(*) Reunión celebrada en Santo Domingo. República Dominicana, los días 16 al 19 de febrero de 1999. Fue organizada por la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, en colaboración con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, la UNICEF y el Decenio Internacional para la Reducción de Desastres Naturales de Naciones Unidas. Más de 400 profesionales de 48 países participaron, discutieron y analizaron las lecciones aprendidas durante los preparativos y respuesta a los huracanes Georges y Mitch. En este anexo, reproducimos solo las recomendaciones de las sesiones sobre temas de salud. La OPS ha publicado un documento con todas las conclusiones y recomendaciones, que puede además ser consultado y copiado desde Internet, en la dirección del Programa de Preparativos para Desastres: http://www.paho.org/spanish/ped/pedhome, en la sección de Reuniones Importantes.
Manejo de suministros
· Se deben incorporar en los planes de emergencia sectoriales y nacionales los mecanismos de coordinación necesarios para el desarrollo integral de las actividades de manejo de suministros, con la participación activa de los centros académicos nacionales y de otras instituciones públicas y privadas.· Las organizaciones nacionales para casos de desastres responsables de coordinar el uso y la distribución de suministros deben promover la utilización de sistemas para el manejo de suministros como SUMA, dada la necesidad de ofrecer transparencia y rendir cuentas. Dichas organizaciones deben también reforzar los equipos operacionales entre países como primer recurso de respuesta en situaciones de desastre de gran magnitud.
· Todas las agencias del Sistema de Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales deben capacitar a su personal en el manejo integral de suministros, tanto antes como después de un desastre.
· La OPS/OMS deberá promover la disponibilidad de sistemas de información actualizados y transparentes sobre suministros humanitarios en Internet.
· El Sistema de Naciones Unidas deberá proveer información clara y precisa a los donantes y a los medios de comunicación sobre las necesidades de la población afectada.
· Los países deberán adoptar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a las donaciones de suministros y equipos médicos, así como la lista de medicamentos de emergencia como un estándar para la Región.
· Las autoridades nacionales del sector de la salud y la educación deben fortalecer la capacitación básica en la búsqueda y rescate, primeros auxilios y manejo integral de los desastres a nivel comunitario, y en los niveles de educación primario, secundario y universitario. Se debe facilitar el intercambio entre los sectores comunales, técnicos y políticos.· Las autoridades de salud, conjuntamente con otras instituciones del sector y con la cooperación de la OPS/OMS, deben fortalecer el desarrollo, la difusión y puesta en práctica de planes de contingencia que definan la participación exacta de cada uno de los actores, vinculando la atención primaria de salud con la atención hospitalaria de emergencia.
· Los países y organizaciones deben enviar brigadas médicas o personal de salud sólo a solicitud del país afectado. El apoyo brindado debe incluir los componentes logísticos y técnicos suficientes para realizar sus actividades bajo la coordinación de las autoridades de salud, aprovechando las experiencias de la OPS/OMS.
· Los hospitales de campaña, en caso de que hayan sido solicitados por las autoridades de salud, deben ser instalados en los lugares adecuados, coordinados y administrados por las autoridades locales de salud, sin discriminar si provienen del nivel nacional o internacional.
Vigilancia y control de las enfermedades transmisibles
· Los instrumentos para la recolección de datos durante un desastre tienen que ser preparados y sus estándares establecidos por OPS/OMS con antelación al desastre. Durante el desastre los registros médicos deben estar disponibles para la vigilancia epidemiológica. Durante los primeros días los esfuerzos de vigilancia deben concentrarse en los albergues y dejar las notificaciones de rutina para una segunda oportunidad. Las valoraciones deben incluir los riesgos modificados, por ejemplo, albergues, ecosistemas y el contexto epidemiológico.· La coordinación entre los diferentes sectores en el intercambio de información es esencial. Las metodologías y la información deben coordinarse entre los laboratorios existentes, así como a nivel nacional para la transferencia de las técnicas de laboratorio y reactivos.
· Deben desarrollarse estándares epidemiológicos para los albergues.
