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Muchas suposiciones equivocadas se asocian con el impacto que los desastres tienen en la salud pública. Las personas que pertenecen a la comunidad de donantes, así como las de los países proclives a desastres, deben conocer los siguientes "mitos y realidades":
Mito: Se necesitan médicos voluntarios extranjeros con cualquier clase de antecedentes médicos.
Realidad: La población local casi siempre satisface las necesidades inmediatas para salvar vidas. Solo se necesita personal médico con aptitudes que no se encuentren en el país afectado.
Mito: ¡Se necesita cualquier cíase de asistencia internacional, y se necesita ahora!
Realidad: Una respuesta apresurada que no se base en una evaluación imparcial sólo contribuye a generar caos. Es mejor esperar hasta que se hayan evaluado las auténticas necesidades.
Mito: Las epidemias y ¡as pestes son inevitables después de todo desastre.
Realidad: Las epidemias no ocurren espontáneamente después de un desastre y los cadáveres no conducirán a brotes catastróficos de enfermedades exóticas. La clave para prevenir enfermedades está en mejorar las condiciones sanitarias y en educar a la gente.
Mito: La población afectada está demasiado conmocionada e indefensa para asumir la responsabilidad de su propia supervivencia.
Realidad: Por el contrario, muchas personas encuentran nuevas fuerzas durante una emergencia, como lo demuestran los miles de voluntarios que se unieron espontáneamente para buscar víctimas entre los escombros después del terremoto ocurrido en la ciudad de México en 1985.
Figura
OPS/OMS
Mito: Los desastres provocan muertes al azar.
Realidad: Los desastres afectan más gravemente al grupo más vulnerable: los pobres, y especialmente mujeres, niños y ancianos.
Mito: La ubicación de las víctimas de desastres en asentamientos temporales es la mejor opción.
Realidad: Debe ser la última opción. Muchos organismos utilizan los fondos que usualmente se gastan en tiendas de campaña para adquirir materiales de construcción, herramientas y otro tipo de apoyo relacionado con la construcción en el país afectado.
Mito: Las cosas vuelven a la normalidad en pocas semanas.
Realidad: Los efectos de un desastre duran mucho tiempo. Los países afectados por desastres agotan gran parte de sus recursos financieros y materiales en la fase inmediatamente posterior al desastre. Los programas de ayuda exitosos son los que orientan sus operaciones teniendo en cuenta que el interés internacional disminuye cuando las necesidades y la escasez se toman más apremiantes.
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