¡Desastre! La sola palabra despierta angustia en los corazones de muchas enfermeras. Algunas hasta comentarán para si mismas "ojalá que ocurriera en cualquier otro sitio". Una razón de que exista este temor radica en que la mayoría de las enfermeras, inclusive las especializadas en la atención de emergencia, tienen poca confianza en su capacidad para actuar eficientemente en caso de tragedia. Dicha falta de confianza se atribuye a que son pocas las que han recibido entrenamiento o educación orientada a prepararlas para proporcionar una asistencia idónea en situaciones de desastre o en calamidades que arrojen un saldo masivo de víctimas. El desastre agrega una dimensión amedrentadora y abrumadora a la práctica asistencial, pero todavía la atención en estos casos no constituye una especialidad clínica especifica sino que se la sigue considerando como una simple extensión de la práctica cotidiana.
Los estudios hechos en grandes desastres han señalado que una mejor organización de la asistencia de enfermería y médica habría evitado o aminorado el número de muertes y lesiones. Este texto intenta ayudar a las enfermeras, en particular a las especializadas en situaciones de emergencia, a las de salud pública y de otras ramas profesionales aptas para intervenir en la planificación y cuidados necesarios en una situación de desastre, a mejorar sus conocimientos, su confianza y su experiencia, en tanto se preparan para resolver las enormes dificultades que surgen en la escena de la tragedia.
A pesar de los progresos tecnológicos actuales operados en las áreas de la enfermería y la medicina, las innumerables implicaciones de un desastre hacen que la tarea asistencial dependa principalmente de los aspectos básicos. Un análisis de los problemas que suelen surgir en catástrofes o incidentes que provocan saldos masivos de víctimas puede ayudar a la enfermera a prever las situaciones más frecuentes en dichos casos. Ellas deben ampliar sus conocimientos en aspectos críticos, como la valoración clínica rápida, la decisión de realizar una selección en la escena del desastre y en el hospital, y el suministro de atención psicológica y de apoyo. Por medio de la enseñanza y la práctica pueden mejorarse las habilidades especificas para ejercer liderazgo y capacidad de organizar, en caso de catástrofe.
Espero que este libro permita a las enfermeras asumir una actitud positiva y tener confianza para realizar la valoración y para brindar auxilio a las víctimas en muchas situaciones. El empleo de todas las fases del proceso asistencial en relación con un desastre debe ser la meta definitiva de todo miembro del personal de enfermería y de socorro.
Muchas personas, convencidas en mejorar la atención en caso de desastre han compartido con nosotros sus ideas y entusiasmo y nos proporcionaron el apoyo y la convicción de que esto es necesario. Por ejemplo, una evaluación de las necesidades nos sirvió para definir el contenido de esta obra. Se solicitó a más de 250 enfermeras que nos sugieran el tipo de información que necesitaban para actuar con mayor eficiencia en un desastre. Sus preocupaciones se enfocaron a 15 temas importantes que incluimos como capítulos de este libro.
Steve, Michaela, y Alaina García han consultado este material en un proyecto de investigación del programa de postgrado, desde sus inicios. Carmen Germaine Warner aportó los conocimientos y el entusiasmo para lograr que esta idea cristalizara. La teniente coronel Judith L. Richtsmeier, enfermera en jefe y el coronel Howard G. Wilcox, ex comandante del Hospital (General 328, Fuerte Douglas, Utah, en colaboración con todas las enfermeras de la Reserva Militar, constituyeron una fuente inagotable de nuevas ideas y tácticas.
También deseo expresar mi reconocimiento a La Delle Blust, por sus contribuciones respecto a las consideraciones éticas en un desastre. John Papasodero y N. Jean Myers aportaron datos valiosos al tema de accidentes producidos por materiales peligrosos. Dodie Rotherham colaboró en el capitulo del manejo de albergues, la Sra. Jan Boller brindó utilísimas sugerencias acerca del contenido y la Sra. Barbara Halliburton dedicó innumerables horas para proporcionarnos los comentarios y la orientación editorial.
Extiendo mi aprecio más sincero a los autores participantes. Las frustraciones inevitables en este proyecto se mitigaron en grado extraordinario gracias a su dedicación y contribuciones. La amistad de cada uno de ellos significa mucho para mi. Mi agradecimiento a todos y cada uno de ellos.
Loretta Malm Carcia
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