close this bookDesastres Preparativos y Mitigación - Boletín No. 69 - Abril, 1997 (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1997, 8 p.)
View the document(introduction...)
View the documentEditorial - Tres, dos, uno... ¿se acabó?
View the documentInternet y el manejo de desastres y epidemias: ¡Pasajeros a bordo!
View the documentNoticias de la OPS/OMS
View the documentOtros organismos
View the documentPróximas reuniones
View the documentPaíses miembros
View the documentReseñas de publicaciones
View the documentBibliografía selecta

Editorial - Tres, dos, uno... ¿se acabó?

Sólo nos quedan tres años para lograr las metas del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales y para cumplir con los compromisos formalmente contraídos en la Conferencia Mundial celebrada en Yokohama, Japón, en 1994.

En pocas palabras, ¿a qué nos comprometimos en esta Conferencia Mundial? Sencillamente, nos comprometimos a reducir la vulnerabilidad de todos los países frente a los riesgos naturales - terremotos, huracanes, erupciones volcánicas y otros - ya fuese mediante mejores técnicas de construcción, campañas de información pública o sistemas de alerta temprana.

En el sector de la salud, nuestro compromiso colectivo contraído en Yokohama va mucho más allá de la preparación tradicional del sector. No sólo exigía proteger las vidas de los pacientes y los miembros del personal hospitalario contra las repercusiones directas de los peligros naturales, sino también mantener servicios vitales como atención médica, agua y saneamiento, independientemente del costo.

Un ejemplo que viene al caso es la Conferencia Internacional sobre Mitigación de Desastres en Instalaciones de Salud, celebrada en la ciudad de México en febrero de 1996, que escogió la vulnerabilidad de los hospitales como objetivo inmediato para la acción. Se adoptaron y divulgaron medidas claras y un plan de acción.

¿Hasta dónde han llegado hoy los países de América Latina y del Caribe, a siete años desde que empezó el Decenio, tres años después de la conferencia de Yokohama y un año después de la de México? ¿Hasta dónde llegarán los países cuando sea hora de evaluar los logros de este Decenio Internacional?

El programa del Decenio adoptado por unanimidad claramente tenía que ver con el desarrollo y no era de carácter humanitario. El desarrollo sostenible, no la respuesta a emergencias, era el concepto clave.

Quizás lo más importante, aunque no sea el único factor en cuanto al éxito o fracaso del Decenio, es saber si la prevención y mitigación de desastres ha sido considerado por a los sectores que están a cargo de avanzar con ímpetu y firmeza en el desarrollo socioeconómico de un país o que contribuyen a dicho avance.

¿Quiénes son los actores clave, los encargados de la prevención y mitigación de desastres a nivel nacional? ¿Los municipios, el ministerio de desarrollo o economía, los arquitectos, los ingenieros y los planificadores urbanos, o los médicos, los especialistas en logística y el personal de actividades de campo que responden a las situaciones de emergencia?

No es probable que se influya permanente y sustancialmente en reducir la vulnerabilidad de cualquier país durante o después de este Decenio, a menos que las instituciones y los sectores (incluido el sector privado) que contribuyen a la configuración del desarrollo económico de una nación asuman plena y formalmente la responsabilidad de la prevención y mitigación de desastres.

El PARLATINO, la organización de parlamentos de América Latina, y el PARLACEN, de parlamentos de Centroamérica, han redactado la legislación modelo con miras al logro de esta meta, y en algunos países se ha presentado ante el congreso o el parlamento. Las instituciones que tradicionalmente tienen que ver con desastres no siempre han comprendido y apoyado plenamente este enfoque del desarrollo. La reducción de la vulnerabilidad es demasiado crucial y compleja para dejarla sólo en manos de los expertos en desastres o de los que responden en situaciones de emergencia.

Esperemos que los organismos internacionales, las instituciones nacionales y los expertos sumen sus esfuerzos durante los tres años que quedan del Decenio Internacional para procurar que la reducción de la vulnerabilidad a los desastres, como un medio para lograr un desarrollo sostenible, realmente se convierta en una prioridad del desarrollo en lugar de ser sencillamente tema de debate, charlas y acción limitada dentro de un círculo cerrado de científicos y directores de programas relativos a desastres.

El año 2000 nos dirá si hemos tenido éxito.

to previous section of book to next section of book