Principios generales
• Se les debe respeto en todo momento a los fallecidos y a los dolientes.
• Para las familias afectadas es prioritario saber con certeza la suerte que han corrido sus seres queridos desaparecidos.
• En todo momento y en cada fase del proceso de recuperación e identificación de cadáveres se debe suministrar información honesta y precisa.
• Durante todo el proceso mencionado se debe brindar un trato compasivo y solícito a las familias de las víctimas.
• Se deben evitar los errores en la identificación de las víctimas.
• Se debe considerar la posibilidad de prestarle apoyo psicosocial a los familiares y allegados.
• Se deben respetar las creencias y necesidades culturales y religiosas.
Identificación de las víctimas
• Se debe establecer un área local que facilite la reunión familiar como ayuda a los parientes.
• Los familiares de las víctimas deben ser los primeros en recibir la información del hallazgo e identificación de sus seres queridos.
• Los familiares de los muertos y desaparecidos deben conocer a ciencia cierta las expectativas que pueden esperar del proceso adelantado, incluidos los métodos que se utilizan y los plazos fijados para la recuperación y la identificación de los restos humanos.
• A los familiares se les debe permitir suministrar toda información que se tenga sobre el pariente desaparecido.
• La identificación debe llevarse a cabo tan pronto como sea posible.
• Debe evitarse que los niños participen en la identificación visual de los cadáveres.
• Debe respetarse la necesidad de los familiares de ver los cuerpos de sus seres queridos, como un componente del proceso de duelo.
• Una vez identificados los cuerpos, se les deben entregar a sus familiares cercanos tan pronto como sea posible.
Aspectos culturales y religiosos
• El deseo imperativo de los parientes de las víctimas, cualquiera que sea su religión o su cultura, es lograr la identificación de sus seres queridos.
• Debe procurarse el consejo y la asistencia de los líderes religiosos y comunitarios para mejorar la comprensión y la aceptación de la recuperación, el manejo y la identificación de los cadáveres.
• La manipulación y la disposición poco dignas de los cadáveres pueden traumatizar aún más a los familiares y, siempre que sea posible, deben evitarse. Se debe garantizar el manejo cuidadoso y ético, incluso la disposición final de los cadáveres, además del respeto por la sensibilidad religiosa y cultural.
Servicios de apoyo
• El apoyo psicosocial debe adaptarse a las necesidades, la cultura, y el contexto que se vive, y debe considerar los mecanismos locales para llevarlos a cabo.
• Las organizaciones locales, por ejemplo, las sociedades de la Cruz Roja Nacional/Media Luna Roja, las ONG y los grupos religiosos, les puede brindar apoyo psicosocial de emergencia a los afectados.
• Los menores que no estén acompañados y otros grupos vulnerables deben recibir atención prioritaria. Cuando sea posible, los miembros de la familia extendida o de la comunidad deben reunirlos y cuidarlos.
• Es posible que se necesite apoyo material para completar los rituales funerarios, por ejemplo, la consecución de mortajas, ataúdes, etc.
• Se deben considerar y publicar disposiciones legales especiales para los afectados, por ejemplo, la expedición rápida de los certificados de defunción en las comunidades afectadas.
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