cerrar esta libroDesastres Preparativos y Mitigación - Boletín No. 06 - Enero, 1981 (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1981, 8 p.)
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Alimentos y nutrición a raíz de desastres

Los desastres no siempre producen una penuria de alimentos lo bastante grave para alterar el estado de nutrición de la población afectada. Para determinar el tipo de socorro alimentario que se necesita y el momento en que éste se debe facilitar, las autoridades sanitarias nacionales deben estar al tanto de las consecuencias que cabe esperar del tipo de desastre a que es propenso el país.

Si, a raíz de un desastre, está justificado un programa de socorro alimentario, deben adoptarse las oportunas medidas para conseguir el mejor aprovechamiento de los recursos. Entre esas medidas están la evaluación de la cantidad de alimentos de que se puede disponer después del desastre, la determinación de las necesidades de orden nutricional, el cálculo de las raciones diarias y del abastecimiento global para grupos importantes de población, y la vigilancia del estado de nutrición de la población afectada.

Consecuencias Probables

Los desastres, de cualquier tipo que sean, pueden alterar los sistemas de transporte y comunicaciones, así como las actividades ordinarias de tipo social y económico. Aunque existan reservas de alimentos, éstas pueden ser temporalmente inaccesibles. Cuando se pierden el ganado, las cosechas y las reservas, el problema a corto plazo puede acarrear una crisis más grave a largo plazo. En caso de evacuación y reasentamiento de las poblaciones, será preciso facilitar casi todos los alimentos necesarios mientras dure el acampamiento. Es posible también que los hospitales y otros servicios necesiten un suministro de alimentos de emergencia.

Los efectos a largo y a corto plazo variarán según el tipo de desastre. los terremotos suelen tener poca repercusión directa en la disponibilidad total de alimentos. Los cultivos no sufren y las reservas de alimentos a menudo se pueden salvar, aunque quizás se planteen problemas temporales debido a la dislocación de los sistemas de transporte y mercado. Si el terremoto se produce durante un período de trabajo agrícola intensivo, por ejemplo el de recolección, la pérdida de mano de obra por muerte, o su empleo para trabajos no agrícolas, puede producir penurias homologas a corto plazo.

Los huracanes, inundaciones y maremotos merman directamente la disponibilidad de alimentos. Los cultivos quedan a menudo totalmente destruidos y, especialmente si no ha habido una alarma a tiempo, es posible que también se pierdan las reservas de semilla y las de alimentos en posesión de las familias.

Establecimiento de un orden de prioridad

La decisión de prestar socorro alimentario debe adoptarse al más alto nivel. La distribución de alimentos exige medios de transporte y personal que quizá sería mejor emplear para otros fines, y los socorros pueden hacer bajar los precios del mercado, originando dificultades para los pequeños agricultores. Además, si no se facilitan los medios esenciales (por ejemplo semillas y herramientas) para volver a poner en marcha la economía local, el mantenimiento de la población mediante la distribución gratuita de alimentos puede impedir la recuperación porque crea una dependencia de los socorros.

En la labor de socorro debe respetarse el siguiente orden de prioridad: 1) suministro inmediato de alimentos a zonas de necesidad urgente; 2) estimación inicial de las necesidades probables de alimentos, para tomar las oportunas medidas de abastecimiento, transporte, almacenamiento y distribución; 3) localización de reservas de alimentos y determinación de su idoneidad para consumo; y 4) atención minuciosa a la información que se reciba sobre el cambio de las necesidades, a fin de modificar adecuadamente el programa de socorros.


Las reservas de alimentos a menudo se pueden salvar después de los terremotos.

Durante un período muy breve (alrededor de una semana) una ración de emergencia que proporcione por término medio 1.700 kcal/cápita impedirá la hambruna generalizada o un empeoramiento grave del estado de nutrición. Como medida inmediata en la prestación de socorros, los alimentos disponibles se deben distribuir entre los grupos más expuestos en cantidad suficiente (3 6 4 kg por persona) para permitir la supervivencia durante una semana. Por ejemplo, en los suministros que se envíen a las comunidades aisladas por un terremoto o desplazadas por una inundación deben incluirse alimentos sistemáticamente. Cuando sea probable una penuria de combustible, quizá sea mejor distribuir alimentos ya preparados, por ejemplo arroz cocido o pan.

