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Las catástrofes y las guerras son acontecimientos muy frecuentes, con la consecuencia ineludible de que muchas personas tengan que abandonar sus hogares y países convirtiéndose así en refugiados. Mientras que numerosos refugiados tienen padecimientos físicos provocados por lesiones o el hambre, son muchos más los que sufren daños psicológicos. Se calcula que hay actualmente 18 millones de refugiados en el mundo y que llega al doble el número de personas desplazadas dentro de sus propios países. A las muertes, enfermedades orgánicas y traumatismos provocados por las guerras y los desastres se han sumado ahora como motivo de preocupación creciente sus consecuencias psicosociales y en la salud mental. Tales consecuencias no siempre son pasajeras, ya que algunas duran toda la vida, pudiendo incluso influir en los hijos de los afectados. Ahora bien, junto a estas experiencias negativas se dan también los signos positivos. No se debe ver a los refugiados como a personas desvalidas, por completo dependientes de la ayuda que se les dé. Los refugiados son por lo común personas firmemente decididas a sobrevivir, y justamente por eso han optado por ser refugiados. Quienes proporcionen ayuda a los refugiados u otras personas desplazadas deben buscar en ellos la capacidad de sobrevivir y hacer frente a la adversidad y deben reforzar este factor positivo. Así se los estimulará a aprovechar sus propias aptitudes para ayudarse a sí mismos.
El presente manual tiene por objeto ayudar a los que trabajan con refugiados u otras personas desplazadas a:
- distinguir qué personas padecen un grado elevado de estrés y enseñarles a luchar contra él;- entender qué son los «síntomas funcionales» e identificar y ayudar a las personas por ellos aquejadas;
- ayudar a las refugiadas que hayan sido violadas;
- conocer las necesidades de los niños refugiados en materia de salud mental y desarrollo;
- conocer la medicina tradicional y colaborar con los curanderos tradicionales;
- distinguir los trastornos mentales más frecuentes;
- atacar los problemas del alcohol y de otras drogas;
- ayudar a las víctimas de torturas u otros actos de violencia.
El presente manual está escrito pensando fundamentalmente en el personal de las actividades de socorro, los agentes comunitarios, los trabajadores de atención primaria de salud, los maestros de enseñanza primaria y las personas en general que se ocupan de los refugiados u otras personas desplazadas que hayan huido de guerras o catástrofes. Es posible que muchas de esas personas trabajen para organizaciones internacionales como el ACNUR, la OMS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja u otras organizaciones no gubernamentales (ONG) que trabajan en este campo. A unos interesará el manual entero, mientras que para otros, en función de sus tareas respectivas, serán sobre todo de utilidad partes de él. El manual está escrito en lenguaje sencillo de manera que el lector no requiere conocimientos especiales de psicología o salud mental. También puede resultar útil a los profesionales de salud, en particular como medio auxiliar para capacitar y supervisar a otros. En este manual se da al término «refugiados» una acepción amplia que incluye a todas las personas desplazadas.
El manual proporciona orientaciones de índole general que puede ser conveniente adaptar a la cultura y la situación local. También puede ser útil traducirlo al idioma local, para aproximarlo más al lector. El hecho mismo de traducirlo brinda además la oportunidad de dar a los principios expuestos en el manual una forma que sea de interés para los futuros usuarios y los ayude así a ser más eficaces.
El personal de socorro puede ser o no de la misma religión, cultura o clase social que los refugiados. Si no lo es, se le debe incitar a ser tolerante con otras religiones, costumbres y creencias. En tiempos de adversidad, la gente necesita el respaldo que le proporcionan su religión y sus costumbres y es preciso que el personal de socorro sea muy consciente de ello. Los refugiados han perdido la seguridad de su hogar y necesitan sentirse aceptados en su nuevo entorno.
Por último, los que trabajan con refugiados necesitan cuidarse de su propia salud mental y poner en práctica para sí mismos los principios expuestos en este manual. Una persona que esté mentalmente agotada no puede ayudar a nadie. Los que trabajan con refugiados necesitan tiempo de ocio y oportunidades de disfrute y esparcimiento fuera de su trabajo. La primera sección de este manual tiene por objeto prepararlos para su cometido y para ayudar a otros con la máxima eficacia posible.
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