La coordinación e integración de los organismos del sector salud tanto nacionales como regionales se inició el jueves 10, cuando el Gobernador del Estado Dr. Ramón Martínez, instruyó a FUNDASALUD, Red de Atención Inmediata y Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, para que canalizaran todas las gestiones que tenían relación con la situación de salud de la población afectada por el terremoto. A partir de ese momento se planificaron medidas epidemiológicas de acuerdo al estado de salud previo de la población y tomando en consideración las averías de los servicios públicos, particularmente el colapso de la red de distribución de agua.
Inicialmente se resolvió hacer una revisión de las estadísticas de morbilidad anteriores al terremoto, identificando las enfermedades endémicas de la zona y haciendo una caracterización de la zona del sismo a fin de establecer la vigilancia necesaria.
Las acciones, como se describe mas adelante, cubrieron aspectos desde la atención de la emergencia asistencial hasta la implementación de programas dirigidos a la prevención de enfermedades transmisibles y educación sanitaria de la población afectada sobre la manipulación de alimentos, consumo de agua y saneamiento ambiental.
Las patologías que se presentaron con mayor frecuencia fueron diarreas y fiebres, notificándose un aumento de las enfermedades diarréicas en personas mayores de 5 años (aproximadamente 67% del total de los casos registrados).
Las autoridades de salud decidieron implementar un programa de vacunación con toxoide tetánico dirigido fundamentalmente a los heridos, a las personas que participaban en las labores de búsqueda y rescate y a quienes vivían más próximos a las áreas afectadas. Esta medida fue tomada en gran parte para minimizar la preocupación de la comunidad.
Los programas de orientación y asistencia a la comunidad colaboraron en la formación de seis Centros de Atención Integral en los barrios de Carinicuao, El Porvenir, Carlos Andrés Pérez, 22 de Octubre, El Cordón y Campo Alegre Pantanal, atendidos por un médico, un trabajador social, dos promotores sociales, un psicólogo y una enfermera pertenecientes a Promoción Social Cariaco y Educación para la Salud de Malariología. También prestaron servicios estudiantes de medicina y de farmacia de la Universidad Central de Venezuela. Al mismo tiempo, se dispuso el establecimiento de cuatro unidades de rehidratación oral en los sectores Las Flores, 22 de Octubre, Cariaquito y Barrio Rebero.
Las acciones de vigilancia más importantes estuvieron dirigidas a:
¨ Vigilancia de fiebres con toma de muestra debido a problemas previos de transmisión de malaria y eventual aparición de dengue por la presencia, en las zonas afectadas, de personas procedentes de regiones del país que tuvieran ese problema. El servicio de enfermedades rurales estuvo al frente del programa.
Reunión Interinstitucional de coordinación.¨ Vigilancia de fiebres con tos ante la posible aparición de casos de bronquitis, bronconeumonía y neumonías.
¨ Vigilancia de casos de conjuntivitis para verificar la existencia de conjuntivitis hemorrágica, que afortunadamente no se comprobó; se registraron 15 casos de conjuntivitis vinculados básicamente a la remoción y movilización de escombros.
¨ Vigilancia de enfermedades de la piel, fundamentalmente escabiosis y piodermitis.
¨ Vigilancia del manejo de cadáveres con más de 24 horas de rescatados. Se impartieron instrucciones sobre la conservación de estos en cal y la necesidad de inhumación inmediata.
En relación a los casos de diarrea se registraron aproximadamente 320 casos tal como se indica en el cuadro No 10.
A partir del 10 de julio y por un mes se instaló un puesto de diagnóstico permanente para malaria, instrumentándose conjuntamente un plan de fumigación sectorizado con el enfoque de riesgo. Satisfactoriamente no se registraron brotes de malaria ni de dengue.
Para prevenir otras enfermedades, como el cólera, que ya estaba afectando a algunos estados del país, también desde el día 10 de julio y por un período de un mes y medio se estableció un programa de control de calidad del agua para garantizar su potabilidad. El programa de prevención de enfermedades transmitidas por el agua se preocupó de la desinfección y cloración del agua transportada en los camiones cisternas y de realizar actividades de educación y orientación.
La Contraloría Sanitaria quedó a cargo del control de roedores y posibles vectores de zoonosis.