· Los medios de información masivos tienen que ser utilizados para mantener a las personas informadas acerca del estado de ocurrencia y control de las enfermedades transmisibles.
· El sistema debe permitir la clasificación de muertes causadas directamente por el desastre.
· Otros establecimientos, por ejemplo, las industrias, la salud ocupacional y el sector privado tienen que ser integrados dentro de la red de información para la vigilancia.
· El objetivo de la vigilancia es asistir en la toma de decisiones a nivel local. La participación de la comunidad dentro del sistema de vigilancia tiene que ser fortalecida. Los sistemas de vigilancia rutinarios no deben ser sustituidos, sino que más bien deben adaptarse a las condiciones de desastre. Cuando una notificación de síndrome es utilizada para un registro de vigilancia, se recomienda una confirmación del diagnóstico en laboratorio. Las capacidades de los sistemas de vigilancia y de diagnóstico de laboratorio tienen que ser ampliadas. Los sistemas de vigilancia epidemiológica tienen que ser ajustados de acuerdo al perfil de salud existente, y por tanto, es indispensable contar con un perfil de salud pre-suceso exacto y actualizado.
· El país que recibe brigadas médicas extranjeras tiene que definir el riesgo potencial de enfermedad que puede ser introducido por el personal procedente de otros países. Las brigadas médicas enviadas por las ONG y otras agencias que apoyan áreas no cubiertas por un servicio oficial, tienen que proveer información acerca de morbilidad y mortalidad, así como acciones de vigilancia adoptadas en el país. Cada país tiene que orientar a estos equipos extranjeros sobre los sistemas de vigilancia y sobre los esquemas de vacunación establecidos.
· El centro de recurso regional para las enfermedades transmisibles (OPS/OMS) debe establecer definiciones uniformes de casos para las actividades de vigilancia, así como un mecanismo para la confirmación de laboratorio de los casos para toda la Región. Debe mantener reservas estratégicas de vacunas apropiadas. Todos los países deben adoptar esas definiciones de casos.
· Las vacunas que no están incluidas en los esquemas básicos de inmunización no deben ser enviadas sin una aprobación previa por la institución nacional de coordinación. El esquema básico de inmunización del país no debe alterarse. Para reducir la presión sobre determinadas vacunas se recomienda fortalecer la educación de salud, particularmente en cuanto al esquema básico de inmunización del país. Deben existir suministros adecuados de Toxoide Tetánico para su administración a las personas que trabajan durante la fase de remoción de escombros y reconstrucción.
Enfermedades transmisibles por agua y alimentos
· Considerando que las enfermedades transmitidas por agua y alimentos, y en particular el cólera, son problemas del desarrollo humano, el grupo de trabajo hace un llamado a los gobiernos para que enfoquen las políticas públicas y de gastos en los aspectos de la pobreza, en particular para proporcionar saneamiento básico y servicios de agua potable a las poblaciones menos favorecidas.· Los gobiernos deben fortalecer sus Comisiones Nacionales de Emergencia y Desastres con equipos multidisciplinarios de salud que mantengan constantemente los programas y evaluaciones para la implementación de los planes de emergencia.
· Los gobiernos, con la participación de los Organismos Internacionales, las ONG y la sociedad civil deben cooperar en el establecimiento de un Plan Estratégico (con acciones previas a los desastres) utilizando los servicios de apoyo ofrecidos por las diferentes agencias.
· Se debe optimizar el reforzamiento de los sistemas de vigilancia en el control del agua y los alimentos en los países de la Región.
· Se deben fortalecer los laboratorios de diagnóstico; y se deben hacer esfuerzos para asegurar que la vigilancia incluya el monitoreo de resistencia a los antibióticos.
· Se le debe dar prioridad a las áreas de poblaciones más vulnerables y de mayor riesgo en caso de desastre.
· Se debe contar con la infraestructura previa de albergues adecuados con disponibilidad de los servicios básicos, a fin de evitar problemas de improvisación en situaciones de desastre.
