![]() |
|
Objetivos del aprendizaje Después de estudiar esta sección, debes estar capacitado para: 1. Identificar a las personas con alteraciones funcionales. |
Todos los agentes de salud (y los de socorro) conocen apersonas que se quejan una y otra vez de síntomas somáticos vagos. Por más que el agente de salud haga preguntas para averiguar si esos síntomas se refieren a una enfermedad determinada, sigue sin aclararse qué enfermedad padece la persona. A veces el agente de salud está ya casi seguro de cuál es la enfermedad causante cuando la persona manifiesta otros síntomas que no encajan con el cuadro nosológico normal de esa enfermedad.
A veces el agente de salud siente que esas personas con síntomas vagos y variados son diferentes de los demás: parecen insistir demasiado en sus manifestaciones o se preocupan más de lo necesario por dolencias difíciles de identificar. Puede suceder que le sea difícil interrumpirlas cuando hablan de lo que les pasa o que no den respuestas claras a sus preguntas.
Con frecuencia tales personas han acudido a numerosos agentes de salud o curanderos sin hallar alivio. O han tomado diversos medicamentos sin sentirse mejor. Otras se han hecho repetidas veces análisis de heces, orina o sangre, pero, incluso cuando se encontró un parásito o una enfermedad y se administró el tratamiento pertinente, los síntomas continuaron o desaparecieron solo por breve tiempo.
El agente de salud puede sentirse en tales casos irritado, molesto o incluso impotente: receta, por ejemplo, un medicamento en la esperanza de que la persona no vuelva ya y, un par de semanas después, ahí la tiene con las mismas quejas o muy parecidas. Todo esto puede ser muy frustrante.
Personas como las descritas presentan las características siguientes:
· tienen síntomas somáticos, pero es difícil o imposible detectar una enfermedad;· o manifiestan múltiples síntomas o síntomas vagos como «dolores en todo el cuerpo» o «sensación constante de debilidad»;
· o padecen una enfermedad leve, pero esta enfermedad no puede ser razón suficiente de los numerosos o vagos problemas orgánicos de que se quejan.
Estas alteraciones o molestias se llaman «síntomas funcionales» o «somatizaciones». A las personas que sufren este problema se las llama a veces «somatizadoras». El término «síntoma funcional» se refiere a que el síntoma parece tener alguna función o utilidad para la persona.
Es frecuente que las personas con
síntomas funcionales hayan acudido a numerosos agentes de salud sin encontrar
alivio
En cualquier situación en la que se preste atención de salud es muy frecuente que haya personas con síntomas funcionales. Entre el 20% y el 30% de los adultos que van a un centro de salud tienen este tipo de problema, que suele hacerse aún más frecuente en situaciones estresantes. Cuando un campamento de refugiados está amenazado desde el exterior o cuando la gente teme por su situación legal, cuadros como los descritos suelen abundar más.
¿Qué función cumplen estos síntomas?
· Algunas personas tienen un problema personal o social que les preocupa. Ahora bien, les cuesta hablar de él y les resulta más fácil quejarse de dolencias orgánicas. Algunas están temerosas de que si hablan de sus problemas personales se piense que están enfermas mentales.· Hay quienes creen que así es como se debe hablar a los agentes de salud o de socorro. Tal vez les hayan dicho que si uno va a un centro de salud es para hablar de sus problemas médicos. Adoptar la pose de alguien que está enfermo puede ser más fácil que exponer un problema personal.
· Hay personas a las que el medio cultural en que han crecido les ha enseñado a expresar sus problemas a través de su cuerpo. Es como si su propia cultura las incitase, cuando tienen problemas personales, a expresarlos a través del cuerpo.
· Algunas personas tal vez no se dan cuenta de que tienen problemas personales. Ahora bien, el estrés provocado por esos problemas se manifiesta en su cuerpo. Esto se explica en la sección 2, Estrés y relajación.
