La peculiaridad de este desastre, que afectó a una de las ciudades más grandes del mundo, su carácter disperso, su complejidad, las cuantiosas pérdidas en vidas humanas y materiales y los daños, algunos irreparables, al patrimonio cultural del país y de la humanidad dejaron valiosas enseñanzas e inquietudes.
Este suceso desafortunado relevó la necesidad de:
1. Fortalecer los planes del sector salud para atender situaciones de desastre
2. Elaborar planes de vulnerabilidad y contingencia, especialmente para áreas geográficas o geopolíticas de alto riesgo.
3. Elaborar planes hospitalarios a fin de atender desastres internos y externos, y capacitar continuamente al personal de salud en el manejo de este tipo de emergencias.
4. Desarrollar técnicas y metodologías para el rescate de personas atrapadas en edificaciones colapsadas.
5. Promover y fomentar programas de información y educación al público sobre comportamiento en situaciones de calamidad pública, primeros auxilios y participación comunitaria.
6. Promover y fomentar programas de información y capacitación en aspectos de salud con posterioridad a los desastres, para los medios de comunicación.
7. Desarrollar actividades de información y motivación para los países e instituciones donantes sobre la importancia de evitar envíos de elementos no solicitados, y como canalizar la ayuda internacional en forma positiva y eficiente.