· Los países vecinos deben establecer sistemas de intercambio de información sobre las enfermedades diarreicas (antes, durante y después de un desastre).
· Se debe promover la integración de los servicios de salud en las actividades fronterizas para acciones de control.
· Debido al impacto del intercambio de la información sobre los casos de cólera en la zona fronteriza, se recomienda que se realicen las notificaciones de los casos de diarrea en general.
· Se deben implementar planes para la educación de la comunidad en la prevención de las enfermedades diarreicas con el apoyo de las ONG.
Enfermedades transmisibles por vectores
· Cada país, en relación a su situación epidemiológica, deberá tomar las medidas pertinentes para la prevención de patologías, antes y después del evento.· Se deben perfeccionar y/o poner a disposición de las brigadas de operaciones en el campo los manuales técnicos sobre el control de las enfermedades transmitidas por vectores. Los materiales de capacitación existentes deben ser consultados, actualizados y perfeccionados.
· Se debe capacitar al personal técnico, a los profesionales en las clínicas y los trabajadores en el sector de la salud -tanto la salud pública como privada- en las diferentes patologías endémicas de los países.
· Se debe utilizar un criterio epidemiológico en el empleo de plaguicidas para evitar el uso innecesario de ellos en determinadas áreas o la pérdida de los productos.
· La OPS debe realizar investigaciones o convocar a grupos de expertos para analizar el uso de plaguicidas de tipo biológico, con el objetivo de proteger el medio ambiente y la salud pública.
· Se debe ampliar la vigilancia entomológica para establecer los diversos vectores de enfermedades infecciosas en las diferentes regiones de un país, lo que permitiría actuar oportunamente para prevenir brotes. También es importante llevar a cabo el monitoreo entomológico, tanto dentro como fuera de los campamentos de refugiados o albergues.
· Todos los países expuestos a huracanes o inundaciones deben mantener la vigilancia epidemiológica de la leptospirosis y fortalecer los laboratorios de diagnóstico.
· Se debe controlar la recolección y eliminación segura de los desechos sólidos generados en los albergues, para evitar que se conviertan en reservorios y vectores de enfermedades.
Agua potable y saneamiento básico
· Las instituciones del sector agua potable y saneamiento tienen que iniciar o finalizar los estudios de vulnerabilidad de sus instalaciones, e incluir este componente en el desarrollo de proyectos de reconstrucción.· Los resultados de los estudios de vulnerabilidad sectoriales e institucionales deben utilizarse para la implementación a corto plazo de acciones de mitigación. Se sugiere firmemente el desarrollo de proyectos piloto orientados a medir el costo/eficiencia de las medidas de mitigación en el sector.
· Las autoridades de agua y saneamiento, con el apoyo de los organismos internacionales, deben mejorar sus mecanismos de coordinación y comunicación, mediante la formulación, prueba e implementación de un plan sectorial de emergencia que cuente con canales formales de comunicación con el gobierno y con las autoridades locales antes, durante y después de una emergencia.
· Las instituciones sectoriales deben desarrollar y perfeccionar programas formales de capacitación, tanto para las autoridades nacionales como para la cooperación internacional, sobre el tema de manejo de emergencia en el sector, aprovechando para ello universidades e instancias regionales. Las tecnologías nuevas deben ser probadas mediante investigaciones desarrolladas en condiciones normales (no durante la emergencia).
· Las instituciones sectoriales deben apoyar al gobierno, tanto a nivel central como local, en el desarrollo de sistemas de información que contengan bases de datos sobre recursos humanos y materiales, equipos y capacidad instalada para el manejo del abastecimiento de agua potable y las acciones de saneamiento básico.
· Las instituciones sectoriales deben documentar la experiencia del manejo de la situación de emergencia después de los huracanes Georges y Mitch, incluyendo un análisis comparativo entre los costos de reposición y los costos de haber tomado medidas preventivas de mitigación y preparación.
