Las autoridades locales pueden implantar medidas de salud pública inmediatas y a largo plazo en caso de una situación de emergencia radiológica. La elección de las mismas estará basada en los niveles medidos o estimados de radiación y las dosis de radiación estimados por los organismos nacionales o internacionales. Los monitores fijos de radiación cerca de los establecimientos nucleares o los equipos móviles de monitoreo de muestras de aire, agua pluvial, agua superficial, el suelo o los alimentos pueden medir los niveles locales de radiación, a partir de los cuales pueden predecirse las dosis de radiación.
Puesta a cubierto, evacuación y reubicación
La puesta a cubierto y la evacuación son más eficaces si se llevan a cabo antes de la llegada de la radiactividad. La reubicación es una solución a largo plazo para problemas particularmente graves. Las tres medidas son puestas en ejecución generalmente por el servicio de incendios y rescate, las autoridades policiales o de defensa civil, según la organización local.
La puesta a cubierto generalmente implica aconsejar a la gente que permanezca en el interior de edificios apropiados, mantenga puertas y ventanas cerradas y, en los casos en que corresponda, cierre los sistemas de ventilación. Es relativamente simple de implementar, puede proporcionar niveles significativos de protección, causa mínima perturbación social e implica un riesgo mínimo en el corto plazo. Las personas que se ponen a cubierto deben, estar advertidas de que deben mantenerse informadas mediante la radio y la televisión y se les debe brindar información regular y consistente, asesoramiento e instrucciones.
La permanencia prolongada en el interior de edificios durante períodos de 12 horas o más puede causar problemas sociales, médicos y psicológicos y desencadenar el abandono sin planificación y descontrolado de estos albergues.
Dosis de yodo recomendadas por la OMS | |
Edad |
Dosis diaria recomendada, |
>12 años |
100 mg |
3 a 12 años |
50 mg |
1 mes a 3 años |
25 mg |
<1 mes |
(dosis única) 12.5 mg |
La evacuación consiste en el traslado urgente y temporal de personas de una zona a otra. Generalmente se planifica y aplica en el caso de personas que viven cerca de establecimientos nucleares. Debe evitarse, dentro de las posibilidades, la evacuación sin planificación de zonas densamente pobladas. Los planes de evacuación deben basarse en una estrategia ordenada, no en dar prioridad a ciertos grupos, como niños y mujeres embarazadas, a pesar de que el riesgo con que se enfrentan estos grupos es algo mayor.
Niveles de intervención orientativos El documento del OIEA (Criterios para la intervención en una emergencia nuclear o radiológica) contiene el siguiente cuadro con niveles de intervención genéricos para diferentes medidas preventivas normalizadas. | ||
Contramedida |
Órganos del cuerpo |
Niveles de intervención genéricos |
Evacuación |
Todo el cuerpo |
50 mSv |
Puesta a cubierto |
Todo el cuerpo |
10 mSV |
Distribución yodo estable |
Tiroides |
100 mGy |
Cuadro III, Serie sobre seguridad No. 109
La evacuación también puede causar problemas psicosociales, dado que las personas son presas de la angustia al tener que abandonar sus hogares, bienes y animales de compañía y utilitarios.
La reubicación se utiliza generalmente para evitar la acumulación de dosis de radiación significativas a largo plazo provenientes de los radionucleidos depositados en el suelo o la ingestión de alimentos contaminados. La reubicación puede ser temporal o permanente, su costo es alto desde el punto de vista económico y social. La experiencia a partir del accidente de Chernobyl indicó el estrés psicológico e impacto socioeconómico graves resultantes de la reubicación.
Profilaxis con yodo estable
El accidente de Chernobyl también dio lugar a un aumento significativo de la incidencia de cáncer de tiroides en niños pequeños. Este aumento seguramente puede relacionarse más probablemente con la exposición de estos niños a los isótopos radiactivos de yodo. El yodo estable bloquea la captación de yodo radiactivo por la tiroides. Su presentación incluye varias formas y es más eficaz si se distribuye y toma inmediatamente antes de la exposición al yodo radiactivo. Los comprimidos de yodo estable (65 mg) cuestan cerca de US $ 15 por millar y tienen un período máximo de almacenamiento de aproximadamente 5 años. El Cuadro muestra las dosis únicas recomendadas por la OMS.
Durante un incidente que implique la liberación de isótopos radiactivos de yodo, debe proporcionarse yodo estable a todos los grupos de la población si la inhalación de estos isótopos pudiere dar lugar a dosis altas de radiación a la tiroides.
