UNA POLÍTICA REGIONAL PARA LA AYUDA INTERNACIONAL
Después de los traumáticos desastres sufridos en México y Colombia en 1985, los delegados gubernamentales de alto nivel de los países de América Latina y el Caribe se reunieron en Costa Rica en 1986 con representantes de organizaciones internacionales, países donantes y organizaciones no gubernamentales. En esa reunión se examinaron las formas de lograr que la ayuda internacional en salud fuera más compatible con las necesidades de las comunidades afectadas. Las recomendaciones efectuadas en la reunión, que fueron aprobadas de forma unánime por los participantes, constituyen la base de la política regional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en relación con la ayuda humanitaria internacional en salud. Los aspectos esenciales de esta política, a la que se adhieren todos los Gobiernos Miembros de la OPS, son los siguientes:
· La ayuda humanitaria internacional en salud solo debe enviarse después de consultar con los representantes nombrados por el ministerio de salud para coordinar dichas ayudas.· Las autoridades nacionales de salud deben valorar rápidamente las necesidades de ayuda externa y alertar de inmediato a la comunidad internacional sobre los tipos concretos de ayuda que se necesita. Las prioridades deben quedar claramente establecidas, y distinguir entre las necesidades inmediatas y las destinadas a la rehabilitación y la reconstrucción.
· Las misiones diplomáticas y consulares deben comunicar a los países donantes las políticas definitivas sobre aceptación de suministros no solicitados o inadecuados.
· Para evitar duplicaciones de ayudas humanitarias en salud, debe hacerse un uso completo de la función de la OPS como punto central de referencia, con objeto de informar a los donantes de las contribuciones solicitadas y determinar las necesidades sanitarias genuinas.
· Los países deben dar una elevada prioridad a la preparación de su propio personal médico y sanitario, para que puedan responder a las necesidades urgentes de la población afectada. Los países y organizaciones donantes deben respaldar estas actividades de preparación para los desastres.
· Todos los países deben identificar su vulnerabilidad a los desastres y establecer medidas adecuadas para mitigar su efecto en las poblaciones más vulnerables.
CÓMO HACER EFICAZ LA AYUDA EN LOS DESASTRES
La ayuda humanitaria internacional, si se proporciona de manera efectiva, puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de un país. A continuación se hacen algunas sugerencias a los donantes sobre la forma de evitar errores previos y hacer que la ayuda sanitaria internacional sea verdaderamente eficaz:
· Tratar de no estereotipar el desastre. Los efectos de los desastres en la salud de las poblaciones difieren según el tipo de desastre, la situación política y económica del país afectado y el grado de desarrollo de su infraestructura.· Es poco probable que sea necesario disponer de personal médico extranjero, dada la capacidad de los países de América Latina y el Caribe para movilizar sus recursos de salud en respuesta a las necesidades inmediatas de las víctimas del desastre. En los ocurridos más recientemente, el personal sanitario local trató a las víctimas en las primeras 24 horas.
· La necesidad de búsqueda y rescate, de primeros auxilios para salvar vidas y de otros procedimientos médicos inmediatos es de corta duración. Es necesario tener un cuidado especial al considerar la ayuda internacional que resulta inútil una vez transcurrida la fase de emergencia aguda. Este tipo de ayuda consiste en personal, equipo de rescate especializado, hospitales móviles y artículos de larga duración.
· Los donantes internacionales no deben competir entre ellos para cubrir las necesidades más evidentes del país afectado. La calidad e idoneidad de la ayuda son más importantes que su volumen, valor monetario o velocidad con que llega.
· La ayuda de emergencia debe complementar, no duplicar, los esfuerzos emprendidos por el país afectado. Algunas duplicaciones resultan inevitables, ya que muchos países y organizaciones de todo el mundo se apresuran a cubrir las mismas necesidades, reales o presuntas. Sin embargo, cuando la ayuda puede utilizarse más tarde para los procesos de rehabilitación y reconstrucción, estas duplicaciones no tienen necesariamente consecuencias negativas.
· No reaccionar exageradamente ante los informes de los medios de comunicación que piden ayuda internacional inmediata y urgente. A pesar de las trágicas imágenes que puedan mostrar, conviene esperar hasta disponer de un cuadro completo y hasta que se reciban las peticiones formales de ayuda.
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