cerrar esta libroDesastres Preparativos y Mitigación - Boletín No. 42 - Abril, 1990 (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1990, 8 p.)
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Terremotos y hospitales

El comentario a continuación fue escrito por el Prof. José Grases. Dr. Sc., profesor en el Departamento de Ingeniería de la Universidad Central en Caracas. Venezuela

Podemos impedir que siga creciendo la brecha que existe en la información asignando prioridad a la diseminación del conocimiento técnico-científico disponible.

Alo largo de los últimos 20 años más de 100 instalaciones hospitalarias, que atienden una población estimada entre 10 y 12 millones de personas en 9 países del hemisferio americano, han sido afectadas por terremotos. Cerca de una quinta parte de estas instalaciones se desplomaron de modo catastrófico o tuvieron que ser demolidas como consecuencia de los daños sufridos por movimientos sísmicos. Esto ha representado pérdidas humanas irreparables y la desaparición de más de 10.000 camas hospitalarias cuyo valor de reposición a los costos actuales se eleva a unos 700 millones de dólares.

Lo anterior revela la necesidad de revisar la estrategia de diseño y los criterios para la construcción sismorresistente de instalaciones hospitalarias en zonas sísmicas. Estas, por su naturaleza, deben permanecer en condiciones de operación inmediatamente después de sismos severos a fin de poder atender a la población afectada.

Los criterios para proyectar edificaciones contra terremotos fueron incorporados a los códigos hace medio siglo aproximada mente. Durante este lapso han sido objeto de modificaciones importantes en la medida del avance de los conocimientos, así como de la complejidad de las obras a ser construidas. Parte de las modificaciones aludidas tiene que ver con la identificación de las zonas geográficas en las cuales los códigos deben ser aplicados, las cuales generalmente se han ido expandiendo. El mejor conocimiento y comprensión del comportamiento de edificaciones sacudidas por sismos intensos-a un costo elevado como hemos visto en el caso de los hospitales-también han contribuido a la adecuación de los códigos.

No obstante el progreso aludido, el análisis de las normas oficiales empleadas actualmente en los países de América para el diseño de nuevos hospitales, revela que estas son susceptibles a mejoras sustanciales para lograr el desempeño esperado de edificaciones hospitalarias bajo la acción de sismos intensos. Esta observación cobra particular vigencia si se tiene presente que un elevado porcentaje de los hospitales existentes fueron contruidos hace décadas. con requerimientos antisísmicos considerados obsoletos hoy en día.

Un ejemplo reciente lo constituye el terremoto de Loma Prieta del 17 de octubre de 1989, con epicentro al sur de la Bahía de San Francisco, California. Este sismo afectó un conjunto de instalaciones hospitalarias de la Administración de Veteranos (VA), ubicadas en el área de Palo Alto. Aun cuando la intensidad de los movimientos del terreno no alcanzaron los máximos niveles establecidos en los códigos mudemos utilizados en la zona (SEAOC y UBC), las edificaciones construidas bajo normativas obsoletas sufrieron diferentes grados de daño: desde daños graves que ameritan reparación o demolición, hasta daños menores. No sufrieron daño alguno las edificaciones de VA reforzadas o construidas en fechas recientes, con criterios más exigentes.

Estas exigencias en general requieren una cantidad mayor de elementos resistentes. Sin embargo, duplicar o triplicar la capacidad portante de la estructura resistente a sismos tiene una incidencia menor al 8% aproximadamente del costo de la estructura. Tomando en consideración la relación de costos en hospitales típicos, según la cual la estructura representa entre el 12 y el 18% del costo total de la instalación, incluido su equipamiento, la incidencia final de lograr una prevención adecuada contra sismos no excede el 1% del costo total de la instalación.

¿Podemos arriesgarnos a no implementar estas normas?

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