cerrar esta libroEl Agua en Situaciones de Emergencia (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS) - WHO - OMS, 1999, 32 p.)
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Fase 1: predesastre

Planificación preventiva

Por lo general, las medidas preventivas se refieren a las mejoras físicas o estructurales. Además, una organización eficiente debe incorporar conceptos de prevención en todas sus actividades, incluidas las operaciones, el mantenimiento y la administración.

Las autoridades deben identificar desastres potenciales pero realistas que pueden afectar a la comunidad e infraestructura. Por consiguiente, las instalaciones importantes deben estar ubicadas lejos de las áreas de posible impacto (zonas de riesgo) como por ejemplo, lejos del alcance de inundaciones previstas durante el ciclo de vida de la instalación. Es necesario reforzar las instalaciones existentes en estas zonas para que puedan resistir el desastre potencial.

Las autoridades deben realizar análisis de vulnerabilidad para identificar los puntos débiles y fuertes de las instalaciones y sistemas existentes con relación a los efectos previstos de tales desastres. Como resultado, se pueden definir códigos de construcción y reforzar las estructuras existentes. Dos condiciones que contribuyen a la vulnerabilidad de un sistema o de sus componentes son la debilidad del componente y la existencia de una determinada amenaza.

La vulnerabilidad de un sistema se puede evaluar al observar sus limitaciones físicas, operacionales y de organización. Por lo general, el análisis de vulnerabilidad se aplica primero a los aspectos operacionales, de organización y administrativos y después al impacto de la amenaza. Un componente, como una estación de bombeo, puede ser muy débil y, por lo tanto, vulnerable debido a su mal mantenimiento y corrosión. Además, si estuviera ubicada en un área propensa a inundaciones, su vulnerabilidad aumentaría.

El análisis de vulnerabilidad se puede aplicar a cada componente del sistema en tres niveles:

1. Un análisis detallado (realizado por el departamento de ingeniería) de los componentes operacionales, físicos y administrativos para identificar las acciones que se deben tomar y los estudios que se deben llevar a cabo en el segundo nivel.


Ejemplo de un mapa de riesgo de inundaciones

2. Un estudio de vulnerabilidad detallado (realizado por consultores especializados), como estudios de análisis estructural de las represas, plantas de tratamiento, tanques de almacenamiento, tuberías de diámetro grande, estabilidad de pendientes y suelos, condiciones hidrogeológicas, control de sedimentos y manejo de cuencas, puentes y túneles.

3. Un análisis después del ejercicio de simulación o durante la última prueba (después de un desastre).

Políticas de seguridad en el Caribe

A raíz del daño ocasionado por los huracanes Gilbert (1988), Hugo (1989) y Andrew (1992) en las islas del Caribe, las compañías de seguros no estaban dispuestas a continuar cubriendo las frecuentes y fuertes pérdidas económicas y decidieron duplicar o hasta triplicar las primas, con lo cual el seguro se volvió económicamente inaccesible para el sector privado. Algunas empresas llevaron a cabo estudios de los beneficios en función de los costos de las posibles pérdidas versus el costo de reforzar o mejorar las construcciones. Llegaron a la conclusión de que, a pesar de la posibilidad de requerir mayores inversiones, era más rentable reforzar las construcciones y sistemas que pagar por la reparación de los daños frecuentes. Lo mismo puede ser válido para otros fenómenos naturales.

Con un poco de esfuerzo y el mantenimiento adecuado, se pueden mejorar algunas situaciones vulnerables pero hay otras que requieren estudios especializados y grandes inversiones. Por ejemplo, la vulnerabilidad de una tubería de agua potable paralela a un río aumentará si el río cambia su curso y se acerca a ésta, pero disminuirá si se construyen paredes de protección. El menor costo del refuerzo, en comparación con el costo de la reconstrucción, justifica su inversión (incluso sin considerar el costo social de la población que necesita agua potable y los riesgos asociados de salud pública). Si se toma en cuenta la mitigación en el diseño inicial, la inversión adicional requerida para reducir la vulnerabilidad de una construcción ante los desastres naturales será solo de 2 a 5% de los costos generales. Aunque muchos países han formulado políticas ambientales y normativas, solo algunos incluyen acciones para reducir la vulnerabilidad ante los desastres naturales y los provocados por el hombre.

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