Si los niveles de yodo radiactivo son más bajos, de manera que sólo son preocupantes los efectos estocásticos tardíos para la tiroides, la situación es más complicada. En tales casos, se recomienda la profilaxis de yodo estable principalmente para los niños porque el riesgo al que están expuestos es mayor que en el caso de los adultos. (Las pautas de la OMS para la profilaxis de yodo ofrecen recomendaciones más detalladas sobre cuándo es apropiado el yodo). El yodo estable reduce las dosis de radiación causadas por la inhalación de yodo radiactivo y también puede reducir las dosis causadas por la ingestión de yodo radiactivo cuando no se pueden prohibir los alimentos y la leche.
La eficacia del yodo estable es mayor si se administra inmediatamente antes de la absorción de yodo radiactivo o, si esto no es posible, tan pronto como sea posible. Las autoridades locales, por consiguiente, deben considerar la posibilidad de almacenar yodo en centros como escuelas, hospitales, farmacias, centrales de bomberos, comisarías de policía y centros de defensa civil, con zonas de distribución superpuestas para reducir al mínimo las demoras. La OMS también recomienda a las autoridades nacionales que consideren la posibilidad de permitir la compra voluntaria de comprimidos de yodo por parte del público y de distribuirlos con anterioridad a los hogares, con instrucciones apropiadas.
El uso en exceso de yodo estable puede causar problemas en algunos individuos, pero la experiencia en Polonia después del accidente de Chernobyl demuestra que son muy pequeños los riesgos de efectos colaterales graves debido a una dosis única.
Atención médica
Las víctimas que han recibido una dosis de radiación alta o se han contaminado con material radiactivo deben trasladarse lo más rápidamente posible a un establecimiento médico apropiado. Hay tres categorías principales de exposición radiológica y las víctimas pueden haber experimentado cualquiera de estas categorías o combinaciones de ellas.
Comprimidos de yodo estable
La exposición a radiación externa se interrumpe cuando se aleja la persona de la fuente, la persona no está contaminada y no presenta riesgo alguno para el personal de urgencias.
En los casos de contaminación externa, la persona continúa siendo expuesta hasta que la contaminación es removida. Dado que el personal de urgencias puede resultar expuesto o contaminado, se deben observar medidas apropiadas de protección.
En los casos de contaminación interna, la persona continúa siendo expuesta hasta que se elimina la contaminación mediante procesos naturales o intervención médica especializada. La exposición del personal médico será probablemente insignificante.
La tarea principal de la asistencia médica consiste en proporcionar tratamiento apropiado basado en los resultados de los estudios físicos y biológicos. Según los resultados de estos estudios, puede necesitarse tratamiento quirúrgico sustancial, el cual solo puede ser proporcionado por equipos competentes capacitados de médicos y enfermeras en establecimientos estériles para tratamiento.
Descontaminación
En algunos tipos de accidentes se puede necesitar examinar a cientos o incluso miles de personas por contaminación personal externa o interna. La contaminación externa puede ser medida por contadores de radiación especiales de mano, que cuestan aproximadamente US$ 2000. Para medir los niveles de contaminación interna general, se cuenta con instalaciones fijas o móviles, cuyos costos oscilan entre US$ 200.000 y US$ 400.000. La contaminación interna por ciertos isótopos, en especial los de plutonio, requiere equipo más especializado.
Ante pruebas o sospechas de contaminación de la superficie corporal surge la necesidad de efectuar la descontaminación, la que debe llevarse a cabo preferentemente en un centro con instalaciones para descontaminación y control radiológico. En general, la mayoría de las descontaminaciones externas requieren una ducha y cambio de ropa. El personal que trata a las personas contaminadas después de la descontaminación inicial está sometido a un riesgo muy pequeño.
La experiencia con emergencias ocurridas en el pasado indica que el número probable de personas contaminadas gravemente es en general muy bajo. Sin embargo, el número de personas levemente contaminadas puede ser muy vasto y el de las que creen que pueden estar contaminadas puede ser incluso más alto. Estas personas necesitan principalmente medidas tranquilizantes.
Por consiguiente, la planificación para situaciones de emergencia radiológica debe incluir la organización de estructuras eficaces de control en todos los centros de recepción y tratamiento. En caso contrario los servicios médicos pueden verse desbordados y las personas seriamente contaminadas o heridas pueden no tener acceso a la atención.