Debe hacerse de inmediato un cálculo aproximado de los artículos alimenticios que habrán de enviarse en gran cantidad, a fin de facilitar el abastecimiento, el almacenamiento y el transporte. Para ese cálculo se deben considerar los siguientes factores: 1) el efecto probable de la catástrofe en la disponibilidad de alimentos; 2) la importancia numérica de la población afectada; 3) el suministro normal de alimentos y las variaciones de éste en la zona (por ejemplo, porcentaje de la población que representan los agricultores que cultivan para su propio consumo y las personas que dependen totalmente de alimentos comprados), y 4) la influencia de factores estacionales.

Para calcular la composición de las raciones diarias ha de tenerse en cuenta lo siguiente: las raciones deben ser sencillas; deben facilitarse el almacenamiento y la distribución eligiendo al efecto alimentos no perecederos ni voluminosos y permitiendo la substitución de artículos dentro de cada grupo de alimentos. La composición de las raciones deberá ser como sigue: un alimento básico (de preferencia un cereal); una fuente concentrada de energía (grasa); una fuente concentrada de proteínas (carne o pescado seco). De ser posible, los grupos vulnerables recibirán un suplemento además de la ración básica.

Abastecimiento del exterior

Cuando la cantidad necesaria de alimentos excede de las disponibilidades locales inmediatas y la distribución ha de durar varios meses, será preciso obtener suministros de otro origen. la compra y la expedición pueden llevar varios meses, por lo que conviene hacer cuanto antes las oportunas gestiones. No basta con informar a los donantes sobre la cantidad de alimentos necesarios. Habrá que hacer un cálculo aproximado de las necesidades locales de medios de transporte y almacenamiento, así como informar a los donantes sobre los hábitos nacionales en materia de alimentación. Si los alimentos no son aceptados, el beneficio nutricional será nulo.

Nota: Boletín No. 5, septiembre, 1980.
La fotografía de la página 5 se publicó por cortesía de la OMS y no de la UNDRO.

A menudo, ciertos donantes bien intencionados envían grandes cantidades de "alimentos para bebés" a países afectados por desastres, donde las condiciones de higiene son deficientes y abundan los casos de gastroenteritis. El mejoramiento de la nutrición materna es una medida más eficaz. Los coordinadores del socorro sanitario tampoco deben permitir que la situación de emergencia constituya una oportunidad de inundar el país con fórmulas para lactantes. No está demostrado que los complejos vitamínicos sean útiles en la fase aguda de emergencia, por lo que no conviene solicitarlos como artículos específicos de socorro.

Vigilancia

Los funcionarios de salud deben disponer la vigilancia del estado nutricional de la población afectada, cuando parezca que la escasez de alimentos vaya a constituir un problema a largo plazo, como ocurre en las zonas de agricultura, de subsistencia y en los asentamientos provisionales. La toma regular de datos físicos entre los niños de corta edad, que son los más sensibles al cambio de las condiciones de nutrición, es un buen medio indicativo de la situación de urgencia, especialmente si se utilizan escalas de peso por relación a la estatura.

Con los resultados de la primera encuesta que se realice de la situación, puede reajustarse la estimación preliminar de las necesidades de distribución a largo plazo. Tan pronto como en una zona puedan restaurarse las condiciones normales de consumo, debe suprimirse gradualmente la distribución.

EFECTOS A CORTO PLAZO DE LOS GRANDES DESASTRES NATURALES





DEFUNCIONES

NUMEROSAS

POCAS

NUMEROSAS

POCAS

LESIONES GRAVES QUE REQUIEREN ATENCION MEDICA INTENSIVA

CANTIDAD ABRUMADORA

CANTIDAD MODERADA

POCAS

POCAS

AUMENTO DEL RIESGO DE DIFUSION DE LAS ENFERMEDADES TRANSMISIBLES

SE TRATA DE RIESGO POTENCIAL CON POSTERIORIDAD A TODOS LOS DESASTRES DE GRAN MAGNITUD (La probabilidad se acrecienta en función del hacinamiento y el deterioro de la situación sanitario)

ESCASEZ DE ALIMENTOS

INFRECUENTE

INFRECUENTE

COMUN

COMUN


(Puede ser causada por factores distintos de las insuficiencias del abastecimiento alimentario)



GRANDES MOVIMIENTOS DE POBLACION

INFRECUENTES

INFRECUENTES

COMUNES

COMUNES


(Pueden ocurrir en zonas urbanos que han sufrido grandes daños)



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