Los desastres son situaciones de crisis que originan grandes pérdidas humanas y materiales. Nuestro continente es especialmente vulnerable a las catástrofes naturales, por sus características geográficas e inestabilidad telúrica, y a los desastres producidos por el hombre, por su rápido desarrollo tecnológico. Así lo indican desastres recientes en Colombia, México, El Salvador y Jamaica.
Se sabe que en los países en desarrollo se concentran 87% de los desastres comunicados y 98% de los damnificados. En Latinoamérica hubo en años recientes 265 desastres, con un total de 165.553 muertos y 78.478 damnificados. Estos datos subrayan las importantes consecuencias psicosociales de los desastres: el promedio de muertos por desastre fue de 624, y el de damnificados, de 296.143. En otras palabras, la proporción de damnificados para muertos fue de 475.
Los grupos sociales más afectados por estos desastres son los de menos recursos económicos, que tienen más difícil acceso a los servicios de salud y que enfrentan mayores problemas para la adecuada reubicación socio-laboral después del desastre. Se cree que esta situación, ya de por si difícil, empeorará por la crisis económica actual, sin precedentes en la historia de Latinoamérica, y por la creciente y desordenada concentración urbana con poblaciones cada vez más numerosas en zonas de alto riesgo.
Así pues, se torna necesario estudiar los diversos aspectos relacionados con los desastres y crear las bases teóricas y empíricas requeridas para el diseño y la puesta en practica de intervenciones adecuadas. Se ha prestado atención considerable a los problemas físicos de las víctimas de desastres, pero no se han estudiado de manera sistemática las consecuencias psicosociales de las catástrofes. Sin embargo, es un hecho por demás sabido que la vida mental es lo que da sentido a la existencia humana. Si se pretende emplear recursos para salvar la vida a víctimas de desastre, resulta imperativo utilizar recursos también para garantizarles una vida sana, entendiéndose por salud: "...el estado de completo bienestar físico, psicológico y social, y no solamente la ausencia de enfermedades". Con base en esta premisa, el estudio de las consecuencias psicosociales de los desastres es pertinente, actual y, si se nos permite decirlo, fundamental para el éxito de los programas de preparación, rehabilitación y reconstrucción en situaciones de desastre.
Esta obra tiene como objetivo reunir la experiencia latinoamericana en desastres y salud mental, para que sirva en la consolidación de las diversas iniciativas que en este campo se dan en Latinoamérica. Representa la continuación de los esfuerzos del Programa de Cooperación Internacional en Salud Mental "Simón Bolívar" tendientes al logro de la unidad latinoamericana. Es una recopilación de acciones y estudios hasta ahora dispersos en la literatura, con el fin de difundirlos para que el todo sea mayor que la suma de sus panes.
En esta Monografía se pretende reunir el trabajo de diversos investigadores latinoamericanos en torno a desastres ocuridos durante los últimos años en la región. También se incluyen ensayos de autores estadounidenses que han tenido que ver de una u otra manera con tales desastres. Los editores han buscado con esto que la obra refleje la actividad de investigación en la práctica, en vez de meras consideraciones teóricas. La Monografía es producto de los esfuerzos, iniciativas y, a veces, los sacrificios personales de los autores, a quienes agracecemos su cooperación.
Esta Monografía no pretende ser exhaustiva y los editores están conscientes de que no se incluyeron otras experiencias significativas. Las limitaciones de tiempo y espacio no permitieron una recopilación más extensa. La iniciativa de publicar una obra de esta naturaleza, de las primeras en esta disciplina en nuestra región, se ve afectada por ello de manera favorable a la vez que desfavorable. Contó con el entusiasmo de todos los colaboradores, que respondieron con sumo interés a la invitación de participar en ella y aportaron documentos de gran calidad; pero también sufrió por la poca experiencia en el campo de la salud mental en desastres, por las dificultades para recopilar la información básica y por la falta de una tradición bien definida en Latinoamérica en cuanto a literatura especializada en salud mental y desastres. Esperamos que esta obra sirva a clínicos, investigadores y administradores relacionados con la atención en desastres como un marco de referencia para nuevos estudios y programas; que genere en ellos renovadas inquietudes e interrogantes, y que sirva de estímulo permanente para la búsqueda de la atención cada vez mejor de los trastornos emocionales de las víctimas de desastres.
Las personas que brindan ayuda a las víctimas de desastres no sólo abarcan los miembros del sector salud, sino también muchos otros sectores de la sociedad, aun los pobladores de las comunidades afectadas. A ellos debemos la cristalización de una larga experiencia, muchas veces en el anonimato y el silencio, en una obra de un solo volumen que se distribuirá en toda Latinoamérica. Esperamos que del sufrimiento de las víctimas, sus familias y las comunidades afectadas sepamos extraer conocimientos y experiencias que puedan extrapolarse a otras situaciones. Y así, que se pueda afirmar, con el poeta Paulo Mendes Campos, que si bien los desastres ocurridos en los países latinoamericanos han multiplicado nuestro dolor, también han multiplicado nuestras esperanzas.
Moises Gaviria
Bruno R.
Lima
![]() |
![]() |