· Algunas personas perciben ciertas sensaciones o sentimientos de su organismo como dolorosos o amenazadores. Todos sentimos dolor de vez en cuando, pero algunas personas prestan mayor atención a estas sensaciones.
· Cabe, por último, que estas quejas sean síntomas de un trastorno más serio como depresión, trastorno de ansiedad o abuso de alcohol, o que sean consecuencia de graves violencias, tortura o violación (véanse las secciones 8 y 9).
Depresión
Como se ha indicado en la sección 2, las personas con depresión suelen presentar serios síntomas: irritabilidad y tristeza, falta de energía y pérdida de peso. La mayoría de las personas deprimidas suelen tener dificultad para dormirse. Con frecuencia, además, se despiertan demasiado temprano y vuelven a experimentar en la mañana sentimientos de tristeza o los mismos síntomas funcionales.
No son pocas las personas deprimidas que se sienten incapaces de hacer cosas que son normales en su medio cultural, como charlar con la gente, asistir a actos públicos o cocinar. O se sienten desvalidas, o sin perspectivas de futuro o pierden interés por la vida y se quejan de falta de energía y de estar constantemente cansadas.
Muchas veces las personas deprimidas han tenido ya antes un problema similar con depresiones que les han venido y se les han ido varias veces.
En la sección 4, página 45, se exponen más detenidamente las diferencias entre alguien que tenga síntomas funcionales y una persona deprimida.
Trastorno de ansiedad
Al igual que la depresión, los trastornos de ansiedad son más graves que los síntomas funcionales. Las personas con trastorno de ansiedad pueden presentar síntomas como sudores y accesos de frío y calor. A veces el corazón les late violentamente o tienen sensaciones fuertes de ansiedad, pánico o zozobra. Hazles preguntas como «¿Se siente usted a veces realmente tenso o con ataques de pánico?». En la sección 4 se detallan más las diferencias entre los síntomas funcionales y el trastorno de ansiedad.
Los ataques de pánico pueden ir acompañados de una mala respiración, que se llama hiperventilación. Los síntomas y el tratamiento de la hiperventilación vienen explicados en la sección 2, página 32.
Abuso del alcohol
Con frecuencia se puede reconocer a las personas que beben demasiado por el olor a alcohol o el temblor de las manos. Para más información, consúltese la sección 7, página 109.
Violencias o tortura
Algunos síntomas pueden ser consecuencia de graves violencias o torturas, por ejemplo, cuando las personas:
- piensan de continuo en alguna experiencia dolorosa del pasado;
- tienen la sensación de que están pasando de nuevo por la misma experiencia;
- tienen malos sueños y pesadillas;
- han perdido interés por la vida;
- se concentran mal, les falla la memoria o cuentan la misma historia una y otra vez;
- sienten miedo o nerviosismo.
Si la persona o su familia han sufrido actos de extrema violencia, consulta la sección 8, página 118.
A continuación se explican nueve pasos para ayudar a las personas que presentan síntomas funcionales.
Paso 1
Haz que se someta a un examen médico.
Si no tienes formación médica, envía a la persona a un agente de salud y pídele que la someta a un chequeo médico. Comunícale también (en persona o por carta) tu sospecha de que detrás de los síntomas tal vez se esconda algún problema personal o social. Pide al agente de salud que haga un diagnóstico y administre un tratamiento. Pídele también que te envíe de nuevo a tí a la persona si no desaparecen los síntomas o si en realidad parece que son otros los problemas que hay detrás de los síntomas.
Si eres agente de salud, examina y trata a la persona como se acaba de indicar. Evita todo examen innecesario y no envíes a la persona a especialistas ni laboratorios a menos que pienses que tiene una enfermedad somática de importancia.
El paso 1 es importante porque si hay una enfermedad somática habrá que ocuparse de ella. Con estas medidas se muestra también respeto a la persona. Tomando en serio sus quejas y síntomas puedes ganarte su confianza. Y si no hay ninguna enfermedad orgánica, necesitarás esa confianza para los pasos siguientes.