Una unidad para medición de cuerpo
completo
Información pública
La información pública exacta, oportuna y adecuada es un elemento vital en toda respuesta eficaz a una situación de emergencia radiológica. La información ayuda a la población afectada a reaccionar de la manera más apropiada mediante la cooperación con las autoridades en la evacuación, la puesta a cubierto, la distribución de yodo estable u otras medidas apropiadas. La información exacta también fomenta la confianza y reduce la ansiedad y, por lo tanto, ayuda a reducir al mínimo la repercusión psicosocial a largo plazo del incidente. Finalmente, la información puede ayudar a evitar preocupación innecesaria en un sector más amplio de la población que no ha sido directamente afectado.
La información pública puede dividirse en dos categorías principales, según sea publicada antes o durante la emergencia.
La información básica se proporciona antes de que ocurra cualquier emergencia, con la finalidad de que el público conozca los planes existentes para protegerlo y a la vez familiarizarlo con las contramedidas apropiadas. La información básica debe dirigirse también a grupos como médicos, a quienes el público probablemente solicite asesoramiento en el momento de una emergencia. Obviamente, la información básica a nivel nacional e internacional debe ser uniforme en la medida de lo posible.
La información sobre la crisis es la información provista en el momento de una emergencia. Debe ser oportuna, franca y concentrarse principalmente en temas pertinentes a la salud pública. Es preciso encontrar el equilibrio adecuado entre la necesidad de presentar la información con celeridad y la importancia de lograr exactitud y coherencia, ya que esto mantiene la confianza en la información y evita que el común de la gente desconfíe de las autoridades, lo que produciría incertidumbre y ansiedad.
La información durante una emergencia
es esencial
En muchos países, los medios de comunicación son fuente de la mayor parte de la información pública sobre temas contemporáneos. Por lo tanto, los medios de comunicación ejercen una influencia fundamental en la percepción del público y su preocupación en casos de emergencia. Si las autoridades locales son francas y cooperan con los medios de comunicación en tiempos normales, la cooperación esencial de éstos en épocas de crisis está asegurada. Por consiguiente, la participación de los medios de comunicación en ejercicios de preparación para situaciones de emergencia es especialmente valiosa.
Control de alimentos y abastecimiento de agua
Dado que es posible que el consumo de alimentos y bebidas contaminados sea una vía de exposición a radiaciones después de una emisión a la atmósfera, pueden resultar necesarias las medidas para restringir la producción agropecuaria y controlar la distribución de alimentos y agua. Por lo tanto, las autoridades locales deben estar preparadas para actuar con presteza, especialmente en los casos en que hortalizas, frutas y leche se contaminen con los isótopos radiactivos del yodo.
Cuando los accidentes contaminan ampliamente el suelo con radionucleidos de vida larga, tal como el cesio-137 y el cesio-134, los productos alimenticios provenientes de las zonas más fuertemente contaminadas pueden quedar sujetos a prohibiciones o restricciones durante muchos años. Las medidas para el control de alimentos y productos agropecuarios demandarán probablemente un alto costo económico y social en el caso de zonas extensas, de manera que en las regiones en donde las dosis de radiación individuales estimadas son bajas, puede que las restricciones no estén justificadas. Las poblaciones en tales zonas, por consiguiente, estarán sujetas a una dosis de radiación acumulativa inevitable.
Los niveles de intervención para los productos agropecuarios y alimenticios no siempre pueden especificarse con antelación. En realidad, se deben considerar los problemas causados por las medidas de control y la disponibilidad de suministros alimentarios alternativos. El trabajo Derived intervention levels of radionuclides in food: guidelines for application after widespread radioactive contamination, publicado por la OMS en Ginebra en 1988, ofrece una orientación sobre cómo relacionar los niveles de contaminación de los alimentos con las dosis de radiación internas.
Los alimentos pueden estar
contaminados
Las normas de la OMS se basan, desde luego, en principios para la protección sanitaria y, por lo tanto, pueden ser diferentes de los niveles impuestos con propósitos legislativos y comerciales, para los cuales se necesita tener en cuenta otros factores.
Descontaminación del ambiente
La descontaminación del ambiente incluye el traslado de materiales contaminados a otros lugares donde el efecto de la radiación sea menos peligroso. La descontaminación puede realizarse mediante el lavado de las superficies de los edificios, el lavado o asfaltado de las calles, patios y caminos, la limpieza por aspiración de superficies, el arado en profundidad de tierras de cultivo o la extracción de las capas superficiales del suelo.
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