Los organismos del gobierno desempeñan un papel importante en todas las situaciones de emergencia radiológica, con excepción de las situaciones de emergencia radiológica leves. Sin embargo, los individuos afectados a menudo se dirigen en primer término a las autoridades locales en busca de asesoramiento, tratamiento e información tranquilizante, según corresponda. Por consiguiente, la preparación y planificación para situaciones de emergencia radiológica no deben considerarse temas que sólo interesan a los gobiernos centrales. Antes bien, cada autoridad local debe procurar que sus planes complementen y apoyen los planes pertinentes de las autoridades centrales.
Si las autoridades locales cuentan con preparación y planificación para situaciones de emergencia radiológica, pueden ser útiles para hacer frente a los problemas de salud pública de varias maneras.
Antes que ocurra una emergencia, pueden
· informar y capacitar a médicos y otros profesionales a quienes probablemente recurrirá el público en caso de una emergencia,· informar al público acerca de la posibilidad de una emergencia, sus consecuencias probables y acciones posibles.
Durante una emergencia, pueden:
· proporcionar información, orientación y confianza al público,· distribuir yodo estable en los casos que sea apropiado,
· asegurar que se proporcione tratamiento médico inmediato a los que lo requieran,
· proporcionar asesoramiento sobre la inocuidad de alimentos y bebidas.
Después de una emergencia, pueden:
· reglamentar la producción y distribución de alimentos,· organizar la atención de la salud a largo plazo para las víctimas,
· apoyar la recuperación médica, psicológica y social.
Desde luego, la mayoría de las acciones correctivas que pueden emprenderse después de una situación de emergencia radiológica tienen costos asociados. Tales costos incluyen el costo socioeconómico de la puesta a cubierto, evacuación y reubicación; el costo económico de los controles y las prohibiciones para la producción y la distribución de alimentos; el costo directo de los artículos de consumo como el yodo estable, y los costos relacionados con los programas de pruebas masivas.
El problema de la ansiedad pública es uno de los más difíciles y complejos y requiere cuidado en su consideración. El público debe estar informado sobre la naturaleza y gravedad de toda emergencia y sus efectos probables sobre la salud. Por otra parte, las reacciones inapropiadas y excesivas de las autoridades pueden aumentar injustificadamente los temores y provocar el desborde de los establecimientos sanitarios en busca de información o tratamiento.
Por lo tanto, la intervención es apropiada sólo cuando cabe suponer que se superarán determinados niveles de radiación. Esto significa que una autoridad local debe estar en condiciones, por sí misma o con la asistencia de la entidad nacional pertinente, de:
· evaluar una emergencia de radiación que ha ocurrido o puede ocurrir;· medir la contaminación por radiación de muestras de aire, alimentos y agua;
· estimar las dosis de radiación que han recibido o pueden recibir las personas y compararlas con los niveles de intervención establecidos;
· consultar a los organismos nacionales e internacionales apropiados; y
· decidir sobre las acciones correctivas y de mitigación apropiadas y ponerlas en práctica.
Un hombre y una mujer recogen muestras
de algas marinas
Guía sobre cantidades y unidades radiológicas Los sentidos humanos no pueden detectar la radiación. No puede verse, olerse o tocarse y, por consiguiente, la magnitud de un incidente concreto de radiación no puede determinarse directamente. Por este motivo, el análisis detallado de las situaciones de emergencia radiológica reales y potenciales depende de la comprensión de las unidades científicas usadas para cuantificar las diversas propiedades de la radiación y la exposición a ésta. Las unidades utilizadas más frecuentemente son el gray (Gy), que mide la dosis absorbida, el milisievert (mSv), que mide la dosis efectiva, y el becquerel (Bq), que mide el número de desintegraciones nucleares por unidad de tiempo. Se explican a continuación estas magnitudes y unidades: |
||||
Cantidad |
Definición |
Unidad |
Equivalente | |
Dosis de radiación | ||||
Dosis absorbida |
Energía absorbida por unidad de masa en un tejido u órgano: |
gray (Gy) |
1 Gy = 1 joule/kg | |
Dosis efectiva |
Dosis absorbida en todo el: cuerpo ponderada por la calidad de la radiación y la radiosensibilidad de los órganos y tejidos irradiados |
sievert (Sv) |
1 Sv = 1 joule/kg | |
Tasa de dosis |
Dosis de radiación por unidad de tiempo (por ej., por hora o por ano) |
Gy/h, mSv/a |
| |
Radiactividad | ||||
Actividad |
Número de desintegraciones nucleares por unidad de tiempo de un radionucleido |
becquerel (Bq) |
1Bq = desintegración/seg. | |
Concentración de radionucleidos |
Actividad por unidad de masa o unidad de volumen (por ej., por kilogramo o por metro cúbico) |
Bq/kg, Bq/m3 |
| |
Período de semidesintegración |
Tiempo en el cual la actividad de un radionucleido disminuye a la mitad |
segundo, día, año |
| |
Los siguientes ejemplos numéricos ilustran el orden de magnitud de las diversas unidades: La dosis efectiva promedio para el individuo, debida al uso médico de la radiación en los países europeos, es del orden de 1 mSv/a (103 sievert por ano). La actividad promedio del potasio-40 natural en el cuerpo humano es aproximadamente 55 Bq por kg de peso corporal, lo que corresponde a una actividad total del orden de 4000 Bq, y origina una dosis efectiva anual de aproximadamente 0,15 a 0,2 mSv/a. Los períodos de semidesintegración de algunos radionucleidos comunes son: | ||||
yodo-131 |
8 días | |||
cesio-137 |
30 años | |||
plutonio-239 |
24-100 años |
Vías de contaminación radiactiva del
ambiente como resultado de una emisión atmosférica
Fuente: Nuclear power: accidental releases - practical guidance for public action
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