Paso 2
Comunica a la persona los resultados del examen y del tratamiento.
Paso 3
Tranquiliza a la persona diciéndole que los síntomas no son el comienzo de una enfermedad grave.
Reconoce que hay un problema, pero di a la persona que este problema no le causará ninguna enfermedad importante. Dile que sin lugar a dudas los síntomas son reales, aun cuando no haya una causa física clara.
Nunca digas: «Todo está perfectamente», ya que cuando una persona tiene un problema hay algo para ella que ciertamente no va bien.
No administres medicamentos. Cualquier medicación hará más difícil que la persona comprenda lo que le está pasando. También te impedirá a tí seguir avanzando hacia la solución del problema de fondo.
Paso 4
Explica con palabras sencillas que a todos resultan a veces dolorosas o preocupantes las funciones normales del organismo.
Esto conviene explicarlo en términos generales sin hacer referencia a los síntomas específicos de la persona. Explícale que todos en un momento u otro experimentamos dolor. Podrías decirle, por ejemplo: «Todos sentimos dolor y molestias. A todos, de vez en cuando, nos duele la cabeza o el vientre. Son cosas normales en la vida.»
Paso 5
Explica con palabras sencillas los síntomas somáticos que pueden ser causados por reacciones o problemas emocionales.
Si la persona no te cree, puedes decirle: «Cuando tenemos ansiedad, se nos ponen tensos los músculos del cuello y esto nos causa dolor de cabeza». O cítale algún refrán que ponga de relieve el nexo entre el estrés y diversos síntomas: «El mucho cavilar enflaquece las piernas», «Las muchas cuitas agarrotan el estómago» u otro dicho popular en el mismo sentido.
Si la persona no logra ver la vinculación entre los síntomas y los problemas sociales o personales subyacentes, no insistas ni argumentes que tal vínculo existe. No es indispensable que comprenda esa vinculación para que se le pueda ayudar.
En cambio, pregúntale en qué forma los síntomas influyen en su vida. Tal vez una mujer diga, por ejemplo, que le dejan menos tiempo para cuidar de sus hijos y que esto enoja a su marido. La respuesta dará con frecuencia la pista del problema social o personal subyacente o indicará cuál es la causa verdadera de los síntomas.
Paso 6
Ayuda a la persona a relajarse (consulta la sección 2).
Paso 7
Ayuda a la persona a resolver sus problemas sociales y personales.
El paso 5 ayudará a poner en marcha este proceso.
Ya el mero hecho de escuchar a la persona puede que le haga bien. Habla también con ella de sus problemas y pregúntale o aconséjala acerca de las cosas que se podrían cambiar. Una manera fácil de hacerlo es la siguiente:
· Haz una lista, por orden de importancia, de lo que la persona considera que son sus problemas.· Determina con ella cuáles son los problemas que se podrían resolver habida cuenta de las circunstancias en que vive.
· Ayúdala a pensar en maneras diferentes de resolver los problemas y a elegir el modo mejor de irlos resolviendo uno por uno.
· Anímala a tomar iniciativas y observa si mejora la situación.
· Habla sobre los aspectos positivos de esas iniciativas.
Paso 8
Averigua si hay otras ayudas disponibles, como familiares o amigos.
¿Pueden estos prestar alguna forma de apoyo social? Averigua también si la persona puede desarrollar actividades productivas que la ayuden a obtener ingresos y recuperar la autoestima.
Paso 9
No accedas a dar medicamentos a la persona, pero invítala a que vuelva a hablar contigo.
La persona no debe interpretar que tu negativa a darle medicamentos significa que deseas romper el contacto con ella. Proponle que vuelva a verte dentro de uno o dos meses «para mantener el contacto y ver cómo le va».
view previous section | view next section |