en el borde del maxilar inferior | |||
Herida en el cuello |
Comprimir la herida; no comprimir la arteria
carótida | |||
Herida del brazo u hombro |
Comprimir la arteria subclavia contra la
clavícula | |||
Herida en el codo o la parte baja del brazo |
Comprimir la arteria humeral contra el húmero | |||
Herida del antebrazo |
Comprimir las arterias cubital y radial en el hueco del
codo | |||
Herida de la mano |
Comprimir las arterias cubital y radial en la
muñeca | |||
Herida del muslo |
Comprimir la arteria femoral contra el fémur | |||
Herida de la parte baja de la pierna |
Comprimir la arteria poplitea en el hueco popliteo detrás de la
rodilla | |||
Herida de los pies |
Aplicar presión a todas las arterias en el
tobillo | |||
Hemorragia interna |
Insuficiencia respiratoria grave |
Hemorragia dentro del tórax |
Elevar la cabecera de la cama para facilitar la respiración
Administrar oxigeno | |
Arritmias cardiacas |
Cuantificar los pulsos apical y periférico | |||
Distensión abdominal |
Hemorragia dentro del abdomen |
Lavar el estómago con hielo, si el sangrado se relaciona con una
úlcera péptica | ||
Abdomen rígido como si fuera una tabla |
Prepararse para administrar cimetadina intravenosa | |||
Distensión abdominal o pélvica |
Hemorragia dentro de la pelvis |
Fractura de pelvis: prepararse para tracción o cirugía Inmovilizar
con cabestrillo pélvico | ||
Eritema del miembro afectado |
Hemorragia dentro del muslo |
Aplicar compresas heladas Elevar el miembro inferior afectado
|
Tiempo aproximado |
Fase de valoración |
Puntos clave |
12 a 15 seg |
Valorar el aspecto general y el nivel de conciencia: | |
Medir el nivel de orientación. | ||
· Paciente inconsciente |
Valorar el nivel de conciencia | |
45-60 seg |
Valorar cara, cabeza y cuello: | |
· Inspeccionar y palpar la cabeza y el cuero
cabelludo |
Buscar desgarres, avulsiones de tejido deformidades y zonas
blandas (pueden indicar fractura con hundimiento del cráneo). | |
· Inspeccionar los ojos y las reacciones
pupilares |
Revisar las pupilas para apreciar su tamaño, movimiento y reacción
directa y consensual a la luz | |
· Inspeccionar los oídos y nariz |
Observar el color, el volumen y la consistencia de cualquier
líquido de drenaje | |
· Revisar la boca |
Revisar la mucosa bucal y debajo de la lengua; advertir
inflamación, cianosis, sangrado o dientes faltantes | |
· Inspeccionar y palpar el cuello |
Preguntar si el paciente sufre dolor del cuello; palparen busca de
espasmos musculares en tanto se conserva la inmovilización; palpar las apófisis
espinosas; advertir un dolor local, limitación de movimiento, crepitación o
deformidad de las apófisis espinosas | |
50 a 60 seg |
Valorar el tórax |
Inspeccionar la simetría de la expansión toráxica, posición de
comodidad, retracción o empleo de músculos accesorios de la respiración,
equimosis, desgarres, heridas penetrantes, drenaje o deformidades |
30 seg |
Valorar el abdómen |
Inspeccionar si se presenta distensión, masas manifiestas,
cicatrices, trastornos de la piel, desgarres, heridas penetrantes, contusiones,
equimosis o secreciones |
10 seg |
Valorar los genitales y el perineo |
Buscar desgarres, hinchazones, secreciones, incontinencia, sangre
en el meato (no se introducirá una sonda si se sospecha de lesión
uretral) |
60 seg |
Valorar las extremidades |
Inspeccionar deformidades obvias, heridas, fracturas, zonas
equimóticas y quemaduras; inmovilizar con férulas si se sospecha
fractura |
Si el tiempo y la situación del enfermo lo permiten, voltéelo para
efectuar una valoración exhaustiva del dorso. Nunca haga esto con un paciente
del que sospecha lesión de la columna cervical o fractura de la
pelvis | ||
30 a 45 min |
Valorar cabeza, cuero cabelludo y cuello |
Continuar la inspección y palpar en basca de desgarres,
deformidades y dolor a la palpación |
Valorar la cara posterior del tórax |
Valore si hay dolor espontáneo y a la palpación y deformidades a
lo largo de toda la columna | |
Valorar los costados y los glúteos |
Identificar un sangrado retroperitoneal y algunas manchas
equimóticas en los flancos | |
Valorar el perineo |
Efectuar un examen del recto para determinar la presencia o
ausencia del tono esfinteriano y la presencia o ausencia de sangre
manifiesta | |
Valorar las extremidades |
Inspeccionar y palpar las extremidades en busca de manchas
equimóticas, dolor a la palpación, deformidades y
heridas |
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