cerrar esta libroOrganización de los Servicios de Salud para Situaciones de Desastre (Pan American Health Organization (PAHO) / Organización Panamericana de la Salud (OPS), 1983, 107 p.)
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Ver este documentoSalud para todos en el ano 2000
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Abrir este fichero y ver el contenido  Capítulo 2. Organización del sistema de salud
Abrir este fichero y ver el contenido  Capítulo 3. Organización de la atención médica en la zona del desastre
Abrir este fichero y ver el contenido  Capítulo 4. Organización de los servicios de salud rural en casos de desastre
Abrir este fichero y ver el contenido  Capítulo 5. Organización de los centros asistenciales para casos de desastre
Abrir este fichero y ver el contenido  Capítulo 6. Ejecución del plan en los hospitales
Abrir este fichero y ver el contenido  Capítulo 7. Actualización y evaluación del plan hospitalario para casos de desastre
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Ver este documentoBibliografía

Prefacio

Los desastres naturales son causa frecuente de problemas de gran envergadura que afanan la salud de las poblaciones y obstaculizan el desarrollo socioeconómico de las naciones, al agotar sus escasos recursos financieros en la reparación de los daños. Frecuentemente los efectos son de tal magnitud que ni el esfuerzo del país afectado ni la cooperación internacional son suficientes para lograr una completa reconstrucción y rehabilitación. La Región de las Américas sufre continuamente los embates de fenómenos naturales tales como terremotos, huracanes, erupciones volcánicas, inundaciones, tornados y deslizamientos, entre otros, los cuales ocasionan no sólo un gran número de muertes, sino también daños en la infraestructura de servicios, en la agricultura y en la ganadería, así como alteraciones ecológicas que provocan incalculables pérdidas económicas.

Prácticamente no existe país alguno que no esté expuesto a los riesgos de la naturaleza y a pesar de que los avances científicos han contribuido significativamente al estudio de estos fenómenos, aún no existe la tecnología que permita predecir con precisión su ocurrencia, con la excepción de los fenómenos atmosféricos cuya detección temprana permite adoptar con anticipación algunas medidas de protección.

En el área de la salud, los efectos abarcan una amplia gama de implicaciones derivadas no únicamente de la demanda de una atención inmediata a las víctimas, sino de efectos a mediano y largo plazo, como consecuencia de la suspensión intermitente de los servicios básicos de saneamiento, de la carencia de alimentos y de la interrupción de los programas de vigilancia y control de las enfermedades; aspectos que exigen un esfuerzo coordinado y una utilización racional de conocimientos y recursos.

Probablemente la administración de las medidas de emergencia con posterioridad a los desastres naturales es una de las áreas que dependen más del esfuerzo concertado del sector salud. Asimismo, los desastres repentinos exigen que los profesionales de la salud vuelquen toda su capacidad técnica y su iniciativa en la solución de problemas bajo condiciones críticas, donde no siempre están disponibles las facilidades y los medios que se ofrecen en situaciones normales.

Dentro del amplio conjunto de necesidades y de su complejidad, la organización de la asistencia médica constituye sin dada el punto focal de coordinación de la respuesta del sector salud, ya que la atención oportuna juega un papel crítico para salvar vidas, como parte de las actividades de socorro.

Vale señalar que la respuesta de la atención de salud, pese a ser oportuna, podría resultar insignificante si es desorganizada e incoherente, y por lo tanto ineficaz e ineficiente. La respuesta oportuna no debe estar limitada solamente a la administración de los primeros auxilios, sino a la organización de un sistema escalonado de atención de las víctimas y a la aplicación de técnicas apropiadas dentro de un conjunto de esfuerzos coordinados y racionalmente utilizados.

La organización institucional también reviste especial importancia, ya que no basta con que existan estructuras físicas de gran complejidad y sofisticación y recursos humanos adecuadamente capacitados, si éstos no están debidamente estructurados para satisfacer las necesidades que demande la atención de una catástrofe dentro o fuera de un hospital. En este sentido, las instituciones hospitalarias deben contar con planes de contingencia para diferentes tipos de desastres y mantener a su personal en continuo adiestramiento. Por otro lado, es necesario tomar en cuenta que un desastre mayor ha de exigir el concurso de todas las instituciones del sector salud. La coordinación de las instituciones públicas y privadas de este sector es otro aspecto que merece particular atención, especialmente en los países de la Región donde los recursos del estado no siempre son suficientes.

La Organización Panamericana de la Salud, en virtud de las Resoluciones de sus Cuerpos Directivos, está dándole especial atención dentro de sus actividades de cooperación técnica, al desarrollo de programas nacionales de preparativos en salud para situaciones de desastre. Dentro de este contexto, la OPS ha elaborado guías y manuales técnicos para las diferentes disciplinas involucradas en la planificación y coordinación del socorro sanitario con posterioridad a los desastres naturales.

El presente manual, que complementa la serie de publicaciones científicas que la OPS ha elaborado en relación con preparativos para desastres, está dirigido al cuerpo médico, al paramédico y a los administradores de salud, y contiene guías generales para la organización de los servicios de salud, así como pautas técnicas a seguir para la atención de víctimas en masa en casos de desastre.

Aunque la concepción de este manual está inspirada en la organización tradicional de los servicios de salud de la América Latina y el Caribe, sus conceptos técnicos son aplicables a otros países dentro y fuera de la Región de las Américas.

Se espera que el manual contribuya al esfuerzo de los países para desarrollar planes de preparativos que permitan atenuar los efectos provocados por los desastres naturales y que, a través de este esfuerzo, se logre un significativo aporte en el propósito expresado solidariamente por los Gobiernos de alcanzar la "Salud para Todos en el Año 2000".

Carlyle Guerra de Macedo
Director

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