El régimen antirretroviral. El fracaso terapéutico se puede evaluar l fracaso del tratamiento o su toxicidad obligan a veces a cambiar clínicamente, inmunológicamente mediante el recuento de los linfocitos CD4, y/o por medios virológicos (determinación de la carga viral). No obstante, dado que en los entornos con recursos limitados se carece normalmente de esa última posibilidad, se recomienda que, para definir el fracaso terapéutico, los programas emprendidos en esas circunstancias apliquen principalmente los criterios clínicos y, en lo posible, el recuento de linfocitos CD4.
La toxicidad está relacionada con la incapacidad para tolerar los efectos secundarios de la medicación y con la importante disfunción orgánica que ello puede provocar. Se puede vigilar clínicamente ese riesgo a partir de las manifestaciones del paciente y la exploración física, así como de un número limitado de análisis de laboratorio, en función de la combinación medicamentosa específica empleada.
Si es preciso cambiar la pauta terapéutica debido al fracaso del tratamiento, habrá que emplear un tratamiento nuevo de segunda línea. Si la causa es la aparición de toxicidad, puede recetarse una combinación de segunda línea completamente nueva, o bien, si la toxicidad puede atribuirse a un determinado fármaco de la combinación empleada, el medicamento perjudicial puede ser sustituido por otro que no tenga los mismos efectos secundarios.
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