Morolica reviven el fantasma del “Mitch”
19 Wednesday October 2011 @ 09:15 AM CST
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Una parte de la carretera que conducía a Morolica, conocido como el “Hoyo de Toño”, ya no existe. Las personas pasan por una orilla.
Igual que los términos municipales del sur de El Paraíso, este próspero lugar ha vuelto a sufrir los embates de la naturaleza durante una semana, debido a las inundaciones y deslaves en las carreteras, causadas por los aguaceros.
Güinope, San Lucas, San Antonio, son algunos de los municipios más afectados, pues las constantes tormentas han saturado el suelo y carreteras de tierra, que comunican a este sector del país. Asimismo los municipios de Vado Ancho, La Soledad, Texiguat, Liure y Yauyupe sufrieron daños en sus carreteras, vados y puentes de acceso.
Varios de los pobladores de Güinope y San Lucas ayer se encontraban sumamente preocupados porque los cultivos de maíz, frijol y las plantaciones de tomates, chiles, cebollas y zanahoria seguían dañándose por las imparables lluvias.
Para el caso, Florencio Flores, habitante y agricultor de la comunidad de Mandasta, en San Lucas, dijo que “aquí está lloviendo desde el martes. Sin dejar de gotear un poquito, no hemos tenido desastres ni muertos pero sí hemos perdido todas las cosechas y los frijolares que sembramos para postrera”.
“Las matas de maíz ya están nacidas por tanta agua y nadie ha venido a ver qué nos pasa”, lamentaba el humilde anciano.
El agricultor de Morolica, Francisco Moya, lamenta la pérdida de las cosechas en las riberas del río Chiquito, de Texiguat.
“Tenemos tres días de estar trabajando en estas calles”, decía Florencia Agurcia, mientras tiraba piedras junto a otros 10 hombres sobre un gran boquete lleno de agua que se había armado en plena vía carretera.
“No me lo está preguntando, pero ya en el pueblo nos estamos quedando sin comida”. La calle de tierra que comunica a este sector del país ha quedado semidestruida por las lluvias y quebradas que la rodean.

Tramos completos han sido inundados por corrientes de agua y lodo caído de las quebradas que bajan de los cerros que las rodean. Como en el sector de Vado Ancho, cuya entrada está completamente anegada, pues la brecha sufrió tremendos daños por las lluvias.
Igualmente la calle principal de San Lucas, por varios metros parece laguna, debido a las grandes pozas que se forman por las tormentas.
Varios vados construidos en el sector ayer todavía seguían cubiertos de agua, imposibilitando el paso vehicular.
Varios pobladores de Morolica tienen que arriesgar sus vidas a bordo de neumáticos para poder conseguir alimentos.
En el sector de Mandasta una parte de la vía carretera se derrumbó, provocando la interrupción del paso vehicular hacia el municipio de Morolica, Choluteca.
Los municipios de La Soledad y Texiguat han quedado aislados de las demás comunidades de El Paraíso, porque el puente Soledad, ubicado en el sector de El Danto, colapsó por las embravecidas aguas del río Chiquito.
MALOS RECUERDOS
Orlando Sánchez, agricultor de la zona, lamentó que estén viviendo nuevamente las incidencias de las lluvias y crecidas como cuando el huracán Mitch, pues Morolica es recordada como una de las zonas más afectadas.
Mientras que Enrique Sánchez, productor de la zona y dueño de buses, que recorren la zona de Morolica hacia Choluteca, explicó que esa zona es abastecida desde Marcovia y ojalá que “con este problema no quedemos dos años aislados, así como cuando el Mitch”.
El comercio y la gente se trasladan a diario desde Choluteca a Morolica, porque si uno va Tegucigalpa, no regresa el mismo día y todo es más caro, ese es el temor que tenemos, explicó.
Los aldeanos de Morolica señalan que las personas que se atreven a cruzar a nado, salen a casi cuatro kilómetros río abajo.
Por su parte, Segundo Ordóñez, actual celador del panteón municipal y sobreviviente de las inundaciones en la vieja Morolica, detalló que las crecidas se asemejaron a las producidas en el año 1998, cuando el ciclón tropical arrasó este municipio.
Roberto Baquedano, comerciante, dijo que actualmente en su pulpería hay suministros para unos cinco días y “nosotros lo que queremos es que rehabiliten la carretera, porque estamos incomunicados”.
Unas 300 familias que componen el municipio de Morolica, tienen la esperanza que cesen las lluvias y así se habilite el paso carretero que atraviesa por Güinope y sale a El Zamorano.
Igualmente esperaban la llegada del alcalde municipal José Presentación Barahona, quien viajó a Tegucigalpa para gestionar ayuda con el actual gobierno.
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Playa Grande recuerda con temor el “Fifí” y el “Mitch”
PLAYA GRANDE, Valle.- Una de las zonas más afectadas en la región sur de Honduras es la comunidad de Playa Grande, en el departamento de Valle, donde más de 661 habitantes distribuidos en 176 familias, urgen la construcción de bordos para que el río Nacaome no siga desbordándose.
Varias casas de material de bloque se partieron por la mitad, aún así muchos quieren regresar por no tener a donde ir.
Dedicados a la pesca, especialmente de cangrejos, camarones y langostas, “canecheros”, como comúnmente suelen llamarse entre ellos, no han podido ejercer su trabajo desde hace seis días, cuando comenzaron a sentir el embate de la naturaleza.