· Las instituciones sectoriales deben liderar un proceso de capacitación comunitaria en aspectos de higiene, coordinando con el sector educación, las ONG locales y organismos internacionales, usando metodologías participativas y materiales apropiados. Adicionalmente, deben procurar que las autoridades nacionales incluyan un fuerte componente de educación sanitaria en todo proyecto de agua potable y saneamiento.
· Las entidades financieras y los organismos de cooperación técnica deben exigir que todos los proyectos nuevos de agua potable y saneamiento básico incluyan obligatoriamente aspectos de reducción de vulnerabilidad.
· Los gobiernos deben reforzar los procesos de descentralización sectorial para fortalecer la capacidad de respuesta de los niveles locales y garantizar la transparencia y confiabilidad de las solicitudes de ayuda humanitaria y de la canalización oportuna de la cooperación internacional.
Alimentación y nutrición
· En coordinación con la OPS/OMS se deben desarrollar e implementar políticas nacionales de alimentación y nutrición, así como planes de contingencia para situaciones de emergencia.· Los gobiernos y comunidades nacionales deben establecer partidas presupuestarias para la provisión de alimentos en momentos de emergencia.
· Se deberá fortalecer la capacidad nacional para la provisión de alimentos a través de:
· La creación de un comité de coordinación interinstitucional;· La capacitación de recursos humanos, incluido el nivel local;
· El desarrollo de redes de distribución y transporte, tanto a nivel local como regional;
· La organización nacional de desastres, responsable de la coordinación y distribución de alimentos, debe promover el uso de SUMA u otros sistemas de manejo de suministros para la administración de los alimentos donados, con el objetivo de garantizar la transparencia y la rendición de cuentas.· El gobierno nacional deberá asistir a las comunidades locales en la implementación de estrategias de seguridad nutricional y alimentaria.
· El Programa Mundial de Alimentos (PMA) debe proveer las listas de los alimentos esenciales y artículos complementarios fáciles de adquirir en situaciones de emergencia; y debe colaborar con la agencia de coordinación nacional para delimitar el período de asistencia alimentaria gratuita, así como promover la implementación de actividades productivas y/o de reconstrucción.
· La OPS/OMS, UNICEF y el PMA deben establecer o fortalecer el sistema existente de vigilancia alimentaria y nutricional en cada país
Aspectos psicosociales en situaciones de desastre
· Es primordial incluir los aspectos psicosociales de salud en los planes nacionales y proveer atención durante los desastres.· Todos los países deberán crear una organización interinstitucional con un personal permanente que sea responsable de los aspectos psicosociales de los desastres.
· Las organizaciones internacionales deben actuar como facilitadores en la evaluación de situaciones de cuidado psicosociales, apoyar la integración de nuevos programas, diseminar la información técnica de necesidades en salud mental, y apoyar el proceso de documentación y evaluación de experiencias que surjan de su aplicación.
· El cuidado de la salud mental, particularmente a nivel primario, no requiere necesariamente de la intervención de especialistas, sino que puede ser administrado por personal de la propia comunidad, que haya sido entrenado mediante sus propias experiencias y por los equipos a nivel nacional.
· Las autoridades nacionales de salud, con la ayuda de la OPS/OMS, UNICEF y otras organizaciones deberán evaluar los modelos existentes, y cuando se considere necesario, desarrollar nuevos modelos para ser usados en todos los países.
· Los países deben tomar precauciones para el cuidado de la salud mental de grupos especialmente vulnerables (niños, minusválidos, ancianos, líderes comunitarios, personal de rescate y el personal encargado del manejo de los cadáveres, entre otros).
· Los países deberán organizar, con el apoyo de los organismos internacionales, reuniones de información y orientación técnica de desastres, dirigidas a los periodistas y a los comunicadores sociales, para que contribuyan a la promoción y protección de la salud de la comunidad.
· Los planes de respuesta a desastres deben incluir aspectos dirigidos a reducir la vulnerabilidad de las personas respecto a los riesgos psicosociales originados por los desastres.
· Los programas de capacitación de personal en las comunidades deben integrar la educación para el manejo de los aspectos de salud mental asociados con las situaciones de desastre.
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