Paralelamente a estas actividades desarrolladas por el sector salud del estado, se contó con la incorporación al sistema de vigilancia de un médico de Sanidad Militar del Ejercito que prestó asistencia médica y psicológica.
Cuadro No 10
Casos de diarreas identificados por sectores o barrios
COMUNIDAD |
No DE CASOS |
Porvenir |
11 |
Las Mangas |
11 |
Carrizar de la Cruz |
4 |
Las Flores |
5 |
San Juan de Dios |
12 |
Ribero |
1 |
23 de enero |
8 |
22 de octubre |
3 |
Campana |
2 |
Democracia |
3 |
Cariaquito |
7 |
Carlos Andrés Pérez |
2 |
Congresillo |
2 |
Calle Sucre |
20 |
Carinicuao |
11 |
Campo Alegre |
17 |
Bermudes |
10 |
Chicuara |
10 |
C/Junín |
3 |
C/Bolívar |
7 |
C/Ayacucho |
7 |
Juan Quijano |
1 |
El Canal |
3 |
Fuente: Distrito Sanitario No 6.
Igualmente significativa resultó la participación de personal médico y paramédico perteneciente a la Cruz Roja Venezolana provenientes del Distrito Federal y los estados Sucre, Anzoátegui, Nueva Esparta y Carabobo, quienes establecieron un puesto asistencial y de orientación, atendido por más de 70 socorristas y personal médico.
Los diversos organismos del sector salud comprobaron una situación que se presenta con frecuencia en poblaciones de escasos recursos afectadas por un desastre: los pobladores aprovechan la presencia, poco frecuente, de personal médico asistencial para solicitar sus servicios, aun cuando la afección para la que buscan atención no tenga ninguna relación con el desastre.
El ser humano es sumamente vulnerable cuando se ve afectado por un desastre que lo deja expuesto a la intemperie, enfermo, sin agua, sin alimentos etc. Las alteraciones psicológicas, afectivas y del comportamiento y las manifestaciones como apatía, pánico y resignación de los sobrevivientes, son evidencias de que la respuesta de los seres humanos después de un desastre estará en buena medida vinculada a factores psicológicos.
Es por lo tanto de fundamental importancia realizar actividades dirigidas a brindar apoyo y atención a los afectados, familiares y al personal que participa en las labores de rescate, para minimizar el nivel de alteración, facilitar las labores de búsqueda y rescate, alentar, dar confianza y esperanzas de que la vida volverá a su normalidad, independientemente de las pérdidas y penas vinculadas del desastre.
Después del terremoto de Cariaco no hubo un programa de intervención estructurado y coordinado por las autoridades de salud del estado para dar apoyo psicológico inmediato a las víctimas y damnificados. Días después del sismo se contó con la presencia de algunos psicólogos independientes y otros miembros de sanidad militar que prestaron sus servicios en forma aislada.
Sin embargo hay que destacar la extraordinaria labor cumplida por la Unidad de Apoyo Psicológico de la UNDAI que desde el mismo día del terremoto desarrolló funciones de evaluación y asistencia tanto al personal que trabajaba en las zonas del desastre, como de apoyo a los familiares de las víctimas. Esta labor evitó en gran medida la presencia de personas con alteraciones de conducta en la zona de impacto que, por lo general, entorpecen las labores de evaluación, búsqueda, rescate y asistencia.
Hospital de Campaña.
Lamentablemente esta unidad no pudo brindar apoyo a las comunidades de Cariaco ya que sólo dispusieron de personal para abordar las inmediaciones del Edificio Miramar en Cumaná. De todas maneras el trabajo y la experiencia resultaron encomiables.
En cuanto a la asistencia espiritual, apoyo que ha sido comprobado como fundamental en la recuperación de la normalidad de las comunidades en situaciones de desastre, no se adoptó un plan previamente concebido por las autoridades. Algunos miembros de la Iglesia Católica del estado en forma individual tomaron la iniciativa de las actividades realizadas. En todas las áreas afectadas por un desastre y especialmente en poblaciones de escasos recursos, la asistencia y consuelo espiritual resultan, a veces, más importantes para la recuperación de las comunidades que el suministro de bienes y servicios.
Farmacia en el Hospital de
Campaña
![]() |
![]() |