“Esto solo nos recuerda al huracán Fifí y el Mitch, la única diferencia es que esta última llena y desborde venía con fuerza y corriente”, dijo Marcelino Flores, mostrando su casa en medio de una gran poza que dejó el desbordamiento del río.
“Somos pescadores, casi todos canecheros y productores de camarón y hacemos milpas, pero todo eso se fue, no tenemos nada de lo que habíamos levantado”, manifestó tras lamentar que varias gallinas y cerdos también se los llevó la corriente.
Son veinte casas las que se llevó la corriente desde el pasado viernes recordó, el poblador, “pero esto ha sido más fuerte que el Mitch porque yo he pasado los tres sucesos y es primera vez que la casa me quedó así en medio de una laguna”.
REGRESAN A ZONAS VULNERABLES
Varias mujeres se han dedicado a recuperar la ropa que quedó enlodada dentro de sus casas. Manifestaron que necesitan prendas de vestir.
Debido a la inestabilidad y hacinamiento a la hora de dormir, varios damnificados ubicados en la escuela Enma Romero de Callejas, decidieron ayer regresar a sus viviendas parcialmente destruidas, pese a la prohibición de las autoridades.
“Nosotros en la tarde pensamos regresar para nuestra comunidad, algunos ya lo han hecho por la mañana para cuidar algunas cosas que lograron recuperar”, dijo María Cálix, quien con su hijo de nueve meses en brazos agregó que “es lo mejor porque lo tengo enfermo y con fiebre”.
Por su parte, José Santos Mendoza (30), otro de los afectados, es de la opinión que aunque perdió su casa, no piensa volver a la zona “porque no puedo seguir construyendo y que se esté cayendo mi ranchito; veré para dónde agarro, porque llevó nueve días sin trabajo y tengo cuatro de estar en albergue como damnificado”.
Aunque todos reconocieron y agradecieron que como comunidad han recibido la ayuda momentánea de la Cruz Roja, la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), los diputados de ese sector y hasta pobladores de Nacaome, entre otros, anhelan una acción permanente para evitar más desgracias y vivir de la caridad. (Saraí Alvarado)
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15 fallas y más de 700 cráteres
TEGUCIGALPA.- Unas 15 fallas, más de 700 agujeros y decenas de deslizamientos, en aproximadamente 80 kilómetros de carretera, son parte de las causas y consecuencias que en cuatro días de lluvia ha aumentado la vulnerabilidad de la red vial, que conduce de Tegucigalpa hacia Choluteca, en la zona sur del país.
La más grande en este momento es la falla que está en el kilómetro 54.
Pese a que este sector es uno de los más productivos, por el constante comercio de mariscos, frutas y otros productos básicos, la carretera ha sido la más descuidada de todas por varios años y hoy pasa “la factura” a las autoridades gubernamentales.
Siendo así, estos prometieron el lunes que en dos días se habilitaría el paso, pero las enormes filas de furgones y camiones continuaban varadas desde tempranas horas, hasta entrada la tarde.
Aunque el tramo perjudicado fue habilitado parcialmente, a medida seguía cayendo la lluvia el lodo y las fracturas en varios tramos, se informaba de nuevas fallas y obstáculos carreteros que aumentaron el congestionamiento llegada la noche.
CRÁTERES Y DESAGÜES
En un recorrido hecho por LA TRIBUNA, se logró constatar que los enormes cráteres, convertidos hoy en pozas, se empiezan a contabilizar desde el kilómetro 11 hasta el kilómetro 80, en las cercanías de la comunidad de Playa Grande, en el departamento de Valle.
En La Rampla, comunidad ubicada en las cercanías de la Represa Nacaome, han estado incomunicados debido a la crecida del río que mantiene cubierto el puente por el que diariamente transitan los pobladores hacia sus zonas de trabajo.
Igualmente, los deslizamientos que han dejado piedras y arbustos dispersos en la carretera se ubican en su mayoría desde el kilómetro 47 hasta el 78, en varias zonas en ese mismo sector, como La Herradura, en el municipio de La Venta, San Antonio de Flores, Sabanagrande, Pespire y Limones, en donde se ubican los baches más grandes que tienen hasta partida en mitad varios tramos, entre otros.
En el caso de las fallas, el titular de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), Miguel Pastor, informó que esa cantidad podría aumentar de seguir lloviendo y manifestó que la prioridad “es la libre circulación de vehículos y personas”, lo demás será solventado “hasta después…” .
“Las fallas ubicadas en la carretera hacia el sur son dos desde el kilómetro 50 y 54, hay dos más a la altura en el tramo entre Choluteca y San Marcos de Colón, tres fallas en Francisco Morazán, tres en el sector del oriente, dos hacia Copán, entre otras que sobrepasan las quince”, detalló el ministro.
“Estamos tratando de atender algunos lugares para el transporte de la ayuda humanitaria y por eso abrimos el paso. Hay cantidad de deslizamientos, vados, cajas puentes colapsados, derrumbes, puentes dañados y otros colapsados, pero trataremos de atender aunque sabemos que si sigue lloviendo esto va a seguir en mal estado”, expresó tras asegurar que cuando pase la lluvia todo eso será de mejorarse.
Se le consultó cuantos recursos han asignado y la planificación presupuestaria hasta los momentos y respondió que “no tenemos un presupuesto asignado para emergencias, estamos priorizando las necesidades que hay trabajando con Finanzas y la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), certificando cada trabajo que se está haciendo a manera tal que se nos pueda facilitar los recursos necesarios”